Una vez más, casi el final al principio: “¿Cuándo nos hayan despojado de todo y ya no nos puedan arrancar más, de qué van a vivir estos prójimos… y prójimas?
El que tengamos en el Gobierno ministros que no tienen titulación
universitaria, realmente, no debería significar otra cosa que la gran capacidad
de análisis que poseen algunas personas aún sin haber tenido la formación que
los estudios universitarios dan.
Nada que objetar a que se alcancen en la vida metas muy difíciles de
otorgarse incluso poseyendo estudios superiores; y mucho menos, nada que cascar
las liendres, en el caso de políticos, rodeados de asesores “expertos” en
cualquier cuestión que se pueda plantear. Pero, el problema surge cuando esos
“expertos” asesores no lo son tanto, ya que, proceden de la canonjía y más que
asesores son “comisarios políticos” (con disponibilidad total para “asuntos”
del partido) al estilo, preferentemente, libertario-social (que ya me dirán
Vds. como se tasca) y, también, por descontado, sin estudios en muchos casos.
Entonces ocurre que, para compensar la incapacidad de interpretación de
algo tan “complejo” como es la cuestión fiscal, la alfabetización fiscal, se
recurre a actuar como trapisondista. Algo muy propio de cualquier conciencia
errónea, y muy común, por otra parte, en algunos -con perdón- politicastros.
Porque, manifestar que la presión fiscal de los españoles es inferior a
la media comunitaria es de un desconocimiento (o modo de ocultación, muy dado
en falsos progresistas y la derechona del PP y VOX) que roza la estulticia,
pues, según los inspectores de Hacienda -que, digo yo, algo sabrán de esto-,
los trabajadores españoles (y no hablemos ya de los extremeños -el IRPF más
alto del País-, donde con el mismo salario que un valenciano se contribuye con
mil euros más) soportan un esfuerzo fiscal por encima de la media de los países
del euro en razón de que, aunque los impuestos sobre las rentas del trabajo son
inferiores, pero, algo insólito, por encima de las rentas del capital (del
37,8% frente a una media comunitaria del 43,1%), aún es menor el salario medio,
que en España está situado en 22.802 euros (mejor no decir el de los
extremeños, para que no les entre la risa), el más bajo de Europa, sólo por
encima de Portugal y lejos del de Alemania (43.942 €) o Francia (32.286 €) y
del sueldo medio de la UE (33.997,5 €). O sea, para entendernos: un español
“dispondrá”, después de cubrir la presión fiscal, de unos 14.000 € (un
extremeño de… no, que se ríen); un alemán de, aproximadamente, 25.000 € y un
francés andará rozando los 20.000 €. La disponibilidad media de los europeos
podría situarse entre los 20.000 y 22.000 € para disfrute de su estado de
bienestar. Datos estos del año 2010/2011 que, aunque parezca mentira, poco
varían con los que tenemos hoy habiendo pasado más de diez años y tras tres
gobiernos diferentes.
Mas, si se consideran los impuestos que gravan el consumo (IVA e
impuestos especiales) y se añaden los impuestos sobre sucesiones o las tasas
municipales y autonómicas (en la Junta
de Extremadura, estoy seguro que, si te pillan, te cobran una tasa hasta por
hacer de llorona en un velatorio, pues, aunque no se lo crean, todavía hay
pueblos -que adelanto tiene esta región- en los que se utiliza este servicio y
el de rezona), la presión fiscal podría incluso sobrepasar el 50%. Sin
contar, claro está, la presión que sufrimos los que vivimos en Castuera (Badajoz)
que, como ya señalé en otra ocasión, es colíder con Salamanca de la “Liga”
nacional del morro impositivo. ¡Y ojo, extremeños!, porque viene la Sra.
Guardiola (/Dí Papá/) que, seguramente nos va a “aporrear” la puerta un poquito
más para poder cubrir los “desmanes monetarios” de sus socios de VOX que, con
total seguridad, van a necesitar lo suyo y lo de los demás para agraciarse con
los grandes latifundistas de antes y los de ahora producto de la PAC, amén de
sus propios emolumentos que, por lo que se está viendo ya, van a ser, más que
escandalosos, propios de “asaltantes de caminos”. Ya tuvimos los extremeños la
ocasión de conocer un gobierno popular -el del Sr. Monago- que lo único que
aportó a esta tierra fue sus viajes a las Islas Canarias, se supone, para
intercambiar opiniones de Estado con “una amiga”. Por cierto, si la Sra.
Guardiola quiere emular al Sr. Monago -que digo yo- parece ser que ya tenemos
un avión que va de Badajoz a Canarias… ida y vuelta supongo.
Sigo. Y todo ello sin tener en cuenta el fraude fiscal de empresas y
autónomos que, obviamente, rebaja dicha presión fiscal, ya que, como todos sabemos
-algunos desde hace mucho tiempo- las empresas apenas pagan impuestos por sus
beneficios, pues la tributación fiscal efectiva no supera el 10%, un tercio del
tipo nominal del Impuesto sobre Sociedades, aproximadamente, y que se ha
reducido a la mitad en los últimos años; y los autónomos (a los que siempre he
defendido y lo seguiré haciendo, pero por otras razones, y no a estos) tampoco
pagan, sobre todo, los profesionales de ciertas ramas, que no hace falta
señalar porque son de todos conocidas, que declaran beneficios inferiores a
12.000 €/año, algo tan ridículo que no se explica uno como Hacienda tiene con
ellos tan buenas tragaderas.
Resumiendo: Con estudios o sin ellos, igual da, el bipartidismo, que
puede volver, por desgracia para el país, el próximo día 23-J por el lado más
“liberalito”, puede que nos tengamos que hacer la siguiente pregunta: “¿Cuándo
nos hayan despojado de todo y ya no nos puedan arrancar más, de qué van a vivir
estos prójimos… y prójimas? O como dijo en una de sus viñetas El Roto: “¿Sino
nos pagáis, a quienes vais a vender lo que fabricáis?
Muy especialmente, esos de la derechona (PP y VOX) que ya estamos viendo
que se ponen unos sueldos que baten el record del Alcalde de Castuera (entonces
unos 6.000 habitantes) que se colocó, si mal no recuerdo, algo más de ¡45.000 €
anuales! y fue “pasto” de las televisiones de todo el país que no daban crédito
a lo que estaba ocurriendo… para colmo, en un pueblo de la Extremadura campeona
en los peores salarios del reino y en la Champions del número de desempleados.
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