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lunes, 17 de junio de 2019

17/06/19 - FILANTROPÍA: LA CENA Y LA PROPINA


FILANTROPÍA: LA CENA Y LA PROPINA

En un escrito de fecha 11/01/18, titulado: “¡Manos arriba!: La filantropía”, dije, para empezar, que en España la filantropía es algo más que reírse de la dignidad. Las grandes empresas españolas, casos, por ejemplo, de Caixabank y  alguna que otra Gran Superficie, gozan de una filantropía inigualable a base de conceder becas (seguro que a los hijos de sus mejores “clientes”) o de donar unos cientos de miles de cajas leche para los comedores sociales y contentar así al Padre Ángel. Todas estas “humanitarias” empresas que pertenecen al Ibex o son de las más cotizadas en bolsa, no conviene olvidarlo, “se aprovechan” cada año, de la poco despreciable cantidad de ¡90.000 millones de euros! de fraude fiscal, para luego figurar como grandes benefactoras de las sociedad con sus “políticas sociales” de gran calado entre la gente ignorante o entre los que tienen intereses en sus repartos de beneficios. Todas, sin excepción, convierten, mediante ingeniería financiera, el 30% de sus beneficios en un nimio 3%, que ya está demostrado ha hecho reducirse los ingreso del Estado considerablemente (más de ¡110.000 millones de euros! por año si contamos las bajas cotizaciones a la S.S. producto de la funesta reforma laboral del 2012 que tanto les beneficia). Es increíble como en este país se explota a las clases trabajadoras -de modo cercano a la esclavitud- sin la más mínima conciencia, y luego, con cuatro perras, se hace filantropía para reconocimiento del engaño por la sociedad. Con la connivencia de Hacienda, obviamente, pues no es el mercado el que los hace ricos, es el Estado. Pero el trabajador, queridos “idealistas”, no quiere ningún tipo de beneficencia ni de altruismo, quiere que se le pague dignamente por el trabajo que realiza y punto. La “generosidad” (muy relativa, por cierto) para Trump y personajes de esa calaña.

Por tanto, miren Vds., Sres. filántropos de fruslería: No necesitamos en absoluto su engañosa filantropía -pues les servirá para desgravar- que sólo supone calderilla de lo que en impuestos deberían pagar, como mínimo, el triple de esas “miserias” que donan; los grandes patrimonios y las grandes empresas de este País, que, según Carlos Cruzado, técnico del Erario (GESTHA), cometen un fraude del 70% del total, que paguen lo que realmente deben como hacemos todos los demás ciudadanos.
Y, ya puesto, se lo diré a Vds. más claro: Con una reforma laboral como Dios manda -y una “persecución severa” a las defraudadoras empresas cotizadas- y no la “usura obrera” que tenemos  ahora, el Estado no necesitaría de la filantropía de nadie. Lo que no se puede consentir es que Vds. no paguen la cena dejando una propina, porque eso es ruinoso para el “restaurante”.

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