Wikipedia

Resultados de la búsqueda

miércoles, 26 de octubre de 2016

COSAS DE POCA IMPORTANCIA, "CHILINDRINAS" (I)


COSAS DE POCA IMPORTANCIA, “CHILINDRINAS” (I)

 

Los que son de mi generación -y algunos mayores que aún viven- lo recordarán siempre, el eslogan del Régimen era conocido por todos los que vivimos esos tiempos: “Patria, Justicia y Pan”. Nada, simples “chilindrinas”  de la época.

 

Lo de “Patria” estaba más que claro, España era sólo Una (Grande y Libre decían los gachones, ¡vaya jeta!) y todas las Regiones se movían con la misma lengua y los mismos principios; que, lógicamente, no eran sino los Principios del Movimiento Nacional.

 

La Justicia no hace falta decir de qué tipo era: o estabas con el Régimen a todo lo que se te indicara por el cómitre de turno o eras un contentible perseguido por todas las fuerzas del orden y se te etiquetaba como mal avenido político, lo que significaba, en el mejor de los casos (cuando menos al principio de la Dictadura), que deberías “limpiar tus culpas” enchironado un poco tiempo. Lo normal en una Dictadura a la que se le escapaban pocas o ninguna maniobra “incorrecta”..., como a todas las Dictaduras. La Guardia Civil y la Policía Nacional, que remedio por aquel entonces, eran Cuerpos “intransigentes”, por llamarlos de alguna forma que no implique connotaciones. Sólo había una Justicia y generalmente era contumaz: su sin razón por la fuerza, que era su razón, y a callar: “el que manda, manda, y cartuchos al cañón” estaba en la boca de todos los que no querían “problemas”. Pero, paradójicamente  (o, a lo mejor, sin paradójica) hubo quienes supieron aprovechar para “colarse por la puerta de atrás” (en el Régimen el pueblo lo tenía asumido como algo que era “normal”)  y ahora, después de tanto tiempo, hasta están muchos condecorados con la orden referente al patrono de su profesión; se supone, por los grandes servicios prestados antes a los citados Principios del Movimiento Nacional y quizás, ¿por qué no?, su celo henchido ahora por la Democracia. Pues: ¿cuántos políticos se están escapando de ser enviados al calabozo gracias a la “presunta poco afortunada intervención” de algunos Jueces y Fiscales y, muy particularmente, en muchos casos, quizás también, con la ayuda de “los de abajo”? Por poner un ejemplo, que igual es sólo producto de mi imaginación, ¡que se lo digan al actual Alcalde de Castuera!…, o al que lo fue en la anterior legislatura, que se libró de un delito de Prevaricación, claramente demostrable, por la intervención de una Juez y de nada menos que cinco Ilustres Magistrados de la Audiencia Provincial que calificaron de “Prevaricación Omisiva” el delito, cuando dicho político (Senador del PP antes de Alcalde, ¿pensión máxima garantizada?) había sido avisado de que estaba cometiendo el delito mediante escrito registrado convenientemente en el Ayuntamiento en tiempo y forma antes de realizar la Denuncia. Con su sola alegación de palabra, sin nada -sin ningún papel- que demostrara lo que declaraba, fue eximido de prevaricar. ¿Qué le contaría a la Juez? Por cierto, la Prevaricación sigue vivita y coleando, puesto que el negocio que da lugar a ella sigue su normal funcionamiento de manera demostrablemente ilegal ante la pasividad de todas las autoridades. Bien, muy bien. ¡Como debe ser!

 

Y del Pan…, que quieren que les diga. Cuando servidor nació, que según tengo entendido, ya había pasado el tiempo de la hambruna que padeció el País en la posguerra (años 39 al 45), y cuando estuvo en la primera escuela, allá por los año 54/56, muchos -más de la mitad- de mis compañeros iban descalzos. Mal estaban las cosas cuando no había ni siquiera para unas simples alpargatas. Y no se lo pierdan: las familias (las pocas que podían hacer una matanza extremeña) cambiaban los jamones, entonces todos de pata negra pues no había cerdos blancos en nuestra tierra, por kilos de morcilla de patatas para que les diera de sí en las meriendas de los hombres que, afortunadamente, conseguían ser llamados para un jornal o mal explotaban alguna parcela suya o cedida por algún medio-terrateniente que era una figura muy corriente en los Pueblos extremeños y andaluces. La lacería y la elefantiasis jugando al unísono. ¡Vergonzoso!

 

En fin. Tiempos difíciles de los que todo el mundo trabajador, con el paso importante de la inmigración y la emigración, consiguió salir adelante, y en los años 60/70, con el Régimen ya en plena decadencia, en la “Dicta-Blanda”, este País seguía teniendo muchas carencias de todo tipo, la represión casi se limitaba a que los “grises” hicieran correr un poco de  vez en cuando a los estudiantes (aunque aún quedaban en los pueblos algún que otro miembro de lo que fue, hasta cierto punto, algo cercano a la “mandilandinga”), pero la gente empezó a vivir de manera relativamente desahogada y empezó a disfrutar.

 

Nadie volverá jamás a vivir, por ejemplo, un tiempo de música tan inimaginable para la época ni a gozar del romanticismo con que se formaban entonces las parejas. Los Brincos, Los Bravos, Formula V, Bruno Lomas, por supuesto, The Beatles y Rolling Stones, etc., etc., junto al Real Madrid y el Barcelona  y, cómo no, los toros mantenían a la gente “ocupada” y al Régimen sin otro problema que el “incipiente terrorismo”.

 

España empezó a ser única y aquí todo el mundo se divertía como en ningún sitio y como en ningún tiempo pasado. Además se trabajaba y se “comía” (el cambio de jamones por morcilla había pasado a la historia), y muchas gente que no lo hubiera imaginado poco tiempo antes empezó a estudiar y a ser tan aceptado como cualquiera en la Universidad o en el mundo de la cultura: conozco a más de un hijo de profesiones artesanales (evidentemente con muy pocos medios económicos) que, con su correspondiente beca, hizo su carrera universitaria y hasta el doctorado.

 

Al fin se pudo comprobar que los pobres eran igual de inteligentes -sino más- que los ricos, sólo era cuestión de darles las mismas oportunidades. Y se empezó a demostrar también que muchos hijos de ricachones (no la mayoría, quede bien entendido) eran unos auténticos zopencos a pesar de haber sacado una carrera universitaria…, gracias, claro está, a los jamones, chorizos y salchichones de sus papás.

 

Pero, lo que es la vida. Estamos en un siglo posterior, aunque no hayan pasado muchos años desde lo que les he contado (que cualquiera de mi edad conoce sobradamente) y los tiempos, sin motivo ni razón, que es lo afrentoso, vuelven a ser para una gran mayoría incluso peores que los de antes.

Esta vez, de forma vil y deshonesta tanto o más que la que algunos tuvieron que vivir en ciclos pasados. Porque, miren Vds.: “igual da que no haya que comer, que lo que hay no se tenga posibilidad de adquirirlo”. ¿O no? La pobreza absoluta, eso que antes he llamado lacería, alcanza cotas intolerables, y, aún teniendo trabajo, una gran parte de españoles han sido alcanzados por la pobreza relativa; ¿se puede consentir ser pobre teniendo trabajo, mientras los lautos -y lautas- cada vez más poderosos, no dejan de aumentar y de agigantar sus fortunas con la ayuda del Gobierno y siendo éste, en la mayor parte de las ocasiones, para más inri, socialista?

17/05/16

No hay comentarios:

Publicar un comentario