LA ECONOMÍA CONSENTIDA… PERDÓN, SUMERGIDA
Como
no podía ser de otra forma, los extremeños tenemos un nuevo record; un record
más de la “desvergüenza”: el índice de nuestra economía sumergida (consentida,
más bien) es del 31,1%, equivalente al presupuesto anual de la Junta de
Extremadura, más de 5.000 millones de euros (rondando el BILLÓN de pesetas) y
seis puntos por encima de la media nacional.
El
campo, los profesionales liberales y los “votos” son, sin duda, los grandes
artífices de este record: por culpa del campo hubo que inventar las pensiones
no contributivas; de los profesionales liberales no hace falta explicar que ni
siquiera con módulos (a los que se le han puesto, porque algunos los merecían
más y…) se ha conseguido hacerlos entrar en vereda, aparte de que ciertos
profesionales no tienen ni modales ni nada, simplemente se guardan lo que
cobran y tan amigos; y de los votos a nadie se le escapa que los políticos para
no perderlos no denuncian nada de nada, aunque en esta tierra, que es sobre
todo rural, es muy fácil saber quien está y quien no en cada sitio.
No
obstante, no hay que olvidar que la economía sumergida (la economía consentida)
le da de comer a mucha gente que de otra forma “no comería” y eso es muy
respetable. Más respetable que el fraude fiscal de ricos, empresarios y otros,
¡90.000 millones de euros anuales que deja de recibir el Estado!, y eso sólo
supone miseria e indignidad para muchos. ¿Se imaginan 50.000 millones más para
la Sanidad y 40.000 para la Educación? Posiblemente tendríamos más y mejores
hospitales (con más MÉDICOS) y bastante menos fracaso escolar (con más
MAESTROS). ¿Y si dedicáramos algunos de estos millones a mejorar las pensiones
(ahora que tanta falta hace para ayudar en la familia) y a incrementar las
prestaciones por desempleo y la dependencia? O a nuevas infraestructuras,
comunicaciones o ¿por qué no? para aumentar el número de inspectores (estamos a
años luz de Francia, por ejemplo) para combatir el fraude y la economía
sumergida… consentida.
Pero
todo debería empezar por cambiar el momio -para algunos- de ley electoral de
nuestra, eternamente incipiente, “democracia” y se pueda corregir la indecencia
política y la corrupción que generan los partidos políticos liderados por
cuatro decrépitos sin principios ni nada con la connivencia de una Banca sin
los más mínimos escrúpulos para “alimentarlos”.
14/03/14
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