SISTEMAS ELECTORALES (III)
Vaya lío en el que me he metido con “analizar” los sistemas electorales de tantos países aunque todos sean importantes Democracias. Eso sí, estoy descubriendo cómo muchos de ellos no son lo que The Economist llama “Democracia Plena” y sí simples “Democracias deficientes”. Dicho sea de paso, caso de España ya, habiendo bajado del puesto 22 que le otorgaba el status de Democracia plena hasta el puesto 24, siete puestos por debajo de Corea del Sur que estaba antes por detrás en el puesto 23, y por detrás de Francia ahora en el puesto 22 que antes estaba en el 24, es decir, que ahora (datos del año 2021) nos encontramos entre los 53 países -31,7% de la población mundial- clasificados como “Democracias deficientes”, aunque en el tercer puesto de este ranking con Francia e Israel sólo por delante y con ventaja sobre Chile (25) y los Estados Unidos (26) el próximo a analizar electoralmente.
Pues bien, como los sistemas electorales de cada
país se pueden ver en internet fácilmente y como no quiero parecer demasiado
pesado, voy a analizar el de Estados Unidos (EE. UU.) Como final y algunas
“cosas” de este país (quizás el más poderoso del mundo) que lo hacen especial,
no sin antes hacerles saber cuáles son los dos sistemas electorales que se
emplean en el mundo “civilizado” mayoritariamente:
La ley de D´Hondt -conocido sobradamente por ser el
que se emplea entre nosotros, de ahí que me ahorre explicar su funcionamiento- se
utiliza en los siguientes países: Albania, Argentina, Austria, Bélgica,
Bolivia, Brasil, Bulgaria, Camboya, Cabo Verde, Chile, Colombia, Croacia,
República Checa, República Dominicana, Ecuador, Escocia, Eslovenia, España (sin
matices, aunque existe un movimiento que quiere cambiar el sistema electoral
que dudo tenga algún existo dado el clientelismo que tanto PP como PSOE
atesoran en más de 40 años fomentando), Estonia, Finlandia, Gales, Guatemala,
Hungría, Islandia, Israel, Japón, Serbia, Luxemburgo, Macedonia, Moldavia,
Montenegro, Países Bajos, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Rumanía, Timor
Oriental, Turquía, Uruguay, y parcialmente Venezuela. Con complejos matices en
algunos sitios difícil de exponer. Y
El método Sainte-Laguë (también conocido como método
Webster o método del divisor con redondeo estándar) es un método de promedio
mayor para asignar escaños en sistemas de representación proporcional por
listas electorales. Los métodos de promedio mayor se caracterizan por dividir a
través de distintos divisores los totales de los votos obtenidos por los
distintos partidos, produciéndose secuencias de cocientes decrecientes par cada
partido y asignándose los escaños a los promedios más altos. Lleva el nombre
del matemático francés André Sainte-Laguë (1882-1950). Los sistemas de
representación proporcional intentan asignar los escaños a las listas de manera
proporcional al número de votos recibidos. En general, no es posible alcanzar
la proporcionalidad exacta, ya que no es posible asignar un número decimal de
escaños. De los métodos comúnmente utilizados para la conversión proporcional
de votos en escaños, el método Sainte-Laguë es uno de los que consiguen mayor
proporcionalidad. Este método se aplica en Alemania, Nueva Zelanda, Noruega,
Suecia, Dinamarca, Bosnia y Herzegovina, Letonia, Kosovo, en los estados
alemanes de Hamburgo y Bremen y en Ecuador para las elecciones legislativas.
Antes de seguir, quiero hacerles saber que de los
167 países que analiza The Economist hay 21 países (12,6%) que son consideradas
“Democracias plenas”, el 6,4% de la población mundial; 53 países (el 31,7%,
España entre ellos, reitero, la tercera puntuación más alta) consideradas
“Democracias deficientes”, el 39,3% de la población mundial; 34 países (20,4%)
considerados “Regímenes híbridos”, el 17,2% de la población mundial; y 59
países (35,3%) considerados “Regímenes autoritarios”, el 37,1% de la población
mundial. Y si miramos cuáles son esas “Democracias plenas” vemos como 12 son
europeas (Noruega, Finlandia, Suecia, Islandia, Dinamarca, Irlanda, Suiza,
Países Bajos, Luxemburgo, Alemania, Reino Unido y Austria) que sólo tienen por
delante en puntuación a Nueva Zelanda (2ª) Taiwán (8ª), Australia (9ª), Canadá
(12ª), Uruguay (13ª), Corea del Sur (16ª), Japón (17ª) y República de Mauricio
(19ª).
