En esta ocasión, no voy a recoger -como casi siempre hago, por el interés que trasmiten ciertos articulistas de cualquier tema de actualidad- distintas opiniones de la prensa independiente; de la de desinformación, El Mundo, ABC, La Razón, El Español, Okdiario, Etc., Etc., mejor olvidarse dada la tan fragante “jeta” que desarrollan en favor de los poderes fácticos que les pagan para que expresen con toda la intensidad posible el para ellos desbarajuste de los políticos de “izquierda” (lo de izquierda entre comillas se debe a que pienso que poca -por no decir casi ninguna- izquierda hay en este maltrecho país desde que eso de “la izquierda” se inventó). Y si digo maltrecho, es porque como cantan los del grupo “Los Tigres del Norte” cuando se refieren a México señalando que llevan más de trescientos años expoliándolo y no han podido acabar con él, igual nos pasa a los españoles: siglos y siglos de expolio (incluido el XX y en el que estamos) sacándonos hasta las “ñañaras” -por supuesto- siempre a los mismos y no han podido acabar con nosotros. México y España son dos grandes países, no hay la menor duda. Y la pena es que lo podrían ser más, mucho más, unos grandísimos países, dos grandes potencias mundiales, pero...
No obstante, si quiero, antes de nada, referirles
una frase (soy un entusiasta de las frases de los “sabios” y cada día leo
alguna) de un tal Michael Hopf, militar y escritor estadounidense autor
de más de 40 novelas, especialista en el género apocalíptico, que dice así: “Los tiempos
difíciles forjan hombres fuertes. Los hombres fuertes traen buenos tiempos. Los
buenos tiempos crean hombres débiles. Los hombres débiles traen tiempos
difíciles”.
Ni que decir tiene que actualmente vivimos tiempos
difíciles. Mas, ¿cuándo no los hemos vivido? Servidor tiene ya una edad -como
antiguamente se decía, respetable- y no ha conocido tiempos fáciles, si
exceptuamos su juventud -como la de tantos otros- en la que nada le importaba
que no fuera el futbol y las chicas con minifalda, claro está. Pero, nací en un
año en el que, aunque ya había pasado la hambruna posterior a la guerra incivil
española, las cosas no eran nada fáciles para nadie que no fuera terrateniente
o militar, o descendiente de una familia acomodada con la que Franco hizo
connivencia, porque, ya se sabe, que el dinero es muy peligroso para tenerlo
“enfrente”. Y conocí cómo en la escuela -ahora siento horror cuando veo a esos
niños de Gaza- casi la mitad de los niños, de mis compañeros, asistían
¡des-cal-zoos! a clase. Recuerdo como compartíamos un café “achicoria”, sin
leche por supuesto, mi amigo Luis Domínguez (q.e.p.d) y yo en la casa de su
abuela a la que llamaban “la canaria”. Sí, conocí muchas miserias y recuerdo
como mis padres (habían montado una pequeña tienda de todo con la ayuda de un
primo para poder vivir) daban fiado a la mayoría de sus clientes hasta que se
cogía el trigo o se mataba el “cebón” (gente había que cambiaba jamones por
morcilla de patatas porque les daba más desí para las meriendas) para poder
cobrar: todo el mundo tenía una libreta en la que se anotaban los alimentos que
se llevaban y que luego hacían coincidir con los apuntes de mis padres. Mi
pueblo es grande (en honor quiero decir) y jamás hubo el mayor problema con
nadie, hasta el punto que cuando se inició la inmigración y las cosas se
pusieron un poquitín mejor hubo mucha gente que mandó el dinero que no habían
podido pagar cuando tuvieron que salir del pueblo como se suele decir “con una
mano atrás y otra adelante” sin haber podido pagar sus débitos.
Alguien escribió que “las letras llevaron a los
libros lo que realmente había en la calle: el estudiante pícaro, el hidalgo
pobre, el cura, el mendigo, la mujer audaz, la beata, los criados desleales, el
ladrón sin escrúpulos, el soldado fanfarrón o el espadachín a sueldo.
Volviendo a la frase de Michael Hopf, (“Los tiempos
difíciles forjan hombres fuertes. Los hombres fuertes traen buenos tiempos. Los
buenos tiempos crean hombres débiles. Los hombres débiles traen tiempos
difíciles”) hoy día podemos contemplar que hay una serie de personas (líderes,
que no voy a nombrar por ser de todos conocidos) que en tiempos difíciles
forjaron hombres fuertes (aunque con el tiempo hemos podido contemplar que lo
hicieron por puro egoísmo personal, lástima) que trajeron “buenos tiempos” (lo
digo entre comillas porque sobre todo lo fueron para algunos más que para la
mayoría), pero esos “buenos tiempos” crearon hombres débiles (una clase
política corrupta llena de ineptos y de filibusteros y un mundo empresarial
-banca sobre todo-) que nos han traído tiempos difíciles, muy difíciles,
acuciado por sus miedos a perder sus privilegios conseguidos a base de
arrastrarse ante los poderosos de antes, ahora y en el futuro, que como dijo El
Roto es el futuro del futuro. Esos hombres débiles, temerosos de un capitalismo
opresor y desvergonzado que se conoce como neoliberalismo, tienen miedo de
perder sus “poderes” y están sometidos incondicionalmente al mundo del dinero
fiduciario que traduce la nada en patrimonio desmedido y en riqueza como nunca
había existido en manos de tan pocos y en perjuicios del resto del mundo. Por
eso, cuando nos hablan de horizonte, alguien que no recuerdo si fue en una de
esas irónicas viñetas, dijo que tuviéramos cuidado con el horizonte, porque
cuando llegas a él ya no está ahí. Y sí, eso demuestra lo difíciles que son los
tiempos actuales para la mayoría de las personas, mientras la situación -que no
lleva trazas de hacerlo- no cambie radicalmente… o la hagan cambiar algunos al
estilo de cualquiera de esas revoluciones de otros tiempos, por cierto,
lógicamente, tiempos muy difíciles.
