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martes, 19 de abril de 2022

18/04/2022 - COSAS... DE ESPAÑA, CLARO

 COSAS…DE ESPAÑA, CLARO

Me van a perdonar los lectores de mis escritos que publican algunos periódicos independientes (Diario 16, Siglo XXI, Extremadura Progresista…), pero, últimamente, estoy de un vago que a mí mismo preocupa y que hace que me dedique a buscar piezas (así llama Beatriz Talegón a mis escritos) de tiempos pasados y las reedite. Aunque, por de contado, también es cierto que se me está “agotando el hilo”, pues es muy difícil para alguien con mi escasa formación poder hacer frente escribiendo a lo que acontece en este país cada día y que no se haya “exprimido” ya por un sinfín de articulistas de renombre y se siga haciendo -al margen de la crónica obligada de la guerra de Ucrania- en toda la prensa nacional; eso sí, desde diferentes puntos de mira, pues hay quienes no tienen remedio y “machacan y machacan sobre hierro duro” olvidando que lo que pasa en España hoy lleva pasando ya mucho años antes -calcándolo, diría yo- en pos de la habitual jeta que siempre ha imperado en nuestra clase política que no cesa de meternos un pufo tras otro sino es con la luz o con los combustibles con la cesta de la compra, echando la culpa a alguien que nunca es quién la tiene. Ahora con la guerra de Ucrania, y mañana será con otra guerra que se inventen para llenarse las alforjas o con algún despropósito de los muchos que cometen a diario para seguir su ilimitada afanada y su perversidad para con los más desfavorecidos que no cesan de aumentar productos de sus rapiñas y, reitero, de sus guerras inventadas para que ocurra eso que dijo en una ocasión El Roto: “armas para las guerras, guerras para las armas. El negocio perfecto”.

Lo cierto es que “cada uno (por regla general, siendo servidor, afortunadamente, de los que está en la excepción de la regla) lee el periódico de sus opiniones, es decir, cada español se entretiene en hablar consigo mismo” como señaló un Sr. llamado Juan Donoso Cortés; que imagino se refería a medios como El Mundo, ABC, La Razón, El País, El Español, El Confidencial, Ok Diario, etc., etc., o, por qué no, escuchando emisoras de radio como La Cope, Onda Cero, La Ser, Etc. (por señalar las más destacadas del adoctrinamiento nacional), y unas cuantas más -muchas de ellas regionales o incluso locales- al servicio del grupo político que las mantiene. De modo que, en ningún medio escrito o de audición de los antes citados podrán nunca leer o escuchar lo que dijo en una ocasión Nikita Jrushchov: “A los Estados capitalistas: Os guste o no, la historia está de nuestra parte. Os enterraremos”. Algo que no parece estar muy lejos si se mira, por ejemplo, la evolución que está teniendo China en el plano económico. Y es, con la India y Rusia -que están al lado- medio mundo si se cuentan sus habitantes, y tres potencias -o futuras potencias dos de ellas,  una ya lo es- militares. Aunque dudo que nadie “entierre” a nadie a nivel mundial, lo diga quien lo diga.

En fin, no quiero hacer bueno eso que dijo Napoleón Bonaparte de que “hay ladrones a los que no se castiga, pero que nos roban lo más preciado: el tiempo”. Por cierto, Napoleón dijo muchas cosas muy interesantes, entre las que se cuenta -ahora que está poniéndose el feminismo en su lugar y que estamos asistiendo a una guerra dentro de Europa- que “contra las mujeres es la única guerra que se gana huyendo”. ¡Vaya con el gabacho!

Así pues, vamos -cuanto antes- con algunas de esas cosillas de este nuestro maravilloso país que ya señalé en mayo y julio del 2017 y que “siguen, prácticamente, por los mismos derroteros después de largos y penosos cinco años”, y con vistas, para colmo, a empeorar (más de lo que ya lo han hecho, como podrán comprobar a continuación) haciendo bueno eso que dijo El Roto en una de sus viñetas:”Necesitamos una alternativa a lo que hay que sea igual a lo que hay”. Que se ha cumplido…, pero empeorando.

