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jueves, 22 de febrero de 2018

22/02/18 - EXTERNALIZANDO, QUE ES GERUNDIO


EXTERNALIZANDO, QUE ES GERUNDIO

 Externalizar, según la RAE, es encomendar la realización de tareas o servicios propios a otra empresa. Algo muy propio, según parece, de nuestro país. Aquí llueven las subcontratas, pero, aunque sea muy parecido, vamos a tratar lo de externalizar. Externalizando, que es gerundio.

Lo dijo un tal Eugéne Lonesco: “Describe un círculo, después acarícialo, y se convertirá en un círculo vicioso”. Y lo pronosticó Maximilien de Robespierre: “Nunca se va tan lejos como cuando no se sabe a dónde se camina”. Es lo que está pasando desde hace ya bastante tiempo con la sanidad pública en España: Externalizar para camuflar la gravedad de promocionar la sanidad privada en detrimento de la pública se ha convertido en un círculo vicioso y, por lo que se está viendo últimamente, no se sabe hacia dónde se camina. Los dos partidos mayoritarios -hasta ahora- está claro que lo que pretenden es que la sanidad pública se quede exclusivamente para los más desfavorecidos, emigrados pobres y pensionistas con remuneraciones que no lleguen a los 800 € mensuales. En una palabra, gente humilde, que o bien no puede protestar por nada o bien no tiene fuerza ya para echarle el coraje que la situación incierta recomienda. Una desvergüenza más de las muchas que nos ha traído esta que, por la geta, ambas formaciones políticas, llaman Democracia. Por cierto, de la precariedad de los jóvenes no hace falta mucha preocupación: aparte de que, obviamente, tienen menos posibilidades de enfermar y, por tanto, menos necesidades hospitalarias, pueden hacer lo que les recomienda esa buena Sra. malagueña (no la de los ojos de la canción) y ahorrar todos los meses dos euros para una idílica jubilación en Bali o algún sitio como esa famosa isla de Venezuela, que ahora no recuerdo el nombre, donde tienen casa las familias reales y los famosos del cine y la música entre otros. ¡No deberían votar ninguno! Y menos con esta Ley Electoral patatera que nos tienen impuesta y que no piensan cambiar para seguir mandando y “desplumándonos”.

En nuestra querida Extremadura, según el Sr. Vergeles (Consejero de Sanidad y presunto expedidor -servidor lo sabe bien, al menos en un caso- de licencias a clínicas privadas sin la documentación necesaria, un delito), hay nada menos que ¡130.412 enfermos! en la lista de espera para una intervención quirúrgica (mi esposa tuvo que esperar ¡tres años!). ¿Cuánta gente hay en lista de espera en España para entrar en quirófano? Difícil saberlo. Pero, lo que sí está claro es que hay que hablar de millones, y no digamos ya para una simple consulta de especialista, pues quien suscribe lleva ya dos años de retraso para la consulta de cardiología, que le tocará previsiblemente en el 2020.

¿Cuánto cuesta a la sanidad la derivación –externalizando sino se quiere engañar- de cada uno de esos millones de pacientes? ¿Alguien tiene duda de que con ese dinero se podrían contratar muchos médicos y hacer algún que otro hospital, especialmente en Extremadura donde pronto habrá más Palacios de Congresos que centros sanitarios? ¿Para cuándo van a utilizar el dinero de los impuestos para beneficiar a quienes los pagan -contrato social- y no para enriquecer a cuatro particulares y para malversar tomándonos, como dijo alguien, por “los tontos del ciruelo”?        

sábado, 17 de febrero de 2018

15/02/18 - FUTBOL VERGONZANTE


FUTBOL VERGONZANTE

 El futbol fue mi mayor pasión durante mi juventud. Como tantos jóvenes soñé que sería jugador profesional; y, créanme, estuve a punto de serlo, pero me faltó decisión. El caso es que por culpa del bendito futbol fui un pésimo estudiante. No puedo decir que por culpa del Régimen no estudié, fue porque no quise.

Fui simpatizante del Madrid, pero, mi rebeldía por “vivencias” que no entendí, me hizo cambiar al Atlético, que, dicho sea de paso, como señala su himno de Sabina, representaba para mi otra manera de vivir. Aunque jamás olvidaré a Diestefano (como lo llamábamos entonces y con el que cada partido había que quitarse el gorro), Puskas, Gento, Rial, Copa, Didí y otros con los que tuve la suerte de la época y disfruté in situ lo indecible.

