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domingo, 22 de diciembre de 2024

22/12/2024 - ESPAÑA Y EL MUNDO: 1936-2024

 

 Juan Carlos Monedero 22/12/2024

Con apenas unas cuantas horas de diferencia, he tenido el placer doloroso de ver la obra de teatro 1936 y, al día siguiente, en un intento fallido de almuerzo en Pozuelo, el doloroso displacer de ver otra vez cómo sería España si ganasen las elecciones el Partido Popular y Vox. Avisos vamos teniendo. 

La obra 1936, de Andrés Lima, debiera formar parte, al igual que Jauría, de Jordi Casanovas y Una noche sin luna, de Juan Diego Botto, del currículum de todos los institutos de España. Si la derecha quiere enseñar en los colegios a los adolescentes a jugar a la bolsa para hacerse criptobros -luego se extrañan que tengan de referentes a influencer con la cabeza hueca y residencia fiscal en Andorra-, estas obras de teatro harían de los jóvenes ciudadanos y ciudadanas, con una idea de lo común más hermosa y solidaria y una idea de España de la que sentirse verdaderamente orgullosos.

Decía Gil de Biedma, con una resignación propia de quien en el fondo podía cargar con el peso de la existencia en la España franquista, que nuestra historia casi siempre termina mal. No es verdad, pero como ocurre a menudo, conviene saber por qué es así. Los tres grandes protagonistas de estas obras -el pueblo humilde que tuvo esperanzas con la II República, una mujer violada por cinco degenerados que se creían impunes, y un poeta y dramaturgo de Granada, republicano y homosexual, que aún hoy está desaparecido-, fueron derrotados y, sin embargo, como ocurre con el Espartaco de Howard Fasst, aún crucificados vencen.

1936 está dirigida por Andrés Lima, con texto de Albert Boronat, Juan Cavestany, Andrés Lima y Juan Mayorga. La obra es teatro integral, con texto, música, danza, decorados, cine, ruptura de la cuarta pared y guiños a la actualidad.

La protagoniza un elenco mágico (y ahorro adjetivos a cada uno de los actores y actrices porque todos y todas están enormes, convincentes y grandiosas): Antonio Durán haciendo del asesino Queipo de Llano; Alba Flores como la Pasionaria, el general Rojo y una madre de las víctimas de la carretera de Almería a Málaga; Natalia Hernández, como el académico y político cómplice de asesinato Yangüas y el obispo cómplice de asesinato Cardenal Gomá; María Morales como Azaña, Largo Caballero y Clara Campoamor; Paco Ochoa como Pau Casals, George Orwell y el asesino general Mola; Blanca Portillo representando al golpista José Antonio Primo de Rivera y a Rosario la Dinamitera; Guillermo Toledo en el papel del asesino general Yagüe, el ladrón Alfonso XIII y el honesto general Miaja; Juan Vinuesa trayendo al asesino general Franco y a Ramiro de Maeztu; y un espléndido coro de jóvenes, una de las almas de la obra.

El coro empieza interpretando el Himno a la alegría de Beethoven ("toda la humanidad será hermana"), música con la que se inauguraron los juegos olímpicos de Barcelona en 1936. El músico Pau Casals quiso impedir que los juegos olímpicos de Berlín, que empezaban semanas después, se apropiaran del himno, ya que era intención de Goebbels hacer de esa pieza la música oficial de los juegos de Berlín. Barcelona se adelantó. Pero tampoco se olvidan del Cara al Sol -espléndido himno falangista que deja claro que hay belleza al servicio del mal-, pasando por La Internacional o A las barricadas (hermosos himnos de resistencia que, siempre asediados, también tienen emparentados su lado menos luminoso).

Por 1936 desfilan los personajes más siniestros de la historia reciente de España, los responsables de que África empezase en los Pirineos (con perdón para África), los que entregaron a curas tridentinos, espadones iletrados y estraperlistas sin escrúpulos el futuro del país, los que fusilaron a 200.000 personas de la mejor España, los que mataron, encarcelaron o exiliaron a las 13 Rosas, Lorca, Miguel Hernández, Antonio Machado, León Felipe, Luis Cernuda, María Zambrano, los que trajeron a alemanes, italianos y marroquíes a asesinar a españoles (los aviones y tropas de Mussolini, la legión Cóndor de Hitler, la tropa mora de Franco), los que nunca quisieron escuchar el "paz, piedad, perdón" de Azaña.

Este viernes, había quedado a comer con dos amigos. Como no habíamos reservado y era el día clave de las comidas de empresa, dando vueltas y vueltas llegamos a un restaurante de Pozuelo. Mala elección. Porque la derecha madrileña considera ya que hay zonas que son suyas. Nunca han soportado que la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense esté en Somosaguas, igual que les molesta que la sede del PSOE esté en Ferraz o les indignaba que la primera sede de Podemos estuviera en la calle Princesa.

