LA JUSTICIA Y LA
POESÍA
Pero, leyendo un
periódico digital que se atreve con todo (uno de los pocos del país) me
encontré con un titular que decía así: “La Audiencia Provincial de Madrid
“salva” a tres jueces cacereños condenados por un Juzgado”. Y,
sorprendentemente, vi como uno de ellos, Raimundo Prado Bernabéu, era un viejo
conocido mío de cuando estuvo ejerciendo en Castuera y del que tengo gratos
recuerdos y al que siempre consideré un buen tipo incapaz de ofender a nadie.
Mas, según se explica en el escrito, Raimundo Prado es el autor del poema
satírico (si es que se le puede llamar así) “De Monjas a Diputadas” aparecido
en una revista de la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria (considerada
la más conservadora de todas las organizaciones profesionales de Jueces y
Fiscales) aludiendo a la responsable de Podemos y actual ministra de Igualdad,
Irene Montero. Los jueces de la Sección Duodécima consideran que la publicación
“se encuentra amparada por el ejercicio de la libertad de expresión” aunque el
poema fuera emitido en un tono hiriente y molesto. “Es prevalente el derecho a
la libertad de expresión sobre el derecho al honor, de tal manera que incluso
expresiones o manifestaciones desabridas, molestas o hirientes pueden quedar
cobijadas y amparadas por la libertad de expresión, recoge el fallo”. ¡Ahí
queda eso!
El tal poema dice
así: “Cuentan que en España un rey/De apetitos inconstantes/Cuyo capricho era
ley/Enviaba a sus amantes/ Hacer de un convento grey/ Hoy los tiempos han
cambiado/Y el amado timonel/En cuanto las ha dejado/Sino a un escaño elevado/La
Diputada Montero/Expareja del “Coleta” /Ya no está en el candelero/Por una
inquieta bragueta/Va con Tania al gallinero”. Obviamente, un cúmulo de chorreaduras
malintencionadas.
A veces he escrito
algún “verso” (entre comillas, claro) para felicitar a mi esposa por aquello de
que la economía no daba para regalos. Mejor no reseñar ninguno, mi futuro como
poeta no deja lugar a dudas: “Tranquilo, tendré futuro en el futuro”, que dijo
El Roto con mucha razón. Pues bien, me da que a mi querido Raimundo Prado le
ocurre tres cuartos de lo mismo como poeta. Confío en que como juez (lástima
que sea conservador, “cosa muy rara hoy en día entre los jueces”, sólo hay que
ver como se han pronunciado los de la Justicia de la UE sobre el IRPH) esté un
poquitín más acertado y alguien no tenga que lamentar el haber pasado por sus
manos…, suponiendo que sea un pobre, evidentemente; lo cual no sería nada raro
puesto que en esta Comunidad (sin historia dicen, ¡maldita sea!, después de
haber conquistado medio mundo) pobres somos casi la mitad de sus habitantes
tras el caciquismo implantado desde 1983 que lo abarca todo y todo lo pudre,
administración, política, judicatura, sindicatos, patronales, etc., etc., como
alguien muy acertadamente ha señalado en el periódico digital donde apareció en
un comentario.
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