HOGAR, DULCE HOGAR…PARA
ALGUNOS
La verdad es que la
mayor parte de los hogares españoles son hoy día algo peyorativo. Algo que ha
empeorado considerablemente, a la par de que cada vez hay menos, visto como lo
entendíamos los que ahora tenemos más de 65 años. Antes el hogar era la casa familiar
en la que vivíamos padres e hijos y, en muchos casos, nietos inclusive. Ahora,
como he dicho antes, el hogar es algo, sino peyorativo exactamente, sí un sitio
donde el término familia no encaja lo suficientemente que sería de desear. “Hogar”,
es un vocablo qué, a mi modo de ver, tiene poco futuro, por no decir ninguno.
Aunque claro que siempre habrá hogares que, gracias a circunstancias monetarias
y de altísimos patrimonios, conseguidos de manera poco o nada dentro de la
legalidad (caso de los Puyol catalanes), seguirán siendo, como se decía antes,
“dulce hogar”. Para el resto de los mortales, al menos aquí en España, puede
que se siga llamando hogar, pero me da que van a ser muy poquitos los que
puedan seguir formándolo…, y que cuaje, tal y como se ve hoy el mundo de la
pareja y lo difícil que es formarla para compartir alegrías y tristezas, pues
de éstas últimas ya se encargan los establishment políticos y financieros de
que predominen y la natalidad siga siendo el caos que ahora es.
No obstante, referido a Extremadura
donde vivo, de lo que tenemos ahí está la estadística. Poco creíble, por
cierto. Pues a un servidor no lo va convencer nadie de que se fie del Instituto
de Estadística de Extremadura (IEEx), ni aunque sea a partir de estudios realizados
por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El primero es poco fiable, y el
segundo, visto lo visto, se da la mano por la manipulación que le imponen los
gobernantes y los poderes fácticos. Porque, ya me contarán, como es posible que
con más de ¡400.000! pobres de algo más de un millón de habitantes, se pueda
uno tragar que la renta media anual de los hogares extremeños sea de nada menos
que 24.375 € (el 76,3% de la media nacional) y su gasto de 22.887 € cuando el
34,8% de los hogares percibieron menos de mil euros mensuales, y el 39,3% entre
mil y dos mil euros (¿quiénes son esos?). Amén de que, según Eurostat, el PIB
per cápita de Extremadura es de sólo 17.600 € (el 64% de la media de la UE).
Aquí hay algo que no cuadra: Lo primero
que hace falta saber es de donde sale que una persona menor de 65 años tenga de
gasto nada menos que ¡13.082 €!, cuando es bien sabido que aquí ese salario
sólo lo tiene una minoría. Porque la mayor parte de los jóvenes, si las matemáticas
no fallan, no llegan a 10.000 € al año (sin contar los desempleados que nada
reciben), o sea que, ¿cómo se pueden gastar entonces 13.000 €?; segundo (esta
no hay quien se la trague, aunque esté con la “torta”), ¿cómo se puede decir
que el gasto medio por persona es de 9.257 € (la media de los pensionistas no
llega a 8.000 € y son mayoría, además de los ¡400.000! de la pobreza relativa
que no llegan tampoco a los 8.000 €)) y que el ¡65%! de los hogares tiene a todos sus miembros ocupados con unos
índices de paro que rondan el 32% y con
una tasa del 15,5% con todos sus miembros parados? Y, ¿cómo es posible
que cerca del 60% de los hogares extremeños tenga algún tipo de dificultad
económica para llegar a fin de mes y sufran las carencias materiales de la
imposibilidad de disfrutar de vacaciones (el 47,6%) y la ausencia de capacidad
para afrontar gastos imprevistos (cinco de cada diez y con el 44,6% viviendo en
riesgo de pobreza) con los datos de ese Instituto de Estadística de
Extremadura?
En fin… ¿Estas
estadísticas las han hecho en esos Institutos citados o en el “Barómetro” de la
Sexta Noche?
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