OTRO ADN
En el periódico El País del pasado 26
de junio, aparece una carta al Director de un Sr. de Barcelona, Juan Antonio
Amador Betancourt, sobre el ADN de Podemos que resulta indignante. Muy
indignante en mi opinión, porque la falta de rigurosidad y de respeto indigna
más de lo normal. Da a entender este individuo, al que no se puede llamar de
otra manera, que Podemos (de los demás partidos de “izquierda” pensará lo mismo seguramente) lleva en su ADN el
conocido precepto fascistoide de “no soportar la libertad de prensa”. Y compara
a la gente de este partido con los gobernantes de las extintas Unión Soviética
y Alemania de Hitler, considerándolos ya, sin más, como futuros caudillos
totalitarios. O sea, Pablo Iglesias podría ser el nuevo Stalin y Errejón el
nuevo Hitler, aunque, obviamente, no se parezcan en nada a estos. En sus
segmentos de ADN que llevan información genética, en sus genes, pueden estar
tranquilos, es seguro, no hay ningunos que determinen un alto ni bajo grado de posibles
exterminadores.
Pobre añagaza, por tanto, la que
utiliza este Sr. para desprestigiar a un colectivo que acaba de nacer y tiene
ya cinco millones de españoles que le han dado su confianza. Su argumento es
peregrino, sabiendo, como sabe todo el mundo, que en este país nuestro, precisamente
el periódico El País, no puede dar lecciones de “libertad de prensa”. Sus
críticas a Podemos han llevado a alguno de sus más próceres articulistas a
decir de ellos esta malintencionada badomía: “sabemos que si algo distingue a
Unidos Podemos es que sus dirigentes simpatizan con buena parte de la vileza
del mundo (el chavismo, el putinismo, el entorno proetarra, los tuits
venenosos), y se apuntan a casi todas las imbecilidades vetustas”. Y, qué curioso,
si ahora Podemos comienza a hacer buenas “lías”, como parece ser que va a
ocurrir, con el PSOE de Centro Izquierda, los Sres. Cebrián y González tendrán
que ordenar a sus articulistas que se cambien “la chaqueta”… o que se
modifiquen el ADN, suponiendo que sea posible, claro. Quizás se pueda hacer con
el ácido nucleico lo mismo que con la ginebra, el ron, el vodka y otros
licores: se le añade tónica, coca cola o naranja o limón y se convierten en un
combinado (cubata para los “entendidos”) que, ya de entrada, tiene otro sabor,
y sus efectos son un tanto aplacables a si se toman los licores señalados
solos. Pero en fin…, espero que por esto último, por lo de Cuba Libre, no me
llame este “listillo”, catalán o charnego, “castrista”.
Periódicos como el ya citado El País,
El Mundo, ABC, La Razón…, y otros digitales como Voz Populi y Okdiario, por
ejemplo, sólo aceptan opiniones partidistas que no vayan contra sus
“ideólogos”. Sus críticas diarias a través de
sus grandes pensadores a la verdadera izquierda, se muestra contundente
y, en casos, hasta despiadada, como el ejemplo más arriba expuesto (ellos, en
el fondo, son todos de derechas o neoliberales -peor que peor-, de eso no hay
la menor duda). Son como esos “agujeros negros” que están en el Universo y que
engullen todo lo que se les pone a tiro, incluso Planetas. “Agujeros” que se
tragan todo lo que no conviene que la ciudadanía conozca, que el ciudadano
sepa. De esa forma tan anti periodística, la gente que lee (los pocos que lo
hacen, por desgracia) sólo se enteran de lo que conviene a los gobernantes de
turno; y así, el resultado es que un país desarrollado como es el nuestro, esté
muy cerca de ser eso que llaman un “Estado fallido” debido a la ocultación
intencionada de todo lo que realmente está ocurriendo: Del expolio descarado,
por ejemplo, a que están sometiendo a las Arcas del Estado diariamente (lo de
los Bancos va ya por los más de 60.000 millones de euros y aún no ha terminado)
y a la Caja de la Seguridad Social, que está ya más tiesa que una mojama; hasta
que tengamos que volver sin más remedio a la peseta para poder hacer
devaluaciones o nos inventemos una moneda que no valga nada como ya ocurriera
en otro tiempo. Dicho lo dicho, que no lo dude nadie: cuando la prensa (especialmente
de papel) se convierte en un “agujero negro” que arrasa con todo lo que debería
ser de dominio público, los gobernantes y los poderes fácticos y las élites y
todo tipo de fundaciones para la mezquindad (que son la mayoría) nos la están
metiendo doblada, con perdón por la vulgar expresión.
Acabando. Qué se puede esperar de
cierta prensa que es capaz de publicar que “Podemos es parecido a la Falange,
que sólo le falta sustituir el himno de Quilapayún en sus mítines por el más
vetusto Cara al Sol, y les saldrá el retrato”. Son los fanáticos que están
acostumbrados a ganar siempre valiéndose del engaño y la triquiñuela o de las
mal paridas leyes electorales. Y en esas estamos mientras cuatro filibusteros
venden un Banco por un euro habiéndose llevado ellos previamente 84 millones de
euros y habiendo estafado a miles y miles de pobres accionistas de poca monta
(los otros, los grandes accionistas, sabían lo que iba a pasar con tiempo
suficiente para recuperar sus dineros sin problemas) sin que el Gobierno haga
nada que no sea presumir de que no haya sido necesario el rescate público, algo
que a un servidor le cuesta bastante digerir conociendo los múltiples cerebros
dedicados a la piratería y los innumerables mercachifles con que cuenta el
Ejecutivo para llevar a cabo operaciones de desembarco más complicadas que la
de Normandía. Con el tiempo, sabremos los españoles cuanto nos ha costado que
ese “agujero negro” llamado Banco de Santander haya engullido también al
Popular Banco Popular.
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