En un escrito que titulé: “Sí hay que ir, se va; pero, ir por ir…”, dije lo siguiente:     

“Con permiso de José Mota, aprovecho su frase que tanta gracia nos hizo hace años para dejar claro que todo se hace con algún fin y no por amor al arte. Nadie, y mucho menos un político, hace nada por nada, eso es más que obvio. Que se lo digan a nuestro Ex Presidente extremeño Rodríguez Ibarra, que mientras según el sindicato GESTHA hay en España un ¡47%! de trabajadores cobrando menos de 1.000 €/ mensuales, él tiene una auto-pensión de 6.000 € desde el año 2007 y actualmente chofer, despacho, secretario y dos auxiliares a cuenta de nuestros impuestos. Y, como no podía ser de otra forma,  Extremadura, como en 1983, sigue siendo número uno en el 2017 en paro, temporalidad, pobreza (65% no llega a final de mes) y marginalidad por su gracia y la del Sr. Fernández Vara. Uno de izquierda-derecha, y el otro de derecha-izquierda, y ambos, fachas a la vez. ¿Cómo ahora, en 2021-2022? Aunque, ojo con los datos del INE, porque Andalucía con la “sultana” señora Díaz, que pretende en el futuro liderar un Grupo (ahora más acabado que la falange de Hornachos) con miras a volver a gobernar España (¡sálvese quien pueda!), tiene una tasa aún superior de pobreza a la extremeña, concretamente el 78% no llega a fin  de mes; pero eso sí, las sevillanas que no falten…, ni la inmensa cantidad de horteras chupando de la teta que hay en la Comunidad Autónoma con más clientelismo de la Nación, que dicho sea de paso, aún así le cuesta ganar las Elecciones. Hoy, con el PP, Cs y Vox, poco ha cambiado; y menos aún cambiará si, como parece, Vox sale en las próximas reforzado. Los “verdejos” no es que den miedo, es que dan pánico por el posible retrogrado activismo político a tiempos, aunque ya lejanos, inolvidables.

O sea sé, sólo alguien que carece de toda instrucción se deja “comprar”, como cantan Sabina y Chavela Vargas, “por menos de nada”. Pues bien, aquí, en esta España nuestra (uno de los países europeos que menos invierte en protección social, o sea, lo justito para mal cubrir la educación, la sanidad y las pensiones, y donde la corrupción campea a sus anchas con un Ministerio de “Sus Calléis”, antes de Justicia, como señala Forges) los políticos están acostumbrados a que se les den los apoyos necesarios para gobernar a cambio de nada, por simple “afinidad” ideológica (exceptuando, como se está viendo estos días, porque apoyaban a los gobiernos nacionales catalanes y vascos, y por qué lo hacen actualmente los vascos con los Presupuestos Generales del Estado). No admiten que lo normal, si se requieren apoyos a otros grupos es para formar una coalición de gobierno, y, evidentemente, repartir los cargos de ese gobierno proporcionalmente al número de votos recibidos de los ciudadanos. Pero no como el actual Gobierno de coalición PSOE-Unidas-Podemos, en el que los “sociolistos” sabotean cualquier propuesta progresista de sus coaligados y éstos, ¡puf!, a bajarse los pantalones. Hay que dejar atrás, sin renunciar a su correspondiente castigo, los apoyos que prestaba el clan del Sr. Puyol, con su familia al frente, y los que prestaban el Sr. Arzalluz y compañía, ya que, juntos nos han “limpiado” hasta las ñáñaras. Cuatro ñiquiñaques, no sólo vascos y catalanes, han desvalijado este país valiéndose de esos apoyos “incondicionales” que ha quedado claro que no lo eran tanto: nadie “iba” por ir; “iban” por la pasta gansa, que, como no hace falta explicar, está quedando patente. 

Dicho lo cual, no me explico por qué nadie del grupo Unidos-Podemos, ni nadie de los grupos regionales que “compartían” cartel con ellos, aclara de una vez por todas a los ciudadanos que lo que pretendía el Sr. Sánchez era sólo y exclusivamente que se les apoyara sin nada a cambio. O sea, una coalición de gobierno al estilo castellano: mandando sólo ellos. ¿Por qué y para qué? ¿Quizás para seguir con sus andanzas en todas las Administraciones al estilo de todos los gobiernos anteriores sin distinción de color político? Hablando en plata: ¿Para seguir con el saqueo hasta que todos, excepto políticos y empresarios del Ibex y Cía., quedemos sumidos en la pobreza más extrema? Podemos, reitero, debería corregir, de una vez por todas a los “socialistas” del “no es no, pero sí” y emular a José Mota para hacerles ver a los españoles que “si hay que ir, se va; pero ir por ir”…, para qué. ¿Para qué te tomen como cómplice de cuatro desarrapados piratas del Mediterráneo con cuenta en el Caribe, Suiza, Andorra, “Andalusí”, La Islas Vírgenes, La City Londinense, Delaware,...? ¿O para que los próximos gobiernos reivindiquen el acercamiento de sus presos políticos a Suiza como señaló un medio?