En el restaurante, especialmente en la mesa que lanzó la provocación, había sobre todo hombres, borrachos, en manada, emboscados, en territorio que creen conquistado y en un local que igualmente piensan que es suyo. Evidentemente habían visto que estaba afuera en la barra esperando un buen rato una mesa. Se prepararon. Se les debió hasta enfriar la comida. Un energúmeno, con voz ebria, empezó a gritar nada más entrar en el salón con mis amigos: "¡Viva España! ¡Viva España! ¡Fuera! ¡Fuera de aquí! ¡Fuera Podemos de España! ¡Es que no ves cómo se llama el restaurante! ¡Esto es España! ¡España! ¡Fuera!, ¡Viva España!", a lo que alguno replicó con un par de "¡Fuera!", aunque más tímidos, desde la retaguardia.

Me recordó a otro incidente en una situación parecida en Sanlúcar de Barrameda -hombres, borrachos, en manada, con sentimiento de impunidad, empresarios y banqueros- y les ahorré a mis amigos que aquello terminara, cuando menos, en el hospital o en comisaría. Tampoco di mucho tiempo a ver si los bandos se equilibraban, pero me temo que no jugaba en casa.

Me entristeció ver en el tono del Marqués de la Ginebra que gritaba con un timbre idéntico al que había escuchado la noche anterior en voz de Queipo de Llano, el que auguraba a las mujeres republicanas saber lo que era un hombre cuando las violaran las tropas moras o que pedía que se saludara con un tiro a todos los republicanos con los que cualquier patriota se cruzara. Patriotas de un "¡Viva España!" en boca del partido que más ha robado a España. El PP organizó una policía política contra Podemos y los independentistas y la llamó "policía patriótica". El borracho del restaurante, con la cara roja por la bebida y la ira -lo que le hermanaba, al menos en el color, con los carabinaros que avisté en su mesa- por fortuna no creo que llevara armas. Vox, Alvise y una parte del PP creen que hay que permitir que la gente vaya armada.

Esta semana, un saudí sionista entusiasta de Netanyahu y de Alternative für Deutschland, el partido hermano de Vox, mató a dos personas e hirió a decenas en un mercado navideño en Alemania. Santiago Abascal salió en Twitter/X corriendo a decir, como si ese demente no compartiera con él ideología, que todos los inmigrantes que entraban en nuestros países son un peligro y que "malditos todos los políticos que han abierto nuestras fronteras a bárbaros como estos".

El bárbaro, que era uno "de los suyos", repetía una actitud sobre la que venimos advirtiendo: es la extrema derecha la que representa un peligro para la paz y la convivencia. Y no hay fácil solución porque el diálogo, que es la base de la democracia, lo han dinamitado.

Alguien (de nombre @Imamaditasaok, quizá un bot pagado por alguien de derechas, quizá un alias de alguien como el enrojecido borracho de Pozuelo), le recomienda en esa red tan límpida de Elon Musk a un periodista: "Llama a un moro mételo en casa deja que se folle a tu mujer, dale todos tus ahorros y antes de irte de la que era tu casa le dejas que te dé un par de hostias y te la meta un poco por e culo, se llama izquierda española doméstica, disfrútalo". Más allá de la ortografía -si no se les pueden pedir modales, como para pedirles ortografía- ¿de qué se puede hablar con esa gente? ¡Viva España, coño y se sienten!

Esta semana, en una votación en el Parlamento de Castilla y León, el presidente de la mesa, de Vox, dio por aprobada una votación sobre una terna para el Tribunal Superior de Justicia que perdieron 35 a 31. Pese a ese resultado, el presidente dio por aprobada la terna. ¡Pero si 35 es más que 31!, le reprochaban los diputados de la oposición, a lo que contestó: "No voy a entrar en ese debate". Maldita aritmética bolivariana.

La extrema derecha global es el Plan B de la crisis de la economía y de la democracia actual, que recibe una vuelta de tuerca en la crisis económica de 2008 (de ahí saldrán reforzados Trump, Milei, Bolsonaro, Meloni, Le Pen, Orban, Abascal, etc.). Han leído a Gramsci y saben que una parte importante de la guerra es cultural, pero también a Lenin, de manera que cuentan con la militarización de la acción y se apropian del discurso radical sacado de La Internacional: "Del pasado hay que hacer añicos/ legión esclava en pie a vencer/ el mundo va a cambiar de base/ los nada de hoy todo han de ser".

En su discurso, compartido por todas las derechas, la izquierda, a la que identifican con el pasado o con la amenaza a la identidad y el statu quo, es culpable de todo lo que pasa. El anticomunismo de ayer hoy es un antiizquierdismo aún más radical y abstracto, apenas encarnado por Venezuela -un país modesto que ni siquiera forma parte de los grandes de la región- o, en España, por Podemos -un partido que ni siquiera ha gobernado sino como minoría- pero que moviliza a todos los insatisfechos que no han encontrado ninguna receta tan reconfortante en la izquierda.

Por eso, los votantes de la derecha y de la extrema derecha autorizan a sus líderes a hacer lo que crean que tienen que hacer para acabar con el pasado y con la "lacra" izquierdista. Si los revolucionarios daban por sentado que después de la revolución todo iba a estar bien, los contrarrevolucionarios de hoy asumen el dolor de romper lo que haga falta para permitir que un futuro refulgente advenga. La derecha le ha comido a la izquierda la utopía revolucionaria dándole la vuelta. En 1936, se trataba de volver al orden natural cristiano; hoy se trata de inventar un futuro nuevo que nazca de las cenizas.

