Cuando lean este extenso escrito -que siempre agradeceré la paciencia de los que lo hagan- ya me contarán sino podría ser un “artículo” de actualidad hoy con vistas a las próximas Elecciones del 23-J. Ni que decir tiene, con sus correspondientes correcciones (obviamente, no muchas, por desgracia), pues han pasado 13 años desde que servidor lo publicó.
No me cautiva, en absoluto, aplicar a toda la clase política dominante
el término “embaucadora” peyorativamente, ya que, excepciones, entre tantos
como son ahora, es seguro que habrá alguna o, quizás, más de una. Aunque, al
paso que vamos, terminaremos “italianizados”. O sea, como señala un cronista
desde Roma, convertidos en un país cínico y descreído donde nadie se escandaliza
por nada; donde los escándalos, cada uno más grande que el anterior, han
generado un clima de miedo y asco, de luto y vergüenza entre los honrados. O,
lo que es peor, haciendo bueno el Régimen anterior a la “monarquía
parlamentaria” que, dicho sea de paso, sólo disfruta un pequeño sector de la
población, pues no es difícil darse cuenta de que toda la política actual gira
hacia una forma brutal de corporativismo. Entendido éste, con sentido
peyorativo (valga la redundancia), para designar cualquier política
intervencionista que favorezca a las sociedades anónimas características de los
sistemas capitalistas modernos; y olvidando que el Gobierno, como dijo George
Madison, “ha sido instituido para proteger la propiedad de todo tipo y que sólo
un Gobierno es justo cuando imparcialmente asegura a todo hombre lo que es
suyo”, incluido, como no, sus derechos laborales y sociales ganados con sudor y
lágrimas e incluso, en muchos casos, con sangre.
Es, por tanto, que los españoles -me temo- pronto estaremos desposeídos
de la mayoría de nuestros derechos fundamentales por razones de “esta crisis” y
de las que se “inventen” cada equis tiempo (ciclo económico, le llaman
“ellos”), entre cinco y diez años. Aunque, eso sí, al estilo de los peruanos,
es decir, “meciendo”, que, como enjuicia Vargas Llosa, es haciendo que todo se
demore, ande mal, nada funcione y reine por doquier la confusión y la
frustración. Pero, para que no se note, se utiliza talento histriónico, parla
suasoria, gracia, desfachatez, simpatía y una pizca de cinismo (no hay nada más
que ver las comparecencias de algunos ministros o de los representantes de la
oposición para comprobarlo). O sea, sé, embaucando,
para entendernos.
Mas, como durante el tiempo que llevamos de “democracia” -que más parece
de “despotismo oligárquico” de las formaciones más significativas nacionales y
regionales- ha gobernado la “izquierda” bastante más que la “derecha” y resulta
que lo que está ocurriendo, me parece a mí, se asemeja bastante (con perdón) a
un talante totalitario, a un espíritu dictatorial, y aunque el PSOE no es sino
una “izquierda descafeinada” (mejorando mi anterior concepto de la
partidocracia más representativa para que no me digan… radical, extremista,
rudo, intransigente, etc.), queda muy claro que gobernando ellos está
resultando con la Banca (y Cajas de Ahorro) lo que definió Franklin D Roosevelt
como (me niego a emplear el sinónimo que él empleó)“totalitarismo”: “La primera
verdad es que la libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera
el crecimiento del poder en manos privadas hasta el punto de que se convierta
en algo más fuerte que el propio Estado democrático. Eso, en esencia, es el
totalitarismo: la propiedad del Estado por parte de un individuo, de un grupo,
o de cualquier otro que controle el poder privado”.
Así, es de esperar que no terminemos como en la Italia de Mussolini que,
como todo el mundo sabe, era un ex socialista; porque, si bien el adjetivo
“totalitarismo” se asocia con las posturas políticas de extrema derecha y las
ideas y aptitudes racistas, intolerantes o autoritarias y el desprecio por el
diferente, el marginado, el que no piensa del mismo modo o las minorías, los
datos económicos y sociales actuales de nuestro País denuncian una política
propia de una ralea dictatorial.