No cabe la  menor duda: la política española requiere urgentemente una renovación casi total. No podemos seguir soportando más de ¡quinientos mil políticos! de los que el 80%, o quizás me quede corto, son auténticos carcamales que vienen de vuelta de todo y que, solucionado su descarado nepotismo, se dedican a afanar todo lo que se le pone a tiro para disfrutar una vejez de aventajados rábulas. Sirva como dato Alemania, que, con el doble casi de población que España, sólo necesita para administrarse poco más de ¡cien mil políticos!, cuatro veces menos que nosotros; y si alguno se corrompe ya sabe lo que le espera: su ruina para  siempre…, no como aquí. ¡Increíble, además, que La Moncloa cuente hoy, según parece, con más de mil asesores políticos! ¿Tan torpes son los ministros… y el presidente?  

Para terminar, una frase de un tal Jaume Perich: “La Democracia es el menos malo de los sistemas políticos conocidos. Pero es perfectamente posible empeorarla”. ¿Es o no es lo que se ha hecho aquí y lo que se sigue haciendo, además, por la tremenda? Estarán conmigo en que sí, ¿no?

Y menos mal que, a diferencia de Francia, aquí la extrema derecha está sometida por la derecha (son los mismos perros con distintos collares), sino pronto estaríamos viendo de nuevo a la entrada de los pueblos el yugo y las flechas. Y ya veremos si en la actualidad esos símbolos no están tan lejos de volver.

Unos meses después, en otro escrito que titulé: “Claro que sí: España es un gran país”, dije lo siguiente:

“Como cantan “Los Tigres del Norte”, México es una gran Nación: después de haber sido expoliada durante trescientos años, y de haberle quitado por la cara los americanos (ellos los llaman “los gringos”) hasta ocho Estados, no han podido acabar con ella. A España, le  ocurre tres cuartos de lo mismo: cientos de años de saqueo continuado (los últimos ochenta casi a cara descubierta) y no han podido acabar con nosotros.

Cuando no han sido las Monarquías han sido las Repúblicas, y si no las Dictaduras. Y ahora ya, para colmo de los colmos, la Democracia. Ciertamente, tenemos que ser un gran País para haber logrado sobrevivir a tanto desfalco. Y la política ha debido gozar de mucho efugio para sortear el sin fin de leyes con que siempre hemos contado. Quizás por aquello que creo dijo un tal Romanones: “Vds. hagan las leyes, yo haré los reglamentos”. O por lo que dijo Julio César: “divide et impera” (divide y domina). Un País y 17 CCAA (Naciones para algunos, pero que no dejan de ser simples Regiones) en un Sistema gangrenado de Administraciones duplicadas y cientos de empresas públicas para el fomento del clientelismo. ¿Hay quien dé más? ¿Qué “genio” montó esta tragedia (sólo para los más, lógicamente) sin ser griego ni romano?

 Oigo en TV que la cifra de la corrupción en España ronda  hoy por hoy los ¡87.000 millones de euros anuales! ¿Es posible que haya tanto filibustero dentro de esta “isla de Piratas” que no está en el mar de las Antillas? Pero, si sólo se quedara ahí, nos podíamos dar con un canto en los dientes, porque a los ¡87.000 millones! hay que sumarle otros ¡90.000 millones! del fraude fiscal, preferentemente, de la Gran Empresa (de los del Ibex, para entendernos), y a ambos los otros ¡40.000 millones!, aproximadamente, de la Economía Sumergida record de la UE. Y suma y sigue, porque no se nos olvida el despilfarro de todas las Administraciones sin excepción que seguro son otros más de ¡50.000 millones! como mínimo y, por último, tampoco podemos olvidar eso que  los americanos (ya saben “los gringos”) llaman “Honest Graft” (corrupción legítima) difícil de saber su cuantía, pero también de muchas cifras; y, cómo no, los llamados “Windfall Prolits” (beneficios caídos del cielo) que “regalamos” a las Eléctricas y a las Nucleares y Gran Hidráulica, injustamente, superior a los ¡20.000 millones! ¿Cuántos al año en total? ¡Uff!