Y vamos ya con los Estados Unidos (EE. UU., en
inglés United States o US), cuyo nombre oficial es Estados Unidos de América
(EUA; en inglés United States of America o USA). Estados Unidos es un país
soberano constituido en una República Federal Constitucional compuesta por
cincuenta Estados y un Distrito Federal. La lista de sus Estados por orden alfabético
es la siguiente: Alabama, Alaska, Arizona, Arkansas, California, Colorado,
Connecticut, Delaware, Florida, Georgia, Hawái, Idaho, Illinois, Indiana, Iowa,
Kansas, Kentucky, Luisiana, Maine, Maryland, Massachusetts, Michigan,
Minnesota, Mississippi, Missouri, Montana, Nebraska, Nevada, New Hampshire, New
Jersey, New México, New York, North Carolina, North Dakota, Ohio, Oklahoma,
Oregón, Pennsylvania, Rhode Island, South Carolina, South Dakota, Tennessee,
Texas, Utah, Vermont, Virginia, Washington, West Virginia, Wisconsin y Wyoming.
La mayor parte del País se ubica en el medio de
América del Norte -donde se encuentran sus 48 Estados y Washington D.C. el
distrito federal- entre los océanos Pacífico y Atlántico. Limita con Canadá al
norte y México al sur. El Estado de Alaska está separado de Rusia por el
estrecho de Bering y el Estado de Hawái es un archipiélago Polinesio en medio
del océano Pacífico y el único Estado que no se encuentra en América. El País
posee en el mar Caribe y en el Pacífico varios territorios no incorporados. Con
9,83 millones de kilómetros cuadrados y con más de 331 millones de habitantes
el país está en el cuarto puesto por superficie total, en el quinto por
superficie contigua y en el tercer lugar por población. Es la economía más
grande del mundo en términos nominales, con un PIB estimado en 22,6 billones de
dólares (una cuarta parte del PIB global nominal y una quinta parte del PIB
global en paridad de poder adquisitivo). Es la principal fuerza capitalista del
planeta, además de ser líder en investigación científica y la innovación tecnológica desde el siglo
XIX, y desde comienzo del siglo XX el principal país industrial.
En el siglo XIX, los Estados Unidos adquirieron
territorios de Francia, España, Reino Unido, México (al que “sustrajeron” 8
Estados), Rusia y Japón, además de anexionarse las Repúblicas de Florida,
Texas, California y Hawái.
Bien, disculpen la resumida referencia del País más
poderoso del mundo, que he considerado necesaria para conocerlo un poco mejor,
aunque no dudo que los lectores en su mayoría ya las conocen, y ya nos
centramos en su sistema electoral.
En los Estados Unidos se utiliza el conocido como
“winner takes all”, cuya traducción viene a decir que el ganador se lo lleva
todo. Pero la elección del Presidente es una elección indirecta, ya que es
designado por el Colegio Electoral. Es decir, se utiliza un sistema mayoritario
que quiere decir que en los Estados de la Unión los votos de los compromisarios
se los llevan todos el que gana aunque sea por un solo voto. Con esto puede
suceder que el presidente electo no haya sido el más votado en todo el país, de
hecho, en 2016, Hilary Clinton ganó en sufragios pero no fue elegida
presidenta. El Estado que más compromisarios tiene es California y los que
menos Vermont, Delaware, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Alaska y el distrito
de Columbia y las únicas excepciones son Maine y Nebraska que reparten sus
compromisarios (cuatro y cinco, respectivamente) de forma proporcional en
función del voto popular.
Estados Unidos es la federación más antigua del
mundo. Es una república constitucional, democrática y representativa, en la que
el mandato de la mayoría es regulado por los derechos de las minorías
protegidos por la ley. El gobierno está regulado por un sistema de controles y
equilibrios definidos por la Constitución, que sirve como el documento legal
supremo del país. En el sistema federalista estadounidense, los ciudadanos
están generalmente sujetos a tres niveles de gobierno: federal, estatal y
local. Los deberes del gobierno local comúnmente se dividen entre los gobiernos
de los condados y municipios. En casi todos los casos, los funcionarios del
poder ejecutivo y legislativo son elegidos por sufragio directo de los
ciudadanos del distrito.
