¡25 AÑOS! “ROMPIENDO CRISTALES”
Cuando
tenía 13 años, mis padres (para hacerme un hombre se decía entonces) dispusieron
que estudiara en Madrid. En un colegio interno en la calle San Vicente Ferrer,
en pleno centro de la capital por aquella época. Allí estudié unos pocos de
años -mal estudié, pues para combatir la morriña de mi libertad en el pueblo
perdida en Madrid, leía novelas de Marcial Lafuente Estefanía en vez de
estudiar- y, aunque les parezca poco creíble, rompí muchos cristales. Me
explico: Jugábamos al futbol, con pelotas de siete pesetas, en un patio
interior. Servidor formaba un trío con López Pérez de Porcuna (Jaén) y González
Martínez de Oliva de Mérida que era imbatible, pero a veces –muchas al mes-no
acertaba con la portería y sí con los cristales de las ventanas de las clases
que estaban unos metros detrás. Era raro el mes que mis padres no tenían que pagar
–además de mis “estudios” y mi estancia- algún cristal. Como estudiante era un
desastre, como futbolista genial (lo decían los mayores que vivían en la
Residencia de Estudiantes del Colegio) y rompiendo cristales un hacha. Tanto,
que mi padre decía: ¡no sé qué vamos a sacar con este niño, pero lo que son
cristales no va a dejar uno en pie!
En
fin… una pequeña parte de mi vida, como nuestro Ex Presidente, Sr. Ibarra:
“rompiendo cristales”.
Ni
que decir tiene que no pienso leer su libro y mucho menos comprarlo. Porque, si
no me puedo permitir comprar un libro de Javier Marías o de Arturo Pérez
Reverte, dos escritores que me encantaría leer, comprar el del Sr. Ibarra sería
de un remordimiento de conciencia tal que jamás me lo perdonaría y, desde
luego, de una brutal desvergüenza para con mis hijos y mi esposa tal como están
las cosas. Ellos tampoco me lo perdonarían nunca: ¡gastar dinero en un libro
del Sr. Ibarra!
He
vivido en esta tierra la mayor parte de los años que tengo, todos los de la Democracia.
Muchos. Y desde la llegada al poder del Sr. Ibarra (08-06-83) hasta su
abdicación en favor del Sr. Fernández Vara han transcurrido, ciertamente, 25
años (día más, día menos) que los extremeños en su mayoría (exceptuando algunos
empresarios y todas las personas que le han profesado pleitesía para, al estilo
de la mafia – la lealtad es la clave para sobrevivir-, estar ahí y ganar un
buen salario) hemos soportado soñando cada día en la famosa convergencia con
otras regiones y con la media nacional que se nos había prometido una y otra
vez.
Es…
como si, elecciones tras elecciones, nos estuvieran diciendo: ¡les estamos
entreteniendo, permanezcan abrumados y no se queden ninguno sin votarnos!
Pues
cómo se explica sino que después de 25 años:
Si
hablamos de SALARIOS, los extremeños son los más bajos de España. Por lo que,
lógicamente, tenemos la renta per cápita más baja del País y nuestro poder
adquisitivo es, aproximadamente, un 54% inferior a la media nacional. No entran
en este “saco”, claro está, los Altos Cargos, personal de libre designación,
personal de confianza, etc., -más de 500 personas- de la Junta, y, por
supuesto, tampoco el personal de las Diputaciones, Asamblea de Extremadura -con
lo que conlleva detrás de los Grupos y de los Diputados-, Alcaldes y Concejales
que cobran, todos ellos, un salario muy por encima de la media no sólo de la
Comunidad sino de la del País. Y, desde luego, si los Jueces extremeños van a
la huelga porque cobran menos que en otros sitios, ¿qué tendríamos que hacer los
demás trabajadores de la región?
Si
tocamos EL PARO, ¡apaga y vámonos! Los reyes indiscutibles del desempleo desde
que se empezó a “contar” a la gente que no encontraba donde trabajar a pesar de
las millonarias ayudas de Europa y de las propias de la Junta de Extremadura
(aunque, según parece, éstas han ido a parar en un porcentaje muy alto a las
Empresas del Sr. Gallardo, amigo del Sr. Ibarra y Tío de Don Francisco Fuentes
número dos del PSOE en la región). Más.
