Wikipedia

Resultados de la búsqueda

sábado, 25 de noviembre de 2017

23/11/17 - ¿POLÍTICOS O FARAONES?


¿POLÍTICOS O FARAONES?

 He ahí la gran duda. Pues, con las innumerables obras faraónicas que, innecesariamente, han llevado a cabo nuestros políticos para fomentar la corrupción y beneficiarse  de ellas, uno ya no sabe a qué carta quedarse al calificarlos. Con la llegada de la Democracia, han surgido en España más “faraones”, y alguna que otra “Cleopatra”, que pudo haber en Egipto en miles de años hasta la conquista del país por los persas. No hay, supuestamente, ni un solo Alto Cargo -y menos Alto- que no haya ordenado alguna obra faraónica -imagínense para qué- sin que fuera necesaria en absoluto: Autovías  por donde apenas circulan coches, aeropuertos sin aviones, trenes de lujo que van a gran velocidad en los que no viaja casi nadie (con la excepción de Extremadura, en la que no es que no haya de éstos, sino que los que hay son los que cuando servidor era joven se llamaban “mata gallina” y sus sillones eran de madera como los bancos de cualquier parque, y que siguen circulando por las vías que mandó construir el General Luxán hace más de 200 años… a cuarenta por hora, obviamente), un sinfín de palacios de congresos con costos de cientos de miles de euros sólo en sus mantenimientos, escuelas para cientos de alumnos en Aldeas donde sólo hay ocho o diez niños, universidades con más profesores que alumnos en algunas carreras (ninguna entre las 200 mejores del mundo), puentes, presas, las mil y una “casas de la incultura” (sobre todo en Extremadura y Andalucía para el fomento del clientelismo) y cientos y cientos de obras, reitero, faraónicas que enumerarlas llenarían no sólo un periódico sino todos los que se editan cada día. Sólo un dato: Alemania tiene menos kilómetros para trenes de alta velocidad que España (Extremadura no cuenta, aquí es como si viajarán todavía Pizarro y Hernán Cortés).

Mas, no conforme con lo dicho, en esta nuestra amada patria había que dar chance, para su previsible enriquecimiento, que también tienen su derecho, a los políticos de las poblaciones con menos de diez mil habitantes; y, para ello, no se han dejado de construir otra serie de obras menos “faraónicas” que, sin necesidad de aprobación por un simple Pleno del Ayuntamiento, han llenado sus bolsillos de presuntas “mordidas” con las que éstos han pasado, en un plis plas, de ser parásitos a ser señores de sus pequeños feudos con las mil y una martingala adherida y sueldos escandalosos.

Todos estos gastos superfluos, añadidos los de los defraudadores de los grandes lobbies de presión (inmobiliarias, bancos, eléctricas…), han dado lugar a que nuestro “contrato Social” con el Estado no sea el que corresponde a la ciudadanía de una nación progresista; con el “valor añadido”,  mediante un vil engaño, de una crisis que sólo ha sido del sector financiero y debida a los muchos abusos de sus ejecutivos, mandamases y, en parte, grandes accionistas. Lograr un gran retroceso, una escapatoria, era el objetivo (no conviene que la gente tenga demasiado). Y lo han conseguido… ¡Vaya si lo han alcanzado! Echen un vistazo a la situación jurídica en que se encuentran los grandes partidos y la mayor parte de sus dirigentes, aun a pesar de los pesares, y luego hablamos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario