24/05/18 - LA MANZANA PODRIDA

LA MANZANA PODRIDA

 Evidentemente, con total certeza no podemos saber si en la Junta de Extremadura hay una manzana podrida o, presumiblemente, está podrida toda la “caja”. Si tenemos en cuenta los datos de todas las actividades públicas que desarrollan los políticos que ostentan cargos en la Administración Autonómica, es muy posible que estemos en lo cierto si afirmamos que la “cesta de las manzanas” está al completo viciada. Claro que, cuando una “banasta de manzanas”, está totalmente putrefacta (algo que pudiera ser axiomático si se pudiera analizar concienzudamente el periodo “democrático” a tenor de los datos que conocemos y de los que no nos han proporcionado nunca los políticos extremeños), posiblemente, sea debido al largo tiempo que las “manzanas dañadas” han permanecido en la chistera sin que fuera advertida su “gangrena”. El tiempo, como dijo el labrador, no se lo come el lobo. Algún día, tarde más o tarde menos, sabremos todo lo que ha pasado en nuestra querida Junta de Extremadura y, para bien o para mal (casi seguro que para mal), conoceremos con toda claridad las tropelías de todos los cargos y altos cargos que han pasado por esa, hasta la fecha, funesta Administración. Veremos si queda claro que algún día podamos expresar, sin temor a la justicia: “A las pruebas me remito”.

De lo que no hay la menor duda es de qué ya, ahorita mismo (al uso mexicano) la Sanidad extremeña está gobernada por una manzana podrida con la aquiescencia del presidente Vara que, por cierto, es médico (¿forense?). El Sr. Vergeles Blanca, Don José María, si no se demuestra lo contrario, que es hartamente improbable, es una manzana podrida -bueno, podrida no, más bien pudiera ser corrompida- que, quizás ya, cuando llegó al cargo, venía seriamente dañada. Recuerdo, como este Sr. (“elemento político”, más bien) cuando era Director General de Conocimiento y Calidad de la Consejería de Sanidad, concedió una licencia a una Clínica-Hospital de Castuera sin que existiera la documentación exigible para tal concesión, pues, el Sr. Carrón del PP, cuando era Consejero de Sanidad, quedó en presentarla y hasta la fecha no ha aparecido. Obviamente, está a la vista que dicha documentación (con un proyecto de arquitectura firmado por un Ingeniero Industrial, ¡toma canela!), presuntamente, no aparece en ningún archivo de la Administración Autonómica.

Algunas de las “hazañas” del Sr. Vergeles, como ha señalado Dña. Eva Pérez, es tener a ¡97.000 personas! “reflexionando” si desean operarse o no, e incluso, invitándolas a marcharse a la Sanidad privada; o, como era de esperar, haber conseguido el desmantelamiento de siete empresas extremeñas (más de 100 trabajadores despedidos) y que se acuse encima a estos de boicotear el actual paupérrimo servicio de ambulancias. Mejor no hablar de cubrir vacantes o de la falta de especialistas que, dicho sea de paso, en Oftalmología los externaliza a una Clínica (a saber si documentada o no) del Dr. Lillo Bravo que es un antiguo conocido suyo y socio de la Clínica de Castuera por él autorizada cuando se creó (reitero, sin documentación) y que, después de ¡18 años!, sigue desarrollando sus actividades sin papel alguno que las autorice…, y si hay alguna autorización es, presuntamente, un documento falsificado por un Alcalde y un Secretario con un informe negativo del Arquitecto Municipal.