¡DADME UNA CAZUELA Y LEVANTARÉ ESPAÑA!
¡Curiosísimo!: Los de VOX quieren levantar España al
estilo de Arquímedes, sólo que en lugar de con una palanca lo quieren llevar a
cabo con cazuelas y las tapaderas de éstas…, y si las cazuelas estuvieran
llenas de pollo en pepitoria con patatas, igual daban con el martillo en el
clavo y dejaban de padecer esos 4,5 millones de españoles que se encuentran en
pobreza severa y no tienen “cazuelas” de nada de nada. Por descontado, esta
ultraderecha salida del PP, se muestra al
estilo griego y romano, envueltos en una capa (algo muy español en otros
tiempos) con la bandera del Régimen de Franco que lleva impresa un cuervo
(cuervo no, aguilucho, perdón) entre sus franjas. Lástima que no viva el icono
de estos cuatro desarrapados, el Caudillo, el Generalísimo (ese que lo dejó
todo “atado y bien atado” con un monarca que ahora ha resultado ser, por lo
visto, un “pillo” de cuidado), seguramente les aplicaría la “ley de vagos y
maleantes”. Porqué ya me contarán a qué se dedican estos individuos que se
pasan el día sin trabajar en nada y persiguiendo a un vicepresidente y a una
ministra del Gobierno actual para hacerles la vida imposible porque según ellos
son los culpables de que se intenté (difícil de conseguir, por cierto) que
desaparezcan las desigualdades sociales y otros atropellos de la gente de su
calaña.
Como en el pasado mayo escribió Rafael Torres, no les
interesa que nada de esto se arregle o, cuando menos, mejore sustancialmente: las
ya dichas desigualdades, la contaminación, el derroche, el consumismo
enloquecido, los neofascismos emergentes, los náufragos del hambre y la guerra,
el egoísmo, la violencia, la soledad, la explotación laboral, la ignorancia, la
trata de mujeres, el sectarismo político…
Resumiendo, mucho y más: Las intenciones de Pablo
Iglesias y de su esposa, tratan de que la gente, toda la gente, tenga algo que
llevarse a la boca cada día y no ocurra como ahora que tenemos en España 4,5
millones de personas que están calificadas como de pobreza severa y casi ¡trece
millones de trabajadores que aún teniendo trabajo son pobres relativos! y están
en riesgo de exclusión social. Es la mayor vergüenza de medio mundo que esto
ocurra en un país que está entre los menos de cuarenta más desarrollados (los
pertenecientes a la OCDE, los más ricos del planeta), y más vergüenza todavía
que haya quienes sin haber trabajado en su vida y haber vivido -y viviendo
siguen- de las herencias de sus estafadores y malandrines antepasados y de
aprovecharse de una democracia que sólo persigue desde el Erario a los que
menos tienen y a los demás les “perdona”
hasta el impuesto de Patrimonio y otros impuestos que en cualquier democracia
son indispensables para el funcionamiento del país, se dediquen a pasar el
tiempo tocando la pandereta con una cazuela para no dejar vivir a una humilde
familia que lo que tiene se lo ha ganado honradamente sacando sus títulos con
gran esfuerzo mientras su mayor dirigente, ese zafio -por no decir palurdo- de
VOX, Santiago Abascal, ni siquiera fue capaz de aprobar la FP2.
Miren Vds.: Pablo Iglesias es Doctor en Ciencias
Políticas por la Universidad Complutense de Madrid, premio extraordinario de
fin de carrera en el año 2004, y está educado además en la Universidad de
Bolonia, en la Universidad Carlos III de Madrid y en la European Graduate
School; Irene Montero, su compañera, es licenciada en Psicología y master en
Psicología de la Educación, además de becaria del doctorado de Formación de
Profesores Universitarios en la Universidad Autónoma de Madrid y obtuvo una
beca para una estancia formativa en la Universidad de Harvard de EEUU. Mientras
toda esa gentuza de VOX que no los deja en paz ni siquiera en sus vacaciones son
un atajo de cazurros que si han aprobado algo ha sido gracias a los jamones y
chorizos de sus familiares y a las recomendaciones de cuatro capitostes
fascistas del régimen de Franco.
Mientras escribo esto, está pasando unos días en mi
casa mi nieta Lía, que sólo tiene un año y nueve meses. Una niña como los hijos
de Pablo Iglesias (mese arriba o abajo) que está haciendo las delicias de su
tío y de sus abuelos riéndose mucho cuando oye un reloj de pared o las campanas
de la iglesia, o cuando la columpiamos en el parque que es algo que le encanta,
como, por otra parte, a cualquier niño de su edad. Está disfrutando ella y nos
está haciendo disfrutar a los demás, como debe ser. Porque, ¿qué menos derechos
puede tener un niño de esa edad o sus familiares? Por eso me revuelve el
estómago pensar que, a los hijos de Pablo Iglesias, que en realidad ninguna
culpa tienen de lo que hagan sus padres -que nada malo han hecho- no se les
deje disfrutar como lo que son: tres inocentes criaturas.
