Si digo en el título “y de otros con ellos” me estoy refiriendo a los países denominados del Atlántico Norte, especialmente a ingleses y americanos del norte (no olvidar a los gringos y su genocidio con los indios que poblaban el país), estos últimos muy esencialmente, pues sin ellos Israel no sería nada; aunque, realmente, Israel no es sino una Base más -de las más importantes- de los gringos en Oriente Medio para controlar los “negocios” (sucios, podríamos decir) de la zona (y de ahí su afán de que Israel disponga de las armas más modernas, bombas atómicas incluidas, se supone) entre los que se encuentra el gas de la franja de Gaza a la que quieren aniquilar para quitárselo. Pero, cuidado con Irán y China y La India (y también quizás Rusia), porque pueden aguarle la fiesta si se ven amenazadas y ello dé lugar a salir de esa parte del mundo con “el rabo entre las patas”, que, por cierto, no sería la primera vez. Además, los yanquis están en franco retroceso económico y social y China se los está “merendando” con la paciencia propia de que gozan y no tardarán mucho en terminar esa “merendola”, lo vamos a ver muy prontito sino cambian mucho las cosas. La victoria rusa en Ucrania, que está a la vuelta de la esquina, servirá como ejemplo de lo que se les puede venir encima a los todopoderosos -de antes, ya no- estadounidenses.
Antes de iniciar lo de los “cidios” (que
es algo muy cortito y muy sencillo), quiero hacer un pequeño repaso por la
historia de Israel y Palestina, no sin referirles una frase de Plutarco para
empezar que dice así: “La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre,
pero el oro jamás calma la avaricia”. Y el odio (esto es mío), como estamos
viendo estos días no muere nunca.
El 14 de mayo de 1948,
el último de los soldados británicos abandonó Palestina y los judíos, liderados
por David Ben-Gurión, declararon en Tel Aviv la creación del Estado de Israel, de acuerdo al plan previsto por las Naciones Unidas.
Pero, antes de 1948,
a mediados del siglo XIX, Israel formaba parte del Imperio Otomano y estaba
poblada principalmente por árabes musulmanes (algunos de ellos, beduinos),
árabes cristianos, así como judíos y otros grupos minoritario.
ISRAEL, PAÍS EN
ORIENTE MEDIO: Israel
es un país de Medio Oriente en el mar Mediterráneo, considerado la Tierra Santa
bíblica según los judíos, los cristianos y los musulmanes. Sus sitios más
sagrados están en Jerusalén, fundada el año 1004 a.C.
por el rey David, la ciudad sagrada para judíos, cristianos y musulmanes
sigue despertando fascinación. Sin olvidar Belén, donde los cristianos dicen
que nació Jesucristo y desde donde se cree que inicio su, digamos,
adoctrinamiento o implantación del cristianismo que los creyentes denominan
apostolado.
Dentro de su ciudad vieja, el complejo del Monte del
Templo incluye el santuario de la Cúpula de la Roca, el histórico Muro de los
Lamentos, la mezquita de Al-Aqsa y la iglesia del Santo Sepulcro. El centro
financiero de Israel, Tel Aviv, es famoso por su arquitectura de Bauhaus y sus
playas.
Cuando se formó el Estado de Israel, el país recibe
una gran oposición internacional, pero también un gran apoyo de otros países
(imagínense cuales), pues es visto como un refugio seguro para las numerosas
víctimas de la persecución nazi a los judíos en Europa. Mas, antes de la
Primera Guerra Mundial, el territorio que hoy en día llamamos Israel (antes
conocido como Palestina) y los territorios aledaños formaban parte del Imperio
Turco Otomano.
