Cuando -es un decir- aún era Alfonso Guerra de izquierda (ahora, que pena, es un destacado monárquico neoliberal), en uno de sus baños de multitudes como eran por aquel entonces los mítines del PSOE, para criticar a la derecha, soltó una de sus celebres frases y dijo: “Fraga ha dado un martillazo al reloj y luego ha asegurado, sin pudor, que tenía arreglo”.
Sigo, a través de algunos periódicos independientes
(los otros lo manipulan todo y son poco de fiar, al igual que las televisiones -incluidas
las públicas- y muchas emisoras de radio), lo que acontece a diario en Ucrania
y esa, como todas, maldita guerra provocada por unos individuos despreciables
que han sacado de quicio a una potencia armamentística y ahora estamos todos
pagando las consecuencias excepto esos gringos que lo arreglan todo pero
siempre a distancia de sus territorios. Ni que decir tiene que con las
inexcusables excepciones que la historia les ha obligado, caso de la II Guerra
Mundial (de la que se fueron con 300.000 muertos mientras los rusos perdían a
seis millones); la promovida invasión de Irak con cerca de un millón de
muertos, ¿genocidio?, la mayoría iraquís claro; Corea (dividida en dos) y
Vietnam, con otros muchos cientos de miles de muertos; y sin olvidar Afganistán,
de donde ha tenido que salir con las orejas gachas (después de involucrar a un
montón de países entre ellos al nuestro), las “promovidas” Primaveras Árabes
con Libia aún dando coletazos y utilizando el Mediterráneo como “fosa común”, y las más de 18 guerras que “andan sueltas”
por ahí, preferentemente, en África; y con, parece ser, el claro genocidio de
Yemen por cuenta de Arabia Saudí con las armas que le proporcionamos, entre
otros, los españoles. Habría que saber con total certeza si, ciertamente, en
esa zona pro-rusa, el Dombás (Donbás o Donbáss), donde hay una guerra desde el
6 de abril de 2014 entre el gobierno nacional ucraniano y las fuerzas
separatistas rusas, se han producido “matanzas” (se habla de 8.000 y 14.000
asesinatos) por parte de las milicias pro-nazis del famoso batallón Azov, con
sede en la ya famosa ciudad de Mariúpol. Ese batallón Azov, paramilitar
supremacista blanco que fue integrado en la Guardia Nacional, de ideología
neonazismo-ultranacionalismo formado por voluntarios de Ucrania y de varios
países entre los que destacan los de nacionalidad croata acusados por algunos
medios de crímenes de guerra contra ciudadanos ucranianos, que para su
antisemitismo, rusofobia y anticomunismo utilizan símbolos como “Wolfsangel” de
las SS hitlerianas.
Lo cierto es que Ucrania está siendo devastada en su
mayor parte -muy especialmente en el Sur- y cuando termine esta guerra que,
como todas las guerras, incluso la de los 100 años, acabará algún día y habrá
que llevar a cabo la reconstrucción, pertenezca a quien pertenezca (para mí que
será a Rusia, pero…), tendremos que poner los dineros necesarios para su vuelta
a la normalidad -directa o indirectamente-, como por ejemplo se hizo con la
ciudad alemana de Dresde destruida por los aliados cuando ya había terminado la
guerra. Lo cual, dicho en claro, correrá en su mayor parte a los que ahora no
paran de enviar armas a los ucranianos para que se maten sin contemplaciones en
una lucha desigual contra una de las mayores potencias armamentísticas mundiales
como es Rusia. Es decir, para entendernos, “estamos dándole martillazos al
reloj” para tener que reconocer luego que tiene arreglo o que hay que
sustituirlo por otro nuevo; sólo que el arreglo o la compra del nuevo la
tendremos que llevar a cabo los mismos de siempre, mientras unos cuantos (entre
tráfico de armas y unas cuantas miserias más) se “pondrán las botas” una vez
más y como ha ocurrido siempre que la economía se inventa una guerra. Fácil
reiterar el dicho del Roto en una de sus viñetas: “armas para las guerras,
guerras para las armas. El negocio perfecto”. Y para el resto del mundo, para
los de a pie, que sufrirán las consecuencias del desbarajuste, un aumento
asegurado de eso que señala así mismo El Roto en otra de sus viñetas: “Después
del Paleolítico y del Neolítico llegó el Ansiolítico, o edad moderna”. Sí, con
toda seguridad, cuando termine esta desigual guerra (que un presidente, rozando
la gilipollez -propia de sus actuaciones en las tablas-, aún piensa que puede
ganar, y que tiene gente de Cargos muy Altos que lo secundan porque son más
“eso” que él mismo), habrá muchos
millones de personas más que tendrán que recurrir a los ansiolíticos para
sobrellevar la maldita carga que se les vendrá encima.
En una carta abierta dirigida al Presidente el
Gobierno por un humilde concejal de un pequeño pueblo de Ávila, llamado
Francisco J. Gordo, éste le dice al Sr. Pedro Sánchez, entre otras muchas
cosas, lo siguiente: “a la luz de los últimos acontecimientos acaecidos en
Ucrania con respecto a la guerra en el Este con Rusia, España ha tomado una
serie de decisiones que a sus representados les deja mucho que desear.