Si hay que romper el parlamento, se rompe; si hay que mentir, se miente; si hay que robar, se roba; si hay que dejar morir a ancianos, se les deja morir; si hay que enriquecerse uno y a los familiares, se enriquecen; si hay que decir una cosa y la contraria, se dice. Como recuerda Pablo Gentili, "a los generales se les juzga por sus resultados, no por sus formas". Asaltan lo público, veranean con narcos, saquean el erario, tienen brotes psicóticos, no saben hablar sin pinganillo, controlan los juzgados por delante y por detrás, tergiversan los testimonios de los testigos en un juicio, inventan pruebas con policías corruptos, anulan las acusaciones a los políticos amigos, convierten el parlamento en un circo, mienten en los medios, en las tribunas, en cualquier sitio en el que estén, hacen alianzas antinatura -hay nazis sionistas o peperos amigos de Junts- apoyan guerras genocidas, insultan al Papa…

Apenas hay dos requisitos, pero casi no lo son: no me enseñes lo que tienes que destruir y haz que no te pillen. Aunque a veces es al revés y quieren que se vea el dolor y aceptan que si te pillan logres que imputen antes al que te denuncia que al denunciado. "No te preocupes: lo importante son los resultados".

El mundo se va pareciendo a la víspera de 1936, que fue la víspera de 1939. Sin hacer tremendismo apocalíptico, pero sin ingenuidades. Si la izquierda no es capaz de movilizar a una mayoría, va a pagarlo caro. Y que se olvide de que "cuanto peor, mejor", porque ahí están las extremas derechas que hunden a sus países y vuelven -o casi- a ganar las elecciones.

La estrategia debe ser más inteligente. No basta denunciar la amenaza de los ultras (ya está descontado en casi todos los países), ni sirve insultar a los tibios ni escandalizarse por la última barbaridad que hacen o dicen los ultras. Tampoco basta hacer políticas sociales, que no es suficiente para que la gente esté contenta con los gobiernos.

Hay más homogeneidad en las derechas que en las izquierdas. Y eso les ayuda a construir el sentido común de época. Y eso es su pasaporte para su victoria y para nuestra derrota. ¿Es posible crear un discurso radical, convincente, dialogante, firme, creíble, tranquilizador, épico, esperanzador, utópico y realista? Quien lo logre, unirá una gran parte de los fragmentos de la izquierda. Mientras, aprendamos de la derecha y que el que pueda, que haga lo que pueda. Como el colibrí, que en el incendio hacía "su parte". De lo contrario, el fragmento será la antesala de la forma que adopte el 1936 de nuestra época.

 

22/12/2024 - IRPH: LA DOCTRINA EUROPEA QUE CONFIRMÓ DEFINITIVAMENTE LA REVISIÓN DE LAS SENTENCIAS FIRMES.

Los análisis de Diario16+ están confirmados por una sentencia del TJUE en la que se opuso a leyes nacionales que, debido al efecto de cosa juzgada y a la preclusión, no permiten al juez examinar de oficio el carácter abusivo de cláusulas contractuales.

José Antonio Gómez 22/12/2024

Tras la última sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y la presentación de un documento clave, que fue publicado en exclusiva por Diario16+, este medio ha analizado la doctrina del Derecho de la Unión Europea en referencia a la posibilidad de que los afectados de IRPH con sentencia firme pudieran revisar sus casos.

En el año 2022, el TJUE dictó una sentencia que confirma en su totalidad los análisis de toda la doctrina publicados en este medio y que es la esperanza para las decenas de miles de afectados de IRPH a los que el Supremo español ha desestimado sus recursos de casación a lo largo de los años.

En concreto, en una causa contra Ibercaja, el Alto Tribunal de Luxemburgo estudió el hecho de si los principios jurídicos nacionales, como es el de la «cosa juzgada», pueden limitar las facultades de los jueces nacionales para apreciar el carácter abusivo de las cláusulas.

Según indicó el TJUE, «la importancia que reviste el principio de cosa juzgada tanto en el ordenamiento jurídico de la Unión como en los ordenamientos jurídicos nacionales. Así, con el fin de garantizar tanto la estabilidad del Derecho y de las relaciones jurídicas con la recta administración de la Justicia es necesario que no puedan impugnarse las resoluciones judiciales que hayan adquirido firmeza tras haberse agotado las vías de recurso disponibles o haber expirado los plazos previstos para el ejercicio de esos recursos».

Esta sentencia del Tribunal de Justicia determinaba con claridad que el Derecho de la UE se opone a cualquier tipo de legislación nacional que, debido al efecto de cosa juzgada y a la preclusión, no permite al juez examinar de oficio el carácter abusivo de cláusulas contractuales, sobre todo si se produce en el marco de un procedimiento de ejecución hipotecaria.

Lo mismo se aplica al propio consumidor afectado, en este caso por el IRPH. Es decir, que la jurisprudencia de la UE rechaza cualquier legislación nacional que apele a la cosa juzgada o a la firmeza de una sentencia para impedir que el afectado invoque el carácter abusivo de las cláusulas.

En los casos de IRPH se han producido miles de ejecuciones hipotecarias. En estos casos, una vez que las viviendas embargadas ya son titularidad de un tercero, la sentencia del TJUE indica que los afectados deben poder invocar judicialmente el carácter abusivo, en este caso del IRPH, para ejercer los derechos que tiene reconocidos por el Derecho de la Unión y, de este modo, obtener la reparación del perjuicio económico causado por la aplicación de dichas cláusulas.