Israel es una democracia parlamentaria regida por los
poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Sus instituciones son la
presidencia, la Knéset (parlamento), el gobierno (gabinete de ministros) y el
sistema judicial. Tel Aviv se convirtió en la capital provisional del país
hasta que, en 1980, la capitalidad se trasladó a Jerusalén, una ciudad de Oriente Próximo,
situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del
mar Muerto. Los israelíes la han erigido como capital del Estado de Israel,
mientras que el Estado de Palestina reivindica su parte oriental como su propia
capital. En la actualidad, Israel controla de facto toda Jerusalén y
considera toda la ciudad como su capital, mientras que el Estado de Palestina
ha declarado a Jerusalén Este como su propia capital. Ninguna de estas reivindicaciones
ha obtenido un amplio apoyo internacional.
Históricamente ha recibido diferentes
nombres: Judea, Canaán, Israel, Tierra Santa, etcétera. (aunque cada uno
de ellos alude a realidades geográficas difusas y no estrictamente
coincidentes). La región es atravesada de norte a sur por un sistema montañoso
de escasa elevación.
Aquí ha vivido como pueblo libre y soberano; aquí ha
creado una cultura con valores nacionales y universales”. Con esas palabras, el
14 de mayo de 1948, David Ben Gurión, líder del movimiento judío, declaró
unilateralmente la creación del Estado de Israel.
Así como Moisés en su papel de profeta, legislador,
mediador y libertador fue un modelo de Jesucristo, también Josué, que
llevó a Israel a la tierra prometida, fue un símbolo de Jesús, que lleva a los
fieles a la suprema tierra de promisión, el reino celestial.
Pero, cuando Ben-Gurión proclamó la independencia de
Israel ya existía entonces una población que había vivido en esta región,
Palestina, durante siglos. Los
egipcios le llamaron Canaán, los hebreos Israel, y los romanos la dividieron en
tetrarquías, entre las que estuvieron las de Galilea y Judea (nombres
preexistentes para esas zonas en la lengua y tradición hebrea), para luego
darle el nombre de Palestina en el siglo II d. De hecho, en 1988, el
Consejo Nacional de Palestina reunido en Argel proclamó el establecimiento del
Estado de Palestina. El Consejo de Seguridad exigió que Israel retirara sus
fuerzas del Líbano “inmediata e incondicionalmente” hasta las fronteras reconocidas
internacionalmente.
De tal modo que, los orígenes remotos de la religión
judía hay que situarlos en Mesopotamia, en Ur de Caldea, donde nació
Abrahán, posiblemente hacia el año 1800 a.C. Se establecieron en Palestina y
allí se desarrolló su historia.
El Lugar de Nacimiento de Jesús: Iglesia de la
Natividad y ruta de peregrinación en Belén (Palestina) está situado a
10 km al sur de Jerusalén en el lugar en el que los cristianos creen que nació
Jesucristo, que hablaba en Arameo, según los estudiosos de la Biblia, aunque el
hebreo era la lengua de los eruditos y de las escrituras. En cualquier caso,
parece ser que Jesús dijo a Israel: “Escucha Israel, el Señor Dios nuestro es
el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma
y con todas tus fuerzas”. ¿Por qué Palestina es Tierra Santa? El nombre de
«Tierra Santa» hace referencia a un hecho histórico y religioso de sacralidad
de la tierra, según el concepto judeocristiano. La «tierra» se hace
«santa» cuando entra en el plan divino de la salvación, de la misma forma que
se habla de «hombres santos», «mujeres santas» y «lugares santos».
