CLÁUSULA “SUELO”: LA MÁS RUIN
A
nadie que tenga hipoteca se le escapa que si existe una cláusula ruin que es la
madre de todas las cláusulas abusivas, esta es la cláusula “suelo”. Saber que
tú hipoteca -a interés variable, como son la mayoría- puede subir sin límite su
interés a conveniencia de lo que los “mercados” (la Banca pura y dura) dicten y
que por el contrario no pueda bajar ese interés por debajo de lo estipulado en
la citada cláusula, es algo sumamente despreciable; algo tan infame comparable
a la ley del embudo: “lo ancho para ellos, lo angosto para uno”. Tan claramente
arbitraria resulta la desfachatez que la mayor parte de los jueces no dudan en
sus sentencias a favor del hipotecado procediendo a su anulación. Incluso hay
Bancos que, sin más, la están suprimiendo sin que nadie se lo pida; obviamente,
con la “sana” intención de evitar pleitos seguros de perder y tratando de que
el cliente no le reclame el ya cometido abuso durante equis tiempo y tener que
devolver lo estafado. ¿Cuántos miles de millones de euros desde que se
implantó? Sólo ellos lo saben, porque el Erario, está claro, no se entera; ya
que, de saberlo, aparecerían algunos de esos ¡90.000 millones de euros! que se
defraudan cada año en este nuestro querido país.
Pero,
he aquí que la cláusula resulta también incomparablemente servil, en cuanto
que, según parece, hay una inmensa mayoría de jueces que conceden la nulidad
del atropello, no el derecho a que nos sea devuelto lo timado. Lo cual,
fácilmente entendible, supone que la Banca, dentro de lo malo -lo de “malo” es
un decir-, no sale tan mal parada como debiera. Hay quien lleva muchos años
pagando su hipoteca con esa injusticia y no hay duda de que lo digno y honesto
sería devolverle lo que, sin la menor duda, es suyo. Amén de que, al menos, se
le debería reintegrar lo sustraído desde que formuló la denuncia, pues sabido
es que la justicia tarda años en resolver este tipo de demandas y eso sólo
favorece al Banco…, que no hay que olvidar que es el infractor y que ello
supone mucho dinero para sus arcas, sus accionistas y sus Directivos; una vez
más, a costa del usuario, que, dicho sea de paso, recientemente, los acaba de
sacar de la bancarrota.
Así
pues, pienso -con perdón si yerro- que los jueces se deberían replantear sus
sentencias en este perjuicio que mucha gente está viviendo más tiempo del que
debiera para gloria del tramposo.
05/05/14
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