Cuando aparecieron tras el 15M Pablo Iglesias, Monedero, Errejón y no sé cuantos más que iban a cambiar este país, cerca de ¡seis millones de españoles! si mal no recuerdo, nos hicimos la ilusión de que había llegado el momento de que en España se hiciera justicia a los que en más de 80 años no se habían tenido en cuenta para nada. Una parte importante de la población española seguía padeciendo las mismas carencias sanitarias, educativas, económicas, de dependencia, etc. que siempre habían conocido. Pablo Iglesias lideraba ese grupo de hombres y mujeres que iban a cambiarlo todo, que iban a poner esas carencias antedichas con el marcador a cero y todo iba a empezar de nuevo, sobre todo, haciendo justicia a los que nunca se le había hecho.
Cuando comenzó la mal llamada Democracia (pues ha
quedado ya demostrado que fue un vil engaño de los descendientes del régimen de
Franco), que no era sino una vulgar partidocracia de socialdemócratas y
neoliberales dispuestos a afanar todo lo que se le pusiera por delante, o sea,
una Plutocracia que tiene los casos de corrupción contados con más de tres
cifras y que han dado lugar a que se sufra por parte de los incautos usuarios
una depreciación sin límites de sus emolumentos, mientras las clases no
trabajadoras (banqueros, millonarios, y todas las élites de una sociedad
avanzada que son muchos miles y miles) se ponían las botas a base de evasiones
fiscales (el Erario se olvidó de ellos y de sus importantes contribuciones
dinerarias) y licitaciones públicas que siempre terminan siendo del doble de lo
licitado, con una ley que no existe en ningún sitio de algo así como “ley de
sobrecostes”.
Es decir, somos -cada día más- las víctimas del
neoliberalismo más depredador, podríamos casi decir del mundo. Pues en qué país
-civilizado, claro- se consiente un fraude fiscal anual de más de ¡90.000
millones de euros! (con la Banca al frente sin poner ni un solo euro); unos
¡55.000 millones de euros anuales! importe de la corrupción política; otros
¡55.000 millones de euros! de obras innecesarias y servicios que no son
necesarios para nada, salvo para dar cobijo a más y más corrupción política y
empresarial; incalculable la cifra que no se recauda por la economía sumergida
que es casi del 30% del PIB (unos ¡300.000 millones de euros aproximadamente!),
más del doble de la media de la Unión Europea; y, por último, el producto de la
inepcia que también es corrupción, y de las en EEUU llamadas “Honest Graff”,
que traducido al castellano significa “corrupción legítima”, como es el caso de
los salarios y prebendas (en parte no declarables, para colmo) de sus señorías y asesores sin límite
de la política local, provincial, autonómica y estatal.
De la Justicia mejor no hablar, François-René de
Chateaubriand dijo que la Justicia era el pan del pueblo, siempre está
hambriento de ella. En España ya ronda lo deplorable la mayoría de las
resoluciones judiciales importantes para la ciudadanía; caso, por ejemplo, de
la venta del Banco Popular al Banco Santander que es el Banco ¿pura coincidencia?
con el que “trabaja” la Judicatura.
