¿LOS CULPABLES?:
LOS RECORTES
Con
tantos muertos en todas partes de la geografía española, la gente se pregunta
quién o quiénes son los culpables de que tal catástrofe ocurra y porqué España es
el país con más sanitarios contagiados, aun a pesar de que hay países que
tienen más muertos que nosotros (aunque, parece ser, que las cifras de
letalidad por cada 100.000 habitantes están cambiando y hay quien, por lo que
se ve, está esprintando -dicho en el argot ciclista- tanto en muertos como en
contagiados, sanitarios incluidos, obviamente). Cuando inicio este escrito
(10-05), Italia, Reino Unido y EEUU tienen entre un 3% y un 10% de sanitarios
contagiados, mientras que nosotros sobrepasamos el 20%. “Algo huele a podrido
en Dinamarca”, que dijo, no recuerdo ahora quien, para denunciar que las
“cosas” no funcionaban como debieran. No es normal que el Covid-19, que algún
día sabremos de donde ha salido, ataque de manera tan furibunda hasta el punto
de recordar pandemias más antiguas que, según algunos historiadores, hicieron
derrumbarse imperios como el Romano (“un estornudo colectivo derribó un
Imperio”), el Napoleónico o incluso el imperio Azteca y otros menos conocidos. Servidor
no se fía de nadie viendo cómo viven algunos y como lo hacen otros (manifiestas
desigualdades sociales, económicas y de todo tipo), y como los intereses
empresariales puede que hayan llegado ya al límite máximo de opresión y ahora “el
señorito y su avaricia” sufra también la pandemia; aunque, obviamente, no como
los demás, pues el virus embiste más fuerte a las clases menos favorecidas y,
lógicamente, más vulnerables. Incluso pudiera ser que haya quienes quieran
hundir el imperialismo norteamericano para implantar el suyo. Cosa, por otra
parte, más que difícil sino no es “eliminando” su personal mediante una “peste”
incontrolable en el tiempo. En fin…
No
cabe duda de que el gobierno, con el estado de Alarma, ha asumido toda la
responsabilidad, pero eso no significa que sea (con sus aciertos y con sus
muchos errores) el culpable de tantos muertos y tantos contagios. “Cuando la
situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones fuertes son lo
más seguro”, que dijo un tal Tito Livio ¿antes de ayer? Es la postura del
gobierno. Postura que, como era de esperar conociendo a tanto espantapájaros
incoherente, no satisface a las marionetas del liberalismo popular (mejor,
neoliberalismo) y de los partidos de ese signo catalanes y vascos. Los representantes
(reitero, marionetas) del capitalismo más opresor de la historia de la
humanidad, como señaló El Roto: “Parecía que se abrazaban, pero era para no
caerse”. Salvo que celebraran que estaban perpetrando una especie de “holocausto”
social y económico propio de su genética y de su conciencia errónea.
Con
mandato de la Unión Europea (UE) -súbditos del club Bilderberg- llegaron a
España los RECORTES, que nos dijeron que eran necesarios para preservar el
déficit (que tanto alemanes como franceses se han saltado a la torera cuando
les ha pasado por donde Vds. están pensando), pero que eran mucho más
necesarios para implantar sus políticas usureras y explotadoras de las clases
trabajadoras y populares para hacer que el Estado del Bienestar se fuera al
carajo; si es que existía, que lo dudo, cuando menos en Extremadura con casi la
mitad de sus habitantes -más de 450.000- en situación de pobreza relativa y un
52% de pobreza infantil después de más de 30 años de gobierno, para colmo,
socialista (socialdemócrata de derechas que se dice ahora). Nos engañaron
miserablemente haciéndonos creer que todo iría después sobre rueda, pero “el
fin no puede justificar los medios por la simple y obvia razón de que los
medios empleados determinan la naturaleza de los fines producidos”, como dijo
Aldous Huxley. Y con el Covid-19 ha quedado más que patente el desastre que ha
supuesto para el país esa réproba y farsanta política degenerativa.
Esos
RECORTES (muchos miles de millones de euros) en Sanidad, Educación y Servicios
Sociales atravesaron las fronteras de todas las CCAA, de Norte a Sur y de Este
a Oeste archipiélagos incluidos. La política profesional no se cortó lo más
mínimo y, por cierto, siguió con sus escandalosos emolumentos a pesar de lo que
estaba pasando…, y con su número sobreelevado (casi ¡500.000 políticos! el
doble que Alemania con la mitad de habitantes), haciendo bueno eso que dijo
alguien, ahora no recuerdo quien: “El ladrón vulgar te roba el dinero, el
reloj, la cadena, el móvil, el auto… El político te roba la felicidad, la salud
(en este momento más que nunca), la vivienda, la educación, el futuro, la
pensión, la diversión y el trabajo. El primer ladrón te elige a ti…, y el
segundo lo eliges tú”. ¡Somos una hijuela de borregos!