Mientras esto ocurre con total normalidad, el 22,3% de los españoles está en riesgo de pobreza y va en aumento; y los extremeños, cómo no, con el 30,4%, en puestos de Champions. Por cierto, la burbuja del futbol acaba de explotar. Esa es otra más a sumar en este nuestro gran País”. No recuerdo porqué dije esto del futbol, aunque lo que sí acaba de explotar en la temporada 2021-2022, con ese “Var de Copas”, es la arbitrariedad (los arbitrajes de Florentino Pérez) sin ninguna duda.

Dicho lo dicho, para acabar este escrito les transcribo el párrafo final de un artículo de Miguel Lorente Acosta del pasado día 14 titulado “Asincronía” en el que señala: “Confundir el deseo y la aspiración con el argumento de la razón para la acción no resuelve los problemas y, en cambio, sí genera desconfianza para abordar la necesaria transformación social. Una transformación que nunca podrá conseguirse sólo con políticas sobre hechos concretos, y que requiere una toma de conciencia sobre la realidad, la responsabilidad común para abordarla y el compromiso social para culminar dicha transformación. Y todo esto exige confianza y creer en el modelo alternativo, algo que no se logra bajo la Asincronía”. Aclarando, para no molestar teniendo que buscar en el diccionario a los que no conozcan el término “Asincronía”, que proviene de Asincronismo que significa “falta de coincidencia temporal en los hechos”.

P.D. Las negritas en los escritos de 2017 son de mi actual valoración.

martes, 5 de abril de 2022

05/04/2022 - LA VIDA SIGUE IGUAL

 LA VIDA SIGUE IGUAL

Era el Festival de Benidorm de 1968, Julio Iglesias ganó con “La vida sigue igual”, que ha dado la vuelta al mundo y aún se sigue escuchando con anhelo en Memory FM y en Nostalgia FM (emisoras de sólo música). Si mal no recuerdo, ese mismo año también ganó Massiel el Festival de Eurovisión con la canción del Dúo Dinámico, el famoso, “la-la-la”. Eran tiempos de la época de oro de la música -no sólo española, también de resto del mundo- que ya nunca volverán; entre otras razones porque no estarán Julio Iglesias, Raphael, y tantos -y tantas- solistas inigualables, pero sobre todo, porque faltarán The Beatles, Rolling Stones y un sinfín de grupos españoles (Brincos, Bravos, Lone Star, Los Mustang…) y americanos e ingleses inigualables (me quedo con Bee Gees, sin que ello signifique que no aprecie a otros muchos sin descartar, por supuesto, a los británicos The Animals como excepcionales). Tiempos de la mejor música de todos los tiempos, que, a mi modo de ver (y de muchos filósofos, José Luis López Aranguren entre ellos) cambiaron la mentalidad de una juventud que siempre había querido ser mayor por la de una juventud que ahora quería ser joven siempre.

Faltaban diez años para que los españoles votáramos la Constitución del 78 (el fiasco más grande que se ha cometido, según parece, desde entonces; y mira qué ha habido descalabros luego, pero en fin…). Llegó la democracia y con ella las libertades, aunque servidor recuerda que en los años finales de los sesenta y principio de los setenta ya en España lo que había era una especie de Dictablanda, y había desaparecido toda forma de opresión, por supuesto, como no podía ser de otra forma en una Dictadura, dentro de un orden y no para todos los españoles, sobre todo, para los de a pie. Pero, los trabajadores que habían emigrado o inmigrado al extranjero o a las ciudades se habían repuesto de lo que eso significa (no hace falta recordarlo, pone los pelos de punta) y había empezado el país a funcionar y a vivir sin los agobios propios sufridos después de una guerra que servidor siempre llama incivil y que los había maltratado hasta incluso la hambruna de la década de los años 40. “España ya era otra” (no hace falta que explique las comillas), y los emigrantes veraneaban en sus pueblos de nacimiento luciendo sus utilitarios nuevos y sus famosos “billetes verdes” de mil pesetas. Y en nuestras playas cada vez había más turismo foráneo (las suecas y otras…) y cada vez se construían más hoteles y apartamentos y se disfrutaba de una comida que no había en ningún lugar del mundo mejor y más barato.

