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sábado, 30 de julio de 2016

¡25 AÑOS! "ROMPIENDO CRISTALES"


¡25 AÑOS! “ROMPIENDO CRISTALES”

 

Cuando tenía 13 años, mis padres (para hacerme un hombre se decía entonces) dispusieron que estudiara en Madrid. En un colegio interno en la calle San Vicente Ferrer, en pleno centro de la capital por aquella época. Allí estudié unos pocos de años -mal estudié, pues para combatir la morriña de mi libertad en el pueblo perdida en Madrid, leía novelas de Marcial Lafuente Estefanía en vez de estudiar- y, aunque les parezca poco creíble, rompí muchos cristales. Me explico: Jugábamos al futbol, con pelotas de siete pesetas, en un patio interior. Servidor formaba un trío con López Pérez de Porcuna (Jaén) y González Martínez de Oliva de Mérida que era imbatible, pero a veces –muchas al mes-no acertaba con la portería y sí con los cristales de las ventanas de las clases que estaban unos metros detrás. Era raro el mes que mis padres no tenían que pagar –además de mis “estudios” y mi estancia- algún cristal. Como estudiante era un desastre, como futbolista genial (lo decían los mayores que vivían en la Residencia de Estudiantes del Colegio) y rompiendo cristales un hacha. Tanto, que mi padre decía: ¡no sé qué vamos a sacar con este niño, pero lo que son cristales no va a dejar uno en pie!

En fin… una pequeña parte de mi vida, como nuestro Ex Presidente, Sr. Ibarra: “rompiendo cristales”.

Ni que decir tiene que no pienso leer su libro y mucho menos comprarlo. Porque, si no me puedo permitir comprar un libro de Javier Marías o de Arturo Pérez Reverte, dos escritores que me encantaría leer, comprar el del Sr. Ibarra sería de un remordimiento de conciencia tal que jamás me lo perdonaría y, desde luego, de una brutal desvergüenza para con mis hijos y mi esposa tal como están las cosas. Ellos tampoco me lo perdonarían nunca: ¡gastar dinero en un libro del Sr. Ibarra!            

He vivido en esta tierra la mayor parte de los años que tengo, todos los de la Democracia. Muchos. Y desde la llegada al poder del Sr. Ibarra (08-06-83) hasta su abdicación en favor del Sr. Fernández Vara han transcurrido, ciertamente, 25 años (día más, día menos) que los extremeños en su mayoría (exceptuando algunos empresarios y todas las personas que le han profesado pleitesía para, al estilo de la mafia – la lealtad es la clave para sobrevivir-, estar ahí y ganar un buen salario) hemos soportado soñando cada día en la famosa convergencia con otras regiones y con la media nacional que se nos había prometido una y otra vez.

Es… como si, elecciones tras elecciones, nos estuvieran diciendo: ¡les estamos entreteniendo, permanezcan abrumados y no se queden ninguno sin votarnos!

Pues cómo se explica sino que después de 25 años:

Si hablamos de SALARIOS, los extremeños son los más bajos de España. Por lo que, lógicamente, tenemos la renta per cápita más baja del País y nuestro poder adquisitivo es, aproximadamente, un 54% inferior a la media nacional. No entran en este “saco”, claro está, los Altos Cargos, personal de libre designación, personal de confianza, etc., -más de 500 personas- de la Junta, y, por supuesto, tampoco el personal de las Diputaciones, Asamblea de Extremadura -con lo que conlleva detrás de los Grupos y de los Diputados-, Alcaldes y Concejales que cobran, todos ellos, un salario muy por encima de la media no sólo de la Comunidad sino de la del País. Y, desde luego, si los Jueces extremeños van a la huelga porque cobran menos que en otros sitios, ¿qué tendríamos que hacer los demás trabajadores de la región?

