CAPÍTULOS PARA UNA
VIDA MEJOR… DE ALGUNOS (I)
Como les prometí
en mi anterior escrito, “¿nos creemos los parabienes del discurso?”, aquí me
tienen con la crítica de los capítulos del discurso de investidura. Dividido en
dos partes para no cansarles demasiado de una vez, aun tratando de resumir lo
más posible.
Pero antes, para
que se vayan “mentalizando” sobre quiénes son los que nos van a regir -espero
que no sea por mucho tiempo- desde ese lujoso complejo llamado Moncloa, les voy
a reseñar dos comentarios aparecidos en uno de los periódicos digitales que
publican mis escritos. Son fuertes, pero no se alarmen, porque la verdad a
veces resulta un poco atrabiliaria y causa cierto espanto, pero así es la vida.
Mas, si nos dejamos encuadrar acabaremos en una cuadra, sí no lo estamos ya…, los
extremeños, al menos. Hay que expresar pues lo que se piensa sin remilgos de
ningún tipo. Dice el primer comentario: “1978-2019… roban, estafan, manipulan,
mienten, traicionan al obrero, sirven al oligarca, son repugnantes”. Y lo
cuadra el segundo: “ Si ganas de 60.000 € para arriba, eres un enchufado de
postín o un subvencionado, no das palo al agua, eres del gobierno del gordo
alopécico oliventino, de su alta burocracia o situaciones asimilables, se
entiende que pienses en votar al padrino…, si eres un precario, un trabajador con
contrato basura, un temporero, un pensionista (230.000), un pobre (400.000), un
parado (100.000), un universitario pendiente de emigrar, un comerciante en la
ruina, un autónomo de los 80.000 existentes, un abogado del turno de oficio
(hay 1.000), o sea un paria y votas al PSOE, vete al psiquiatra y estudia para
crear neuronas porque tienes pocas”. En fin, “cada uno es como Dios lo ha
hecho, y aun peor muchas veces”, que dijo Cervantes.
Vamos con los
sofismas, o, si les gusta más, paralogismos. Perdón, quiero decir, con los
capítulos.
Diez capítulos
-como las Tablas de la Ley de Moisés- que se resumen en dos: “amar al PSOE
sobre todas las cosas” y “perdonar de facto todas sus fechorías”.
Capítulo primero: “Crecimiento
económico, creación de empleo digno y la sostenibilidad del sistema de
pensiones”. Cómo se lleva a cabo en este país el crecimiento económico, está
más que claro: 24.000 millonarios más cada año a base de trabajo precario,
sueldos ridículos (casi doce millones de trabajadores pobres) y por tierra la
dignidad (a la mínima, ERE y andando, a casita). La anterior ministra de
trabajo -extremeña, por cierto- nos engañó y no derogó como había prometido la
reforma laboral del 2012. ¿Lo harán estos? A mí me da que nos volverán a
engañar, sencillamente, porque no se lo permitirá la Sra. Botín y Cía. Por otra
parte, Pablo Iglesias ha sido domesticado: El SMI está condenado… ¿quién lo
descondenará? El Sistema de pensiones es más que sostenible, sólo hay que no
atrancarse en los tres mil euros para las cotizaciones y listo, sobrará dinero;
pero ¿quién va a tener las agallas suficientes para ponerle el cascabel al
gato? ¿Pedro Sánchez? No se rían, por favor, estas cosas son muy serias…
Capítulo segundo:
“La digitalización de nuestra economía”. La justicia fiscal. O sea, manteniendo
una fiscalidad retrospectiva a base de bonificaciones y deducciones de los más
pudientes que son quienes las pueden pagar (los ingresos del trabajo, unos
44.000 millones de € el doble que los ingresos del capital, uno 24.000 millones,
caso único de la UE), pero no se preocupen que esto va a cambiar: Se va a
llevar a cabo una fiscalidad progresiva (¡risas!, no, por favor) combatiendo el
fraude fiscal, que, dicho sea de paso, en las grandes empresas -y algunas
medianas- alcanza los ¡90.000 millones de euros! anuales. Ya me contarán si el
próximo año no podemos reflejar lo mismo y si se ha publicado esa lista de
morosos de Hacienda y de los que utilizan los conocidos “paraísos fiscales”. La
Banca usurera, y el resto de cotizadas, etc., etc., no tienen remedio, seguirán
igual. Además, la Banca dispone de un “rescate bancario permanente” con la
famosa Deuda Pública, y eso no va tener “huevos” ni “ovarios” de cambiarlo
nadie…, nadie del mundo del capitalismo, por supuesto. Y por si falla algo, ahí
están las amnistías fiscales, que un gobierno de derechas como este las va
seguir utilizando si hace falta -no lo duden- aunque digan lo que digan. Lo de
controlar las SICAVs, me huele a chamusquina, casi seguro que hasta los
ministros las tienen (de media, entre un 12% y un 15% de interés, y los beneficios
sólo pagan el 1% de impuestos; ¡jauja!, si te toca la primitiva ya sabes donde
tienes que invertir). Del equilibrio presupuestario se encargan en Europa
alemanes y franceses, “sans commentaire”. ¿Por qué se creen que se han ido de
la UE los ingleses?
