Y EL
CLIENTELISMO SALIÓ DEL ARMARIO
Decía mi abuelo
Antonio (un hombre sabio) que cada uno teníamos lo que nos merecíamos. Y estaba
muy acertado. Seguramente, los extremeños tenemos lo que nos merecemos y así
han sido los resultados de las pasadas elecciones generales en la Comunidad
Autónoma (C.A.). Los mismos de siempre, PP y PSOE dominando el cotarro, esta
vez con ligera ventaja -como casi siempre- de los “socialistas”, aún a pesar de
la irrupción de Ciudadanos.
Una vez más, el
clientelismo del PSOE ha salido del armario y le ha dado una cómoda victoria. A
mi parecer, dicho sea de paso, totalmente inmerecida; y, aunque los populares
tampoco la merezcan (en nada se han molestado, ya que son, por naturaleza, del
gremio de la vagancia), una victoria totalmente inexplicable si se tienen en
cuenta los datos de cualquier tipo que se analicen en el devenir de nuestra
C.A.
Para empezar, hay que
ver la enorme cantidad de gente de esta C.A. que, teniendo un trabajo, no las
pinchan. Lo que significa que viven a costa de los impuestos que pagamos los
demás gracias a sus convicciones “socialdemócratas” o “neoliberales”. Sin que
ello suponga que no tengamos los índices de desempleo entre los más altos del
país y los peores de bienestar de Europa. Y otros índices tales como: El PIB
igual al de hace más de 30 años; una de las
peores atenciones sanitarias del país (los hospitales están, salvo el
Infanta de Badajoz, todos bajo mínimos en número de profesionales); una
educación pública que no hace falta nada más que ver el informe Pisa para
entender que se está deteriorando de manera clara en favor de la privada (algo,
por supuesto, muy socialista, ¿no creen?), con las peores universidades del
país y, obviamente, del mundo civilizado; los peores servicios sociales, con la
dependencia (capítulo aparte) en estado deprimente, y la desigualdad social
(también capítulo aparte) entre las más vigorizadas del Estado; la C.A. con
menos empresas y menos industrias del país, pero, eso sí, plagada de empresas
públicas (la mayoría con pérdidas repetidas en cada ejercicio, sin contar lo
que pueda estar “escondido” y no sabemos); una C.A. donde la Banca se mueve a
sus anchas con el beneplácito político, hasta el punto de que ni siquiera se la
obliga (sólo ocurre en Ceuta y Melilla) a disponer de hojas de reclamaciones
para los clientes, con lo cual está todo dicho; de infraestructuras mejor no
hablar, hasta los americanos ha llegado el desbarajuste de nuestros trenes y lo
han plasmado en sus diarios de mayor tirada, es decir, no sólo vergonzoso, sino
también de sinvergüencería política; una tierra paraíso de terratenientes y
toreros y cazadores de todos los rincones del Estado; objetivo nº uno de Europa
mientras nadie se mueve para dejar de serlo porque a más de uno le conviene,
hay quienes se están forrando con ese objetivo y con el mantra de la peor
región de Europa; la C.A. con el mayor índice de pobreza (40% de la población)
y aumentando cada vez que se mide; y no hablemos de pensiones, porque no hace
falta decir que son las más bajas del país, mientras sus políticos cobran
sueldos escandalosos y acumulan bienes y puestos de trabajo (sin que haya que
ir a trabajar en muchos casos) para sus familiares de dos o tres generaciones. Qué
suerte haber nacido -y vivido- en esta “maravillosa” comunidad: aquí el
progreso está garantizado, a las pruebas me remito.
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