Si tocamos EL PARO, ¡apaga y vámonos! Los reyes indiscutibles del desempleo desde que se empezó a “contar” a la gente que no encontraba donde trabajar a pesar de las millonarias ayudas de Europa y de las propias de la Junta de Extremadura (aunque, según parece, éstas han ido a parar en un porcentaje muy alto a las Empresas del Sr. Gallardo, amigo del Sr. Ibarra y Tío de Don Francisco Fuentes número dos del PSOE en la región). Más.  ¿Cuántos miles de millones de euros de todos los contribuyentes llevamos fundidos en 25 años y cuantos empresarios –además del Sr. Gallardo y “allegados”- se han puesto, dicho vulgarmente, las botas con ese sinfín de incentivos y con los famosos “Plan de Empleo” –por el ¿siete? creo que vamos ya- que, hasta ahora, no han servido para nada que no sea recoger una pequeña dádiva los Agentes Sociales por firmar? ¿Cuántos “rescates” empresariales van sólo este año que si para innovar, que si para modernizar, que si para hacer más productivo el tejido empresarial, que si para industrializar la industrialización, que si para… sin que el desempleo baje? ¿Si el monstruo que va a atufar la Tierra de Barros y la va a inundar de cáncer de pulmón y de asma sólo dará empleo a unas 2.000 personas (cada una nos cuesta casi el millón de euros) qué se va a hacer con los más de 80.000 parados restantes? ¿Cómo es posible que gastando tanto siempre, con crisis y sin ella, estemos 6 puntos por encima de la media nacional? Ojalá que no sea así, pero me temo que alguien está más interesado en el desempleo que en el empleo para poder mantener sus privilegios y su política, y sino al tiempo. 

Si de lo que hablamos es de precariedad laboral y contratos basura también somos los reyes sin discusión. Que las mujeres –las pocas que trabajan- arrojen un índice del ¡96%! de contratos temporales es espeluznante y no ocurre en ninguna otra región de España ni en Europa. A esta región, con todos los respetos, bien se le puede aplicar lo que dijo el dibujante: “el contrato basura, el trabajo de mier… y la porquería de sueldo”.

Si lo hacemos de FISCALIDAD, curiosamente, la región más pobre de España (el 40% de pobreza relativa, el doble de la media nacional) es la que paga el IRPF y el impuesto de Donaciones más alto y, obviamente, donde más aumentan las desigualdades de renta. Huelga decir que la renta de las familias extremeñas crece la mitad que la media europea. Y si es injustificable el número de pobres, lo es más aún como ha crecido el número de ricos, de los que, por cierto, nueve de cada diez no cumple con sus obligaciones fiscales. Hay, después de 25 años de gobierno comandado por “un buen extremeño y buen socialista” (así se ha definido nuestro ex Presidente), mucha evasión fiscal y algunos colectivos muy favorecidos con ella ante la pasividad de quienes deberían perseguirla, y si la bolsa de fraude ronda en España el 23% de la riqueza nacional ¿con cuanto contribuye Extremadura?

Si de lo que hablamos es de MEDICINA –ahora tenemos un Presidente del gremio- sólo se puede decir eso de: ¡Dios nos ampare! Porque después de todo este tiempo estamos en la Comunidad Autónoma que dispone de menos médicos por cada mil habitantes. Cómo están algunos hospitales (en el de Don Benito-Villanueva, cuando yo me operé, hace menos de un año, había ventanas sin cristales -con los cristales rotos, que diría el Sr. Ibarra- tapadas por los familiares de los enfermos con protectores de cama para que no entrara frio, aire y sol) o para qué sirven otros sin apenas especialistas nos lo tienen que explicar despacio. La Sanidad, da la impresión de que está en Extremadura como el futbol: un equipo en segunda B y el resto en la tercera división. Desde la transferencia a la Junta ha caído en picado. Amén de que pronto será Extremadura –desde el punto de vista sanitario, claro- un conglomerado de médicos sudamericanos, centroamericanos (lo que no tiene porque ser peor, los médicos de Cuba están entre los mejores del mundo) y orientales. A algunos hospitales habrá, lógicamente, que cambiarle el nombre y llamarlos “hospital de Cochabamba”, “hospital de ¿Buenos? Aires querido” o “hospital del Malecón”, “hospital de Bucaramanga”, “hospital de las mil y una noche”, “hospital de Ali-Baba” (éste, mejor no)…

Si es de EDUCACIÓN, qué podemos decir. No sé de quién es la culpa en su totalidad o si la tenemos todos, que será lo más fácil, pero que hay más garrulos y más cerriles y groseros que nunca es innegable. Está muy claro como dice Javier Marías que “lo que no se combate –en España y en Extremadura- es la grosería general de la gente, que de hecho va en aumento, y que es lo que propicia y alienta los comportamientos violentos”.

“Antes -transcribo a Javier Marías- había unas normas de cortesía -más aún: de educación- que con frecuencia se incumplían, pero se hacía ver al incívico que las estaba quebrando, y por eso seguían siendo normas. Esas normas han saltado por los aires y ya no funcionan como tales, lo cual es el enésimo paso para su sustitución por otras salvajes, hacia las que nos encaminamos o quizá ya hemos llegado”. Y de ello, pienso, tienen mucha culpa, además de los padres y profesores, el sistema político que sólo se ocupa de “velar por el voto”, las policías abúlicas que, en la mayoría de las ocasiones, mal interpretan la tolerancia y el botellón incontrolado y de menores. Todo esto además de esas bandas de incontrolados que aterrorizan nuestras principales ciudades sin que quien debiera sé de por aludido.