En fin, como el hombre que lo iba a cambiar todo se
“tuvo” que “exiliar políticamente”, atropellado por los poderes fácticos y por
el capitalismo poseedor de los establishments mediáticos que no descansaban ni
de noche (alguien dijo que los más perversos descansaban alguna vez, pero los
necios y aprovechados no lo hacían nunca) en su afán de liquidar al “intruso”
que los quería hacer pasar por el aro del IRPF progresivo y de los salarios de
dignidad, además de por la justa distribución de la riqueza, y por el único
modo de que paguen por sus enormes acumulaciones de bienes de todo tipo a
través del Impuesto de Patrimonio (ahora con dicho impuesto “eliminado” en toda
esa UE del carajo -con perdón- para gloria de maleantes y oligarcas de todos
sus países miembros), no nos queda otro remedio (para “arreglar” en lo posible
el desbarajuste creado mediante crisis y guerras inventadas por los gringos
para mantener su decadente Imperio extra colonial mediante Bases distribuidas
por todo el planeta que sus sicarios -europeos mayormente- mantienen por eso
que Chavela Vargas y Joaquín Sabina llamaron “menos de nada” en su genial
ranchera compartida) que buscar al hombre -o mujer, ¿por qué no?- que esté
dispuesto a partirse la cara donde haga falta para acabar con esta desvergüenza
que es ahora la política y la Judicatura, ambas
manipuladas a conveniencia de la Banca y las empresas del Ibex y de
cuatro chorizos de las empresas de suministro de energía y combustibles como es
el caso de Iberdrola, Cepsa, Repsol, Campsa, etc., etc., donde van recalando
los políticos que se jubilan o que jubilan los partidos, e incluso, como en el
caso de Fernández Vara, Presidente de Extremadura, en Iberdrola, sus hijos. Ese
hombre -o mujer- que sea capaz de nacionalizar Bancos (caso del Santander
salvado por un euro con la compra del Popular) y empresas de energía como ha
hecho Francia y crear empresas públicas que no nos estafen como lo están
haciendo ahora sin inmutarse lo más mínimo ante una pandemia y ante una subida
de todos los artículos de primera necesidad con la disculpa de una guerra en
Ucrania en la que nada se nos había perdido a ningún país de la UE para tener
que aportar miles y miles de millones de euros en armas (en casos chatarras
en desuso como los tanques españoles)
para sujetar a los rusos; algo que, por cierto, se me antoja de chiste de Gila,
y que si han invadido ese país lo tienen muy merecido porque llevan desde el
año 2014 masacrando en el Dombás a los ciudadanos pro-rusos que son el 80% o
más de su población, con un número de víctimas que se cuentan por miles y
soportando a un gobierno de nazis que ya han ilegalizado sin motivo, por la
jeta, a 15 partidos políticos de su arco parlamentario. Y sí, antes de seguir:
los rusos ganarán, evidentemente, esa guerra, y se quedarán con la parte que
les dé la gana de Ucrania, sino se la quedan entera, que pudiera ser lo más
probable, mientras los gringos aprovechan para vendernos su gas asqueroso al
doble de precio que el de Moscú (dicho sea de paso, una ciudad considerada
entre las que mejor se vive del mundo).
Pero, ¿dónde está ese Roosevelt, o esa Sra. capaz de
enfrentarse a tantas y tantas alimañas y buitres hambrientos como hay en este
País que lo quiere tener todo y que los demás no tengan nada? ¿Dónde? Difícil
comenzar a luchar contra un enemigo que lleva más de cuarenta años
clientalizando y adoctrinando a una población cada vez más sumisa y más
pendiente del futbol y otros deportes y en el caso de las mujeres enfrascadas
en esa lucha sin cuartel por el éxito del feminismo en lugar de por el de la
femineidad y la igualdad de derechos y obligaciones. Una población que está más
que convencida de que “esto es lo que hay” y ha renunciado a luchar por nada
que no sean las migajas que tiran los señoritos al final de sus “comilonas”.
Una población que ha renunciado a salir a la calle para reivindicar lo más
necesario que es el abuso en los precios de los productos más necesarios para
la supervivencia y para la dignidad humana en un país considerado como entre
los más desarrollados del mundo, una economía que figura en el top-20 mundial
con más de dos millones de millonarios y, paradójicamente, con más del 26% de
su población en riesgo de exclusión social, que en comunidades como Extremadura
alcanza al ¡46%! de su población que es sólo de un millón y algo de habitantes,
o sea a más de ¡400.000 personas!
Antes de seguir, quiero exponerles unas frases -no
se alarmen, sólo son tres- que hacen alusión al tema que me traigo entre manos
buscando ese “líder” que nos saque de esta podrida sociedad o que, cuando
menos, utilice un poco de “papel higiénico” para quitar la mierda (con perdón)
que nos “oscurece el sol” de cada día. Napoleón, que dijo muchas cosas, cuando
se refirió al pueblo soltó: “La única manera de conducir al pueblo es mostrarle
un futuro; los jefes son mercaderes de esperanza”. Edwin Land manifestó: “A
veces no es cuestión de tener nuevas ideas, sino de dejar de tener ideas de las
antiguas”. Y Hanna Arendt nos ilustró con esta frase: “Las mentiras resultan a
menudo mucho más verosímiles que la realidad, porque quien miente tiene la gran
ventaja de conocer de antemano lo que su audiencia espera oír”. En fin…
Perdida la esperanza que supuso Pablo Iglesias (no
lo olviden: ¡casi seis millones de votos!, si mal no recuerdo), sólo no
quedaba, por decirlo de alguna forma, aunque no muy convincente, Yolanda Díaz,
que, como veremos a continuación ha resultado no estar a la altura de las
circunstancias. Ya conoceremos si ese “sumar” no es un fiasco como, después de
más de 40 años lo ha sido el Partido Socialista Obrero Español de D. Felipe
González Márquez y D. Alfonso Guerra, ahora ya “descubierto” que en realidad eran
y son neoliberales al servicio del Tío Sam y de sus descendientes.
