LA “REBELIÓN” DE
LOS CARCAMALES
Una serie de
viejas glorias de la socialdemocracia neoliberal ha puesto el grito en el cielo
cuando se ha enterado del acuerdo (preacuerdo todavía) entre Unidas-Podemos y
el PSOE (ese partido que tanto les ha dado, especialmente en lo económico y en
el prestigio que otorgan los Altos Cargos del Estado y en la facilidad para
moverse por el mundo sin que nadie los inspeccione con lo que eso significa a la hora de “invertir” en
cualquier paraíso fiscal). Se les ha caído el cielo encima. Ellos que estaban
acostumbrados al bipartidismo neoliberal que les ha proporcionado riqueza,
poder y solución económica para tres o cuatro de sus próximas generaciones y
que seguían en la sombra apoyando para que nada cambie en este país que, siendo
unos don nadie, los ha lanzado al estrellato político; del que, por supuesto,
nunca se van a bajar por mucho que se les aprieten las clavijas con los mil y
un caso de corrupción (más de 80 en el caso socialista, muchos de extrema
gravedad como el de los EREs y los que le cuelgan; y otro sin fin en el caso
popular como el de la Gürtel y otros tantos igualmente graves) de los que son
directamente responsables. A nadie se le escapa ya que la corrupción política
es de dominio público en medio mundo (estamos por delante de Dictaduras,
Monarquías y más de un país africano), habiéndonos llamado la atención todos
los Organismos importantes del planeta: FMI, BM, UE, Etc.
Estos personajes viejos
y achacosos (con perdón, “auténticas carracas”) son además un tanto carcamán,
es decir, viejos de mal carácter. La vetustez se ha adueñado de ellos y no se
dan cuenta que están anticuados. Y, salvo “el cura” Bono, que no parece que
haya roto un plato en su vida (el político rey de la sumisión, que, según
parece, tiene una niña en Suiza “estudiando” que le cuesta al año más de
¡80.000 euros!), se expresan a través de los medios de desinformación de manera
déspota e insultante para hacer llegar a la cúpula del partido su deprecación.
Está claro que para ellos el progresismo no es otra cosa que el Estado de SU
Bienestar, pues de hecho sólo hay que ver cómo está España si la analizamos
región por región. Comunidades como Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha,
Asturias, Cataluña, Valencia, Madrid y prácticamente todas las demás, han sido vilmente
expoliadas y ahora aumentan las desigualdades y la pobreza a un ritmo frenético
que va ser muy difícil sujetar. El paro (en Extremadura hay ¡100.000 parados!,
de un millón y algo de habitantes) no baja, con perdón, ni de coña; y los
jóvenes además sufren como nadie la precariedad que es norma general en el país
desde esa famosa reforma laboral -que nadie se atreve a cambiar, ni siquiera
“Toro Sentado”, la ministra extremeña de trabajo- del año 2012 y que está
afectando gravemente a las pensiones: no se cotiza, no hay dinero para pensión.
Amén de que todos esos jóvenes van a tener muy difícil que sus cotizaciones
(escrupulosamente exiguas) les puedan proporcionar en el futuro una pensión si
el sistema no cambia. De hecho, la inmigración entre Comunidades y la
emigración a otros países menos corruptos y que pagan más decentemente se está
convirtiendo en la norma general que está despoblando las zonas rurales donde
muy pronto sólo habrá viejos a los que ya nadie podrá atender y se seguirán
muriendo a mayor ritmo que ahora (80 diarios) por falta de asistencia. El
neoliberalismo ha traído el caos para todos (incluida la clase media, casi
desaparecida o convertida en pobre) excepto para las élites y el establishment
financiero y los grandes latifundistas y millonarios que, dicho sea de paso, no
dejan de aumentar a un ritmo vertiginoso como no puede ser de otra forma con un
capitalismo opresor que está dando lugar a “revueltas” en medio mundo. Con una
sanidad en franco deterioro por falta de profesionales (especialmente en
Extremadura y Andalucía, feudos socialistas), una educación muy cuestionada y
en algunos lugares impartida en barracones mientras se subvenciona la privada
en detrimento de la pública, y unos servicios sociales en los que no se
invierte ni la décima parte de la media de la UE. Con un 1,5% de viviendas
sociales mientras en los países de nuestro entorno y nuestro similar desarrollo
no baja del 9%, y con unos alquileres inasequibles para la mayoría de los
ciudadanos que no pueden adquirir una vivienda en propiedad para vivir, y los
que lo hacen mediante el sistema hipotecario -que son miles y miles- son
explotados con un sinfín de cláusulas abusivas del tipo del IRPH prohibido en
la UE. De Justicia, mejor no hablar, porque ya se sabe cómo se eligen en España
a los Jueces de los Altos Tribunales y lo que eso significa.
En fin, como dijo
un tal Maurice Barrès, “la política no es asunto propio ni de filósofos ni de
moralistas; es el arte de sacar de una situación determinada el mejor partido
posible”. Cierto, sino que se lo cuenten a todos estos “decrépitos”: F.
González, Ibarra, A. Guerra (más de 30 años pulsando el verde), Aznar (uno de
los tres peores presidentes de una nación en toda la historia según una
prestigiosa revista que analiza los de todo el mundo), Rajoy, F. Vara,
Zapatero, los no sé cuantos cientos de ministros y consejeros de la Democracia,
Bono, el innumerable número de sindicalistas displicentes y los miles y miles
de alcaldes (vean los juicios pendientes del de Castuera, al que, por cierto,
no hay agallas en todo el PSOE extremeño para echarlo del partido) que se han
puesto las botas junto a un enjambre de asesores y chupatintas que no han dado
un palo al agua y sin vida laboral se han adjudicado, como mínimo, la pensión
máxima.
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