¿Cuántos miles de millones de euros de todos los contribuyentes llevamos
fundidos en 25 años y cuantos empresarios –además del Sr. Gallardo y
“allegados”- se han puesto, dicho vulgarmente, las botas con ese sinfín de
incentivos y con los famosos “Plan de Empleo” –por el ¿siete? creo que vamos ya-
que, hasta ahora, no han servido para nada que no sea recoger una pequeña
dádiva los Agentes Sociales por firmar? ¿Cuántos “rescates” empresariales van
sólo este año que si para innovar, que si para modernizar, que si para hacer
más productivo el tejido empresarial, que si para industrializar la
industrialización, que si para… sin que el desempleo baje? ¿Si el monstruo que
va a atufar la Tierra de Barros y la va a inundar de cáncer de pulmón y de asma
sólo dará empleo a unas 2.000 personas (cada una nos cuesta casi el millón de
euros) qué se va a hacer con los más de 80.000 parados restantes? ¿Cómo es
posible que gastando tanto siempre, con crisis y sin ella, estemos 6 puntos por
encima de la media nacional? Ojalá que no sea así, pero me temo que alguien está
más interesado en el desempleo que en el empleo para poder mantener sus
privilegios y su política, y sino al tiempo.
Si
de lo que hablamos es de precariedad laboral y contratos basura también
somos los reyes sin discusión. Que las mujeres –las pocas que trabajan- arrojen
un índice del ¡96%! de contratos temporales es espeluznante y no ocurre en
ninguna otra región de España ni en Europa. A esta región, con todos los
respetos, bien se le puede aplicar lo que dijo el dibujante: “el contrato
basura, el trabajo de mier… y la porquería de sueldo”.
Si
lo hacemos de FISCALIDAD, curiosamente, la región más pobre de España (el 40%
de pobreza relativa, el doble de la media nacional) es la que paga el IRPF y el
impuesto de Donaciones más alto y, obviamente, donde más aumentan las
desigualdades de renta. Huelga decir que la renta de las familias extremeñas
crece la mitad que la media europea. Y si es injustificable el número de
pobres, lo es más aún como ha crecido el número de ricos, de los que, por
cierto, nueve de cada diez no cumple con sus obligaciones fiscales. Hay,
después de 25 años de gobierno comandado por “un buen extremeño y buen
socialista” (así se ha definido nuestro ex Presidente), mucha evasión fiscal y
algunos colectivos muy favorecidos con ella ante la pasividad de quienes
deberían perseguirla, y si la bolsa de fraude ronda en España el 23% de la
riqueza nacional ¿con cuanto contribuye Extremadura?
Si
de lo que hablamos es de MEDICINA –ahora tenemos un Presidente del gremio- sólo
se puede decir eso de: ¡Dios nos ampare! Porque después de todo este tiempo
estamos en la Comunidad Autónoma que dispone de menos médicos por cada mil
habitantes. Cómo están algunos hospitales (en el de Don Benito-Villanueva,
cuando yo me operé, hace menos de un año, había ventanas sin cristales -con los
cristales rotos, que diría el Sr. Ibarra- tapadas por los familiares de los
enfermos con protectores de cama para que no entrara frio, aire y sol) o para
qué sirven otros sin apenas especialistas nos lo tienen que explicar despacio.
La Sanidad, da la impresión de que está en Extremadura como el futbol: un
equipo en segunda B y el resto en la tercera división. Desde la transferencia a
la Junta ha caído en picado. Amén de que pronto será Extremadura –desde el
punto de vista sanitario, claro- un conglomerado de médicos sudamericanos,
centroamericanos (lo que no tiene porque ser peor, los médicos de Cuba están
entre los mejores del mundo) y orientales. A algunos hospitales habrá,
lógicamente, que cambiarle el nombre y llamarlos “hospital de Cochabamba”,
“hospital de ¿Buenos? Aires querido” o “hospital del Malecón”, “hospital de
Bucaramanga”, “hospital de las mil y una noche”, “hospital de Ali-Baba” (éste,
mejor no)…
Si
es de EDUCACIÓN, qué podemos decir. No sé de quién es la culpa en su totalidad
o si la tenemos todos, que será lo más fácil, pero que hay más garrulos y más
cerriles y groseros que nunca es innegable. Está muy claro como dice Javier
Marías que “lo que no se combate –en España y en Extremadura- es la grosería
general de la gente, que de hecho va en aumento, y que es lo que propicia y
alienta los comportamientos violentos”.
“Antes
-transcribo a Javier Marías- había unas normas de cortesía -más aún: de
educación- que con frecuencia se incumplían, pero se hacía ver al incívico que
las estaba quebrando, y por eso seguían siendo normas. Esas normas han saltado
por los aires y ya no funcionan como tales, lo cual es el enésimo paso para su
sustitución por otras salvajes, hacia las que nos encaminamos o quizá ya hemos
llegado”. Y de ello, pienso, tienen mucha culpa, además de los padres y
profesores, el sistema político que sólo se ocupa de “velar por el voto”, las
policías abúlicas que, en la mayoría de las ocasiones, mal interpretan la
tolerancia y el botellón incontrolado y de menores. Todo esto además de esas
bandas de incontrolados que aterrorizan nuestras principales ciudades sin que
quien debiera sé de por aludido.