España tenía la mejor Seguridad Social hospitalaria (aunque no la mejor atención primaria a pesar de que en cada pueblo había un médico, que junto al cura y el alcalde eran, que remedio, sumamente respetados), las Universidades entre las mejores del mundo y un sinfín de grandes empresas estatales que D. Felipe González y D. José María Aznar (quizás el político más engañabobos el primero, y el más “eso” y narcisista el segundo, de la mal llamada Democracia puesto que ha sido y es una vulgar Cleptocracia) se encargaron de vender por “unas pesetas” -para fomentar un futuro de eso que llaman “puertas giratorias”, aunque haya habido quienes ni siquiera eso han necesitado  para hacerse “ultraricos”- y que ahora estamos echando de menos y nos vemos en la necesidad de recurrir a artimañas aborrecibles que favorecen siempre a los mismos. Dicho sea de paso, como ejemplo de esas martingalas, ahí está ese descuento de los carburantes que, obviamente, a quienes más favorecen -amén de la picaresca- son a los señoritos que utilizan coches de alta gama y yates y jet para sus desplazamientos; algo así como, quiero recordar, hizo nuestro querido ex presidente Zapatero con los famoso 400 € a todo el mundo incluido el Sr. Botín que en gloria esté..., si es que existe la gloria y “desconocen” allí el individuo -con perdón- que fue.

En fin, en el fondo, sin, por supuesto, recurrir a los tiempos de la Dictadura, pues sería demasiado retroceder en el tiempo y tener que decir algo de la evolución lógica temporal, pero si a décadas pasadas, como cantaba Julio Iglesias, “la vida sigue igual”. Así lo hice ver modestamente en mi anterior escrito sobre “el probe Miguel” del año 2009, y así lo voy a hacer ahora reproduciendo un par de escritos de los años 2009 y 2011. Incluso creo que las cosas han empeorado en muchas facetas del devenir diario en los meses que van de este año y el Gobierno no es capaz de atajar debido a su “descarada protección”, del capitalismo aplastante de los establishment oligárquicos de todo  tipo, muy especialmente el financiero, aún a pesar de haberse comprometido con sus socios de coalición y pasarse por el “arco de triunfo” lo firmado al respecto, lo cual nos hace recordar -en parte- la primera estrofa de la canción: “/Unos que nacen otros morirán/Unos que ríen otros llorarán/Aguas sin cauces ríos sin mar/Penas y glorias guerras y paz/. Sobradamente sabemos los que ríen y los que lloran: los ricos, políticos, elitistas y demás morralla del capital riendo y los demás, en más del 40%, sino llorando si sintiendo la incertidumbre de lo que verán mañana, si es que ven algo que llevarse a la boca a un precio razonable y, sobre todo, asumible.

Vamos con los recuerdos -sólo dos-, simplemente, para que vean lo poco que ha cambiado este país -lo que se decía- en una década, año más año menos:

 

ABORDAJE ABORTADO (07/12/2009)

“Desde el principio de los tiempos han abundado los individuos que se han propuesto vivir a costa de los demás. No hay excepción en la historia de ningún pueblo. En todos los confines del mundo hay quien trata de servirse de los demás para su propio gozo y placer. Hasta el rey David, se cuenta, envió a la guerra al marido de una mujer que deseaba para tener más fácil seducirla, lo que supone un acto claro de apropiarse con asechanza de lo que no le correspondía.

Las clases dominantes, desde siempre, han actuado contra los grupos delictivos y clandestinos con benevolencia en lugar de con severidad. Sin que se entienda bien por qué, pues benevolencia -como dijo Antonio Machado- no quiere decir tolerancia de lo ruin o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.

Hay en la historia abundancia de piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros que lo eran por “mandato” de quienes regían o gobernaban.

Según relata Wolfranm zu Mondfeld en su libro “Piratas”: “Los salteadores del mar constituyeron desde un principio una potencia militar indiscutible. El Imponente Imperio Romano hubo de echar mano de 500 naves, 120.000 soldados, 24 generales y su más brillante estratega, Gneo Pompeyo, para poder hacer frente al antiguo azote de la piratería mediterránea, y si salió al fin victorioso, fue más por la astucia política que por el poderío militar. Un pirata catalán -que no me apunte nadie eso de: “de casta le viene al galgo”-, Roger de Flor, mantuvo fuera del Imperio Bizantino durante luengos años a las huestes turcas, consideradas entonces como invencibles. Y fueron unos piratas ingleses, Sir Francis Drake y John Hawkins, dos de los más famosos piratas de ese país, los que -luchando también “contra los elementos”- lo salvaron en 1588 de una invasión española, contribuyendo a la destrucción de la “Invencible”.

Los asaltantes de los mares constituyeron también un factor económico de importancia indiscutible. Por sus manos pasaban sumas inmensas, para seguir conductos a los que nunca habían sido destinados. Participaron en tales negocios, reyes, banqueros y armadores. Fueron piratas franceses e ingleses los que llevaron a la quiebra y al estancamiento centenario al imperio colonial español en Centro y Sudamérica, a la vez que levantaban la potencia económica de sus propios países. Así, por ejemplo, Jean Ango era tan poderoso que tenía más barcos que la corona francesa y el doble de dinero.