Y si no que se me explique: ¿Por qué sucede, según el Catedrático de
Políticas Públicas en la Universidad Pompeu Fabra, Vicenc Navarro, que, como
consecuencia de la entrada en la unión europea y el euro, hubo una reducción
del gasto social que afectó a las clases populares y a sus pensiones, su
sanidad, su educación, su vivienda social, sus servicios sociales y muchas
otras transferencias y servicios públicos? ¿Y por qué esta reducción se realizó
no a base de aumentar los impuestos de los grupos más pudientes (que incluso
descendieron) sino, como he dicho antes, a base de reducir el gasto social y el
continuo retraso en el desarrollo del “¿Estado del Bienestar” (todavía a la
cola de la UE) que se agravó durante el periodo 1995-2004 en el que,
lógicamente, disminuyeron las rentas del trabajo considerablemente y aumentaron
las del capital? Algo así como lo que está ocurriendo ahora: Que el déficit
(aún a pesar de que el gasto de personal de las Administraciones Públicas ha
subido en los últimos ocho años el 71,4%) y la deuda pública, como defiende el
Sr. Navarro, no son el problema; sino el desempleo y las enormes desigualdades
de renta consecuencia de las políticas de los últimos 30 años que han creado un
macanudo problema de falta de demanda interna, de falta de consumo. Eso, y el
añadido de la burbuja inmobiliaria y la crisis, han dado lugar a que las clases
menos favorecidas tengan que apretarse el cinturón para “ayudarles” a quienes
nos han estafado a todos.
O, por qué, recientemente, el Banco de Santander, con el Sr. Botín, y su
hija Ana Patricia, presidenta de Banesto al frente, han aplaudido las reformas
del gobierno Imagínense a quienes van a beneficiar. ¿O es, quizás, que este
Banco es el máximo acreedor de los 45.000 millones de euros que el Estado
adeuda a la Banca? ¿O será, tal vez, que, el Sr. Botín y su “niña”, sufragan -
¿a cuenta? - los gastos para que se puedan celebrar esos mítines estilo
Hollywood de las dos grandes formaciones españolas?
O, ¿cómo se explica que hace el laico Zapatero en una organización
religiosa ultraconservadora, profundamente anti-socialista y contraria a la
liberalización de las costumbres?… ¿Por una foto deja unos jirones de dignidad
y defrauda a quienes lo acompañaron en la lucha por los derechos básicos frente
a la Iglesia Católica y sus grupos de presión?
O que una gigantesca estafa global protagonizada por banqueros y
financieros la quieran convertir en una irresponsabilidad de las clases medias
bajas (trabajadores se llamaban antes) a las que aquí en nuestro país se quiere
obligar, mediante el aumento de los impuestos al consumo, a reponer el
latrocinio de los primeros con su esfuerzo y su sudor.
O esos datos de Extremadura, mi CCAA de nacimiento, que dan sacudidas…
sociales. Con perdón, porque ya sé que llevo dando datos bullangueros de esta
tierra mucho tiempo, pero esto es lo que hay, ya que, con más de 440.000
pobres, unos 225.000 pensionistas pobres también (la pensión media de los
extremeños está 190 € por debajo del umbral de la pobreza), como 300.000 obreros
mileuristas, rozando el umbral de la pobreza así mismo, a la cola del poder
adquisitivo europeo (Extremadura es la única región española cuyo poder de
compra se sitúa entre los más bajos de la UE-27), etc., etc., uno se pregunta:
¿después de 32 años de régimen de libertades?... Si bien, justamente, se podría
precisar, sin temor a errar: ¿después de más de 70 años de influencia? Porque,
¿cómo alguien, que se tiene por buen español y mejor socialista, puede, en esta
mísera región, aceptar un Estatuto que le otorga reconocimiento, atención y
apoyo; tratamiento y honores y, claro, medios personales y materiales como una
oficina y todos sus gastos, atenciones de carácter social, alquiler, tres
puestos de trabajo al menos, un vehículo oficial y chofer, dietas, indemnizaciones
por gastos de viaje, estancias y traslados, gastos protocolarios, seguro de
vida durante el equivalente a la mitad del tiempo que ha permanecido en el
cargo, servicio de seguridad, asignación mensual (al parecer, 8.000 € al mes
hasta la jubilación y 6.000 luego) y que, por supuesto, se podrá incorporar al
Consejo Consultivo de Extremadura y percibir, si le interesa más, la asignación
como miembro del mismo? Y a lo que, además, por si el estatuto no fuera
suficiente, hay que añadir la jubilación de la Universidad con sólo año y medio
de permanencia (para los de la “O” de su partido piden sus compañeros como
mínimo 25 años) y, seguro que, con otro “sueldo”, lógicamente, compatible con
todo lo anterior. En fin…
Volviendo a lo inexplicable -fuera de una “estirpe embaucadora”,
obviamente- común para todos (extremeños incluidos, claro está), ¿se concibe
que el plan antifraude del Gobierno (¿de izquierdas?), según han denunciado los
inspectores de Hacienda, no piense tocar la fiscalidad de las SICAVs -el
instrumento de inversión preferido por los grandes patrimonios y donde esconden
su dinero tantos y tantos profesionales liberales- y si actuar con contundencia
contra el pequeño contribuyente que ni sabe ni tiene medios para defenderse?
