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lunes, 24 de agosto de 2020


¡DADME UNA CAZUELA Y LEVANTARÉ ESPAÑA!

 

¡Curiosísimo!: Los de VOX quieren levantar España al estilo de Arquímedes, sólo que en lugar de con una palanca lo quieren llevar a cabo con cazuelas y las tapaderas de éstas…, y si las cazuelas estuvieran llenas de pollo en pepitoria con patatas, igual daban con el martillo en el clavo y dejaban de padecer esos 4,5 millones de españoles que se encuentran en pobreza severa y no tienen “cazuelas” de nada de nada. Por descontado, esta ultraderecha salida del PP, se  muestra al estilo griego y romano, envueltos en una capa (algo muy español en otros tiempos) con la bandera del Régimen de Franco que lleva impresa un cuervo (cuervo no, aguilucho, perdón) entre sus franjas. Lástima que no viva el icono de estos cuatro desarrapados, el Caudillo, el Generalísimo (ese que lo dejó todo “atado y bien atado” con un monarca que ahora ha resultado ser, por lo visto, un “pillo” de cuidado), seguramente les aplicaría la “ley de vagos y maleantes”. Porqué ya me contarán a qué se dedican estos individuos que se pasan el día sin trabajar en nada y persiguiendo a un vicepresidente y a una ministra del Gobierno actual para hacerles la vida imposible porque según ellos son los culpables de que se intenté (difícil de conseguir, por cierto) que desaparezcan las desigualdades sociales y otros atropellos de la gente de su calaña.

Como en el pasado mayo escribió Rafael Torres, no les interesa que nada de esto se arregle o, cuando menos, mejore sustancialmente: las ya dichas desigualdades, la contaminación, el derroche, el consumismo enloquecido, los neofascismos emergentes, los náufragos del hambre y la guerra, el egoísmo, la violencia, la soledad, la explotación laboral, la ignorancia, la trata de mujeres, el sectarismo político…

Resumiendo, mucho y más: Las intenciones de Pablo Iglesias y de su esposa, tratan de que la gente, toda la gente, tenga algo que llevarse a la boca cada día y no ocurra como ahora que tenemos en España 4,5 millones de personas que están calificadas como de pobreza severa y casi ¡trece millones de trabajadores que aún teniendo trabajo son pobres relativos! y están en riesgo de exclusión social. Es la mayor vergüenza de medio mundo que esto ocurra en un país que está entre los menos de cuarenta más desarrollados (los pertenecientes a la OCDE, los más ricos del planeta), y más vergüenza todavía que haya quienes sin haber trabajado en su vida y haber vivido -y viviendo siguen- de las herencias de sus estafadores y malandrines antepasados y de aprovecharse de una democracia que sólo persigue desde el Erario a los que menos tienen y a  los demás les “perdona” hasta el impuesto de Patrimonio y otros impuestos que en cualquier democracia son indispensables para el funcionamiento del país, se dediquen a pasar el tiempo tocando la pandereta con una cazuela para no dejar vivir a una humilde familia que lo que tiene se lo ha ganado honradamente sacando sus títulos con gran esfuerzo mientras su mayor dirigente, ese zafio -por no decir palurdo- de VOX, Santiago Abascal, ni siquiera fue capaz de aprobar la FP2.

Miren Vds.: Pablo Iglesias es Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid, premio extraordinario de fin de carrera en el año 2004, y está educado además en la Universidad de Bolonia, en la Universidad Carlos III de Madrid y en la European Graduate School; Irene Montero, su compañera, es licenciada en Psicología y master en Psicología de la Educación, además de becaria del doctorado de Formación de Profesores Universitarios en la Universidad Autónoma de Madrid y obtuvo una beca para una estancia formativa en la Universidad de Harvard de EEUU. Mientras toda esa gentuza de VOX que no los deja en paz ni siquiera en sus vacaciones son un atajo de cazurros que si han aprobado algo ha sido gracias a los jamones y chorizos de sus familiares y a las recomendaciones de cuatro capitostes fascistas del régimen de Franco.

Mientras escribo esto, está pasando unos días en mi casa mi nieta Lía, que sólo tiene un año y nueve meses. Una niña como los hijos de Pablo Iglesias (mese arriba o abajo) que está haciendo las delicias de su tío y de sus abuelos riéndose mucho cuando oye un reloj de pared o las campanas de la iglesia, o cuando la columpiamos en el parque que es algo que le encanta, como, por otra parte, a cualquier niño de su edad. Está disfrutando ella y nos está haciendo disfrutar a los demás, como debe ser. Porque, ¿qué menos derechos puede tener un niño de esa edad o sus familiares? Por eso me revuelve el estómago pensar que, a los hijos de Pablo Iglesias, que en realidad ninguna culpa tienen de lo que hagan sus padres -que nada malo han hecho- no se les deje disfrutar como lo que son: tres inocentes criaturas.

