OTRA PENA MÁS:
LA DEPENDENCIA.
Los jóvenes,
cuando menos, los que ya han superado la barrera de los 40 años, deberían
hacerlo, pero lo cierto es que hasta que no se llega a algo después de la
jubilación no nos preocupamos por la Dependencia. Y es algo que, de una manera
u otra, nos atañe a todos. Si no es a uno mismo, seguro, lo será a algún
familiar, y entonces surgirán los llantos. Por eso quiero que se sepa, ahora
que hay Elecciones, cómo está el tema en nuestro país. Por cierto,
calamitosamente, en mi opinión.
Dijo Agatón que
ni siquiera Dios puede cambiar el pasado. Cierto. Pero la Justicia si puede
cambiar el presente de los que dieron lugar al pasado; aunque también es cierto
que “el aumento del nivel del mal no se mide”, no está en ninguna estadística. Así
pues, ya me contarán que hay que hacer con los que han dado lugar a los datos
que les voy a dar a continuación sobre la Dependencia, sobre la mal aplicada,
“Ley de la Dependencia”. Escalofriantes. Los peores de los 36 países de la OCDE
(los más desarrollados): “Más de 100 dependientes reconocidos mueren al día sin
llegar a recibir ninguna ayuda”; “fueron 38.000 durante el año 2017 y formaban
parte de las listas de espera en las que hay más de ¡310.120 personas! con el
derecho reconocido a la ayuda, según el XVIII dictamen del Observatorio Estatal
de la Dependencia, que también recoge que otras 120.000 están pendientes de
valoración, y todo ello con el despropósito de que el Gobierno deja de gastar
44 millones de euros en Dependencia a pesar de esas listas de espera”; “cada 15
minutos muere una persona de la que la Administración no se ha ocupado,
mientras los recortes en el sistema se acumulan y suponen ya un quebranto de
¡2.700 millones de euros! a las arcas de las CCAA, a los que hay que añadir
otros ¡1.895 millones de euros! que el Estado
se ha ahorrado al suprimir las cotizaciones a la seguridad social de las
cuidadoras familiares entre los ejercicios de 2013 y 2017”; “En el año 2017
había en España ¡1.264.951 personas! en situación de Dependencia, la mayoría
(65%) mujeres”; “la desidia y la impericia de los Gobiernos Autonómicos ha
empeorado en el último año, donde, como no podía ser de otra forma, Extremadura
está entre los primeros con el 27,2 % de personas con Dependencia reconocida
que no reciben atención, aunque la palma se la llevan los catalanes que tanto
presumen de derechos y servicios (37,1%), por delante de Andalucía (otro de los
campeones con el 31,8%)”.
En fin, del
gasto público directo en Dependencia en 2018, la Administración General del
Estado soportó el 20% y las CCAA el 80% restante, lejos de lo que marcó la Ley
de Dependencia que era del 50% cada Administración. Además el Gobierno sigue
incumpliendo la Disposición Final séptima de la Ley 36/2011, de 10 de octubre,
reguladora de la jurisdicción social, imposibilitando que los asuntos
judicializados en materia de Dependencia pasen al orden de lo Social. Las
personas dependientes y de sus familias se ven abocadas a reclamar sus derechos
en la jurisdicción Contencioso-Administrativa, lentos, costosos, farragosos y
nada garantistas.
Me pregunto si
alguno de los partidos que se presentan a las próximas Elecciones Generales ha
dicho hasta ahora algo relacionado con el tema, aún a pesar de que las personas
dependientes son en su mayoría mayores y, como es bien sabido, los mayores
votan todos. ¿Seguirán sin importarles la pena? Me da que…