EL FINAL DE UNA ILUSIÓN: EL OCASO DE PODEMOS
Dicen que de ilusiones también se vive. Aunque las
ilusiones, cuando pasa demasiado tiempo, convierten a las personas en “ilusos”,
pues éstas, por regla general, no llegan nunca a cristalizar. Y puede parecer
extemporáneo ahora, pero lo cierto es que la ilusión de esos cinco millones de
votantes de Podemos se ha diluido en unos cuantos años, incluso gobernando en
coalición como ocurre actualmente. Nos habíamos hecho a la idea de que Podemos llevaría
a cabo una regeneración de la izquierda, de la izquierda socialista convertida
en -dicen ellos- socialdemocracia, aunque para cualquiera que esté un poco
“leído” lo de socialdemocracia es sólo una manera “rebuscada” en la política
española para camuflar el neoliberalismo que tanto PP como PSOE han abrazado
sin ningún resentimiento, y ello constituye el triste devenir de nuestros días.
Ha quedado demostrado que, incluso con Podemos en el
gobierno, éste no es el poder. Es tan sólo su Consejo de Administración. Y
cuando el primero no responde a los intereses del segundo, simplemente, se le
destituye o se le derroca. Así de sencillo. Lo que le ocurrirá a Podemos en
cualquier momento si no hace algo para dejar de ser una sombra de los
principios democráticos. Si no nos convence con pruebas (algo mejores que esa
del SMV que ha resultado un total fiasco para quienes iba dirigido) que no nos
hagan pensar que son “los nuevos niños de papá” de la política.
Podemos tiene que “desaparcar” de las propuestas de
reconstrucción el impuesto a los ricos, la derogación de la reforma laboral
íntegramente, la ley mordaza, las puertas giratorias, la reforma judicial, las
listas cerradas, etc., etc., pues de lo contrario sus seguidores pensarán que
están proporcionando a la “Jet Set” -junto al socialismo neoliberal- la
adquisición de nuevos yates y jet más lujosos. Está más que claro, que no
pueden permitir que con la epidemia los pobres sean más pobres y los ricos más
ricos, como está ocurriendo ya, gracias a un gobierno liberal, monárquico y oligárquico
que sigue cargando la crisis sobre la clase obrera, especialmente sobre la
juventud, las mujeres y las personas migrantes. No sé cómo, pero Podemos tiene
que hacer que el PSOE desista de su negativa a crear el impuesto a las grandes fortunas,
aunque eso les afecte ya a muchos socialistas que se han hecho ricos con la
política.
Hace casi un año (el 20 de julio de 2019) escribí
sobre la claudicación de Pablo Iglesias ante el establishment financiero. Ahora
que ya está quedando claro -de no ocurrir algo inesperado- que servidor tenía
razón, transcribo dicho escrito, prácticamente de forma textual, para que los
lectores vean como, en ocasiones, uno que sólo es un pobre escribidor, se
adelanta a los acontecimientos. Dije todo esto:
“…Y CLAUDICÓ
Claudicar, según reza en
la RAE en su primera acepción, significa: “Acabar por ceder a una presión o una
tentación”.