Esperemos pues que Yolanda no nos pida el voto para
pactar con la “Casta” a la que prometió combatir, lo que ya ni siquiera piensa;
al igual que lo de eliminar las “puertas giratorias”; lograr la separación de
poderes; las listas electorales abiertas; el control de los oligopolios; la
derogación de la “ley mordaza”; la tan afamada derogación de la Reforma Laboral
del Partido Popular; el control de la especulación de los alimentos, la luz, el
alquiler, etc., etc. y no sé cuántas cosas más.
Y, sobre todo, que no nos quiera “llevar al huerto”
del mundo empresarial. Que, para que los lectores que no lo hayan hecho, les
voy “copiar y pegar” algunos fragmentos de un artículo de José Antonio Gómez
sobre el fraude empresarial, muy rentable, sobre el impago de las horas extras,
unos ¡2.500 millones de euros anuales!
Dice José Antonio Gómez que en España los
empresarios siguen sin pagar a sus trabajadores más de ¡320 millones de horas
extra! sin remunerar, lo que supone un perjuicio para la Seguridad Social de
aproximadamente 750 millones de euros. Y continua: el mercado laboral español
está gravemente enfermo y perjudica seriamente a la salud y a las condiciones
de las clases medias y trabajadoras. Sin embargo, el gobierno, presuntamente
progresista del PSOE y Unidas-Podemos, no está aplicando ninguna medida
realmente efectiva que termine con los verdaderos problemas provocados por los
abusos de los empresarios, por más que Yolanda Díaz haya afirmado en más de una
ocasión que hay voluntad para luchar contra determinados fraudes.
Pero la “reforma laboral” aprobada de esta buena
Sra., dice José Antonio Gómez, es un verdadero insulto a las clases medias y
trabajadoras de este país. No va a terminar con la precariedad porque, y eso es
algo que no explican, esa precariedad no está basada sólo en la duración total
de los contratos o en si son temporales o indefinidos. Esa es sólo una parte,
pero no acaba con los problemas del mercado laboral y, por supuesto, sigue
permitiendo los abusos de la clase empresarial.
Más adelante, José Antonio Gómez, habla de los
trabajadores pobres en la que la España de Sánchez es líder europeo. En medio
de una inflación galopante provocada por diferentes factores, tanto internos
como externos, se está demostrando que las clases medias y trabajadoras se
están empobreciendo gravemente mientras que las clases privilegiadas se
enriquecen a manos llenas. Estos son datos objetivos que no tienen contra
argumentación de ningún tipo. Es así y ya está, quien diga lo contario miente.
¿Qué piensa Yolanda Díaz, que es vicepresidenta del gobierno de Sánchez y que
en un principio se autodenominó comunista, de lo que está ocurriendo? Si no le
hacen caso, algo un tanto dudoso, ¿por qué no se ha ido ya de ese gobierno
proclive a las clases privilegiadas? ¿Quién espera que confíe en ella cuando
salga a la palestra con su “sumar” si los niveles salariales españoles son los
propios de un país subdesarrollado y los sueldos no se revalorizan al mismo
nivel que suben los beneficios de las empresas mientras éstas aplican la
práctica de “esto es lo que hay, si no te gusta, ya sabes dónde está la puerta”?
Esta actitud, sigue José Antonio Gómez, es la que ha
colocado a España entre los líderes de la UE en trabajadores pobres, por encima
de “potencias económicas” como Bulgaria y Rumanía.