Capítulo tercero:
“La transición ecológica justa”. Se refiere al impulso a la Industria, las
PYMES, los Autónomos y el Sector Primario para reforzar nuestro tejido
productivo en el marco de la Revolución Tecnológica. Pues muy bien. ¿Impulsar
industrias como esa de Cristian Lay (que pudiera ser -o tener parte- del PSOE
de Extremadura o de algunos de sus antiguos gerifaltes) que acaba de explotar
en Tarragona después de cuatro denuncias graves? ¿Apoyar las PYMES que no son
tal y han aprendido a comportarse como las Grandes y facturan cientos de
millones de euros, explotando obreros y declarando al Erario menudencias? ¿Medidas
para los Autónomos verdaderos o los falsos autónomos? Porque si unos se merecen
todo el apoyo y una rebajita en su cotización (la más alta del mundo), otros
son simples trabajadores exprimidos aprovechando la falta de inspecciones.
Sobre el mundo rural (vaciado) y el Sector Primario en su conjunto sólo hay que
hacer que los latifundistas de siempre, y algunos que han llegado impulsados
por el clientelismo extremeño y andaluz, no sean quienes se llevan la pasta
gansa de la PAC. Es una vergüenza que con el dinero que ponemos entre todos en
esa querida UE se estén forrando cuatro privilegiados que disponen de miles de
cabezas de ganado y de vastos territorios de pastos mientras quienes trabajan
para ellos lo hacen en condiciones muy, pero que muy, precaria. “El campo para
quien lo trabaja”. Y, por favor, no nos hablen de la inversión en I+D+i.
¿Quiénes las van a llevar a cabo si los que podían hacerlo se han tenido que ir
a otros países? ¿Los hortelanos que quedan? Gracioso, ¿no? Del comercio
minorista mejor no decir nada: Entre Carrefour, Mercadona y unos cuantos más,
con el beneplácito y las ayudas millonarias de la Administración, está
desaparecido. Quedan los chinos, que son imbatibles en horarios y en…, ¡silencio,
que son ya la 2ª economía mundial!
Capítulo cuarto: “La lucha contra la emergencia climática”. Palabras del
presidente: “Nuestro modelo de desarrollo está obsoleto, ha colapsado. Está
arruinando el planeta”. Sus objetivos para el 2040 y 5050, es decir, pasado
mañana…, por la mañana. Esto tiene arreglo, dijo en una ocasión Alfonso Guerra
señalando un reloj que había recibido un martillazo. Pues eso: La luz, el gas,
el agua, los combustibles (¿un coche eléctrico al precio que tiene la luz?) y
los demás servicios, de momento a “su justo precio”, es decir, los más caros de
la UE y de la mayoría de la OCDE. Aunque eso sí, el bono eléctrico se va
reformar: ¿un chollo para la abogacía? Ya que, no hay dios que sea capaz de
completar el papeleo de una petición. Por cierto, ¿le vamos a seguir pagando
esos ¡3.000 millones de euros anuales! a las eléctricas por no sé qué historia
para no dormir? ¡Qué país de mercachifles! ¿La Ley del Bienestar Animal, que
dijo el presidente al final de este capítulo, es para referirse a sus
congéneres o a los otros animales irracionales? ¡Santo cielo!, la que se nos
viene encima.
Capítulo quinto:
“El reto demográfico”. Aquí no pare nadie. Pronto no habrá niños, lo cual no
impide que, por ejemplo, en mi pueblo (246 habitantes, si mal no recuerdo) se
haya construido hace unos años una escuela para unos 250 alumnos,
aproximadamente, habiendo solo seis u ocho y se han quedado tan panchos. Cómo
no empiecen a parir de nuevo las abuelas, lo tenemos crudo. Los jóvenes se han
ido y la mayoría no volverá porque, por lo menos en Extremadura y Andalucía y
Castilla La Mancha no hay nada que hacer, y lo poco que hay está mal pagado.
Pero como dice la viñeta del Roto: “No tengo futuro. Tranquilo, tendrás futuro
en el futuro”, que muy bien podrían haber sido palabras del presidente Sánchez.
Y lo de mejorar las infraestructuras que nos lo cuenten a los extremeños con el
tren, el avión o las autovías del ministro que un famoso escritor llamó “el
ministro vago”. La indignidad elevada a la novena potencia…, o a la ciento
veintisiete.
Seguimos mañana. To
be continue. Cómo dominamos el inglés los extremeños…, pronto aparecerá “Feast
of crumbs” en los carteles cuando organicen los socialistas -con migas- una de
sus muchas “calderetas”. Al tiempo, lo de las horteradas se les da como a nadie,
y las fiestas no les quiero contar.