Es evidente que esa potencia militar y económica de los piratas se convertía también enseguida en un factor político con el que había que contar en todo momento. Los príncipes, reyes y emperadores “hacían la corte” y adulaban a los corsarios, a cuyos pies pusieron cuantiosas sumas de dinero, títulos nobiliarios y las más altas condecoraciones, con el fin de propiciárselos. Bizancio, Turquía, Francia e Inglaterra compraban sencillamente a los capitanes piratas más famosos y les encargaban el alto mando de sus escuadras y hasta la misma España (único gran país europeo donde la piratería jamás llegó a echar raíces -no es el caso de ahora ni, precisamente, por las descargas de Internet-) hizo tratos en ese mismo sentido con hombres como Azor Jairedín y Sir Henry Mainwaring”, dos de los personajes más estrechos de conciencia de la época.

Pero, de un tiempo a esta parte -con lo del Alakrama- se habla demasiado de piratas en este nuestro país. Y ahora, en los últimos días, se habla más aún de piratería. De piratería a través de Internet para ser más exactos. Mas, como ocurre siempre -últimamente demasiado en España-, en nombre de un valor se aprovecha para llevar a cabo un atropello, cuando no un expolio o una vulgar injusticia: “que le quiten a uno la libertad en nombre de la libertad, le perviertan en nombre de la virtud, le den matarile en nombre de la vida, le digan digo cuando le debieran decir Diego y enarbolen las banderas de la izquierda por la pasta”.

Así, en nombre de los derechos de autor, que –como señala el manifiesto de periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet- no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos (como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión), se está tratando, se trataba más bien -al parecer, de momento, ha sido abortado el abordaje- de llenar no sólo las arcas de los músicos, cineastas (una parte importante de ellos la auténtica farándula) y escritores (la verdad, pocos…, más bien escribidores como Aznar y su esposa, Ibarra, Felipe González y unos cuantos políticos más, entre otros), sino las del Estado vía canon e impuestos indirectos de todo lo que supone el mundo de las copias de libros, cintas y obras musicales. Y eso si que es puro filibusterismo por el hecho de su sobrevaloración abusiva.

Por ejemplo: si el autor de un disco, no ya de los unplugged (qué demonios -como dice J. J. Millás- querrá decir unplugged), los duetos, las remasterizaciones, etc., vende, que es fácil en muchos cantantes, un millón de copias, sólo a tres euros de beneficio por copia, habrá ganado tres millones de euros; pero si vendiera 20 millones de copias en todo el mundo -sin descargas de Internet- habría ganado 60 millones de euros; sin contar con lo que le pagará de por vida la SGAE por la reproducción pública del disco.

De modo que, con estas cifras, el Estado y su benevolente actuación con los piratas, sacaría un buen pellizco, posiblemente de sobra, para que el Gobierno pueda aumentar el número de asesores, personal de libre designación y de confianza, cuando no de “mantener” otros 300.000 liberados sindicales (gracias al despotismo “en la red”) y, cómo no, subirse los sueldos abusivos que ya tienen.

Y, aunque las pérdidas fiscales, si no se consuma el abordaje, por “evasión de impuestos” alcancen los 1.000 millones de €, no hay que olvidar que las empresas -muchas relacionadas con la farándula y de gente de la misma farándula- dejan de ingresar por diversos motivos más de 6.000 millones de € cualquier año. Siendo la destrucción de empleo (5.000 puestos en los últimos cinco años) “por culpa de las bajadas en Internet” una menudencia comparado con lo que el mundo empresarial está ocasionando ahora con su intransigencia, su vil perspicacia y su ridiculez salarial -ello tiene hundido el consumo, y, por ende, el empleo- que no lleva a otros sino que la explotación y la opresión rayana en el más descarado fascismo.

Así mismo, sin contar las bajadas de Internet, me da que con estas cifras Víctor Manuel no tendrá necesidad de echarse los corderos al hombro; Ana Belén no tendrá que pedir limosna en la puerta de Alcalá ni en ningún bazar de Estambul; Almodóvar no sufrirá ningún ataque de nervios; Alejandro Sanz no tendrá que coger cerezas en el Jerte como jornalero; Lolita no se verá obligada a vender prendas de “Berca” y “Estradilario” en los mercadillos; Ramoncin no tendrá que repartir octavillas de los derechos de autor en la Puerta del Sol ni Loquillo en Las Ramblas; Mecano no tendrá que ponerse a vender juguetes y Julio Iglesias no se verá “arruinado” porqué la vida siga igual. Pongo por caso.

