LOS MÁS LISTOS DE LA CLASE
Claro que cuando tenemos las mismas
oportunidades que los de otras partes de España, o de cualquier lugar del
mundo, estamos entre “los más listos de la clase”. Del mismo modo que, para
otros menesteres, también estamos a la altura de cualquiera si se nos presta la
misma atención que a los demás. Y, aunque se diga que aquí nacen los dioses, no
es cuestión de endiosamiento que haya tantos y tantos extremeños (masculino
genérico) que, incluso con menos medios que otros, hayan destacado o hayan
“conquistado” muchos sitios del planeta…, no, políticamente no; salvo muy rara
excepción, siempre hemos sido un desastre total, de ahí que hayamos estado a lo
largo de los siglos -y seguimos- a la cola de España y del mundo en desarrollo
socio-económico, sanitario (menos médicos por número de habitantes y alguno de
los pocos hospitales sin tan siquiera toallas para secar a los enfermos) y
educativo. Pero, eso sí: nuestros políticos, empezando por los Alcaldes
-incluso de las Aldeas- y terminando por los Presidentes de que hemos “gozado”
durante estos cuarenta años de Democracia (lo de Democracia, está muy claro, es
un decir), sin apenas alguna excepción, se han puesto, vulgarmente dicho, las
botas. Y no conformes, no han dejado familiar, amigo o compañero fuera del
trabajo…, incluso aunque el individuo o Sra. en cuestión den menos de sí que
Abundio. Aquí, como en Andalucía, no nos hemos cansado de hacer Universidades
Populares. “Centros” que, como todo el mundo sabe, de nada han servido
culturalmente, pero han hecho una gran labor clientelar y también algún que
otro curso de ganchillo o bolillos que son “artes” ya olvidados y muy
necesarios para la sociedad actual. Con perdón: De verdad, es que “esto no se pué
aguantar”.
Echen, por favor, un vistazo al
ranking de Universidades del mundo y, aparte de que ninguna española está entre
las ¡500! mejores, las extremeñas ni siquiera aparecen entre las ¡800! de mayor
prestigio. Pero eso sí, en Palacios de Congresos estamos entre los primeros, y
como el clientelismo borrical no deja de aumentar gracias a la formación que
van adquiriendo, pronto habremos alcanzado tal grado de “curtura” con estos
Palacios y en las ya citadas Universidades Populares que pocos en el mundo nos
podrán igualar. Y así, con menos maestros y profesores por número de habitantes
de toda España, sí seremos “los más listos de la clase”…, como es fácil de
entender.