El conflicto actual entre israelíes y palestinos se
remite a la declaración de independencia de Israel en 1948, un país que desde
su fundación ha experimentado conflicto con sus vecinos, principalmente países
árabes y musulmanes. Y de estas “diferencias” nació Hamás, una organización
política y militar palestina, considerada como un grupo terrorista por varios
países, incluidos Estados Unidos e Israel. Se formó en 1987 y su objetivo
declarado es la liberación de Palestina. Y no hace falta contarles lo que está
ocurriendo estos días entre Hamás y los israelitas por culpa de que Israel (con
esos colonos armados hasta los dientes) no cesaba en su robo de terrenos de la
franja de Gaza y de Cisjordania hasta que los palestinos se han hartado de
tanto expolio y han pasado a la acción al estilo, paradójico, de David contra
Goliat. Y como he dicho al inicio, el odio es tal de Israel a Palestina (lo que
queda de la que fue Palestina antigua) que han surgido en esta guerra desigual
por la ayuda a Israel (su Base en Oriente Medio) de los yanquis con todo su
arsenal de matar que está dando lugar a esos “cidios” que titulan este escrito. Por cierto que, el Presidente
del Gobierno español, en un gesto que le honra, ha intentado, yendo allí, parar
esta masacre israelita, aunque, claro está por lo que estamos viendo, nada ha
conseguido; pero su gesto haciéndole frente a Israel es digno de ser destacado
y, particularmente -seguro que como a la mayoría de los españoles- me importa
un comino la rotura de relaciones diplomáticas con un Estado de tanta maldad
acumulada en su seno por el ansia de una tierra que no le pertenece, como, por
otra parte, ya se le ha hecho saber en numerosas ocasiones por todos los
Organismos Internacionales.
Casi (no sé ya si pasarán) 20.000 habitantes de Gaza
(no soldados regulares ni de Hamás) vilmente asesinados en lo que constituye
uno de los mayores genocidios
conocidos; cerca de ¡8.000 niños! asesinados
sin poderse defender lo que instituye un auténtico infanticidio (que el escritor Javier marías -una de las plumas de
mayor relevancia del siglo pasado y del actual-, ya fallecido, en uno de sus
mejores artículos expuso magistralmente cómo el dolor de una madre cuando
pierde a su hijo no caduca mientras vive); otras tantas o más mujeres,
obviamente, asesinadas incluso en hospitales y centros de acogida que albergan
a gente inocente que huye de la guerra, lo que los mejicanos llaman feminicidios. Y, por último, estos
asesinos que vivían del crédito del holocausto (que igual no fue tanto
holocausto, está por demostrarse que fuera como nos lo cuentan los que ganaron
la guerra, lo cual no quita lo miserable de esos campos de concentración nazis)
no están respetando ni siquiera a las personas mayores que no pueden eludir los
bombardeos debido a su incapacidad para desplazarse a otros lugares o salir de
un hospital donde permanecen por enfermedad que también son bombardeados sin
piedad. ¿Cómo llamar a estos últimos? ¿Gerontocidios,
quizás? Sin que se quede en la memoria que también han asesinado vilmente hasta
la fecha (pueden ser más si sigue la masacre) 64 periodistas valientes que han
dado su vida para que se sepa en el mundo la verdad de lo que está pasando en
esta maldita guerra -una más de los nazis judíos- en lo que podríamos llamar periodisticidio.
El mundo tiene que parar esta masacre,
paradójicamente, de un NAZI israelita sin el menor escrúpulo por la vida de los
más inocentes sólo porque no son judíos como él y no quieren perder sus tierras
desde tiempos ancestrales.
Lástima que estas próximas navidades, muchos católicos
y otros que no lo son tanto, pero quieren conocer los lugares santos, no podrán
visitarlos. Si, como dicen, Jesús vivió en estas tierras y era el hijo de Dios,
no se explica cómo permite que eso lugares santos, el complejo del Monte del
Templo incluye el santuario de la Cúpula de la Roca, el histórico Muro de los
Lamentos, la mezquita de Al-Aqsa y la iglesia del Santo Sepulcro y el lugar de
su nacimiento, Belén, sean asaltados por cuatro nazis degenerados con apoyo
yanqui y sajón.
Esta navidad no podremos cantar eso tan famoso de:
“Paz a los hombres de buena voluntad”, aunque no sean católicos; y, seguro que
en Israel y en USA no les importará nada lo que está pasando y adornarán sus
casas, vergonzosamente, como si tal cosa, mientras los españoles deberíamos
colocar en nuestros “belenes” una foto del terror que está viviendo Palestina.
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