 

sábado, 21 de diciembre de 2024

21/12/2024 - UNA HISTORIA DE EUROPA (XCV)

Arturo Pérez-Reverte

Volvamos a Francia; al Segundo Imperio de allí, que al principio del último tercio del siglo XIX vivía tiempos interesantes. Con Napoleón III, sus iniciativas urbanas y sus suntuosas fiestas, París se había convertido en la Ville-lumière, la Ciudad-luz que fascinaba a los visitantes extranjeros, convertida en referente mundial del urbanismo, el arte, la moda y el buen gusto (todavía, siglo y medio después, vive de lo que colea aquello), hasta el punto de que ese ambiente, muy bien descrito por los novelistas de la época, Hugo, Flaubert, Dumas y otros grandes narradores franceses, puede calificarse como una auténtica edad de oro de la burguesía y el dinero (para quien lo tenía, por supuesto), con la aparición de grandes dinastías industriales y financieras como los Talbot, los Wendel, los Péreire y los Schneider. En lo social, claro, allí como en todas partes, era la clase obrera (relegada a insalubres barrios periféricos y cada vez más encabronada) la que sudaba a chorros para pagar la fiesta; pero la cosa se disimulaba con los buenos negocios, el auge de la clase media y el hecho de que, en una Francia mayoritariamente agrícola, los campesinos, en su mayoría de talante conservador, se mostraban satisfechos con la política económica del gobierno. Se las prometía así Napoleón III muy felices para comer perdices, pero una serie de metidas de pata en política exterior le capó de mala manera el gorrino. Consciente (en esto fue de verdad perspicaz) de que el nacionalismo iba a ser la fuerza más poderosa en el futuro inmediato, mostró querencia a mezclarse en asuntos ajenos, resuelto a convertir a Francia en árbitro de las viejas y las nuevas naciones; y así anduvo por jardines cada vez más complicados. Dispuesto a conchabarse con la Inglaterra liberal para segar la hierba bajo los pies de potencias reaccionarias como Austria y Rusia, metió a Francia en la guerra de Crimea (la de la famosa carga de caballería británica en Balaclava), de la que salió con los pies fríos y la cabeza caliente, sin beneficio alguno. Tampoco en Italia le fueron bien las cosas, porque sus victorias militares contra los austríacos en Magenta y Solferino, con la anexión de Niza y Saboya, más que admiración suscitaron la desconfianza de una Europa que veía demasiado chulesco al emperata gabacho, en plan de dónde sacas, chaval, para tanto como destacas. Y ni siquiera mojarse como se mojó por la unidad italiana le sirvió de gran cosa; porque, al final, su apoyo al papa le enajenó la simpatía de los de allí. En lo colonial le fueron mejor las cosas, pacificando Argelia y estableciéndose en África Negra, Conchinchina y el Pacífico; pero hasta ahí llegó el nivel, pues una pésima racha, de desastre en desastre y tiro porque me toca, se le acabó llevando el crédito y el negocio. Lo más pintoresco (y descabellado) fue el intento de crear en América un imperio hispano-latino que equilibrase por abajo el poder creciente que los Estados Unidos alcanzaban por arriba. La idea no era mala sobre el papel, pero irrealizable sobre el terreno. Sin embargo, empeñado en llevarla adelante con el apoyo de España, Napo envió a México una expedición militar hispano-franchute (a los nuestros los mandaba el general Prim) para afirmar en el trono de allí a un pobre tiñalpa que se sacó de la manga, Maximiliano de Austria, al que los mexicanos se apresuraron a fusilar como Dios manda; con lo que el proyecto imperial americano se fue al carajo. Pero la guinda del pastel consistió en que, como toda Europa, Napoleón III subestimaba el poderío creciente de Prusia. Aunque su ejército era inferior al prusiano y sus generales más incompetentes (estaba el canciller Bismarck al mando de los boches, así que calculen), le declaró la guerra, que hace falta ser pringado, y su querida Frans se comió en la batalla de Sedán (1870) una derrota como el sombrero de Pancho Villa. Habiendo hecho el ridículo ante toda Europa, no le quedó al francés sino abdicar y largarse a Inglaterra, donde palmó dos años después. Dándose así la curiosa circunstancia de que un emperador dos veces respaldado en plebiscitos cayó fulminado por una derrota militar, lamentable fin a uno de los períodos más esperanzadores y prósperos de la historia europea. Pero así es la puñetera vida. El caso fue que, mientras Napoleón III hacía las maletas, los diputados republicanos constituyeron en París un gobierno provisional que acabaría proclamando la Tercera República. Si iba a ser liberal o conservadora (pese a lo que en España piensan algunos idiotas, siempre hubo republicanos de derechas), eso se decidiría en los siguientes años. Y no sin sangrientos sobresaltos. 

 

21/12/2024 - IRPH: REVISIÓN DE SENTENCIAS FIRMES Y RECLAMACIÓN DE RESPONSABILIDADES AL ESTADO

Todas las vulneraciones por parte del Tribunal Supremo del Derecho de la Unión abren la puerta a todos los afectados por esas sentencias firmes a reclamar indemnizaciones al Estado por no cumplir con los deberes a los que está obligado.

