¡PAPA!: ADONDE
JAGO EL MASTER.
¡Pero qué máster
ni que ocho cuartos es ese, muchacha! Perdón, estaba remedando a un padre
“jarto” de currar y a su hija (ambos analfabetos funcionales) al que ésta,
estudiante en la Universidad Popular del pueblo -extremeño o andaluz, lo mismo
da- y en la Casa de la Curtura, le hacía la pregunta del momento: ¿Cómo y dónde
hacer un máster? Como si eso fuera algo que está al alcance de cualquiera que
no tenga una titulación universitaria. Claro que, como la moda es hacer uno -sin
hacerlo- y la voz se corre por el Whatsapp, pues…, no es de extrañar que haya
quien piense que con el carnet del partido y yendo con cierta asiduidad a su
“Centro Clientelar de aborregamiento”, como son las Casas de la Curtura y las
Universidades Populares, puede conseguir el suyo. ¡Qué CCAA, señor! Para
echarse a llorar.
Tanto en
Extremadura como en Andalucía -Cataluña, Castilla La Mancha, Asturias y,
prácticamente, todas las demás- quienes deberían hacer un máster son sus
gobernantes; mas, obviamente, un máster en ciencias del derecho ciudadano a no
ser explotados, vilipendiados, expoliados, engañados, por supuesto,
aborregados, privados de la más elemental de las libertades como es el derecho
a opinar y a expresar sus convicciones sin ser “señalado”, a no ser privados de
sus derechos a una vivienda digna y a una educación y una sanidad acorde con
los tiempos y no la majada que tenemos ahora, a unos índices de pobreza que no
sean los escandalosos y vergonzosos que son los actuales, a unos salarios que
permitan a los trabajadores mantener
intacta su dignidad sin tener que estar doblando la rodilla a cada momento si
quieren seguir siendo explotados, a una vigilancia especial en la aplicación de la ley de
dependencia para que no sea la boñiga que ahora es, etc., etc. Y, por supuesto,
con máster o sin él, dejar de llenarse la andorga a costa del contribuyente no
sólo con esas historias de kilometrajes, dietas, asistencias a plenos,
comisiones de gobierno, las mil y una prebenda (móviles, tablets, ordenadores
portátiles, etc., todo como los coches oficiales, de alta gama, claro) y demás evicciones,
sino con esos sueldazos (entre ¡5.000 y 12.000 € al mes!) que ya no es que sean
desproporcionados, sino que son unas auténticas baraterías a la ciudadanía. Con
el ludibrio de que encima, merced a unas Leyes y unos Reglamentos al estilo
Romanones, son cientos de miles; concretamente, unos ¡500.000! en todo el país.
¡Que ya está bien!, por favor.
En fin,… y
“aluego” sino se ha hecho bien el máster y te pillán (caso de la Ministra de
Sanidad, por citar el último ejemplo) se dimite; manteniendo, por descontado, a
cal y canto, que no se había cometido ninguna regular principada. ¡Qué
vergüenza!..., para quien la tenga.
Y ahora ya, para
rematar el remate, o como se dice en el futbol, “para rizar el rizo”, resulta
que hay serias dudas de que nuestro querido Presidente del Gobierno no sea un copión
(quod natura non dat...) De ser así, que no me extrañaría conociendo a los patricios
que han pasado antes por su Cargo y las han armado “de padre y muy señor mío”,
el Sr. Sánchez y el Sr. Casado (vaya dos ejemplos de sus respectivos partidos
semifas…) se tendrán que coger de la mano y darse una vuelta de nuevo por la
Universidad…, aunque sea por esa tan apócrifa con nombre de Rey.
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