Ya apenas veo algunos partidos por la tele. Solo alguno del Atlético y que sea importante, y alguno que otro que me pille aburrido. Pero, por lo poco que últimamente ha pasado por mi vista, hay un equipo, el Barcelona C.F., que, a mi corto entender futbolístico, muestra una superioridad manifiesta sobre todos los demás. Y un jugador que, aunque F. Pérez se empeñe en “comprarle” titulaciones a Ronaldo, destaca a más no poder sobre todos y que se llama Messi.

Y digo vergonzante en el titulo de este escrito, porque a raíz del famoso “procés” se ha creado una animadversión futbolística en media España contra el Barcelona y especialmente contra Messi y sus compañeros -aparte de contra las superfluas manifestaciones de Piqué- considerándolos automáticamente entre los “culpables” de lo que pasa en Cataluña. Es, como señala J. Marías, “la mayor perversión de la justicia, la que llevaron a cabo la inquisición y los totalitarismos, el franquismo y el nazismo y el stalinismo y el maoísmo y tantos otros. En lugar de ser el denunciante quien debía probar la culpa del denunciado, era éste quien debía probar su inocencia, lo cual es imposible”. “El veredicto de las manipuladas redes sociales erigidas en jurados populares como la misma chusma que exigió la ejecución de Jesús y la liberación de Barrabás en su día”, ha condenado a los jugadores del Barcelona que incluso la mayoría, para colmo, no son ni catalanes ni españoles y seguro que les importa un carajo (con perdón) lo que les pase a los políticos catalanes. ¡Muy vergonzante!

En los últimos partidos he podido comprobar por los reportajes de las televisiones como una serie de “tuercebotas” de los equipos de la primera división van, descaradamente, a la caza de las piernas de los jugadores del Barcelona sin que el árbitro se preocupe lo más mínimo. Algo, reitero, vergonzante, ¡muy vergonzante!, e impropio de quienes se consideran deportistas y además cobran un suculento salario. ¡Un aborrecible comportamiento caciquil!  

La política y el futbol están muy relacionados (que se lo pregunten sino a F. Pérez, Villar y el Sr. Rajoy), pero, como con el machismo, con el futbol hay que irse con cuidado de no caer en la trampa de las acusaciones sin que se puedan demostrar y sólo se hagan por pura insidia para obtener algún beneficio. Qué está ocurriendo, claro que está ocurriendo.

viernes, 9 de febrero de 2018

08/02/18 - REVOLUTION..., O SHAKE-UP


REVOLUTION…, O SHAKE-UP

 Para que no se molesten en la Junta de Extremadura ni en la Junta de Andalucía he titulado este escrito en inglés. Que, dicho sea de paso, es el idioma que mejor dominan nuestros representantes autonómicos, mejor que el español; en el que, por cierto, muchos de ellos rozan el analfabetismo funcional. Paradojas de la vida…, Dominan mejor el inglés que el mismísimo William Shakespeare.

Antes de seguir, quede patente que “La Gran Revolución” (1789-1799) la protagonizaron los franceses. En mi modesta opinión, con los defectos propios de cualquier revolución, fue la que definió en gran parte el hecho de que ahora en muchos lugares del mundo se goce de cierta democracia. Incluso, las mujeres no deben olvidar que durante esa revolución nació el feminismo, de la mano de una Sra. llamada Olympe de Gouges,  autora de la “Declaración de los  derechos de la mujer y de la ciudadana”, por lo cual, más tarde, murió en la guillotina. Desde entonces ha habido muchas revoluciones y reboluciones (sí con “b” le han llegado a llamar en México) que lo único que han conseguido es que los “asaltantes del palacio” se establecieran cómodamente en él para un largo periodo con las libertades bastante restringidas; caso, por ejemplo de ese tal Daniel Ortega de la Nicaragua sandinista ocurrida relativamente reciente. ¿Será quizás por aquello que dijo un hombre sabio de que no hay cosa peor que un pobre harto de pan? Bueno…