Dije al principio de este escrito que no iba a
recoger nada de ningún articulista, pero leyendo cada día, no me ha quedado más
remedio que extraer algo de los dos artículos que les recomiendo que lean
detenidamente: uno de Jesús Ausin del 06/02/2024 titulado “La sociedad de la
peste”, y otro de J.A. Gómez -director de Diario 16- titulado “Huelga general,
sobran las razones” del 12/02/2024. Y no puedo, ya que estamos hablando de
tiempos difíciles, no hacerles llegar una “foto” del Facebook sobre capitalismo
desmedido ocurrido, al parecer, en nuestro país. Dice así:
122.000.000.000 € en corrupción del PP;
64.000.000.000 € de la hucha de las pensiones; 2.800.000.000 € amnistía fiscal
a ricos; 65.725.000.000 € rescate a cajas; 6.350.000.000/año por evasión
fiscal. ¿Qué no se podría haber hecho en España con todo este monto de dinero
desfalcado? Seguramente, que estos tiempos en los que vivimos no fueran tan
difíciles para la mayoría y tan fáciles para una minoría putrefacta, radical y
explotadora de todos los bienes que deberían ser de todos y no suyos sólo.
Jesús Ausin, sobre esas tractoradas que nos están
dando la “cantilena” desde hace unos días, dice, entre otras muchas cosas, que,
reitero, pueden comprobar leyendo totalmente su escrito referido más arriba: Ni
sabe, ni quiere saber, que los fondos de la PAC, al menos en lo que yo conozco
de España (y conozco bastante) jamás se han utilizado para la mejora de las
explotaciones sino para aumentar patrimonios y comprar maquinaria cada vez más
grande que necesita más petróleo para su fabricación y más gasto energético
para moverla. La PAC ha servido como arma mafiosa para el aumento exponencial
de la venta de pesticidas, abonos y semillas. Todo en las mismas manos.
Semillas tratadas que son de obligado uso (no pueden usar semillas no
certificadas), cada vez más caras, que, a su vez, necesitan de más productos
químicos para su crecimiento y más pesticidas para evitar hongos y plagas. Los
liberlerdos siempre hablan de comunismo como el peligroso sistema que
interviene todo. Y, sin embargo, en esta UE capitalista, cada vez más fascista
y cuento chino durante años de libertad, toda la agricultura y la ganadería
están intervenidas. En fin.
En el análisis de J.A. Gómez pueden ver de pasada
como está España en SALARIOS (empresas que incrementaron sus beneficios
en un 91,3% y el volumen de negocio en un 41,3%, mientras los salarios de
convenio se revalorizaron en un mísero 3,46% según el Banco de España); en MERCADO
LABORAL (los nuevos trabajos son igual o más precarios que los anteriores a
la reforma laboral, y fraude continuado de los empresarios en la contratación y
los salarios); en SANIDAD Y EDUCACIÓN (es crítica, en su mayoría
gobernadas por el PP, las inversiones que las CCAA ejecutan en Sanidad es
pírrica. Lo mismo sucede con la Educación, que no es de recibo las cifras de
abandono escolar, las condiciones laborales de los profesores, las condiciones
de las instalaciones, la falta de futuro para que los universitarios puedan
desarrollar su ciclo laboral en base a su formación; en POBREZA CRÓNICA
(aumentan las familias con todos sus miembros en paro, desde la posguerra de
España, no se había visto que decenas de miles de personas se vieran obligadas
a acudir a la beneficencia, comedores sociales o bancos de alimentos); SECTOR
PRIMARIO (merece un análisis más expansivo); JUSTICIA INJUSTA
(Jueces y Fiscales aplican un Lawfare sistemático contra los ciudadanos
(súbditos, porque España es una Monarquía) y en favor de las clases dominantes.
El clima de sospecha constante sobre la imparcialidad de los Jueces cuando instruyen
y juzgan causas contra los grandes intereses económicos, empresariales y
financieros exige que los patrimonios de los Jueces sean inspeccionados y
auditados a través de investigaciones independientes, patrimonio que esté
ubicado tanto dentro como fuera de España. La corrupción judicial existe, pero
se desconoce en qué magnitud porque no se ha investigado a fondo. ¿Todos los
Jueces y Fiscales son corruptos? No, evidentemente, no, pero el contenido de
miles de sentencias hace muy difícil pensar en lo contrario).
Para terminar este escrito, los “tiempos difíciles”
no sólo afectan a los españoles: conozco de primera mano, como en otros países
de esa UE tan democrática según algunos, también son tiempos muy difíciles para
trabajadores que han tenido que emigrar y vivir lejos de sus padres y demás
familiares y amigos para poder subsistir. Países donde las normas de convivencia
y las normas legales del trabajo no son lo que la gente se cree, países donde
se trata de explotar y arrollar a los trabajadores igual o más que aquí. Lo que
demuestra que el capitalismo desmedido (el neoliberalismo político dominante) es
igual de opresor y esclavista en cualquier parte del mundo hoy día. Y, la
verdad, creo que lo que está pasando tiene pocas bizas de cambiar, cuando menos,
a corto plazo… estamos en el horizonte ya.
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