POLITICOS PRESOS
Y PUNTO.
De pequeño, con
las envolturas del chocolate, me regalaron una camiseta del Barça. Me hizo una
gran ilusión, ¡una camiseta de futbol!, mis amigos ni siquiera podían soñar
tener una. Pero, servidor no simpatiza con el F.C. Barcelona. Simpatiza con el
Atlético de Madrid, por, simplemente, aquello de “qué manera de vivir”. No
obstante, siempre he sentido un gran respeto, quizás por ese hecho de mi
infancia, por Barcelona y por los catalanes en general. Además, de que muchos
de mis amigos y familiares se tuvieron que marchar a buscarse la vida a esa
tierra y fueron acogidos con la decencia que la buena gente se merece, y allí
siguen viviendo muchos de ellos respetados a pesar de simpatizar con el Real
Madrid.
Por eso me duele
lo que está ocurriendo con ese famoso “Procés”. ¿Presos políticos, políticos
presos? Una merienda de negros (con perdón para los de la piel de ese color)
como siempre se ha dicho en España cuando algo era anárquico. Y nada más lo es
en estos momentos, por supuesto, políticamente hablando. Mas, que nadie piense
que en España hay presos políticos. Eso, aunque otras muchas desgracias si las
padezcamos, no es admisible: En este país, lo de los presos por sus ideas, afortunadamente,
ya pasó a la historia. Con el fin de la dictadura se acabaron los presos
políticos, aunque siga habiendo quienes aún lo discuten esperando que
resplandezca la verdad como parafraseó Julio Cerón al señalar que ésta siempre
resplandece al final, cuando ya se ha ido todo el mundo. Lo políticos catalanes
que están presos son, sencilla y llanamente, políticos presos y punto. Otra
cosa es que se lo merezcan o no. Eso lo dirá la Justicia, aunque, en parte, en
una gran parte, esté, por desgracia, politizada y sea también algo como lo
expresado sobre el “Procés”: Una auténtica merienda de...
Dicho
lo dicho, muchos catalanes y muchos españoles tienen que saber que esos
políticos presos (tratando de parecer en el banquillo simples corderitos) deberían
explicarnos a todos que hicieron ellos cuando el 15/06/2011 el movimiento 15-M
rodeó sin ninguna violencia el parque de la Ciutadella (donde está el
Parlamento de Cataluña) para denunciar los recortes de gasto público social
(que incluía sanidad, educación, y otros servicios públicos vitales) que se
iban a aprobar en el Parlamento ese día. Los Mossos atacaron con gran
brutalidad a la población y hubo varias detenciones (la derecha catalana,
incluyendo a la derecha independentista, calificó el hecho como algo similar al
23-F). El establishment político-mediático del país pidió las más duras
condenas contra los ocho procesados del 15-M que fueron absueltos por la
Audiencia Nacional; pero, más tarde, la petición del Gobierno de la
Generalitat, del Parlament de Cataluña y del Ministerio Fiscal consiguió una
condena de tres años por un delito contra las Instituciones del Estado, según
sentencia dictada por, ¡qué casualidad!, el Juez Manuel Marchena. Hay que reconocer, pues, que algunos de los
presos políticos de hoy fueron los justicieros de ayer, cuando pedían máxima
prisión para los que se oponían a sus políticas neoliberales. Por tanto,
puede que reciban la misma medicina y recetada por el mismo “facultativo”.
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