Decisiones que repercuten en nuestro país tomadas sin haber sido autorizadas
por las Cámaras de representación correspondiente. La arbitrariedad de sus
decisiones en función del sol que más calienta nos repercute y condiciona en
nuestro día a día metiéndonos en una guerra que nadie ha pedido. La guerra de
Ucrania es un tema complejo y desde arriba se ha decidido a razón de lo que diga la OTAN, que al fin de
cuentas es lo que diga EEUU. Esto significa que la dejadez de este Gobierno de
la Nación está permitiendo que EEUU en primera instancia y la OTAN como guinda
del pastel, nos reste soberanía propia. Es por ello que, si desde arriba nadie
le está parando los pies en esta debacle, sino que le está alentando a
continuar hacia una presumible Tercera Guerra Mundial en la que nos va a
involucrar a todos, pues de alguna forma habrá que parar esto. Así que si no es
desde arriba, tendrá que ser desde abajo. Como Concejal le desautorizo en las
siguientes decisiones que está tomando en nombre de todos pese a no tenernos en
cuenta, obviando, una vez más, eso que dijo William E. Borah: “Lo más
maravilloso de la historia es la paciencia con que hombres y mujeres se someten
a las cargas innecesarias con que sus gobiernos les abruman”:
Desautorizo el envío de armamento por parte de
España a la zona de combate. Ya que esto tan sólo lleva a persistir en el
conflicto y por consiguiente en el número de muertes. Más aún cuando las armas
son repartidas a la población, que es obligada a combatir. Y también, acaba
este armamento (pagado por nuestro erario público) en manos de grupos neonazis
que hacen un mal uso de estas armas (como si se pudiera hacer un buen uso).
Puesto que suponen una grave amenaza para la población civil de la zona. Es
decir, los propios ucranianos, asesinan civiles desarmados (también ucranianos)
con armas españolas, pagadas por todos nosotros.
Por medios alternativos podemos llegar a ver las
atrocidades que están haciendo los soldados ucranianos a su propio pueblo. Como
atarles a los postes o a los árboles, desnudarles y azotarles públicamente para
mayor escarnio. Dejándoles a su suerte atados y envueltos en posición vertical
para que se les coagule la sangre y sufran hasta el límite. Pero también,
cualquier vecino puede encontrar en redes (lo publican los propios ucranianos
que lo perpetran) cómo vejan, rapan o queman el pelo, patean y asesinan ante
las cámaras, no sin antes haciendo lo indecible gracias a las armas españolas.
Llevan casi una década haciendo lo mismo bajo su
silencio, al menos ahora que no se haga en nuestro nombre.
Desautorizo la censura que se está cebando desde
Europa hacia los medios rusos, ya que se está creando un pensamiento único a
través de los medios de propaganda bélica. Creando un caldo de cultivo que sólo
nos lleva a la aceptación de una masacre a nivel europeo y sin precedentes. Nos
toman como si fuéramos un rebaño sin capacidad crítica para poder ver ambas
versiones del conflicto y tomar una visión propia al respecto. Es tan sólo una
falta de respeto a nuestra población.
EEUU se está aprovechando de nuestra posición para
utilizarnos de parapeto. Ya lo dijo ante la Presidenta de la UE: “Cortar el gas
ruso dañará a Europa, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar” expuso el
Presidente de EEUU Joe Biden. Sobreentendiéndose que efectivamente somos una
mera colonia más del imperialismo estadounidense. La guerra fría tan sólo se ha
sofisticado mientras seguíamos con
nuestras alienadas vidas pensando que estábamos en paz. La paz tan sólo es el
desconocimiento del pueblo ante los designios de los gobiernos.
No sólo está poniendo a España en el punto de mira
ruso cada vez que la OTAN utiliza los puestos de inteligencia ubicados en
nuestro territorio para servir a Ucrania, sino que nos ha metido en el ojo del
huracán de una guerra de intereses puramente económicos. Una guerra económica
cuyas bajas están entre nuestros vecinos, nuestros allegados y nosotros mismos.
La clase trabajadora siempre paga con su sudor o con su sangre.
Cualquier movimiento que hagan en nuestro nombre,
nos resta soberanía como nación. Ahora sólo somos un peón más en este tablero
al que nunca debimos pertenecer.
Y termina el humilde, pero más que claro, Concejal:
De la misma forma que como cargo público me debo a mis representados, Vd. Como
Presidente de la Nación, se debe a todos los habitantes de la misma. Por lo que
si desde arriba le ordenan seguir adelante con esta guerra, cuya integridad de
nuestros habitantes ponen en riesgo bajo su constante sumisión; al menos,
contará y quedará patente con mi humilde desautorización en nombre de mis
respetables representados. Dicho lo dicho: “Si la intromisión de España en esta
guerra no se frena desde arriba, debe frenarse desde abajo”.
Lástima que como este humilde Concejal haya muy
poquitos en este país… los justitos, el resto vive para el clientelismo, la
sumisión y el adoctrinamiento. ¡Gracias Concejal!
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