JOSÉ ANTONIO GÓMEZ 21/12/2024

El dictado de sentencias firmes contrarias al Derecho de la Unión por parte de los tribunales de los países miembros, en España el Supremo, puede tener consecuencias muy graves para el Estado. Los afectados por el IRPH que consiguieran la revisión de sus sentencias firmes tendrían la posibilidad de presentar reclamaciones de responsabilidad, en este caso, contra España.

La ampliación de la jurisprudencia Francovich al Poder Judicial italiano por la decisión del TJUE en el caso Kobler causó un debilitamiento considerable  para la cosa juzgada. Italia tuvo que indemnizar por la no aplicación del Derecho de la Unión.

Por tanto, el Estado puede ser responsable en caso de violación del Derecho de la Unión por tribunales nacionales de última instancia cuando se cumplen ciertos requisitos. Esta sentencia era el último componente para un sistema de responsabilidad coherente en caso de violación del Derecho de la Unión por los Estados miembros.

Primero fue Italia, ¿y España?

En el caso Traghetti el TJUE afirmó y mantuvo el razonamiento de la decisión Kobler. En el juicio que dio pie a la intervención del TJUE la parte actora demandó a Italia una indemnización porque la Corte Suprema di Cassazione había infringido el Derecho comunitario y no había planteado una cuestión prejudicial lo cual iba en contra del artículo 267.3 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).

Sin embargo, según el Derecho italiano, la responsabilidad por error judicial existe sólo de manera limitada. La norma que excluyó la responsabilidad por la interpretación de leyes y por la estimación incorrecta de hechos y pruebas no perduró ante el TJUE, puesto que éste la derogó.

Además, el TJUE decidió con respecto al ordenamiento jurídico italiano que el Derecho comunitario se opone a normas que limiten la responsabilidad del Estado a casos de actuación dolosa o que sean realizadas con culpa grave, si esto excluye la responsabilidad de casos que cumplen con los requisitos de la sentencia Kobler.

Según juristas expertos en derecho comunitario consultados por Diario16+, «con esto el TJUE dice indirectamente a los tribunales nacionales de máxima instancia que para evitar responsabilidad deberán plantearle, en caso de dudas, las preguntas sobre la interpretación del Derecho de la Unión».

La cosa juzgada

La responsabilidad del Estado afecta solamente a sentencias que producen efecto de cosa juzgada. Eso se deriva del hecho de que el Estado solo es responsable en el caso de sentencias de última instancia, o sea, las que no pueden ser revisadas con recurso alguno y, por tanto, producen efecto pleno de cosa juzgada.

Este hecho se hizo más evidente desde la sentencia Milena Tomásová/República de Eslovenia donde se determinó la responsabilidad civil subsidiaria del Estado ante la inaplicación del Derecho de la Unión por parte de los órganos jurisdiccionales siempre que sean última instancia. En ésta, el TJUE asienta el compromiso de los estados miembros de aplicar de manera efectiva sus directivas.

En dicha sentencia se señala claramente que los países serán responsables de la no aplicación del Derecho de la UE por parte de sus órganos jurisdiccionales, siempre que sea la última instancia.

En consecuencia, todas las vulneraciones por parte de los tribunales de última instancia (en España el Tribunal Supremo) del Derecho de la Unión abre la puerta a todos los afectados por esas sentencias firmes a reclamar indemnizaciones al Estado por no cumplir con los deberes a los que está obligado.  

Respecto al IRPH, tras las sentencias del TJUE, el Tribunal Supremo ni siquiera admitió a trámite los recursos de los afectados, lo cual dejó en clara indefensión a las personas que contrataron este índice abusivo.

En definitiva, si existe un perjuicio causado por la violación del Derecho de la Unión, se debe obtener reparación independientemente de qué autoridad hubiese incurrido en dicho incumplimiento.

 

20/12/2024 - EL AÑO DEL BARRO

Desastres climáticos y ecológicos, convulsiones políticas en todo el mundo y la amenaza de guerra nuclear cierran el 2024

José Antequera 20/12/2024

Un bombero se abraza a una afectada por la riada de Valencia.

Escribo la última crónica del año mientras suenan los villancicos en la calle y la gente entra y sale de las tiendas con sus bolsas de regalos. No hace frío, al contrario, el cambio climático nos ha traído una extraña Navidad caribeña y algo bochornosa en la que sobra el abrigo y se agradece la manga corta. Me pregunto qué será de mis paisanos valencianos del otro lado del “puente de la solidaridad”, los afectados por la riada que este año se sentarán a la mesa de Nochebuena entre paredes embarradas, montañas de coches, chatarra y escombros, el insoportable hedor a fango que flota por doquier y la amargura de haberlo perdido todo.

Un trozo de tela hecha jirones con una inquietante inscripción que cuelga sobre una pasarela, a la salida de la hermosa y feliz Valencia –intacta pese a la magnitud de la tragedia en tantos pueblos circundantes–, lo dice todo: “A cinco kilómetros de aquí, todo es marrón”. Otra pintada en la fachada de un edificio oficial reza: “Menos maratones solidarios y más sacar barro”. Y algo más allá la pancarta con el ya habitual “Mazón dimisión”.