O sino es, o está muy cercano al “totalitarismo”, todo lo que les
detallo en la segunda parte de “ESTIRPE
EMBAUCADORA”.
ESTIRPE EMBAUCADORA (DOS)
Tal es el caso de que los beneficios empresariales entre 1999 y 2007
experimentaran un crecimiento (en términos reales, una vez descontada la
inflación) de casi el 50%, el valor de las acciones y demás activos financieros
aumentara un 90% y el patrimonio inmobiliario se revalorizara un 125%
aproximadamente; mientras durante este mismo periodo el salario medio apenas
creció un 1%, la pensión media un 18% y la prestación por desempleo un 4%. Está
más que claro eso de la privatización de los beneficios y la socialización de
las pérdidas, digo yo.
¿Cómo se masca, entre demócratas, eso de arropar la desinformación, la
poca y mala educación y el capitalismo de amigotes para exprimir a los
ciudadanos y el derroche en publicidad para comprar y domar opiniones (la
vulgar censura de los que no hace mucho decían: ¡ya se puede hablar!) de los
principales medios escritos?
¿Por qué se compran los votos -sobre todo en los pueblos extremeños y
andaluces- mediante un empleo mal pagado y en condiciones impropias de un
sistema democrático para asegurarse las elecciones de manera indefinida?
¿Qué es comprar CO2? ¿Qué es comprar contaminación? ¿Democracia?
¿De quienes es propio “secuestrar” el sindicalismo (obra maestra de D.
Felipe González Márquez con la formación no reglada) para que no estorbe el
mangoneo político y financiero y silencie la calle?
¿A qué estirpe política pertenecen los que desde un partido socialista y
obrero son capaces de justificar dos o más sueldos “altísimos”, cuadra de
caballos, vehículos de lujo, una pensión excepcional, yate, estudios de los
“niños” en el Reino Unido o USA, escarceos en los sitios más caros y sofisticados
de las grandes ciudades, las mil y una corbata de seda diferente y los trajes
de Hugo Boss, los viajes a esas islas maravillosas del Egeo o del Pacífico con
dinero público naturalmente o al distinguido paraíso fiscal de Mónaco, la finca
de caza (sin refinería cerca), el safari en Kenia, etc., etc., entre otros
gastos y placeres reservados a la élite capitalista prominente, amén de
prestigio y reconocimiento por ser traidores a su conciencia y proteger a las
clases privilegiadas (ricos y banqueros) para que siga habiendo, en la moderna
sociedad, ilotas y parias como cuando se inventó la democracia?
El dictador se valía del futbol (sobre todo del Real Madrid) y los toros
(con El Cordobés a la cabeza) para ocultar al pueblo sus penurias siguiendo el
consejo de Goebbels que mantenía que importaba más el futbol que tomar un
pueblo; pero, ¿y ahora?, ¿qué se hace ahora? Hay futbol casi todos los días de
la semana (ya hasta los lunes), los periódicos deportivos son la prensa más
vendida y todos los medios de comunicación se ocupan más tiempo de Ronaldo que
del Presidente del Gobierno o de los temas políticos en candelero.
¿Se puede saber a qué prosapia -perdón- dictatorial corresponde permitir
unos salarios miserables (que encima pretenden bajar), unos contratos basura y
unas condiciones de trabajo que rozan el esclavismo? ¿Quiénes son los
responsables de que casi el 30% de los trabajadores tenga contrato temporal al
que sólo corresponden ocho días de despido o nada, mientras los Altos Cargos
del Estado se suben la nómina -a pesar de la crisis- el triple que la inflación
y cobran de media 154.034 €/año y los 82 consejeros del Ibex cobran de media
2,2 millones de €/año sin contar aportaciones a planes de pensiones ni
gratificaciones extraordinarias o incentivos plurianuales?
Podría seguir enumerando casos que demuestran el talante de la política
actual -la más dañina para la clase trabajadora en mucho tiempo- hasta llenar
unas pocas gigas de mi ordenador (tal es el caso de las prejubilaciones; la
pretendida reforma de las pensiones; el famoso dialogo social entre los que no
representan a casi nadie; el paro juvenil y el contrato de esclavitud que se
les quería imponer -extensible más adelante al resto de los trabajadores-; el
paupérrimo salario mínimo y todos los salarios de la clase media; el número de
altos cargos y personal de libre designación; el dinero que nos cuesta a los
ciudadanos mantener las agrupaciones políticas y sindicales -cien mil políticos
y trescientos mil sindicalistas-; las mil y una tasas; el deterioro sanitario y
la deplorable educación pública; la
justicia de la injusticia; la emigración descontrolada que ahora no hay dios
que arregle; la decadencia universitaria; los consejos económicos y sociales de
las CCAA -¡a cobrar por firmar!-; las cámaras de comercio; la permisión de la
injusta propaganda para incitar al consumo de lo insubstancial; la declaración
de la renta y los impuestos -de los trabajadores, claro-; la universalidad de
las medidas sociales; el botellón de los menores y las policías locales; la
economía sumergida de ciertos colectivos; la unidad de medida para los pobres y
la propia pobreza; la política agraria comunitaria; la “piratería” informática;
la banca privada -y su usura y expoliación consentida- de la banca privada;
etc.; etc.; etc.; …etc.), pero no es de recibo abusar de la condescendencia de
quienes tienen la bizarría de leer mis escritos y de los periódicos que me
distinguen con publicarlos.