La escuela y la política, junto con la familia (lo que no se aprende en casa…), tienen que luchar más -la política no lo ha hecho en absoluto, en mi opinión- para erradicar esa idea venida con la Democracia, que Javier Marías expresa así: “Hago lo que me da la gana y además tengo derecho”.

De cómo estudiar o de plan de estudio conveniente entenderán, por el principio de este escrito, que uno es mejor que no opine no sea que le tachen de cavernícola o isabelino. Pero, lo diga quien lo diga, llevamos 25 años sin que esté definida, no ya la mejor EDUCACIÓN, sino la simple EDUCACIÓN.

Si, por último (olvidándome un poco de la economía agraria, que tiene mucha tela que cortar, y del sindicalismo -desvergüenza sindical, más bien-, para el que hace falta todo un amplio capítulo), pues no quiero que este escrito ocupe excesivo tiempo de los lectores, hablamos de las ADMINISTRACIONES de la región, basta con tocar la Local y la Autonómica para comprender bien estos 25 años “rompiendo cristales”.

La Administración Local, como es bien sabido, es una auténtica ruina. Todos los Ayuntamientos están hasta la coronilla porque se han convertido en Macro-Empresas para el voto. Es fácil entender que Alcaldes y Concejales si se aseguran el éxito electoral, tienen garantizado un salario que en nada se parece al de sus propios empleados y, lógicamente, tanto esfuerzo y tanta gestión así lo merecen. Aunque servidor piense que la mayoría de los pueblos han sufrido la transformación propia única y exclusiva de la evolución de los años, y otros ni siquiera eso.

La Administración regional es un hervidero de Altos Cargos y un centro colosal de despilfarro que sólo se puede mantener con un sinfín de impuestos, tasas, un IRPF alto, etc., etc., etc. Y para muestra, no hace falta retrotraerse mucho: Ahí está el ejemplo de la Señora Consejera y el automóvil Lexus (doce de estos, se dice, pensaban comprar) el derroche en publicidad (más de 8.000 €/diarios para dar a conocer esta tierra y, por supuesto, también para “comprar” y “domar” opiniones de los principales medios escritos de la región) y, cómo no, la recompensa millonaria para los Ex Presidentes que contempla su Estatuto aprobado por la Ley de la Comunidad Autónoma 3/2007, de 19 de abril: Reconocimiento, atención y apoyo; tratamiento y honores y, claro, medios personales y materiales como una oficina y todos sus gastos, atenciones de carácter social, alquiler, tres puestos de trabajo al menos, un vehículo oficial (no sabemos si será también Lexus) y chofer, dietas, indemnizaciones por gastos de viaje, estancias y traslados, gastos protocolarios, seguro de vida (el mismo que para los Diputados de la Asamblea) durante el equivalente a la mitad del tiempo que ha permanecido en el cargo, servicios de seguridad, asignación mensual (al parecer 8.000 € mensuales hasta la jubilación y 6.000 luego) y, por supuesto, se podrá incorporar al Consejo Consultivo de Extremadura y percibir, si le interesa más, la asignación como miembro del mismo.

No está mal después de 25 años “rompiendo cristales” y dejando Extremadura, no como estaba (porque la vida -reitero- evoluciona, entre otras razones, gracias a que hay gente que no se conforma y dice lo que piensa), pero casi igual: Con un paro imposible de atajar, una sanidad por los suelos, una fiscalidad opresiva, unos salarios y unas pensiones tercermundistas, una educación que deja bastante que desear, unas Administraciones atiborradas de Altos Cargos y personal de confianza y asesores innecesarios y producto de la canonjía, unos empresarios que nadie “sabe” que hacen con las ayudas que les damos entre todos –a algunos son auténticamente bochornosas-, unas desigualdades de renta que aumentan el doble de la media europea, y más y más y más. Todo producto de esa, en mi opinión falsa, dignidad de que tanto alardea por España nuestro Ex Presidente (donde al Sr. Ibarra le conoce todo el mundo, pero a Extremadura no la conoce nadie, hasta el punto de confundir a sus niños con los de Níger o Camerún) y de su conciencia errónea al querer hacer ver al resto de los españoles que los extremeños -en esta tierra se sostiene que nacen los Dioses, dijo alguien- vivimos en el EDEN.            

02-12-08            

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