¡EMPIEZA EL
BAILE!
Durante las
anteriores Elecciones Generales (a toro pasado cualquiera es…) hubo dos
partidos (Ciudadanos y Podemos) que nos convencieron de que el gran problema
del bipartidismo era la injusta Ley Electoral, y que ellos se iban a ocupar de
que dicha Ley fuera derogada y se sustituyera por otra más proporcional, para,
evidentemente, acabar con el conocido clientelismo y el consabido reparto de
poder. Todo se ha quedado en humo como el de la reforma laboral de nuestra
paisana, Sra. Valerio; por cierto, otra pena, penita, pena, como la de la Sra.
Trujillo y sus famosos cuchitriles. En Extremadura, vaya suerte que tenemos con
los políticos. Podríamos votar toreros y seguro que nos iba mejor, lo tenemos
de primera fila. Pero a lo que íbamos: Ni Ciudadanos ni Podemos se han vuelto a
acordar de la Ley Electoral y andan haciendo trampas dentro de sus mismas
agrupaciones para coger sitio en alguna lista que les permita seguir
metiéndonos el trágala y a vivir que son dos día. Una desgracia que muchos ya
vieron venir hace bastante tiempo y como Forges (¡gorros fuera!) predijeron que
el “Agro Rock” era inminente.
De los
nacionalistas vascos y catalanes, ¿qué se puede decir? Quizás lo que señaló
Bertolt Brecht: “El nacionalismo de los de arriba sirve a los de arriba. El
nacionalismo de los de abajo sirve también a los de arriba”. Ellos a lo suyo, y
tú arranca jaras, Venancio. Gracias a la Ley Electoral, obviamente.
Para el PP y el
PSOE ya están haciendo en ese Banco Central Europeo (de la Sra. Botín y unos
cuantos “amiguetes” más) la previsiones correspondientes para cubrir cualquier
posible debacle si lo hubiere y fuera necesaria su intervención. Sin, por
supuesto, tener que tirar de las millonarias ganancias que nos han expoliado
durante la legislatura que se ha dado por acabada.
Los líderes del
PP y Vox (¡viva la gomina!) me recuerdan a los dandis de los años sesenta por
el ropaje que utilizan: Finos modelos elegidos para tratar de pelearse verbalmente
contra lo inconcebible, porque contra lo real no se lo permiten, y además, por
cuestión de cuna, no conocen. Amén de intentar con todas sus fuerzas de
retrotraernos a lo que dijo El Roto: “La media de edad mental de la extrema
derecha, es la edad media”. O sea, para entendernos, si se les hace caso habrá
que reinventar un nuevo “El Cordobés” y un nuevo Real Madrid de Diestefano,
Puskas y Gento…, y a tirar para Alemania o Suiza con la música de Juanito
Valderrama.
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