POLÍTICA, ECONOMÍA, SOCIEDAD, DESIGUALDADES… (I)
He dividido este escrito en dos partes, en primer
lugar, para no cansar demasiado al lector, y en segundo lugar por su amplitud
de datos y copia de las apreciaciones de personas como Juan Torres López que merece
la pena conozcan por su interés social, político y económico. Ahí va la primera
parte, agradeciendo de antemano su consideración para con lo que escribo.
Theodore Roosevelt: “Habla con suavidad, pero lleva un
gran palo y llegarás lejos”.
Es el caso de D. Felipe González Márquez. Un Sr. que
fue presidente del Gobierno de España durante muchos años y que goza de la
nacionalidad española y colombiana. Lo de colombiana -salvo que haya
narcotráfico al medio, que todo es posible en este tipo de personajes- imagino
que es debido a su contribución (asesoramiento, se supone) al Gobierno de ese
país en la lucha contra las guerrillas, algo de lo que sin duda es un experto,
pues documentos desclasificados de la CIA lo señalan como el Sr. X de los GAL,
ese grupo que asesinó a 30 personas mediante el terrorismo de Estado del que
tenía conocimiento la justicia española aunque mirara para otro lado como en
otras ocasiones. Por las acciones de ese grupo fueron condenados los ministros
del Interior (¡vaya Ministerio!) José Barrionuevo y José Corcuera, el
secretario de Estado Rafael Vera, el secretario del PSOE vasco Ricardo García
Damborenea, el Gobernador civil de Guipúzcoa Julen Elorriaga, el teniente
coronel Ángel Vaquero y el general de la Guardia Civil del cuartel de
Intxaurrondo Enrique Rodríguez Galindo, destacando entre sus acciones el
secuestro por error de Segundo Marey y el secuestro y asesinato y entierro con
cal viva de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, aunque todos pasaron poco
tiempo en la cárcel gracias a los indultos.
Por cierto, al parecer el Sr. González y Su Majestad
puede que estén empeñados en derrocar el actual gobierno por la sola inclusión
en él de ministros de Podemos. ¡Vergonzoso y bochornoso!, si fuera cierto, que
conociendo al cocinero…
También es el caso del Sr. Aznar (seguramente el peor
presidente del periodo “democrático”, además de, presuntamente, un chulillo
narcisista, un caradura y, para colmo, bobo o medio tonto y engreído,
calificado por una revista como uno de los cinco peores presidentes de la
historia del mundo). Un individuo de la peor casta social que se haya conocido
nunca (ahora amigo de Felipe González, ¡quien nos lo iba a decir!) que nos
llevó a una guerra contra alguien que nada nos había hecho con el solo objetivo
de fotografiarse con un presidente americano y que se erigió en máximo
exponente de la política neoliberal que tantas desigualdades ha traído al mundo;
y, obviamente, a España, que la sitúa a la cabeza entre los países más
desarrollados. Y claro, no hay que olvidar a los demás presidentes, que en lo
que va de siglo XXI, no han dejado de humillar a las clases más vulnerables
hasta el punto de haber creado casi ¡trece millones de trabajadores que son
pobres a pesar de tener trabajo! Veremos hasta qué punto son capaces los
actuales gobernantes del país de arreglar tantos entuertos (como canta Chavela
Vargas: “cuántas luces dejaste encendidas, yo no sé cómo voy a apagarlas”) con
toda la prensa de desinformación (prácticamente toda la de papel, salvo alguna
excepción, y una gran parte de la digital) lanzando obuses en modo Fake News a
diario y con una extrema derecha de la extrema derecha sin los más elementales
escrúpulos (sólo hay que ver su actuación en Madrid con lo del Covid-19) aporreando
la puerta a la mínima ocasión que se les presenta. Difícil pues, corregir
desigualdades…, algunas desigualdades.
Nadie puede olvidar lo que ha señalado una Sra. en
Facebook: “Nos bajaron la indemnización por despido de 45 días a 20 días por
año; nos subieron el IVA del 18% al 21%; fomentaron la masificación de
contratos basura (obra del Sr. González Márquez y su cohorte y el sindicalismo
displicente); nos implantaron el copago farmacéutico, que para las pensiones de
los políticos es algo de risa, pero que para los demás (exceptuando las
pensiones máximas) es algo ignominioso; pusieron una penalización a las
renovables; sacaron la ley mordaza (aún en vigor, si no estoy en un error);
redujeron la inversión en educación, sanidad y todos los servicios sociales para
poder afrontar el rescate bancario y de las autopistas (cerca de ¡100.000
millones de euros! perdidos); amnistiaron a los evasores en lugar de “pasarlos
por la piedra” (cada año se pierden por fraude fiscal del Ibex y de estos
señoritos otros ¡90.000 millones de euros! de recaudación); basaron su modelo
en las concesiones a empresas privadas con una pérdida de calidad por ello en
los servicios básicos como geriátricos (atención al Presi del R. Madrid,
involucrado en el desbarajuste de las residencias de ancianos madrileñas y, ya
el colmo, pidiendo créditos ICO para pagar a sus jugadores que, como ese tal
Benzema, exhibe un coches de 2,5 millones de euros por el que no paga ningún
impuesto de patrimonio), hospitales, etc.; permitieron los desahucios masivos;
hicieron la mayor reforma laboral, que ha traído al país el hecho de que haya,
como he señalado un poco más arriba, casi ¡trece millones de trabajadores! que
son pobres a pesar de tener trabajo; y por último, como no podía ser de otra
forma, hicieron recaer la crisis en los autónomos y las clases trabajadoras
(somos el único país desarrollado en el que aportan más las rentas del trabajo
que las del capital). Algunos “grandes espadas” han sido condenados por
corrupción, los menos evidentemente. ¡Viva la pepa!
De modo que, si queremos evitar que sigan en aumento
las desigualdades de todo tipo (especialmente las laborales que son de Juzgado
de Guardia como ya expuse en un escrito reciente) deberíamos hacer caso al
economista Juan Torres López y no seguir llevándonos por los cantos de
sirena del neoliberalismo que convierte nuestra economía a pasos agigantados en
un universo de servicios de bajo coste y valor añadido. Lo que deberíamos
hacer es luchar contra la auténtica ocupación que los grupos oligárquicos
vienen realizando desde hace decenios de las Instituciones del Estado,
despojarlo de cualquier atisbo de parasitismo y ponerlo al servicio de la
innovación y la creación de riqueza. Con control y rigor, con eficacia y
transparencia, con democracia, con inteligencia y fortaleza. Seguir renunciando
al Estado y privatizar sin medida, como quiere hacer en España la derecha, sólo
nos lleva a la colonización, al empobrecimiento de la mayoría y al
enriquecimiento parasitario de unos pocos. No nos dejemos engañar: el Partido
Popular, Vox o Ciudadanos están pidiendo que hagamos en España lo contrario de
lo que han hecho y hacen las economías que tenemos a nuestro alrededor para
lograr ser más fuertes y avanzadas.
En dos o tres día, la segunda parte. Gracias.
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