En este país nuestro, no obstante, se echa de menos algún tipo de revolución; o, si el término es demasiado fuerte, algo así como “un descontento”, una revolución un tanto “informal” (Shake-Up) pero zangarriana (que se deje ver con frecuencia) de las clases populares trabajadoras y pensionistas que haga recapacitar al Gobierno y a todos los estamentos políticos del quebrantamiento que resulta para la mayoría sus nefastas políticas económicas encaminadas a proteger siempre a los más favorecidos…, y de protegerse ellos mismos, obviamente. Incluyendo un toque de atención a la Monarquía, que para eso ostenta la Jefatura del Estado. Algo que nos aleje un poquito de la cola del mundo civilizado en la pérdida de derechos fundamentales de todos los trabajadores y nos aleje de la cabeza de las desigualdades sociales sólo por detrás de Rumanía y Bulgaria. Lo que sea que procure que no tengamos que sufrir algo así como “una gran desobediencia social” que nos enfrente de nuevo. Cataluña está ahí y puede servir como ejemplo de lo que supone el descontento de unos pocos aprovechado por cuatro listos. Y, desde luego, las revoluciones, o Shake-Up, tienen que protagonizarlas los jóvenes y menos jóvenes, sencillamente, porque los mayores, los pensionistas, ya no estamos en edad por mucha voluntad que nos anime; y, por supuesto, olvidándose del mundo sindical, ya que éste ha desaparecido rehusando el combate, puesto que sus generales lo han distribuido erróneamente y puede huir sin problemas. Los jóvenes y menos jóvenes no deben olvidar lo que dijo un tal Billy Crystal: “Cuando un hombre es suficientemente sabio para fijarse en dónde pisa, ya es demasiado viejo como para ir a ninguna parte”.  

 

jueves, 1 de febrero de 2018

01/02/18 - DOS IMPUESTOS DEL DESLUSTRE


DOS IMPUESTOS DEL DESLUSTRE.

 España es el país de la UE que más impuestos tiene y, en cambio, es el que menos recauda. Paradoja inconcebible. Pero, conociendo algunos pormenores de las Administraciones Públicas españolas, se entiende perfectamente la incongruencia…, aparte de la consabida defraudación de las empresas del Ibex y Cía. que suelo citar con frecuencia por lo ignominioso que resulta.

Por ejemplo, hay un pueblo -que se sepa, pues habrá muchos más seguramente- que en las dos últimas décadas ha dejado de percibir “deliberadamente” cerca de ¡nueve millones de euros! (BOP nº 223 de fecha 20/11/2015). Es, sencillamente, el precio del clientelismo sin la menor duda. La política es -ya lo dije hace unos días- por su propia naturaleza, corrupta; los políticos son, por ende, corruptos por naturaleza. Y aunque lo sabe todo el mundo, pocos lo denunciamos. Quizás, porque no estamos inmersos en el sistema clientelar y no nos mueve el egoísmo que a éstos; o, quién sabe, si por aquello que dijo Gandhi: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”.

No se explica cómo, con tantos “perdones” a tanta gente, la Junta de Extremadura mantiene a ¡45.000 trabajadores! en su nómina. Amén de que, si se consultan el organigrama de cualquier Consejería, entra colitis. Un ¡32%! de personal en las Administraciones es el triple que el del resto de CCAA, salvo quizás Andalucía y Castilla La Mancha. Y, curiosamente, siendo así de inconcebible una región, faltan médicos y personal sanitario en la mayoría de sus Hospitales.  Por citar un caso: a servidor hace ya dos años que no se le pasa la consulta obligatoria de cardiología que tiene marcada cada año. Un pequeño retraso. ¡Si uno está vivo es porque Dios quiere! Aunque eso a los políticos que “nos despojan” cada mes de más de 5.000 € de sueldo les trae sin el más mínimo cuidado: ellos, en caso de necesidad, se van a Madrid a una de esas maravillosas clínicas privadas que han subvencionado con nuestros impuestos (los que cobran sólo a algunos) y tanto les da.

Y ya que hablamos de impuestos, sin alargarme para que nadie eche pestes, alucina uno viendo un par de ellos de los que somos víctimas todos los españoles: Un impuesto al SOL (que en esta tierra, afortunadamente, disfrutamos muchos días del año) para que Endesa, Iberdrola, etc., no se molesten y nieguen luego la entrada en sus consejos de administración a quienes “corresponda”. Otro (y esta sí que es gorda) a la SUERTE. Sí, a la buena suerte, claro está. Algo insólito en cualquier parte del mundo mundial: Si Vd. o alguno de Vds. tiene esa buena suerte de acertar alguno de los innumerables juegos del Estado, debe saber que éste no se conformará con llevarse la mitad de lo que se ha jugado, sino que le afanará otro 20% añadido y, ¡ojo con lo que hace con el premio!, pues puede que Hacienda, aún así, no se quede conforme y le reclame otro tanto por ciento si ha cedido algo a algún hijo sin que él tuviera parte en el premio.      

Son dos impuestos muy justos que no conviene olvidar…, dos impuestos del deslustre, ¿no?