La cosa no está para ñoñerías sentimentaloides, para luces de colores, cajas de bombones, lazos rojos o efímeras cabalgatas de Reyes. El gran abeto de la Navidad yace roto, retorcido en medio del maldito barranco del Poyo –entre muebles destrozados, lavadoras despanzurradas y las esperanzas perdidas de tantas familias–, y ni los bravos soldados de la UME van a poder sacarlo de allí para hacer que retoñe. Este año muchos valencianos cambiarán la zambomba por la pala, la botella de cava por la cantimplora, el gorro de Papá Noel por la mascarilla y el perfume caro por el sudor de todo un largo día sacando lodo a espuertas de un garaje subterráneo. Cuentan que los décimos se han agotado en el área devastada (será por aquello de que allí donde hay un desastre natural siempre cae el gordo de la lotería nacional) mientras que en Paiporta tienen un belén montado que tardará año y medio en solucionarse, según la NASA.

Hay mucho que hacer en la zona cero, en el epicentro del olvido, en ese infierno de polvo y barro que no ha hecho más que comenzar, aunque la prensa, pasado el morbo del momento, ya se haya olvidado de los afectados y vuelva al raca raca del máster de Begoña Gómez, a las confesiones del cantamañanas Aldama, a los presuntos fraudes del novio de Ayuso y al pisito de Ábalos y Jésica. Nadie sabe cuánto tardará en reventar la presa social, la rebelión de los pacientes indignados del barro. Nadie sabe cuánto tardará en salir del huevo esa serpiente fascista que retoza voraz en la cenagosa y arruinada Albufera. Pero es evidente que, más tarde o más temprano, llegará otra barrancada, otra pantanada, la de la rabia del pueblo con la que Blasco Ibáñez hubiese escrito el novelón de este siglo XXI de barbarie, convulsión, estupidez y bulo que promete ser aún más sangriento que el anterior. Cañas y barro (unos de cañas y otros en el barro), el muerto al hoyo y el vivo al bollo, unos sin luz y otros al frío banquete de esa sociedad desalmada que hemos construido entre todos: en eso se resume esta página negra, la más infame de la historia reciente de España.

Este año cuesta trabajo decir “Feliz Navidad” mientras unas manzanas más abajo, al otro lado del cauce del Turia (muro salvador contra la riada), miles de personas las pasan canutas. Las prometidas ayudas no llegan, la kafkiana burocracia hace de las suyas y la prensa local cuenta que la situación de tantos pueblos de la comarca arrasada empieza a ser insostenible. Algo nos dice que el agua, el tsunami sobre L’Horta Sud, se ha llevado mucho más que la vida de 227 personas, decenas de casas, miles de coches, naranjales, vías del tren y carreteras. Entre el lodo está germinando una mala hierba, la de la tristeza y la rabia popular contra el político, contra el sistema, contra la democracia que, según los damnificados, los ha dejado tirados.

Un año de tempestades se cierra y otro con negros nubarrones se abre. ¿Triunfará el golpe blando, político, judicial y mediático, más la extraña pinza PP/Junts, contra Pedro Sánchez? ¿Lanzará el psicópata Putin sus adorados falos nucleares contra Occidente, tal como advierte todo el rato? ¿Cuánto tardará el paleto Donald Trump en liarla parda en Palestina, en Siria, en Líbano o Irán? Todo son incógnitas para un año 2025 que viene cargado de incertidumbres, de preocupaciones y de miedos. El contexto internacional es diabólico, como muy acertadamente explica el fundador de Diario16, nuestro querido Manuel Domínguez (gracias maestro por otro año más de vida periodística). “Desde la crisis de los misiles de 1962 no había habido una amenaza tan seria de que se desencadenara una guerra global. Todo está focalizado en dos regiones del planeta: Oriente Próximo y Ucrania”, escribe en su clarividente reportaje Crónica evitable del fin del mundo publicado en nuestra imprescindible revista mensual.

El ciudadano tendrá que acostumbrarse al mundo del pánico que nos han construido las siniestras élites, las altas esferas o quien quiera que sea el loco que ha organizado este sindiós de planeta donde cien familias acumulan más riqueza que el resto de la humanidad. Ya nadie puede garantizar un futuro estable y seguro para nuestros hijos, vivimos al día, en el alambre, sin saber qué será de nosotros al levantarnos por la mañana. La democracia se ha convertido en un trampantojo, el nuevo fascismo posmoderno avanza deprisa, sembrando odio a cascoporro, imparable. “Hay una posibilidad entre seis de que nos extingamos este siglo”, dice el filósofo Toby Ord, de la Universidad de Oxford. Sabemos que nos queda cada vez menos tiempo como especie, pero, qué demonios, que siga el show. La Navidad es la fiesta del fracaso, triste pero consoladora, dijo Graham Greene. Hoy, más que nunca, feliz Navidad, ocupado lector de esta columna. Feliz Navidad.

 

viernes, 20 de diciembre de 2024

20/12/2024 - LOS LABORATORIOS BIOLÓGICOS Y EL ASESINATO DEL GENERAL KIRILLOV

La autoría del asesinato ha sido reconocida por Kiev, pero ¿qué relación podría tener con la investigación del General sobre los bio laboratorios en Ucrania?