Así pues, epílogo sobre la “estirpe
embaucadora” que, quien nos lo iba a decir hace 32 años, ha hundido, no
sólo nuestro futuro económico, sino nuestra ilusión de vivir en un país
democrático y libre sin ataduras de ninguna especie.
Porque quienes nos gobiernan, desde los distintos gobiernos de las CCAA
y del país, y desde la oposición, lo hacen: Fomentando la falta de educación
(cuanto más ignorantes, mejores votantes) para el dominio de las conciencias y
las opiniones y el incivismo para preservar sus status caciquiles (ninguna
oveja es capaz de comprender que hay un mundo más allá de los perros que las
pastorean…). O sea, el pueblo condenado a la miseria intelectual y económica
para su fácil sometimiento y esclavista explotación.
Haciendo una sociedad adoctrinada en el libertinaje, sin justicia (o con
justicia, pero sólo para algunos) donde la corrupción, la manipulación, la
explotación, el avasallamiento, la degradación, la intolerancia, la conciencia
errónea, el esclavismo legal y la
impunidad junto al nepotismo y el despotismo se aposentan como forma de hacer
política, ya que, el poder absoluto -la dictadura partidista- lleva ya treinta
y dos años en manos de los mismos (PP-PSOE) protectores de las clases
privilegiadas para que sus corruptelas sean ocultadas.
Y así han quedado, como señala Ángel Ruiz Cediel, los cinco derechos
básicos de la Constitución: “El derecho a un trabajo digno convertido en
desempleo a raudales; el derecho a una vivienda digna transmutado en esclavitud
hipotecaria; el derecho a una Sanidad Pública de calidad trocado en
desesperación; el derecho a una Justicia justa y sin distinciones en ley
injusta y sentencias más que discutibles; y el derecho a una Educación gratuita
y de calidad en adoctrinamiento. De modo que, después de estos treinta y dos
años de gobiernos fallidos, están a punto de convertir a España en un Estado
igualmente fallido tipo Haití, Somalia, Afganistán, Irak, Yugoslavia o tantos
otros. Dicho en otras palabras: Sólo hemos cambiado de régimen, y, por más que
cada cuatro años tengamos una teórica oportunidad de elegir a quién queremos
que nos gobierne, únicamente se puede elegir a uno de los brazos de la misma
bestia: PP o PSOE”. ¿Alguien puede creer
en conciencia que el PP deshará lo que el PSOE hizo contranatural y a trasmano,
o mejor creerán que, mirando al tendido, se aprovechará de ello y perpetrará
otros despropósitos más hacia el abismo como ocurrió con el anterior Gobierno
del Sr. Aznar?
Siguiendo con Cediel: “Ayer, dictadura; hoy, democracia. El resultado:
el mismo. Hoy no te meten en la cárcel por pensar distinto: te marginan,
ningunean, aíslan, silencian, desacreditan; hoy no es el yerno o el sobrino del
líder quien amaña las licitaciones o se cuela de rondón en las
Administraciones: los partidos colocan a sus criaturas; hoy no te ejecutan por
resistirte desde el credo: te anulan, te degradan o hasta te condenan por
causas absurdas… “Oye… ¿Qué tenemos contra éste?, ¿recuerdan?...
Por todo lo dicho: Es justo rebelarse contra el hambre y la injusticia,
contra la discriminación y las torturas, contra la esclavitud y las mordazas,
contra la tiranía. Es vital y urgente reclamar rectitud en los actos y en las
palabras, un mínimo de honestidad en expertos, gobernantes, economistas,
periodistas y demás portavoces de la sociedad que de manera creciente
participan, consciente o inconscientemente, en la ocultación y la
tergiversación de la realidad. Todos los ciudadanos, sin excepción, estamos
obligados a disentir de quienes nos atropellan y se valen de nosotros y de
nuestro quehacer para sus prácticas despóticas, sus depredaciones y su regodeo
en nuestro necesitado amoldo de la situación y recelo a la delación.
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