¡TÚ TRIBUTA,
TRIBUTA!… QUE ALGO QUEDA
El problema
viene cuando llega la hora de tributar por una casa de esas dimensiones, además
de lo que se tiene que ganar de sueldo para poderlo hacer y para “mantenerla”.
Salvo que, como el actual Alcalde de aquí, de Castuera, se escondan en un cajón
del Ayuntamiento las plusvalías y se permita a la dueña o dueño de la casa
donde vive, y ha vivido desde que llegó al pueblo, no abonar la Contribución
(IBI) durante bastantes años. De esa forma, por cierto, bastante usada en
los pueblos extremeños, andaluces y
castellano-manchegos para el fomento del clientelismo por la socialdemocracia
(la derecha incrustada en la izquierda), se puede disfrutar no sólo de una
mansión, sino de otros muchos bienes materiales al alcance de muy poca gente.
El caso es que,
al resto de los mortales que nunca nos “perdonan” nada, se nos obliga a
tributar y tributar por cualquier cosa. Y, precisamente, en Extremadura,
Andalucía y Castilla La Mancha (feudos socialistas por regla general) es donde
resultan más caros los tributos. Sin olvidar que España es uno de los países de
la UE donde más impuestos hay y, paradójicamente, uno de los que está entre los
que menos recauda (sólo pagamos, previsiblemente, cuatro sub…) No hace falta
explicar mucho el motivo, sin duda es consecuencia del repetido clientelismo
que este régimen (nada democrático) que tenemos explota al máximo para llenarse
las faltriqueras y poder además tener acceso al expolio filibustero que ya
nadie pone en duda. Los políticos van cayendo uno tras otro (Zaplana, Mato, Bárcena
y Sra.,…) y mañana o dentro de un mes, un año, o quien sabe cuándo, les irá
tocando a los demás. Dudo mucho que se salve alguno si la justicia se lo toma
un poco en serio y hace actuar a los cuerpos de Seguridad del Estado (léase
UCO, por ejemplo). Y, por supuesto, si se hace un poco de caso a las denuncias
de los ciudadanos que, desgraciadamente, son innumerables.
Así pues, esto
de la presión fiscal (¡tributar, tributar, tributar!) está a la orden del día:
Extremadura la lidera en impuestos cedidos por el Estado (IRPF, Patrimonio,
Sucesiones y Donaciones, TPO, Medios de transporte, Hidrocarburos…), y es
además una de las regiones con más tributos propios tras Cataluña y Andalucía (¡y
esa Andalucía, mi arma!). Todo se nos limita a ¡tributar, tributar y tributar!, para, entre otros
menesteres, poder mantener más de ¡45.000 trabajadores! (a tres votos por
barba) y para que el empleo público de la región alcance el ¡32 %! (record de
España, 13/ 14 de media) y de Europa (entre el 11 y el 13). Luego, qué duda
cabe, siempre queda algo. Todo no les da tiempo a llevárselo…, sino, seguro que
lo harían.
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