SON TANTAS LAS INJUSTICIAS…
Era
injusto, muy injusto, lo que les ocurría a los funcionarios de Justicia. La
discriminación a que estaban sometidos algunos de ellos era inaceptable, fuere
por la razón que fuere.
Que
se haya resuelto como lo ha hecho es un triunfo de los trabajadores y lo mejor
va a ser que el precedente estará ahí para futuras confrontaciones que, no lo
duden, plantearán otros colectivos, pues… son tantas las injusticias.
A
modo de ejemplo, y por aquello de: “a quien le duela el diente que se lo
atiente”, expongo una, por cierto, irremediable. Quien la padece no es ni
funcionario ni personal laboral aunque su empleador sea una Administración, y
no tiene por tanto posibilidad de huelga, ya que de tomar tal medida, podría
verse abocado al despido y al consiguiente pase a formar parte de esos 9
millones de españoles que están en el umbral de la pobreza relativa.
Esto
si no lo está ya, porque el caso es que su sueldo no llega a 900 € y no recibe
ningún tipo de compensación por trabajar de noche, a turno, en festivos y
domingos, con peligrosidad, con esfuerzo, etc., etc.; y, para colmo, su
contrato de trabajo sigue siendo de “Obras y Servicios” después de ¡14 años!
Todo lo contrario que sus homólogos de la Junta de Extremadura o del SES que
además de percibir, casi seguro, por encima de los 1400€ de sueldo, son
perceptores de todos los pluses habidos y por haber.
Se
trata de discriminación, pero sin tan siquiera salir de la misma región. Una de
tantas injusticias deplorables.
11/04/08
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