La
escuela y la política, junto con la familia (lo que no se aprende en casa…),
tienen que luchar más -la política no lo ha hecho en absoluto, en mi opinión-
para erradicar esa idea venida con la Democracia, que Javier Marías expresa
así: “Hago lo que me da la gana y además tengo derecho”.
De
cómo estudiar o de plan de estudio conveniente entenderán, por el principio de
este escrito, que uno es mejor que no opine no sea que le tachen de cavernícola
o isabelino. Pero, lo diga quien lo diga, llevamos 25 años sin que esté
definida, no ya la mejor EDUCACIÓN, sino la simple EDUCACIÓN.
Si,
por último (olvidándome un poco de la economía agraria, que tiene mucha tela
que cortar, y del sindicalismo -desvergüenza sindical, más bien-, para el que
hace falta todo un amplio capítulo), pues no quiero que este escrito ocupe
excesivo tiempo de los lectores, hablamos de las ADMINISTRACIONES de la región,
basta con tocar la Local y la Autonómica para comprender bien estos 25 años
“rompiendo cristales”.
La
Administración Local, como es bien sabido, es una auténtica ruina. Todos los
Ayuntamientos están hasta la coronilla porque se han convertido en
Macro-Empresas para el voto. Es fácil entender que Alcaldes y Concejales si se
aseguran el éxito electoral, tienen garantizado un salario que en nada se
parece al de sus propios empleados y, lógicamente, tanto esfuerzo y tanta
gestión así lo merecen. Aunque servidor piense que la mayoría de los pueblos
han sufrido la transformación propia única y exclusiva de la evolución de los
años, y otros ni siquiera eso.
La
Administración regional es un hervidero de Altos Cargos y un centro colosal de
despilfarro que sólo se puede mantener con un sinfín de impuestos, tasas, un
IRPF alto, etc., etc., etc. Y para muestra, no hace falta retrotraerse mucho:
Ahí está el ejemplo de la Señora Consejera y el automóvil Lexus (doce de estos,
se dice, pensaban comprar) el derroche en publicidad (más de 8.000 €/diarios
para dar a conocer esta tierra y, por supuesto, también para “comprar” y
“domar” opiniones de los principales medios escritos de la región) y, cómo no,
la recompensa millonaria para los Ex Presidentes que contempla su Estatuto
aprobado por la Ley de la Comunidad Autónoma 3/2007, de 19 de abril:
Reconocimiento, atención y apoyo; tratamiento y honores y, claro, medios
personales y materiales como una oficina y todos sus gastos, atenciones de
carácter social, alquiler, tres puestos de trabajo al menos, un vehículo
oficial (no sabemos si será también Lexus) y chofer, dietas, indemnizaciones
por gastos de viaje, estancias y traslados, gastos protocolarios, seguro de
vida (el mismo que para los Diputados de la Asamblea) durante el equivalente a
la mitad del tiempo que ha permanecido en el cargo, servicios de seguridad,
asignación mensual (al parecer 8.000 € mensuales hasta la jubilación y 6.000
luego) y, por supuesto, se podrá incorporar al Consejo Consultivo de Extremadura
y percibir, si le interesa más, la asignación como miembro del mismo.
No
está mal después de 25 años “rompiendo cristales” y dejando Extremadura, no
como estaba (porque la vida -reitero- evoluciona, entre otras razones, gracias
a que hay gente que no se conforma y dice lo que piensa), pero casi igual: Con
un paro imposible de atajar, una sanidad por los suelos, una fiscalidad
opresiva, unos salarios y unas pensiones tercermundistas, una educación que
deja bastante que desear, unas Administraciones atiborradas de Altos Cargos y
personal de confianza y asesores innecesarios y producto de la canonjía, unos
empresarios que nadie “sabe” que hacen con las ayudas que les damos entre todos
–a algunos son auténticamente bochornosas-, unas desigualdades de renta que
aumentan el doble de la media europea, y más y más y más. Todo producto de esa,
en mi opinión falsa, dignidad de que tanto alardea por España nuestro Ex
Presidente (donde al Sr. Ibarra le conoce todo el mundo, pero a Extremadura no
la conoce nadie, hasta el punto de confundir a sus niños con los de Níger o
Camerún) y de su conciencia errónea al querer hacer ver al resto de los
españoles que los extremeños -en esta tierra se sostiene que nacen los Dioses,
dijo alguien- vivimos en el EDEN.
02-12-08
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