A LA MINISTRA MEJOR VALORADA
Pues sí, curiosamente, en el mundo capitalista
(dominado por los establishments financieros y mediáticos y por las oligarquías
del neoliberalismo más corrupto jamás imaginado), resulta que un país que ha
batido todos los récords de pobreza y desigualdad entre los que integran la
OCDE (los más desarrollados) y los de semejante “riqueza” de la Unión Europea
(UE) tiene una Ministra de Trabajo comunista que es la mejor valorada de
su actual Gobierno por la sociedad. La mejor valorada de un Gobierno de coalición
en la que, para colmo, se las tiene que ver con un Ministerio que, así mismo,
tiene los índices de paro entre los más elevados de la UE y que ahora se van a
disparar por motivos del Covid-19 que va a mandar a casa a unos pocos de
millones de trabajadores que tienen contratos temporales (incluso de días sólo,
¡la caraba del empleo!) y precarios producto de una Reforma Laboral (la del
2012) de los anteriores gobernantes que divide el empleo para justificar las
cifras como si de algo especulativo se tratara y tratando de idiotas a los
ciudadanos.
Pues bien, ahora va a resultar que eso de ser
comunista no es el diablo en persona. Que hay comunistas que negocian más y
mejor que los capitalistas, que demuestran tener más capacidad para llegar a
acuerdos que los sumisos sindicalistas displicentes que la sociedad actual ha
heredado de gobiernos que se autodenominaban socialdemócratas y en realidad no
eran otra cosa que neoliberales como todos los demás de la UE-15, incluido, por
supuesto, el de nuestro más insigne intermediario, el Sr. Zapatero.
Ni que decir tiene, que a los ciudadanos nos importa
un bledo lo de capitalista o comunista ni lo de derechas o de izquierdas, lo
único que nos interesa es lo de progresista, lo que está relacionado con
nuestro bienestar y con el futuro de nuestros hijos en un mundo más pacífico y
más ecológico, y donde no falte el trabajo digno (no el que hay ahora) para
poder formar una familia y mantenerla dignamente (perdón por la reiteración,
pero…) como mandan las reglas de una sociedad bien educada y consciente de los
bienes de que dispone. Una sociedad progresista que se olvide de las penurias
que ahora, por culpa del malvado neoliberalismo, está sufriendo y, como ya creo
que he dicho en otra ocasión no hace mucho, no sea tan resiliente y aproveche
su voto para que quienes -como esta ministra- se preocupan de verdad del
bienestar de todos y no sólo de unos pocos privilegiados que viven en la
opulencia por herencia o por “muy malas artes” empresariales. Me considero de
principios socialdemócratas nórdicos en su más intachable condición; pero,
mientras eso llega -si es que lo hace alguna vez, que lo dudo- y nos trae el
ansiado progresismo, ¡vengan comunistas como esta Sra. Ministra de Trabajo!
Aunque, “no todo lo que reluce es oro”. La tan
prometida derogación de la Reforma Laboral del 2012 no acaba de llegar, y el
empleo cada vez se resiente más del trabajo precario y temporal que tiene
atenazados a millones de trabajadores que, aun teniendo trabajo, son pobres y a
duras penas pueden llegar a final de mes. Eso lo saben ya hasta los niños de la
escuela, de los que pueden ir a la escuela, porque con esto de la Pandemia…
Esa derogación tiene que llegar ya, sin más dilación
que la imprescindible por motivos burocráticos, que es algo consustancial -por
desgracia- a este país. Pero, además, quiero recordarle a la Sra. Ministra de
Trabajo, para sí y para sus colegas que corresponda, que ahora tenemos la
ocasión de cambiar este país en algunas cosas que se han enquistado con el
tiempo y que ya es hora de “meter mano”.
Sra. ministra: ¿Qué va a pasar con el anunciado
impuesto a las grandes fortunas? Sí o sí, y si se llevan el dinero fuera del
país (que ya se están llevando), pues que les aproveche, de nada nos vale que
lo tengan aquí sin pagar nada por ello, y encima les sirva para disfrutar de
nuestro sol y nuestras playas, autovías, caza y la más exquisita restauración
del mundo. Amén de que el patrimonio rural y urbano -que es inconmensurable- no
lo pueden trasladar a ningún paraíso fiscal, por lo que hay que restablecer el
Impuesto de Patrimonio -en su justa medida- y otro gallo les cantará.