Se pongan como se pongan, sin juicio no hay condena. Eso debería ser el primer principio democrático y no la censura camuflada que nos quieren endosar estos lobos fascistas con piel de obrero, protectores de futbolistas, banqueros, ricos y señoritos latifundistas, clerigalla obispal, profesionales de la economía sumergida, empresarios explotadores, corruptos de todas las idiosincrasias y, ahora también, de piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros faranduleros”. 

GANAR TIEMPO PARA ESCONDER EL BOTÍN (28/02/2011)

“Ahora que está tan de moda hablar sobre la piratería informática, es conveniente que los ciudadanos tachados de esa acusación (todos los que utilizan un ordenador personal para algo) no olviden que la auténtica piratería, la que los desvalija, la que secciona sus bienes y contribuye a su deterioro social, educativo, sanitario y de impureza judicial, cuando no de corrupción generalizada en todos los ámbitos de la vida pública, es la de un elevado número entre los políticos (sobre todo entre los que mandan) y la mayoría de la gente de las altas finanzas y grandes empresarios. Resultando muy curioso saber que una gran parte de estos desalmados, así lo confirma la estadística, muere de muerte natural y a edad avanzada, por supuesto, como ciudadanos honrados. Porque el fin del saqueo consiste en procurarse una vida larga y agradable merced a los bienes malversados. Y es, así mismo, muy significativo que los perversos siempre tuvieron una inclinación a los postulados del elitismo político más variopinto, como lo demuestra el hecho de que Marx y Engels tuvieran como “padrino” para poder imprimir su “Manifiesto Comunista” a un aventurero americano que conocieron en un café de Bruselas. Claro que, de haber ocurrido ese hecho ahora en el siglo XXI, el tigre americano habría sido posiblemente un banquero cántabro, vasco o catalán (imagínense por quienes lo digo), y que me disculpen la totalidad de los restantes ciudadanos de esas zonas que como los de todas las demás son dignos y cabales.

Se considera muy esclarecedor que, a lo largo de la historia, todos los países hoy desarrollados -antes imperialistas casi en su totalidad- se valieran de piratas y filibusteros (las naciones los acogían “amantísimamente”) para lograr sus objetivos dominadores y para, permisiblemente, algo más: ¿para esconder el botín de sus expoliaciones a la ciudadanía quizás? ¿Por qué no? ¿Quién llega mejor que ellos a esos “lugares” desconocidos e intransitables y tan difíciles de localizar? En fin… siempre se ha oído decir que Bin Laden, el millonario saudí y aceptable mayor pirata de los tiempos modernos y actualmente cabeza del terrorismo de Al Qaeda, aprendió de los “tunantes americanos” a esconder su dinero. Y si antiguamente se escondían los tesoros en la isla de Cocos, en el Pacífico, a unos mil kilómetros de Costa Rica, hoy hay un sinfín de “paraísos fiscales” para esconder cualquier “tesoro” (léase despojo al Estado y consecuentemente al sudor de los trabajadores). Incluso hay Estados (no sólo ocurre en Mónaco, Liechtenstein, Andorra, Emiratos Árabes, o cualesquiera de esas islas afrodisiacas como las Caimán) como el nuestro, como nuestra España de hoy, que rayan, dada su permisividad con ricos y poderosos a la hora de aplicarles y controlar su fiscalidad, en uno de esos paraísos. Pues, aquí tenemos SICAVs, SIF Luxemburgueses, fondos de cualquier tipo y el pago de sólo un ¡10%! real del Impuesto de Sociedades, amén de unos salarios entre los peores -sino el peor- de todos los países europeos de la OCDE.