Es lo que le ha pasado al líder de
Podemos Pablo Iglesias. Ha cedido ante la presión de la Financierocracia. Y
ahora nos contarán lo que quieran contarnos para ocultar la claudicación, pero,
el Sr. Iglesias, debería haber hecho honor a lo que dijo Eleanor Roosevelt:
“Nadie puede hacer que te sientas inferior sin tu consentimiento”. Y, sin miedo
de ningún tipo, haber pensado como José Hernández y haber aprovechado que “la
ocasión es como el fierro: se ha de machacar caliente”. Porque quien le está
pidiendo su apoyo para una investidura no es ningún partido ni ningún líder de
izquierda que vaya a cambiar nada que no sea algo para que todo siga igual. Es
decir, los falsos socialdemócratas, después volverán a hacer lo mismo que ya
hicieron antes: EN-GA-ÑAR-TE… y engañarnos a todos, claro. Te volverás a quedar
-nos volveremos a quedar- sin que se regulen los precios del alquiler,
sencillamente, porque a la Financierocracia no le interesa. Te volverás a
quedar -se volverán a quedar los pobres millones de trabajadores- sin
que se toque un solo párrafo de esas Reformas Laborales del 2010 y del 2012
porque, reitero, a la Financierocracia no le conviene. Te volverás a quedar -y
me volveré a quedar yo y todos los pensionistas- con la gana de que se apruebe
por Ley la subida de las pensiones cada año con arreglo al (aunque sea
escandalosamente manipulado, como es ahora) IPC. Te volverás a quedar, como no,
con las ganas -como tantos y tantos trabajadores en riesgo de pobreza- de que
converja algo a lo que hay en los países de la UE y en la OCDE, de similar
desarrollo al de España, el SMI que, por ejemplo, en Francia es de casi 1.500
€. Te quedarás y nos quedaremos todos los españolitos de a pie sin la
eliminación de la exención del IRPF de Diputados y Senadores, que es algo
ignominioso y discriminatorio. No sacarán adelante nada relacionado con la
renta mínima de 600 €, ni la semana laboral de 34 horas (le da un infarto a la
Botín y los capitostes del Ibex-35 y demás cotizadas), ni la subida del IRPF para
los que ganen más de 100.000 €, ni el impuesto a la Banca, ni el impuesto de Patrimonio y la derogación
del impuesto de Sucesiones y Donaciones que hace que cada año más de 40.000
familias tengan que renunciar a su legítima herencia conseguida con el sudor de
sus padres o familiares, ni (para los
mío, los extremeños) algún tren que llegue a su destino y no deje a la gente en
mitad del campo un día sí y al otro también, o construya alguna fábrica o
industria que genere algunos puestos de trabajo y los jóvenes no tengan que
emigrar o inmigrar (más de ¡21.000! en los últimos años) y puedan ser libres y
no clientelistas de un grupo de vagos que sólo piensan en sus sueldos y en
“colocar” a todos sus familiares y amigos
a costa de los demás, provocando (para fomento de lo que ellos llaman
externalizar… a sus amigos, claro) un gran deterioro en la Sanidad Pública (la
región con menos médicos por cada mil habitantes) que está por los suelos y la
Educación que sólo hay que ver el informe Pisa para calificarla, suprimiendo
ese gran número de “festividades” que es algo que los socialistas que no lo son
(los “calderetas”) llevan intrínseco en su genética, y si no me creen se dan
una vuelta por Castuera que raro es el día que no “festejamos” algo. Ni, por
supuesto, van a hacer nada para que el ¡47,5%! de la población extremeña (casi
¡500.000 personas!) estén consideradas ya como parte de la pobreza relativa y
muchos de ellos rocen la pobreza extrema, algo por lo que los extremeños, en
lugar de votar con el clientelismo para que haya mayoría absoluta, deberíamos
pegar, sencillamente, un puntapié a las urnas y que se fueran sus votos (con
perdón) al carajo.
Y así sucesivamente con todas las propuestas progresistas
que puedan hacer, no sólo que este país sea un país diferente a la birria (con
perdón) que ahora es, sino que la política no sea únicamente el medio de
hacerse millonario, con más de ¡55.000 millones de €! de despilfarro al año, y
con otros ¡55.000 millones de €! al año de corrupción política. Y, por
supuesto, echándoles las cuentas a esos millonarios y empresarios del Ibex y de
todas las empresas cotizadas que nos atracan cada año la friolera de ¡90.000
millones de €! y se quedan tan panchos, en lugar de a cuatro pobres autónomos
que se las ven y se las desean para poder cumplir sus obligaciones fiscales y
con la Seguridad Social trabajando 12 horas al día y creando más del ¡60%! del
empleo del país.
No debiste claudicar, Pablo Iglesias, porque ¿quién nos
queda ahora a los desfavorecidos para que nos defienda de esta prole de
desmerecidos que nos está llevando al precipicio económico y social? ¿Pedro
Sánchez?”