Sin embargo, continua José Antonio Gómez, ni Pedro
Sánchez ni Yolanda Díaz están haciendo nada para revertir esta situación que
es, cuanto menos, despreciable. Más aún, según Eurostat, la pobreza laboral
sigue aumentando exponencialmente en la España de Pedro Sánchez, el hombre que
se presentó a los españoles como el “Bálsamo de Fierabrás”.
Y ya, para terminar con lo manifestado por José
Antonio Gómez, algo sobre la precariedad laboral. Ésta no se mide sólo en si
las clases medias y trabajadoras tienen un contrato indefinido o temporal, sino
en si se trata de jornada completa o parcial. La clave que ni siquiera la ex
sindicalista Yolanda Díaz quiere abordar.
Sin embargo, a pesar de que todo lo anterior es un
hecho que demuestra que el mercado laboral español está en cuidados paliativos,
hay otro aspecto en el que el gobierno de Pedro Sánchez está fracasando
estrepitosamente: el abuso empresarial del incumplimiento de la jornada laboral
y el incremento exponencial de las horas extraordinarias no remuneradas. Así,
el empresariado español es el único de Europa que valora como un elemento
fundamental de valoración de su plantilla el “presentismo”, es decir, que los
trabajadores den horas de más sin ningún tipo de remuneración. El problema está
en que, como ocurre en multitud de compañías, tanto en pymes como grandes
multinacionales, ese puesto de trabajo esté condicionado a dedicar más horas de
las legalmente establecidas.
Esto supone un verdadero “robo” para las clases
medias y trabajadoras y, sobre todo, para la Seguridad Social que deja de
ingresar, reitero, 750 millones de euros al año que cubrirían un 70% de las
pensiones de un mes.
No voy a seguir con la parte final del artículo de
José Antonio Gómez, referida al “robo” del siglo con las horas extraordinarias,
porque en parte ya lo he reseñado en otros párrafos, pero quiero terminar con
un comentario que se ha hecho en un periódico digital sobre este nuestro país y
su más que anormal funcionamiento, lo cual deja bien claro que hace falta
buscar a ese hombre o mujer –que seguro que existe, y más de uno- que ponga las
cosas claras y acabe ya de una vez con tanta corrupción e injusticia.
Antes de ese comentario, ni que decir tiene, que
recomiendo a todos los lectores que lean el artículo completo -tiene un final
muy interesante- de José Antonio Gómez titulado “Un fraude empresarial muy
rentable: 2.500 millones de euros anuales”.
Parece Democracia, pero no lo es dice un Sr. anónimo
y añade “la psoedemos han incluso empeorado la reforma laboral del PP, los
jueces siguen siendo mercancía de intercambio, las puertas giratorias
persisten, las familias carecen de ayuda para criar a sus hijos y por eso la
natalidad es negativa, la élite de la economía es el Ibex-35 que marca la pauta
económica, las listas electorales son cerradas y las elabora el mandamás de
cada partido, la policía es represiva y se considera impune, los jueces lo son,
el ejercito es faccioso, la iglesia cavernaria, el jefe del Estado un heredero
de Franco, los beneficios suben y los salarios bajan debido a la inflación, la Banca
abusa de la clientela, los jueces son injustos, los funcionarios una panda de
vagos sobrando la mitad, igual que los políticos, los medios de difusión están
en manos del capital e ideológicamente en su mayoría son propagandistas del PP-PSOE
y mayoritariamente de derechas, la deuda pública un 25% superior al PIB
nacional asfixia a la economía española, la corrupción está instalada en todas
las instituciones nacionales, los sindicatos son mamporreros del gobierno de
turno y viven de las subvenciones. Estas son las características principales del Régimen del 78 o como ser
franquistas después de muerto Franco”.
Un poco fuerte lo de este Sr. anónimo, pero por “esas
cosas” y por otras muchas que han hecho de España una vulgar Plutocracia, es
por lo que se hace necesario buscar ese hombre o esa mujer que “traiga el agua
al campo” en lugar de que se la lleve gente de Iberdrola y las zonas rurales
vuelvan a ser lo que siempre fueron y no pueblos y pueblos vaciados por la “sequía”
consentida por una política corrompida en sus entrañas. Y las grandes ciudades
y capitales de provincia el “foco” principal de la cultura y la educación y no “tierras
quemadas” para gloria de los establishments financieros y empresariales llenos
de porquería y “barro séptico” al
servicio del capital.
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