¡Qué vergüenza de país! En palabras de Cristina
Fallarás: “Meses llevan los indeseables, las indeseables, cercando la casa de la
familia de Irene Montero y Pablo Iglesias, meses impidiendo a una niña y dos
niños crecer en paz. Esos meses son un aviso. ¿Por qué no lo ven las autoridades?
¿Por qué no lo ve el Ministerio del Interior y sus cuerpos de seguridad? ¿Por
qué no lo ve la Fiscalía? ¿Por qué carajo nadie actúa? Cuando eso sucede, y
porque eso sucede, los indeseables, los ultras, los y las fascistas dan un paso
más. Siempre es así. Ese paso, al que acabamos de asistir, consiste en
impedirles el descanso. Impedir que esa niña y esos niños disfruten de sus
padres el poco tiempo que les permite la vida laboral, el exhausto correr de
los días políticos”. ¡Maldita escoria de la sociedad quienes quieren para su
beneficio implantar el horror en los demás! ¡Y más desperdicio social
aún si lo hacen con niños de menos de tres años al medio!
Sigue Cristina Fallarás: “Hasta ayer, las
andanadas, el acoso, las agresiones estaban dirigidas a Montero e Iglesias.
Aunque sí pasa, no pasa nada. Están acostumbrados, estamos acostumbradas. Han
visto y hemos visto gentes a la puerta de nuestras casas. Han tenido y hemos
tenido miedo a salir con las criaturas, porque a medida que crecen, eso lo sé
yo bien, aprenden que hay personas que dan miedo y que su madre o su padre o
ambos pueden ser insultados, agredidos, vituperados ante sus ojillos aún
limpios”. Y termina: “Yo maldigo a quienes rompen la alegría de las criaturas,
a quienes les impiden crecer en paz, en esa paz que nuestra sociedad defiende,
en teoría, para ellos. Yo maldigo a quienes tejen con salivilla agria y bilis
de odio la telaraña donde cazarlos y destruirlos. Yo maldigo a quienes por
tibieza o idiotez no lo impiden. Malditos sean”.
No quiero terminar este escrito sin
hacerles llegar algo que ha dicho un Sr. que se llama Pedro Oliver Olmo, Doctor
en Historia por la Universidad del País Vasco: “¿De verdad resulta tan difícil
distinguir un escrache frente a la casa de un torturador o un corrupto de la
presión ultra a un político? De verdad, quien quiera distinguir un movimiento
social reciente (por ejemplo, el 15-M o Stop Desahucios) de un partido
igualmente reciente (como PODEMOS), y quien desde ahí quiera entender lo que es
un escrache frente a domicilios de torturadores o corruptos (práctica de
protesta muy poco utilizada en España), diferenciando sus formas y objetivos de
la presión ultraderechista (usada a rabiar ahora en España contra Pablo
Iglesias y su familia), que lea y deje de decir tontadas que solo alimentan la
mente embrutecida de los ultras (no sea que tengan que lamentar algún resultado
luctuoso y se vean obligados a echar mano del repertorio hipócrita de la equiviolencia)”.
Por mucho que se empeñen en hacer la vida
imposible a Pablo Iglesias y a su familia, especialmente a sus niños de corta
edad, no van a conseguir que se siga persiguiendo a los corruptos y evasores de
impuestos sean de la clase política que sean, y muy particularmente a esos
desarrapados de VOX (que no nos dan ningún miedo), a los ex gerifaltes del PP y
del PSOE y demás partidos de la “transición” (tipos como Alfonso Guerra, F.
González, Pepe Blanco, Bono, Ibarra, etc., etc., o Aznar, Rajoy y compañía, y ese
Sr. de Cataluña, Puyol -y sus familiares- y demás “pájaros” que se caigan del
nido cuando “cante”). Ya no tiene la cosa otra solución que hacer que este país
sea un país decente y sus políticos no sean cuatro bandoleros de Sierra
Morena…, y para eso tienen que estar en el Gobierno gente como Pablo Iglesias.
¡Un país no se levanta con cacerolas! Ni persiguiendo y acosando impúberes.
Lástima que Pablo Iglesias y sus
compañeros de fundación de Podemos equivocaran la estrategia de desarrollo de
la formación, con cinco millones de votantes nada más empezar se preveía que
toda la política iba a tener un cambio a favor del “desplumado” sistema
socialdemócrata que “cuatro” neoliberales (muchos de ellos escondidos en el
PSOE) habían, escandalosamente, ultrajado para enriquecerse. Pero, cualquier
error cuesta caro en la vida, y los errores políticos mucho más.
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