¿ALTRUISMO?
Corrían
los últimos años de la peseta y un familiar, siempre condicionado por las
circunstancias, me pidió que le prestara dos mil de estas para hacer frente a
un pago que no admitía dilación. Al salir de donde estábamos vio a uno de mis
hijos y, sin titubeos, lo llamó y le dijo: toma mil pesetas, que hace mucho
tiempo que no te convido.
Al
instante, como cualquiera, pensé dos cosas: que lo del pago no estaba claro, y
lo fácil que es ser altruista con lo ajeno.
Hace
unos días leí en los medios que D. Juan Carlos Rodríguez Ibarra había donado
íntegramente el premio que le otorgó la Fundación Valhondo Calaff,
dotado con diez mil euros, a un Centro de Desarrollo Humano en Cultura y
Economía Solidaria de Ecuador.
Eso
está bien, pero también en este caso tengo clara una cosa: el Sr. Rodríguez
Ibarra, que según el Estatuto del Presidente aprobado por la Asamblea de
Extremadura creo que gana al mes ocho mil euros más algunos privilegios que
sonrojan a cualquier socialista que se precie, tiene, si cabe, más fácil ser
altruista que mi familiar.
Con
sólo ese sueldo (unas ocho veces superior a la media de la región), o pensión
(como trece veces superior a la media)… cualquiera es altruista. Y no digamos
ya si, además, la donación es deducible en la Renta. Que pudiera ser.
26-05-08
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