Para
salvar el sistema financiero que había colapsado (especialmente las Cajas de
Ahorro sableadas por la política y los políticos) y tenía que cuadrar sus
balances hubo que llevar a cabo los RECORTES sobradamente conocidos que
ascendieron, según parece, a más de ¡100.000 millones de €! Y no sólo la Sanidad
ha sufrido, aunque sea la que más, de esos miserables RECORTES que han
perjudicado de sobremanera a las clases más populares, sino que han dado lugar
a que no haya dinero para las pensiones mientras se rescataban autopistas (al
construirse subvencionadas, lógicamente) por valor de ¡3.718 millones de euros!;
indemnizar Castor, ¡1.650 millones de euros!; evasión fiscal (sólo de la Gran
Empresa, entre ¡70.000 y 90.000 millones de euros anuales!); rescate bancario,
¡66.577 millones de euros!; corrupción, unos ¡55.000 millones de euros cada
año!; y despilfarro y obras innecesarias otros ¡55.000 millones de euros cada
año aproximadamente! Todo ello sin contar la economía sumergida (entre el 24% y
el 30% del PIB) que si se asemejara a los demás países de la UE de similar desarrollo
al nuestro supondría unos ingresos superiores a los ¡70.000 millones de euros
cada año! Es decir, somos una auténtica vergüenza económica a pesar de estar
entre los doce países más desarrollados del mundo y el cuarto o quinto de
Europa (presumiblemente gracias al IVA y las divisas del turismo que sobrepasa
cada año los 80 millones de visitantes). Y una vergüenza aún más intolerable,
el hecho de que seamos uno de los países con más necesidad de comedores
sociales (¡101.942 madrileños!, sólo un ejemplo, llenan las colas del hambre en
la capital, noticia de hoy 13/05) y donde protección civil se multiplica por todos
los pueblos de España recogiendo de todo para los llamados bancos de alimentos
mientras los ricos aumentan cada año un 25% y los pobres y las desigualdades
sociales no paran de subir hasta el punto de que pronto se les quedará bajo el
Everest. Y, cómo somos los españoles: ¡No pasa nada! Ni hay signo alguno de que
pueda cambiar la situación, y mucho menos ahora con el Covid-19 “espoleado” por
cuatro botarates.
No
creo que haya nadie que ponga en duda que los RECORTES han traído este descalabro
sanitario (sin contar que ya estaban muriendo en España, quiero recordar, más
de 80 personas diarias por falta de asistencia teniéndola concedida) y sean los
culpables de tantos muertos y de la crisis que ahora se va a generar en la
economía y que, con seguridad, será aprovechada por el Gran Capital para
establecer más aún esa distancia ya señalada más arriba entre ricos y pobres.
Por supuesto, como dice El Roto: “Para evitar contagios”. ¡Qué generación de
mercachifles sin los más elementales escrúpulos! Me da que lo va a tener
difícil Thomas Piketty para que se lleve a cabo su teoría sobre el capital de
su libro “Capital e Ideología”.
Independientemente
de que los gobiernos de derechas son los máximos responsables porque eran los
que gobernaban, no hay que olvidar que en este país hay 17 gobiernos (todos de
derechas, aunque algunos se autodenominen de izquierda -socialdemócratas de
derechas-) que han seguido al pie de la letra las instrucciones que llegaban de
la UE y, por descontado, del Gobierno Central. Y no hay ninguna duda pues, de
que los RECORTES son los culpables de que la sanidad española (una de las
mejores del mundo antes) se haya visto inmersa en un problema grave sin los
mínimos medios para poder atajarlo. Se ha puesto de manifiesto las carencias
producto de los RECORTES en todas las CCAA. Por poner un ejemplo cercano, en el
área de salud de Plasencia (Extremadura) no hace mucho (poco antes de la
llegada de la pandemia) se marcharon 27 médicos porque sus contratos eran una
vergüenza, y no quiero hablar del área de Don Benito-Villanueva donde los
propios médicos han llegado a manifestarse públicamente mientras el Sr.
Fernández Vara (presidente de la Comunidad y médico forense casualmente) concede
un aumento del contrato con Ambulancias Tenorio (a la que se está pensando
rescindir dicho contrato como ya hicieran Baleares y Castilla La Mancha, al
parecer) de cerca de ¡dos millones de euros!, previsiblemente para que pueda
hace frente a una supuesta deuda de 2,5 millones de euros con la Seguridad Social.
O que, como es ya habitual, la Junta extremeña haya “repartido” otros cuantos
de millones de euros entre los sindicatos displicentes CCOO y UGT y la patronal
CREEX para que aquí no proteste nadie por nada. Por lo menos deberían haberse
acordado estos políticos, que llevan sin pincharlas -pero cobrando- uno pocos
de meses, del padre Ángel para que abriera algunas “sucursales” en Extremadura,
que tiene más comedores sociales que Burkina Faso o la República del Congo.
Bueno,
todos los sanitarios extremeños (sobre todo, enfermeros, auxiliares y médicos)
se están partiendo el pecho (nunca mejor dicho) mientras el consejero de
Sanidad, un tal Vergeles, practica las famosas externalizaciones (que nos
cuestan diez veces más de su precio) para poder aligerar una simple operación
de cataratas que requiere esperar hasta tres años (Mérida está ahí, como
ejemplo) y otras cosas más importantes que prefiero callar porque están en vías
judiciales. Y, ¡cuidado!, porque no somos los extremeños los únicos que estamos
padeciendo las miserias impuestas por los RECORTES en la Sanidad, miren cómo
está Madrid, Cataluña, Valencia y todas las demás CCAA, sobresaliendo Andalucía
(el SAS es un desastre total del que cuentan y no acaban) después de casi todo
el periodo “democrático” (lo de democrático es un decir, de ahí las comillas)
gobernada por los socialdemócratas de derechas totalmente corrompidos.