El gobierno federal se divide en tres ramas de
poder: Poder legislativo: El Congreso bicameral, compuesto por el Senado y la
Cámara de Representantes y su función es crear las leyes federales, hacer
declaraciones de guerra, aprobar los tratados, administrar los fondos públicos
y tiene el poder del “impeachment”, por medio del cual pueden destituir a
funcionarios del gobierno.
El Poder ejecutivo: El presidente es el comandante
en jefe de las fuerzas armadas, puede vetar los proyectos de ley antes de que
se conviertan en leyes oficiales y nombra a los miembros del gabinete (sujeto a
la aprobación del Senado) y otros oficiales, que administran y hacen cumplir la
leyes federales y políticas.
El Poder judicial: La Corte Suprema y los tribunales
federales inferiores, cuyos jueces son nombrados por el presidente con la
aprobación del Senado, interpretan las leyes y suprimen las que se consideran
anticonstitucionales.
La Cámara de Representantes tiene 435 miembros
electos, cada uno representando a un distrito del Congreso para un mandato de
dos años. Los lugares dentro de la Cámara se distribuyen entre los estados
según su población cada diez años. Siete estados tienen el mínimo de un
representante, mientras California, el estado más poblado, tiene 53. El Senado
tiene 100 miembros, ya que cada estado cuenta con dos senadores, elegidos para
un término de seis años; un tercio de los escaños del Senado son electos cada
dos años. La Corte Suprema, liderada por el jefe de justicia, tiene nueve miembros,
que sirven de manera permanente.
El presidente cumple mandato por un término de
cuatro años y podrá ser reelegido para el cargo no más de una vez. El
presidente no es elegido por sufragio directo, sino por un sistema indirecto de
colegios electorales, en el que los votos determinantes son prorrateados por
estado. Un estado sólo puede brindar determinada cantidad de votos según el
número de congresistas que tenga dentro del poder legislativo: Senadores (dos
por cada estado) y representantes (que varía según la población de cada
estado); dando un total de 538 miembros. El sistema bipartidista del país
permite que un candidato a la presidencia, ya sea republicano o demócrata, solo
necesite 270 votos para asegurar la victoria.
Los gobiernos de los 50 estados están estructurados
de manera más o menos similar, aunque Nebraska es el único que tiene una
legislatura unicameral. El Gobernador de cada estado (jefe ejecutivo) es
elegido por sufragio directo. Algunos jueces de estado y funcionarios de
gabinete son designados por los gobernadores de los respectivos estados,
mientras que otros son elegidos por voto popular.
Se estima que, en todo el país, más de un millón de
cargos se eligen en cada ciclo electoral.
No me voy a extender más, sólo un último apunte:
¿Cuál es el mejor sistema de voto? El sistema binario más utilizado en todo el
mundo es el escrutinio uninominal mayoritario (también llamado “mayoría
relativa” o “voto plural”), en que el elector vota por una opción, y el candidato
que reciba el mayor número de votos gana las elecciones, aunque no obtenga la
mayoría absoluta.
El sistema español de listas cerradas me parece un
verdadero fiasco a la ciudadanía, no hay derecho a que nos tengamos que tragar
a gente puesta por los partidos que como se está viendo cada día que pasa sale
un corrupto y sino un expoliador. Nace la esperanza de que esa gente que se ha
reunido en Madrid para cambiar la ley electoral española consiga algo, aunque
dudo que los partidos de derechas del bipartidismo (PP y PSOE) renuncien al
hasta ahora, y van más de cuarenta años, fomento clientelar que los hace
siempre estar entre los ganadores. Y para colmo, los medios de desinformación
se encargan de “fundir” cualquier opción progresista que pueda surgir, caso de
Podemos. Y para remate, la desazón que nos ha producido el hecho de que la
última esperanza, Yolanda Díaz, se haya “canteado” tan pronto por la poltrona y
se haya olvidado del mundo laboral para, al parecer, cambiar sus principios por
los de Nadia Calviño o María Jesús Montero.