¿CÓMO PODEMOS CON
PODEMOS?
Evidentemente, ese
es el quid de la cuestión: ¿Cómo podemos con Podemos? Pero la cosa no es nada
fácil por lo que se está viendo. Podemos, en justa lógica de justicia política,
exige los Ministerios que proporcionalmente a su número de Diputados le
corresponden en un Gobierno de Coalición al estilo de los 22 de 28 que en la
actualidad hay en la UE. Aunque dos de ellos, que no lo sé, sean de los
llamados “a la portuguesa” o “a la danesa”, pero que me da igual.
El Sr. Sánchez,
viendo que Podemos está duro de roer para tragarse el trágala -valga la
redundancia- de un Gobierno monocolor con la ayuda de los de Pablo Iglesias,
pero sin nada a cambio que no sean las falsas promesas que luego, sin ningún
problema, exigirán la Sra. Botín y el Ibex-35 sean eliminadas de un plumazo (como
ya ocurriera con lo de controlar los precios del alquiler), ahora recurre a
artilugios del estilo de nombrar Ministro de Economía (que de eso se encargan
en Europa) al chico joven de IU, el Sr. Garzón, para que presione a Podemos. Una
persona sumamente educada y, para ser comunista, excesivamente moderada. Justo
lo que le viene bien al Partido Socialista Obrero Español, de mal reconocida
ideología de Centro Derecha puesto que es sólo de Derecha. Es decir, un grupo
político que hace bueno eso que dijo alguien, ahora no recuerdo quien, que es
pura y dura realidad: “Malditos aquellos que con sus palabras defienden al
pueblo y con sus hechos lo traicionan”.
No quieren ni a tiros soltar el
Ministerio de Trabajo en manos de la Sra. Valerio que ya traicionó a todos los
trabajadores, y muy especialmente a sus paisanos extremeños que son los que
menos ganan de España, al negarse a derogar las reformas laborales del 2010 y
2012 como había prometido en campaña. Esta Sra. que (con perdón y sin ánimo de
ofender, Dios me valga) debería “pintorrejearse” un poquito menos para no
parecerse a Toro Sentado, ya debería haber presentado su incondicional dimisión
por engañar a todos los trabajadores que sin ser socialistas votaron a su
partido ilusionados con que, cuando menos, iban a dejar de ser tan pobres como
ahora siguen siendo. Su engañoso comportamiento, recuerda lo que ha manifestado
un famoso escritor: “El sueño del liberalismo actual -cronificar la pobreza-
está en vías de cumplirse. Dice el Banco de España que los jóvenes ganan menos
que los de hace una década. En otras palabras: la miseria se ha institucionalizado.
No se muere uno de pobre, se muere siendo pobre, lo que supone una conquista
sin parangón desde el punto de vista de la armonía social”. “La estabilidad
política, ante todo. No corremos el peligro de que las fuerzas revolucionarias
arrastren a las masas porque las masas se hallan en las fábricas y en las oficinas,
cobrando salarios de hambre, aceptándolos, asumiéndolos, doblegándose por fin a
la idea de que esto es lo que hay. Descabezados los movimientos sindicales,
ensimismados los partidos políticos de izquierda, globalizado al fin el
pensamiento ultracapitalista, no hay barrera que impida el avance ordenado de
la penuria. Sólo conviene medir la temperatura social de vez en cuando, por si
fuera preciso introducir alguna medida correctora: fingir escándalo, por
ejemplo, ante el precio de la vivienda o de la luz, pero explicar urbi et orbe,
a través de los telediarios, la distorsión insoportable que introduciría su
regulación en los mercados”. ¿Podrán con Podemos? Seguro que sí.
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