Echando un vistazo a los líderes mundiales que van cayendo, no sólo por rebelión ciudadana (Ben Alí o Mubarak y pronto algunos más que la miseria no va a perdonar), sino por haber sido derrotados en las urnas tras largo tiempo de gobierno “demócrata” en países sin dictadura o con ésta camuflada en el bipartidismo que delata -y el ciudadano palpa a diario sin necesidad de ser muy avispado- la censura en los medios de difusión, el adoctrinamiento nacional (en Extremadura y Andalucía a cargo de las Universidades Populares y las Casas de la Incultura y un sinfín de Organismos irrelevantes y “repetidos” para gloria de la sinecura) y las leyes prohibitivas, podemos comprobar cómo, cuando ocurre la debacle -el pueblo no aguanta más opresión y más injusticia social-  y hay que salir corriendo, aparece la cifra afanada, “lavada” para no escandalizar demasiado, de miles y miles de millones que no tuvieron tiempo de ganar, pero que atesoran en los antes citados “paraísos fiscales”. Así, por ejemplo, cuentan las malas lenguas, que a un Ex Presidente socialista se le señalan en Caracas unas enormes posesiones que los taxistas de allá, para alargar la carrera, “invitan” a conocer a los turistas. Y, ni que decir tiene, que todos los líderes -salvo rara excepción- se resisten a abandonar las jefaturas y prolongan sin motivo su “agonía”, seguramente, para tener tiempo de esconder bien la rapiña de sus mandatos. Aunque, ¡ojo!, quizás por aquello de que “la excepción hace la regla”, no sea el caso del Sr. Rodríguez Zapatero. Que no es que se debería haber marchado ya, sino que nunca debió llegar y este país sería ahora, posiblemente, menos desafortunado; no sólo por él, también por la gente de la que se ha rodeado, donde hay “personas” que los españoles tardarán en olvidar y eso que aún no han dado todo lo que llevan dentro.

Mas, si en otros tiempos los piratas a “sueldo del Estado” eran numerosos, comenzando con Demetrio Poliorcete (año 323 a.c. que lucho para impedir la desintegración del imperio de Alejandro Magno) o Sexto Pompeyo que fue el último gran pirata de la antigüedad clásica, y siguiendo con Roger de Flor (catalán de descendencia alemana), Horudsn  Barbarroja, Juan Ango, Simón el Bailador, Francis Drake, Sir Henry Morgan, Blackbeard (Barbanegra) y un largo sin fin  hasta llegar a Jean Lafitte que fue quien “auxilio” a Karl Marx y Friedrich Engels, ahora que los tiempos han cambiado y no hace falta trabuco para atracar, son igualmente innumerables. ¿Cuántos hay en el BSCH, BBVA y todos los grandes bancos de Alemania, Reino Unido, Francia, USA, China, India, Brasil, etc., etc., que, seguro, saben esconder cualquier pillaje? Y lo “mejor” es que pueden hacerlo en tiempo real, sólo con pulsar la cifra a esconder y enter, merced a esa tecnología informática de la que tanto se aprovechan, según ellos, los ciudadanos.

Para terminar y sin ánimo de ofender o creerme en posesión de la verdad, sinceramente, pienso que en mi país se están dando las circunstancias para afirmar, sin mucho temor a equívocos que, si no exactamente eso, algo muy parecido a “ganar tiempo para esconder el trofeo” se está produciendo. Pues ¿cómo se explica que el PSOE se aferre al poder y no adelante las elecciones generales con la política que está llevando a cabo que no deja de producir parados, pobreza, malestar sin precedentes en pensionistas y en los que lo serán pronto y en los jóvenes que está el ¡50%! sin trabajo y sin perspectiva de encontrarlo en mucho tiempo, endeudamiento en todas las Administraciones, deuda cada vez más cara, déficit público y privado en aumento incontrolable, ruina casi total en las PYMES y las Microempresas, rebajas salariales cada día menos asumibles y subidas de impuestos generalizados (a los que los pagan), despilfarro de dinero público inigualable en el mundo desarrollado, corrupción en todos los niveles de la vida pública (lo de los ERE de Andalucía ya clama al cielo), favoritismo descarado a la gran Banca que, lógicamente, aplaude sus medidas de sometimiento de la economía real a la especulación y el parasitismo de rentistas e intermediarios financieros sobre trabajadores, autónomos y pensionistas (el salvamento de la rentas de la plutocracia internacional), y el mismo favoritismo a familiares y amigos con total desprecio por la igualdad de oportunidades y la justicia social, etc., etc.?                 

¿Se tratará, reitero, de “ganar tiempo para esconder la captura” o será una “maniobra” para tener tiempo de ocultar cualquier “papel” comprometido? Lo mismo me da, que me da lo mismo, ya que, “cuando el grajo vuela bajo, hace un frio del carajo”.

Bueno, como dijo un tal Édouard Herriot: “El valor de una civilización se mide no por lo que sabe crear, sino por lo que sabe conservar”… como hacen los políticos españoles, o ¿no?