Bea Talegón 20/12/2024

La analista política Nadezhda Romanenko publica un interesante artículo que puede leerse aquí,  sobre la relación que puede existir entre la investigación que el General Kirillov llevaba a cabo en los biolaboratorios ucranianos y su asesinato, producido esta semana y cuya autoría ha reconocido Kiev. 

"El mundo merece respuestas, no sólo sobre la muerte de Igor Kirillov, sino sobre la controversia que estaba investigando", señala la analista. En su pieza, señala que "la muerte de Kirillov no fue solo un ataque a un destacado funcionario ruso, sino un ataque a la verdad. Durante años, había estado a la vanguardia de la investigación y exposición de supuestos laboratorios biológicos financiados por Estados Unidos en Ucrania, afirmando que formaban parte de una agenda occidental más amplia de guerra biológica. Su asesinato plantea una pregunta profundamente inquietante: ¿fue un esfuerzo deliberado para silenciarlo y evitar que sus revelaciones salieran a la luz?"

 

Kirillov y la investigación de los laboratorios biológicos

"El trabajo de Kirillov fue controvertido, pero sus acusaciones merecían un escrutinio minucioso. Acusó repetidamente a Estados Unidos de financiar laboratorios biológicos clandestinos en Ucrania, supuestamente operando bajo la apariencia de iniciativas de salud pública. Según informes rusos, estos laboratorios estaban involucrados en el desarrollo de patógenos que podrían atacar poblaciones específicas, una afirmación que Washington y Kiev negaron vehementemente." "Durante todo el conflicto entre Rusia y Ucrania, Kirillov presentó lo que, según él, eran documentos clasificados y comunicaciones interceptadas que demostraban la existencia de esas instalaciones. Argumentó que los laboratorios representaban una grave amenaza no sólo para Rusia sino para la seguridad mundial. Aunque sus afirmaciones fueron a menudo desestimadas en Occidente como propaganda, provocaron debate y desconfianza entre naciones que ya se mostraban escépticas ante las actividades militares y científicas de Estados Unidos en el extranjero."

Origen del Covid-19

En enero de este año, aquí publicamos, precisamente, "Rusia acusa a EEUU de obstaculizar la investigación sobre el origen del Covid-19 y señala a los directivos de Pfizer y Moderna por sus ingentes beneficios por medicamentos peligrosos". En aquel momento, el General Kirillov presentó parte de los resultados de las investigaciones llevadas a cabo sobre el origen del virus del Covid-19. En el informe se señala a una ex-jefe de la CIA, a un ex-secretario de Salud de Estados Unidos y a un ex-asesor médico de la Casa Blanca como "responsables de haber obstaculizado la investigación sobre los orígenes del Covid-19, mientras Pfizer y Moderna obtenían beneficios de vacunas de mala calidad". Según Kirillov, la lista de personas involucradas en el fraude del Covid-19 también incluye a altos directivos de varias organizaciones contratistas estadounidenses, en particular citó a Nita Madhav, que fue directora ejecutiva de Metabiota, y a Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance.

Las investigaciones de Kirillov amenazaban con revelar una oscura intersección entre ciencia, guerra y geopolítica

Señala la analista que "si tan solo una fracción de sus afirmaciones sobre los laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania fuera cierta, implicarían a instituciones poderosas en graves violaciones del derecho internacional, incluidas violaciones de la Convención sobre Armas Biológicas. Tales revelaciones habrían provocado indignación entre las naciones no alineadas y podrían haber socavado seriamente la credibilidad de Estados Unidos y sus aliados."

En Diario16plus.com hemos seguido en detalle las declaraciones públicas realizadas por el General, con la aportación de sus informes oficiales. Puede consultar todas las noticias al respecto pulsando aquí.

13/04/2023: El ministerio de Defensa ruso afirma haber hallado 240 agentes patógenos peligrosos en laboratorios ucranianos

31/03/2022: Rusia vuelve a acusar a Estados Unidos de financiación de biolaboratorios en Ucrania

12/03/2023: Rusia publica un nuevo informe sobre biolaboratorios financiados por Estados Unidos en Ucrania

16/01/2024: Rusia acusa a EEUU de obstaculizar la investigación sobre el origen del Covid-19 y señala a los directivos de Pfizer y Moderna por sus ingentes beneficios por medicamentos peligrosos

28/02/2023: Moscú alerta de que EEUU prepara ataques químicos de falsa bandera en Ucrania

09/07/2024: El ministerio de Defensa de Rusia informa a la OPAQ sobre los hallazgos de laboratorio de armas químicas en Ucrania

17/12/2024: Kiev reconoce la autoría del asesinato del general ruso

 Siempre esos malditos yanquis detrás de todas las porquerías del mundo. Pero, ¡ánimo porque ya les queda poco recorrido!

20/12/2024 - IRPH: LOS PRINCIPIOS LEGALES QUE SUSTENTAN LA REVISIÓN DE SENTENCIAS FIRMES

El TJUE se muestra favorable a la revisión de resoluciones firmes cuando se dan las «cuatro condiciones» enumeradas en la jurisprudencia derivada de la sentencia Kühne & Heítz

José Antonio Gómez 20/12/2024

Las sentencias firmes relacionadas con cláusulas abusivas de los bancos y, por tanto, también las del IRPH podrán ser revisadas por, presuntamente, haber incumplido el Derecho de la Unión. El mero hecho de que existan este tipo de decisiones judiciales es un verdadero escándalo democrático que, además, justifica las sospechas de la presunta corrupción judicial en España que ha sido denunciada en reiteradas ocasiones ante diferentes organismos de la UE.