¡Qué vergüenza de país! En palabras de Cristina Fallarás: “Meses llevan los indeseables, las indeseables, cercando la casa de la familia de Irene Montero y Pablo Iglesias, meses impidiendo a una niña y dos niños crecer en paz. Esos meses son un aviso. ¿Por qué no lo ven las autoridades? ¿Por qué no lo ve el Ministerio del Interior y sus cuerpos de seguridad? ¿Por qué no lo ve la Fiscalía? ¿Por qué carajo nadie actúa? Cuando eso sucede, y porque eso sucede, los indeseables, los ultras, los y las fascistas dan un paso más. Siempre es así. Ese paso, al que acabamos de asistir, consiste en impedirles el descanso. Impedir que esa niña y esos niños disfruten de sus padres el poco tiempo que les permite la vida laboral, el exhausto correr de los días políticos”. ¡Maldita escoria de la sociedad quienes quieren para su beneficio implantar el horror en los demás! ¡Y más desperdicio social aún si lo hacen con niños de menos de tres años al medio!

Sigue Cristina Fallarás: “Hasta ayer, las andanadas, el acoso, las agresiones estaban dirigidas a Montero e Iglesias. Aunque sí pasa, no pasa nada. Están acostumbrados, estamos acostumbradas. Han visto y hemos visto gentes a la puerta de nuestras casas. Han tenido y hemos tenido miedo a salir con las criaturas, porque a medida que crecen, eso lo sé yo bien, aprenden que hay personas que dan miedo y que su madre o su padre o ambos pueden ser insultados, agredidos, vituperados ante sus ojillos aún limpios”. Y termina: “Yo maldigo a quienes rompen la alegría de las criaturas, a quienes les impiden crecer en paz, en esa paz que nuestra sociedad defiende, en teoría, para ellos. Yo maldigo a quienes tejen con salivilla agria y bilis de odio la telaraña donde cazarlos y destruirlos. Yo maldigo a quienes por tibieza o idiotez no lo impiden. Malditos sean”.

No quiero terminar este escrito sin hacerles llegar algo que ha dicho un Sr. que se llama Pedro Oliver Olmo, Doctor en Historia por la Universidad del País Vasco: “¿De verdad resulta tan difícil distinguir un escrache frente a la casa de un torturador o un corrupto de la presión ultra a un político? De verdad, quien quiera distinguir un movimiento social reciente (por ejemplo, el 15-M o Stop Desahucios) de un partido igualmente reciente (como PODEMOS), y quien desde ahí quiera entender lo que es un escrache frente a domicilios de torturadores o corruptos (práctica de protesta muy poco utilizada en España), diferenciando sus formas y objetivos de la presión ultraderechista (usada a rabiar ahora en España contra Pablo Iglesias y su familia), que lea y deje de decir tontadas que solo alimentan la mente embrutecida de los ultras (no sea que tengan que lamentar algún resultado luctuoso y se vean obligados a echar mano del repertorio hipócrita de la equiviolencia)”.

Por mucho que se empeñen en hacer la vida imposible a Pablo Iglesias y a su familia, especialmente a sus niños de corta edad, no van a conseguir que se siga persiguiendo a los corruptos y evasores de impuestos sean de la clase política que sean, y muy particularmente a esos desarrapados de VOX (que no nos dan ningún miedo), a los ex gerifaltes del PP y del PSOE y demás partidos de la “transición” (tipos como Alfonso Guerra, F. González, Pepe Blanco, Bono, Ibarra, etc., etc., o Aznar, Rajoy y compañía, y ese Sr. de Cataluña, Puyol -y sus familiares- y demás “pájaros” que se caigan del nido cuando “cante”). Ya no tiene la cosa otra solución que hacer que este país sea un país decente y sus políticos no sean cuatro bandoleros de Sierra Morena…, y para eso tienen que estar en el Gobierno gente como Pablo Iglesias. ¡Un país no se levanta con cacerolas! Ni persiguiendo y acosando impúberes.  

Lástima que Pablo Iglesias y sus compañeros de fundación de Podemos equivocaran la estrategia de desarrollo de la formación, con cinco millones de votantes nada más empezar se preveía que toda la política iba a tener un cambio a favor del “desplumado” sistema socialdemócrata que “cuatro” neoliberales (muchos de ellos escondidos en el PSOE) habían, escandalosamente, ultrajado para enriquecerse. Pero, cualquier error cuesta caro en la vida, y los errores políticos mucho más.

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