SI HASTA LA ADMINISTRACIÓN LOCAL NOS ENGAÑA…
Pues eso: ¡apaga y vámonos!
Resultan
injustificables tantas cosas hoy en día que la política ha conseguido algo
insólito: nadie se espanta ya de casi nada mientras el país se empobrece (tres
millones de personas están ya en estado de pobreza extrema) y nuestros
políticos de cualquier nivel y grandes empresarios se enriquecen sin el menor
pudor. Los casos de corrupción de políticos y empresarios de élite se
multiplican día a día y aquí no pasa otra cosa que no sea uno de esos insulsos
debates protagonizados por una serie de contertulios que lo justifican casi
todo según la opción político-empresarial a la que estén “adheridos”.
El
fraude fiscal de la Gran Empresa (casi la totalidad del Ibex-35 tiene filiales
en paraísos fiscales), con la Banca al frente, como no podía ser de otra forma,
ronda los ¡90.000 millones de euros! (el impuesto de Sociedades lo reducen del
30% ó 35% al 7% aproximadamente… y casi legalmente) y la Deuda Pública no deja
de crecer (ya ronda el 100 por 100 del PIB) a costa de regalarle intereses a la
Banca más usurera de la manera más ignominiosa posible y dando lugar con ello
al mayor “negocio” (pueden leer “engaño”) jamás inventado: comprar el dinero al
Banco Central Europeo -nuestro dinero- al 0,5% y, ¡no se lo pierdan!,
prestárnoslo después al 3, 4 ó 5 por ciento (seguramente una “genialidad” del
Sr. Botín, que para eso está al frente del Banco de las “ideas”). Son solo dos
casos importantes de nuestra “ruina democrática”, pero, obviamente, no los
únicos. Porque, ¿qué me dicen de lo que pasa en casi la totalidad de los más de
8.000 pueblos españoles? Gente que no paga el IBI, gente que no paga el rodaje
de sus vehículos, gente que no paga sus altas y sus licencias para ejercer sus
negocios (cuando no se molestan ni siquiera en solicitarlas, que esa es otra),
gentes que “trapichean” con las recalificaciones, reclasificaciones, etc.,
gentes que no se gastan nada en proyectos arquitectónicos porque nadie se lo
exige, gente, en una palabra, que no contribuye a las arcas de la
Administración Local con nada porque, posiblemente, de la manera más
despreciable, la política saca su tajada por otra parte. Sin duda, son
“circunstancias” que tienen a los Ayuntamientos en estado cercano a la bancarrota.
Y, sin intención de agobiar, sirva como muestra de lo que digo, que en el
pueblo donde vivo hay rumores (ya veremos si se plasma todo en una “auditoría”
que se está realizando) de que el anterior gobierno “perdonaba” el IBI y no
tenía “prisa” en cobrar las concesiones administrativas a algunos ciudadanos
sin el menor recato. Amén de, supuestamente, no exigir proyecto ni licencia
para abrir un negocio a quién convenía…, como es el caso demostrable, por
ejemplo, de una clínica privada llamada “La Serena”.
22/10/13
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