Existen varios principios legales que justifican que esto vaya a ocurrir, sobre todo en los casos relacionados con las cláusulas abusivas aplicadas en contra de los derechos de los consumidores. Por tanto, también en los asuntos relacionados con las hipotecas referenciadas al IRPH.

El Principio de Equivalencia

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) recuerda la obligación de respetar el principio de equivalencia por las leyes procesales de los Estados miembros. Esto es tan importante que el TJUE ha tratado de maximizar la operatividad de este principio.

Así, cuando en el caso Asturcom Telecomunicaciones el Tribunal calificó la infracción de las normas sobre cláusulas abusivas contenidas en la Directiva europea como un atentado al «orden público», a efectos de la ley española de arbitraje, empleó el principio de equivalencia con importantes consecuencias.

Según señalan a Diario16+ fuentes jurídicas, «en ocasiones, el TJUE trata “mejor” las reclamaciones fundadas en Derecho de   la   Unión   Europea   que   las   equivalentes   nacionales. Así sucede con su jurisprudencia sobre la “obligación” que tiene el juez de apreciar de oficio las nulidades comunitarias cuando el Derecho nacional simplemente “permita” al juez la apreciación de oficio de las nulidades».

Principio de Efectividad

Este principio es objeto de una protección cada vez más enérgica por parte del TJUE. Naturalmente, el Tribunal se muestra rotundo cuando la revisión de resoluciones firmes viene directamente impuesta por el Derecho de la Unión Europea. Esto sucedió en el caso Vereeniging respecto a los fondos estructurales.

En este sentido los mismos expertos indican que «las leyes nacionales no son libres para decidir si cabe o no revisión, sino sólo para arbitrar los procedimientos para llevarla a cabo. Pero, incluso, cuando son los Estados quienes, en principio, deben decidir acerca de las posibilidades de revisar resoluciones firmes, el TJUE se muestra cada vez más insistente sobre el principio de efectividad del Derecho de la Unión Europea: no acepta que los Estados dañen este principio como consecuencia de una protección desmesurada de la seguridad jurídica interna. Un ejemplo de ello se encuentra en el caso Olimpiclub relativo a la cosa juzgada en materia tributaria».

La importancia de la sentencia Kühne & Heítz

El TJUE, por otra parte, se muestra favorable a la revisión de resoluciones firmes cuando se dan las «cuatro condiciones» enumeradas en la sentencia Kühne & Heítz.

Aquéllas están interpretadas de acuerdo con las especificaciones y   flexibilizaciones introducidas más tarde en la sentencia Kempter.

El enorme volumen de casos que se inscriben en el espacio regido por la doctrina Kühne & Heítz se caracterizan porque el tribunal nacional que resolvió de manera definitiva de última instancia y no planteó cuestión prejudicial al TJUE.

Es lógico que el Alto Tribunal de Luxemburgo vea con mucha preocupación que los tribunales que resuelven en última instancia no le elevan las correspondientes cuestiones prejudiciales. La cuestión prejudicial es el mecanismo por excelencia para asegurar la uniforme aplicación del Derecho de la Unión Europea.

Limitaciones del TJUE

Los afectados por IRPH deben tener clara una cuestión muy importante. El TJUE no puede imponer sus criterios revocando, por vía casacional, las sentencias de los tribunales nacionales que se apartan de su jurisprudencia, sino que solo puede actuar respondiendo a las preguntas que los tribunales nacionales le formulan.

Dado que, contra la resolución que vaya a dictar el tribunal nacional de última instancia (en España, el Supremo), las partes no pueden interponer recurso alguno ante el TJUE, es de capital importancia que consulte previamente al supremo intérprete del Derecho de la Unión, a través del mecanismo de la cuestión prejudicial. Por ello, el TJUE se ha visto forzado a establecer doctrinas que presionen a los tribunales nacionales a poner en marcha este mecanismo.

Si la arquitectura judicial de la Unión Europea fuera otra, en la que el TJUE tuviera atribuido el poder de revocar las sentencias nacionales, no sería tan necesario maximizar las posibilidades de revisar las sentencias nacionales erróneas que han adquirido firmeza.

«Al litigante que pretendiera la revisión cabría contestarle que no procede, ya que tenía que haber interpuesto en su momento el pertinente recurso ante el TJUE, en lugar de esperar a que más tarde surgiera una jurisprudencia comunitaria que mostrara el error en que incurrió el juez nacional que resolvió su caso. Bajo el sistema vigente, sin embargo, no resulta posible dar este tipo de respuesta a quien pide la revisión, pues las partes no pueden impugnar ante el TJUE las sentencias nacionales», constatan los expertos consultados.

Desde luego, sería muy complicado reformar el sistema y articular una supercasación europea, pero mientras las cosas se mantengan en su estado actual, es razonable que el TJUE explore los caminos adecuados para ampliar las posibilidades de revisar las resoluciones judiciales firmes, una vez se descubre el error en que éstas incurrieron al aplicar el Derecho de la Unión Europea.