¿TERRORISMO DE
ESTADO?
Al día de hoy, según parece, esas ya
famosas bombas de precisión láser son de fabricación gringa, a quien se las
compran nuestros queridísimos Gobiernos para revenderlas a la rica Dictadura
árabe de Arabia Saudí con la intermediación del mejor amigo de sus sátrapas que
no hace falta -además de que cuesta nombrarlo- señalar porque lo conocemos de
sobra todos. Suponiendo que en dichas ventas no intervengan personajes del cuño
del Sr. González, D. Felipe, y del Sr. Aznar, D. José María, y quién sabe si
también algún que otro Florentino Pérez, la Sra. Botín, Dña. Ana Patricia, y
los jefazos del Ibex y demás “malas vasijas” del país.
Esas bombas para matar, matar y matar
yemeníes con precisión láser (lo que significa que pueden elegir Escuelas,
Hospitales y demás Centros de Acogida de refugiados y de los que huyen
despavoridos de tanta horrible crueldad) se han hecho llegar a su destino,
sencillamente, no para que puedan seguir trabajando un grupo de españoles de
Cádiz o de donde sea (que también), sino para que no se le chafe el negocio a
los antes citados Florentino Pérez y Compañía de los Mártires. Y, claro, para
que siga funcionando con total normalidad el mundo de los corretajes.
Pero, los españoles (la mayoría, nueve
de cada diez, fieles cumplidores del dicho de Machado por lo que se ve)
permanecen impávidos ante tal desvergüenza y espantosa brutalidad. Hasta el
punto de que una Sra. del actual Gobierno, no sé, la portavoz quizás, ha
manifestado, con toda la desfachatez del mundo, que las citadas bombas podrán
elegir sólo a los yemeníes que están en combate (como si estos no fueran
personas que, como he dicho al inicio, están dando su vida sin saber porqué), a
los que están siendo masacrados sólo por puro y desvergonzado placer de
“cuatro” señoritos con chilaba que no quieren perder ninguno de sus sucios privilegios
conseguidos con esa gangrenada administración de sus petrodólares.
Pero, como quiera que fuere, el
resultado de todo es que España está siendo intermediaria de eso que se llama,
sin cuentos de ningún tipo, “Terrorismo de Estado”. Por mantener unos puestos
de trabajo (que tiempo ha habido para “reciclar”) y salvaguardar unos contratos
millonarios a esos que luego defraudan al Erario unos pocos de cientos de miles
de millones de euros y mantienen pobres a sus trabajadores a pesar de tener
trabajo, amén de los correspondientes estipendios de nuestros jerarcas, nos
hemos convertido en unos malhechores que van por el mundo revendiendo armas de
destrucción masiva (ahora sí) a la basura de Dictadores que todavía quedan en
el planeta. ¿Cómo se puede seguir votando una y otra vez a esta inmundicia de
políticos?
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