Cómo es insufrible que haya gente sin poder llevarse
nada a la boca, y si lo hacen es gracias a la beneficencia de Cáritas (después
de este párrafo hago un inciso y digo algo del informe de Cáritas) y de los
Comedores Sociales, mientras algunos futbolistas tienen más de veinte coches de
alta gama (alguno de ¡2,5 millones de euros!) disfrutando de nuestras autovías
y circuitos y no paguen ni un chavo por ello. O que haya un montón de
empresarios y élites de todo tipo que tienen deudas con el Erario (está publicada
por Hacienda la lista desde un millón de euros) por valor de 14.000 millones de
euros, si mal no recuerdo, y a base de prescripciones se vayan de rositas. Si,
Sra. ministra: No es lo mismo no pagar una pequeña deuda proveniente, por
ejemplo, de una multa, porque no se tiene el dinero para hacerlo, que evadir
millones intencionadamente y sin que haya quien o quienes se lo impida. Para
las prescripciones de ciertas cantidades adeudadas a cualquier Ente Público -si
no la hay, que no creo- hay que establecer una legislación que sea como “una
cadena perpetua”, y si eso les parece muy comunista a algunos, pues a llorar un
poquito, que eso relaja mucho; aunque llorar, en ocasiones, sea una muestra de
debilidad y cobardía, decía un sargento que tuvo un servidor en la “mili”.
Según el informe de Cáritas: La inestabilidad laboral
mantiene al borde de la pobreza a 7,8 millones de trabajadores españoles. El
48,1% tiene jornada parcial indeseada, y el 13,5% tiene jornada laboral a
tiempo parcial. El 37,8% de los contratos firmados en el mes de agosto tuvieron
una duración inferior a ¡7 días! El 7,8 de millones de españoles que viven en
hogares afecta al 16,4% de las familias. Tenemos ya 2,5 millones de
trabajadores pobres (13% de los trabajadores). Sólo uno de cada cuatro hogares
(el 24,8%) sustentados por una persona en situación de inestabilidad laboral
grave recibe algún tipo de prestación por desempleo o renta mínima de
reinserción. Y un dato para el mundo (incluida España, claro): Según el Banco
Mundial, 150 millones de personas pasarán a vivir en la pobreza extrema. Oxfam
Intermón advierte que la pobreza puede aumentar en 1,1 millones de españoles a
causa de la pandemia. Pronto en este país no comen nada más que los políticos
y…, ya saben.
¿Y de la Banca? ¿Qué me dice Vd. de la Banca más
usurera del mundo? ¿Le ponemos un impuesto para que nos devuelvan los más de
¡100.000 millones de euros! que nos han escamoteado? No nos conformamos con la
tasa Tobin, queremos nuestro dinero, el que nos han sableado. Hay que reformar
esos “negocios putrefactos” para que no estafen a la gente con comisiones y
mantenimientos de cuentas (algunos Bancos cobran más de 200 € anuales) y, sobre
todo, para que paguen sus impuestos, pues no es de recibo que ganando “limpios”
más de ¡80.000 millones de euros! no hayan pagado al Estado ni un solo euro.
Eso, Sra. ministra, no es otra cosa que una estafa encubierta por quienes
dependen de sus “perdones”, mejor llamados, condonaciones. Como no es de recibo
que cada año -todos los años, que se dice pronto- estas entidades defrauden la
escandalosa cantidad de más de ¡70.000 millones de euros! de los ¡90.000! que
se calcula que es el fraude fiscal. Sin olvidar que éstas entidades son las más
“pringadas” en el lavado de capitales a través de los paraísos fiscales, y eso
lo sabemos todos, pero, nadie le pone coto. ¡Y Hacienda sin inspectores, y los
pocos que hay dedicados al control exclusivo de los Autónomos, toma ya! Sí,
Sra. ministra, España es el país que tiene más impuestos (incluidas los miles
de tasas) de la UE y el que menos recauda, y eso no se puede seguir
consintiendo. Aquí falla algo gordo…
¿Hablamos del IRPF, Sra. ministra? ¿Un IRPF progresivo
realmente? Ahora no lo es en absoluto. Para no alargarme, es cosa de expertos
tributarios, sólo les pediría a Vd. y a sus colegas del Gobierno que supriman
las deducciones y las desgravaciones, y que no sea obligado declarar -aunque se
tenga más de un pagador- a los ciudadanos que no sobrepasen los 22.000 €/año.
No es justo -somos de los pocos países en que sucede- que las rentas del
trabajo sean casi el doble que las rentas del capital. Alguien nos está haciendo
la mamola, sino como se explica que en sólo algo menos de una década haya
aumentado el número de millonarios de unos 190.000 a casi un millón (¡vivan las
crisis!).
Podríamos hablar, Sra. ministra, de la Banca Pública y
la Banca Privada (Bankia, Caixabank, Popular, Santander…), y del IVA, y de la
Deuda Pública que heredarán nuestros hijos, pero ya me he extendido demasiado,
será en otra ocasión. Ahora le diré, únicamente, que demuestre que es de verdad
tan comunista como dicen con la derogación de la reforma laboral o cuando menos
de sus aspectos más lesivos, que, por cierto, son casi todos. Tiene la ocasión,
y, además, Vd., ¡comunista!, puede y sabe cómo hacerlo.
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