Creo que ya lo he referido en alguno de mis 563 escritos de crítica política alguna vez, pero, no está de más volverlo a hacer si las circunstancias lo requieren en el que hace el número 564. Sin presunción -ni, por supuesto, acrimonia- para un humilde escribidor no está nada mal, algo más de ¡25 años! dando la matraca. Seguro que más de uno dirá: ¡Ya vale! Lo sé, pero…
En el que pudiera ser algún día (difícil lo tengo,
lo sé; no soy escritor ni tengo formación académica más allá de unos estudios
de Magisterio que no terminé) mi libro en el que se recojan esos escritos -ya
veremos cuando paro- comienza con un “introito” en el que se incluye una explicación
de por qué el título “La Demagogia del Alacrán” que dice así: El título “LA DEMAGOGIA DEL ALACRÁN” se
corresponde con una época en la que el término “demagogia” es utilizado por las
clases dominantes de ahora en el País, podríamos decir, tácitamente en
ocasiones, en muchas ocasiones, a la par que de manera habitual como gajes del
oficio. En cualquier caso, la “demagogia” está presente en demasiadas
ocasiones, lo que supone una clara falta de respeto a la ciudadanía a la vez
que una desconsideración propia de gente mal educada -venida a más por méritos
de sumisión incondicional política- y faltos de la más elemental de las
convicciones morales que debieran presidir la vida pública y empresarial.
Y el término “alacrán”, no es necesario tener
conocimientos de biología para saber que ese arácnido es altamente peligroso.
Que su veneno mata, y muy rápidamente, además. De tal manera ocurre, que ambos
términos, “demagogia” y “alacrán”, juntos producen un mejunje que bebido por un
pueblo desinformado, manipulado y medio analfabeto funcional (mi abuelo Antonio
decía: “porque saben leer y escribir se piensan que no son analfabetos”) al que
se le oculta lo esencial en cada momento, da lugar a un adormecimiento que
induce a tener un comportamiento de conformidad sin límites o, lo que es lo
mismo, borreguil y de amplia displicencia, que ahora se suaviza con el vocablo
de moda “Resiliencia”.
Leyendo la prensa diaria (la que me dejan leer, porque no
me puedo permitir “el lujo” de pagar periódicos por muy barato que sea en
casos), sin, por supuesto, hacer el más mínimo caso a las tertulias de la
televisión (los contertulios no sólo lo saben todo, sino que además saben de
todo y a mí, con perdón, me la refanflinja), se puede ver como los partidarios
del Partido Popular y de VOX siguen a pie juntillo las consignas “demagógicas”
de sus líderes; y, en el caso de los energúmenos de VOX, además se han tirado a
la calle para escrachar la sede del PSOE de Madrid cada noche de manera lo más
violenta posible con un saldo de un montón de policías heridos cada día y, ¡qué
pena!, muchos detenidos menores de edad, o lo que es lo mismo, un montón de
“niñatos”, posiblemente, hijos de papá desoficiados y adoctrinados en la
“guerrilla callejera” para, con sus actos violentos, molestar lo más posible a
la ciudadanía sino se hace su santa voluntad y la de sus mayores que no es otra
que seguir la senda del latrocinio público como ya hemos comprobado los
españoles en innumerable ocasiones cuando “los suyos” tienen el gobierno, como
es el caso actual de la Sra. Isabel Díaz Ayuso y familiares o del Sr. Martínez
Almeida, Don José Luis y sus “chanchullos” con el magnate futbolístico del Real
Madrid D. Florentino Pérez de millones de euros “volatizados”. Amén de un
presidente del PP amigo de estraperlistas; o incluso, pudiera ser, amigo de
narcotraficantes.
Y, por favor: clama al cielo, que gente como Esperanza
Aguirre (que debería estar en esa cárcel, al parecer, tan moderna de Estremera,
el Centro Penitenciario Madrid VII, conocido
comúnmente como Prisión de Estremera, que es un centro penitenciario de la
Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, ubicado en el término
municipal de Estremera, en la Comunidad de Madrid) promueva cortar calles como
una extremista nazi (¡quién lo diría!, cuan equivocada estaba la gente con esta
Sra.…), y que el ex presidente Aznar (para los que utilizan los motes, “el
muñeco Luciano”), con lo que tiene este hombre que callar y que hay incluso
quienes lo acusan de crímenes de lesa humanidad, pida a los nazis de VOX que se rebelen
contra todo. Sólo faltan en la “reunión”
(con su ejemplar versión de la “demagogia del alacrán” tantas veces usada)
Felipe González, Alfonso Guerra, Rodríguez Ibarra, Pepe Bono (conocido como “me
abono”), Borrell (el comisario europeo de la guerra, en lugar de buscar la paz
que es por lo que le pagan, por cierto, muy bien, ¡unos 32.000 € mensuales!), y
el resto de “atracadores” del bando del “muñeco Luciano” que deberían estar
todos en Estremera o en otras de las prisiones a elegir, hay más en España. En
fin… La que nos caería con un gobierno de la mayor demagogia posible -y otras
lindezas afanosas- con el PP y VOX, que a mí personalmente me trae a la memoria
una de esas viñetas del Roto que, quiero recordar, decía así: “Vamos a
construir una España nueva con los planos de la antigua”.
Como señala José Antequera al final de
su artículo “Esta es la derecha africanista y montaraz de toda la vida”: “Pero
aquí lo que hay es más de lo mismo: una derecha asilvestrada, taurina y
violenta en formas y fondo que desde hace tiempo trata de derrocar al gobierno
con malas artimañas, guerra sucia y métodos profundamente antidemocráticos.
Nada que no sepamos desde 1936”. O sea, claramente, “La Demagogia del Alacrán”,
que es como tomarnos por “ajilaos” a todos los que no los seguimos; por el vocablo
“ajilao”, extremeños incluidos, claro.
Quizás debería haber titulado este
escrito no con la palabra de inicio “pudieran”, sino con la afirmación “Son la
Demagogia del Alacrán”, que el texto deja más que claro; pero, con la
judicatura que los “envuelve”, cualquiera empieza afirmando.
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