Y AHORA, PARA REMATAR, EL BANCO MALO
Que
no es lo mismo que un mal Banco, que es lo que son la mayoría de los que
prestan “sus servicios” en España. Y resulta muy curioso que las víctimas de
las llamadas “malas prácticas bancarias” (expresión eufemística del latrocinio
generalizado y consentido, propias de los malos bancos) van a tener que
soportar, vía “reformas” y subidas de impuestos, el costo -25.000 millones de
€- del alumbramiento de eso que llaman un Banco Malo... ¡como si algún Banco
fuera bueno!
Es
inexplicable que la Banca más usurera del Mundo, la Banca española, a pesar de
ganarse un 4, un 5 o u n 6% comprando Deuda Pública con nuestro propio dinero a
través del Banco Central Europeo que se lo presta al 1% o menos (el mejor
negocio inventado hasta la fecha, pues no requiere ningún tipo de inversión y
constituye la mayor vergüenza jamás imaginada), no se conforme y, sumado a esas
ya dichas “malas prácticas” que nadie ignora y todos -todos los ciudadanos de a
pie- conocemos (posición deudora o excedida, tarjetas al 40% de interés, un
seguro de vida por preguntarle al Director algo, liquidaciones de cuenta a su
antojo, gastos de correos por mandarnos su propia propaganda, comisiones y
comisiones y comisiones sin límite, estafas a través de preferentes, etc.,
etc., etc.), haya exigido para su “saneamiento” un Banco Malo en el que
depositar sus activos tóxicos procedentes de la desfachatez inmobiliaria que
los enriqueció en otro tiempo hasta límites incomprensibles. Un Banco con el
que regularizar sus balances a costa del contribuyente y poder seguir así su
largo camino de expoliación consentida a costa de proporcionar a la política
esos “créditos hielo” que se diluyen en el tiempo y están enriqueciendo a un
número ilimitado de necios lameculos producto de este régimen partidocrático
que se han dado en llamar “democracia”, pero que no es otra cosa que un magno
pufo para engañar a la ciudadanía y saquearla sin contemplaciones.
Sí,
queridos lectores, entre esos pensionistas que ven amenazada su ya mísera pensión
(en Extremadura la ridiculez de menos de 700 € al mes de media); entre todos
esos parados que seguramente no volverán a trabajar más (ojo a las
consecuencias para sus familias) y que muchos tendrán que hacer caso al Alcalde
de Marinaleda; entre esos millones de jóvenes (más del 50% no trabaja ni
estudia) que se han perdido para siempre porque ya mismo serán mayores y no
tendrán nada de nada de nada salvo que se vayan a Alemania… o Laponia; entre
esos funcionarios, que son muy buenos pero que cobran “demasiado” según los
padres de la patria que no ganan ninguno menos de diez o doce mil euros al mes
y tienen todos los privilegios que se puedan imaginar; entre esos trabajadores
autónomos y pequeños empresarios (pobrecitos, trabajar doce horas diarias para poder
cumplir con el latrocinio de la Seguridad Social y del Erario) a los que se les
niega un simple microcrédito para subsistir a pesar de crear más empleo que
nadie; y entre todos los que se regocijan porque tienen un “trabajo”,
generalmente mal remunerado y que tendrán que empezar a vomitar sus pocos
ahorros (al que no se los hayan sustraído ya con las “preferentes”; entre todos
ellos tendrán que “socorrer” a los directivos y ejecutivos que ganan millones
de euros al año y tienen pensiones blindadas de más de 60 millones de euros
-aunque su Banco esté en quiebra técnica ocultada- y a tantos y tantos
accionistas que seguirán percibiendo dividendos sin importarles lo más mínimo
que los demás seamos desvalijados por un Banco Malo o por un régimen bananero de
cuatro especuladores y estafadores no sujetos a ninguna ley.
En
fin. Alguien dijo que “Fue el Estado y no los Mercados quien los enriqueció”.
¡Qué razón tenía!
08-08-12
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