¿A QUIEN VOTAR?
Recuerdo
que al principio de la Democracia, que todos teníamos ansia por votar, di mi
voto al PSP liderado por D. Enrique Tierno Galván.
Y
qué curioso, quien había presenciado, en más de una ocasión, como algunos de
sus familiares más cercanos desentonaba el “Cara al Sol” en la puerta de la
Iglesia, y era hijo de una familia relativamente acomodada, votando a un
Socialista. Claro que también había presenciado (sin entenderlo entonces), en
muchas ocasiones, como mi padre se pasaba horas y horas intentando sintonizar
“pirenaica”, y había vivido la amargura de mi madre por un hermano exiliado en
México, simplemente, por ser joven y estudiante de Magisterio cuando estalló la
Guerra Civil.
Ahora,
que ya han pasado más de 30 años, lo que soñamos los votantes de entonces no se
parece mucho a la realidad, pues han pasado muchas cosas en este tiempo que no
deberían haber ocurrido, aunque es cierto que hemos asistido a la
“modernización” del País, que era uno de nuestros sueños.
Pero
claro, como no podía ser de otro modo, y sin contar, obviamente, la evolución
propia y natural de la vida, a costa de las rentas del Trabajo que pierden
frente a las Empresariales y del Capital. Es decir, siguen creciendo, como
desde que el mundo es mundo y como antes de la Democracia, las más que injustas
desigualdades de renta.
Así,
por decir algo al respecto, el salario medio real de los trabajadores españoles
perdió el 4% de su poder adquisitivo (único caso en la OCDE) entre 1999 y 2005
y delata que su estancamiento es muy acusado.
La
misma lectura anterior, me atrevo a afirmar, vale para el 2006/2007. Y puede
ocurrir, dicho sea de paso, que esta situación de explotación prolongada
conduzca a los ciudadanos, como pasa de tarde en tarde, a motines y rebeliones
o, en el mejor de los casos, a una huelga general. Los trabajadores llevan
mucho tiempo “dormidos” (desde que Felipe González “fundió” el sindicalismo con
los cursos de formación) y, como a las fieras, es muy peligroso despertarlos.
También
nos hemos “modernizado” a costa de los Impuestos. Incluidos, por supuesto, el
de Patrimonio, el de Sucesiones y Donaciones y algún que otro que, como sólo
afectan o afectan más a las clases medias y altas, los dos Partidos Políticos
que pueden ganar han decidido eliminar. Está muy claro, ambos van a la caza de
los liberales acomodados (el “Centro/Derecha”).
Y, por
descontado, nos hemos “modernizado” a costa del IRPF de las más bajas de esas
rentas de que hemos hablado antes y de las de los llamados mileuristas (pobres,
pero no indigentes… todavía, como dijo un famoso dibujante). Por cierto, lo de
eximir de renta a los que ganan menos de 16.000 € es lo único que se ha dicho
que favorezca a los trabajadores, especialmente aquí en Extremadura. Aunque
habrá que leer, en todo caso, la letra chica de la propuesta.
Por el
contrario, mientras nos “modernizábamos”, las rentas Empresariales y del
Capital se ponían, dicho vulgarmente, las botas. Las Empresas han aumentado sus
beneficios netos entre 1999-2006 un ¡73%! (más del doble de la media de la UE
que fue de un 33%), y los costes laborales sólo han crecido un 3,7% (cinco
veces menos que en la UE que fue de un 18%). Encima hay quien, como el
Instituto de Estudios Económicos, reclama una reducción en tres puntos de las
cotizaciones que pagan los empresarios a la Seguridad Social.
Las rentas Empresariales y del Capital crecen,
lo dije antes y queda muy claro, a costa de las rentas del Trabajo. Los
beneficios empresariales, no hay duda, se han basado en el empantanado salarial
y en las ayudas públicas (socialismo moderno, dinero de los impuestos de los
que menos tienen para llenarles más los bolsillos a los que no lo necesitan).
Como muestra de ello, sólo dos ejemplos: 1º. El Banco Santander ganó entre
1999-2006 la friolera de 26.000 millones de Euros y despidió a 12.000
trabajadores, nada menos. La Banca, en general, es la que más tajada ha sacado
del periodo democrático, ya que, todos los Gobiernos habidos hasta la fecha han
sido, en el fondo, de su complacencia (en el 2007 sólo los cinco grandes –Santander-BBVA-La
Caixa-Caja Madrid y Popular- ganaron 21.794 millones de Euros, es decir, casi
¡TRE MIL SETECIENTOS BILLONES DE PESETAS!). Y 2º. Hay, según parece, un
empresario (en Extremadura, donde la renta familiar crece la mitad que la media
europea y es la región más pobre de España) que ha recibido, desde el año 1982
hasta ahora, la friolera de CIENTO CINCUENTA MILLONES de Euros de ayudas
públicas.
Fácil
que mucha gente –casi las tres cuartas partes de las familias tienen problemas
para llegar a final de mes- se pregunte, como hago yo, el porqué de todo lo
anteriormente dicho a la hora de ir o no a votar, y llegue a la conclusión de
que, al menos, toda la clase política que ha gobernado hasta ahora lo ha hecho
sin la más mínima escrupulosidad. Con parecida vileza a la de cualquier
dictador.
Y es por
eso, porque entre la clase política de los dos partidos que pueden gobernar (el
resto son teloneros, IU del PSOE y los demás del que gane y les llene los
bolsillos) no hay apenas diferencia (ambos lo van a hacer para favorecerse y
favorecer a los mismos), por lo que surge la pregunta que da título a este
modesto escrito, que voy a cerrar, haciendo una recomendación diferente a la
que hice a mis hijos en las Elecciones Generales del 2004.
Así, si
entonces les dije: “si votáis vosotros, si los jóvenes votan, pueden ganar los
progresistas y hacer que este País avance de una vez por todas y nos
equiparemos al resto de Países de la UE en salarios, en medidas sociales, en
educación, en infraestructuras, etc., etc.” Ahora les digo (también a los
jóvenes y a todos los trabajadores): votad, ¡pero tened cuidado a quien! Los
que se llaman progresistas y los otros son lo mismo: engaña bobos. Y ya está
bien de engañar a la gente: que no se puede consentir que muchos de los
políticos con cargos (los “politiquillos” casi todos) rocen el filibusterismo.
Que entiendan que estamos hartos de este simulacro de política que dirime
intereses endogámicos, de empresarios (banqueros sobre todo) y políticos, bajo
la forma de intereses generales. Y, por último, que se den cuenta que ya es
hora de acabar (30 años es mucho tiempo) con la descarada y mezquina
explotación de los jóvenes, los trabajadores y las clases más desfavorecidas
para su gozo y el de unos pocos de privilegiados.
21-02-08
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