LA “ISLA DEL ZÚJAR”: ¿OTRA VALDECAÑAS?
“Ni siquiera Dios puede cambiar el pasado”, dijo
AGATÓN. Pero, la Justicia si puede cambiar el presente de los que dieron lugar
al pasado. De eso no cabe duda. Que nos aclare entonces ciertos extremos
relacionados con el complejo creado hace bastantes años por la Administraciones
Comarcal, Provincial y Local (puede que su costo supere ya los 10 millones de
euros) en otra famosa “Isla”: “La Isla del Zújar”. Un gran complejo explotado
desde sus principios por una empresa llamada SERTUR, S.L. creada para tal fin,
presumiblemente, por gerifaltes del partido socialista con militantes de dicho
partido, por lo que se sabe, a la buena de dios. Rosa Montero definió, hace ya
algún tiempo, este tipo de “Islas” como ella acostumbra, acertadísimamente:
“Las Islas pueden ser un paraíso para los caciques; y más si son pequeñas”. Y
como dice El Roto en una de sus viñetas: “La construcción de chalets en suelo
rústico es una actividad agrícola. (B.O.E)”.
En “Marina Isla de Valdecañas”, cuando menos, la Sala
de lo Contencioso-Administrativo del TSJEX, según he podido leer, lo ha quedado
ampliamente aclarado. Como no podía ser de otra forma, a favor de la Junta de
Extremadura y, al parecer, de la Jet Set madrileña propietaria de unos cuantos
“chalecitos” alrededor de un campo de golf y unas cuantas piscinas. Y los
ecologistas, de momento, se tendrán que dar con un canto en los dientes sobre
sus justas reivindicaciones. ¡Es la democracia, queridos! Se veía venir…, la
desvergüenza, evidentemente.
La “Isla del Zújar” es otra vergüenza del estilo de “Marina
Isla de Valdecañas”, que, con total seguridad, de seguir gobernando la “insocialdemocracia”
socialistas, tendrá un parecido final. Salvo que algún que otro magistrado del
TSJEX tenga que salir por pies de la Comunidad Autónoma, lo cual es bastante
difícil que ocurra sino cambian mucho las cosas; que, dicho sea de paso, no
parece que lleven tinte de hacerlo: “son muchos años de embrutecimiento”, y
para que eso mejore tienen que pasar varias generaciones…, y que no se pueda
comprar el voto a precio de saldo (menos de 500 €) como ahora.
Pero, a lo que íbamos. Para empezar, la “Isla del
Zújar” no es una isla sino una península denominada “Los Caserones”. Propiedad
de la Mancomunidad de Municipios de la Serena con sede en Castuera que la ha
adquirido no hace mucho tiempo (un par de años, quizás), según oídas. De donde,
por cierto, son los socios de SERTUR, S.L. (empresa que la tiene alquilada,
prácticamente de por vida). Uno de esos socios era, y supongo seguirá siendo,
empleado en la oficina de Información Turística, lo que supone, obviamente, que
“todo se queda en casa”.
Según la información aparecida en la prensa regional,
la mal llamada “Isla del Zújar” (con casi 100 hectáreas en lugar de las 86 que
se dice) cuenta con un catálogo amplio de actividades y servicios. Suma 150
plazas hoteleras repartidas entre casas rurales, apartamentos y un albergue,
construidos, sospechosamente, sin proyecto alguno de arquitectura (¿para qué?,
si pasa algo que pase). Además de la playa, que es de arena (¡vaya lujo!),
tiene un embarcadero, una red de senderos y miradores, un centro de
interpretación de los humedales y varias opciones de restauración, entre ellas
un chiringuito con terraza. Y claro, en el complejo se pueden practicar un
sinfín de actividades: paddle surf, excursiones en barco, rutas en quads, escalada
y rapel en rocódromo, tirolina gigante, paintball, rutas en canoas, observación
de aves, mini golf, tiro con arco, un futbolín humano, alquiler de
embarcaciones a pedales y de botes de pesca, etc. Y, parece ser, que se tenía
intención -como en Valdecañas- de “vender” parcelas al lado del rio para la
construcción de chalets, pero eso se quedó en el olvido “cuando le levantó la
liebre”, se supone, por alguien que estaba interesado en la explotación del
“negocio” y cuando quiso echar mano ya había sido adjudicado, presumiblemente,
como suelen hacer los “sociolistos” a dedo. Bueno…
Todo muy divertido. Pero la Mancomunidad nos tiene que
explicar, a todos los vecinos que pertenecemos a ella, si ésa plagiada
Administración para aumentar los costos de los servicios a la ciudadanía a base
de cánones, no es algo así como “la cueva de Luis Candela”. Porque,
presuntamente, los socios de SERTUR S.L., no hacían frente (¿lo hacen ahora?) a
ningún gasto de los que conlleva implícito el negocio que explotan desde hace ya
un montón de años…, y “lo que te rondaré morena” como he señalado antes.
Gastos, como luz, agua, IBI, I.A.E., alquiler, etc., etc., con los que corría,
presuntamente, la Mancomunidad; incluso se dice, que llevó a cabo la
construcción de una línea eléctrica que va desde la “rotonda del pastor” en
Castuera hasta Talarrubias (echen cuenta de los kilómetros que hay) para
facilitar el suministro eléctrico a la citada península. Demasiado dinero del
contribuyente si realmente es así. Y el actual presidente, si no estoy
equivocado, Francisco Martos Ortiz (alcalde de Castuera acusado y pendiente
-que se sepa- de dos juicios por delitos penales) es conocedor de todos los
intríngulis de esa mal llamada “Isla del Zújar”, de donde lo ha librado la
Fiscalía de no una sola denuncia, sino de varias, administrativas y penales…, de
momento, claro, porque el que suscribe -que no es ningún traga bollos- aún no
se ha dado por derrotado y está a la
espera de poder actuar con la documentación que posee que es más que
clarificadora de las “anomalías” llevadas a cabo en él, para algunos,
“paradisiaco” lugar.
Todo lo dicho pues, implica que las actividades
mercantiles de SERTUR podría ser que formen parte de la financiación socialista
comarcal (incluso pudiera ser que esté ocurriendo, aunque es poco creíble
ciertamente pues sería la caraba, que no se esté abonando la Seguridad Social
de quienes trabajan allí como empleados de la empresa explotadora). Mas, aunque
a algunos no les guste, a los que pedimos aclaraciones de lo que es de todos no
nos faltan neuronas en ninguna parte del cerebro, por eso lo hacemos. La
diferencia de esta “Isla” con la de Valdecañas es que aquí todo el dinero
empleado es notoriamente público…, y no son “cuatro perras”.
Un día se lo contaré todo a los lectores con más
detalle…, ¡para que alucinen un poco!
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