DEUDA PÚBLICA: ¿LA MAYOR ARGUCIA IMAGINADA?
Eso
que se llama “macroeconomía” es la mayor entelequia que sufre la población
mundial. Si analizamos la DEUDA PÚBLICA (que supongo es parte de la “macroeconomía”)
de sólo los países más desarrollados (la OCDE, 70% del mercado mundial y 80%
del PNB) nos encontramos con que ésta alcanza más de los CUARENTA Y CINCO
BILLONES Y MEDIO de dólares, es decir el 90,60% de su Producto Interior Bruto
(PIB). Eso quiere decir que los ciudadanos, con nuestros impuestos, pagamos la
friolera de cerca de ¡TRES BILLONES! de dólares cada año de intereses. Ni que
decir tiene que casi la totalidad de ese dinero, (reitero, cerca de ¡TRES
BILLONES! de dólares) se lo queda la Banca que es la propietaria de más del 99%
de la DEUDA PÚBLICA que emiten los Países.
¿Y
dónde está la trampa, la mayor argucia imaginada ? Ni siquiera hace falta haber
pasado por la Escuela de Económicas para entenderlo. Que me corrija alguien si
yerro, porque es, a mi modo de ver, muy sencillo: la Banca se surte de dinero
de varias maneras conocidas como son las imposiciones de sus clientes y algunas
supercherías (caso de las “preferentes”, por ejemplo), amén de las famosas
abusivas comisiones por cualquier operación y los intereses desproporcionados
de los créditos que conceden (actualmente los mínimos exigibles), pero eso es
sólo una pequeña parte de su negocio, que le sirve, como vulgarmente llamamos,
de “tapadera”. De dónde realmente se
abastecen de dinero es de los “créditos” a bajo interés de los Bancos Centrales
(el interés del BCE, el de la CEE, creo que está al 0,25%) y con ese dinero,
que no hay que olvidar que es de todos, nos compran la famosa DEUDA PÚBLICA al
3% como mínimo. Es decir, el negocio es redondo: con nuestro propio dinero
financian nuestros servicios y se ganan un 3%, o sea, unos ¡TRES BILLONES! de
euros (o dólares, que, para caso, lo mismo da) anuales. Vamos, que, sin duda,
no hay un negocio con mayor argucia imaginada. Y no es difícil entender que con
dicha avaricia cada vez están más deteriorados los servicios que los países
prestan acuciados por el aumento sin control de la DEUDA PÚBLICA (la de España
ronda ya el equivalente a su PIB, el noventa y mucho por ciento, cerca de ¡40.000
millones de euros anuales sólo de intereses!). Este tipo de negocio, me
atrevería a decir, supera con creces al del narcotráfico… y no existe riesgo
alguno para desarrollarlo que no sea la ayuda con “créditos hielo” a la
política. “Créditos hielo” que, como es bien sabido, son los que concede la
Banca a los partidos políticos y que éstos no pagan nunca porque se diluyen con
el tiempo. Todo lo cual demuestra que ese dicho de “fue el Estado y no el
Mercado el que los enriqueció” pudiera ser más real de lo que se piensan
algunos.
Ahondando
en el tema, a mí me hacía mucha gracia cuando hace un tiempo se hablaba de la
bancarrota de Grecia o Portugal, o de Irlanda, o incluso de España e Italia.
Sí, gracia, porque de quienes hubiera sido la bancarrota es de los Bancos
franceses, alemanes, italianos, americanos, españoles, holandeses, etc., etc.,
que son los que habrían perdido el dinero de la DEUDA PÚBLICA de todos estos
países; junto, obviamente, a una ínfima parte de los inversores particulares al
haberse tenido que hacer algo así como lo que llaman una “quita” (borrón y
cuenta nueva como se hizo, al parecer, con Alemania después de la II GUERRA
MUNDIAL).
Dicho
sea de paso, a los únicos que se debería permitir adquirir DEUDA PÚBLICA es a
los inversores particulares y a los Bancos Centrales directamente. A los
primeros porque, en lugar de invertir su dinero en “renta fija” y, en caso de
“problemas”, poder recuperar sólo el 5% más o menos que es lo garantizado,
tendrían siempre la seguridad de recuperar todos sus ahorros si lo hacen en
inversiones directas con el Estado; y en el caso de los Bancos Centrales
porque, evidentemente, no tiene ningún sentido que los usuarios tengamos que
pedir prestado nuestro propio dinero al 7% o el 11% a quienes nosotros mismos (puesto
que el dinero es de todo el país) se lo hemos prestado al 0,25% o al 1%; y
comprar al país, con el propio dinero del país, ganándose un 3% o más no deja
de ser algo sumamente ignominioso, un expolio consentido para luego,
seguramente, “repartir”. Los países se tienen que financiar como lo hace
Alemania: al menos uno por ciento, que es el interés, décima arriba décima
abajo, de su DEUDA PÚBLICA. Ya verían como sobra dinero para todos los
servicios que presta el Estado incluidas la Sanidad y la Educación
fundamentalmente. Pero para eso es necesario que el BCE adquiera DEUDA PÚBLICA
directamente…, como ya estuvo a punto de hacer cuando peligraban España e
Italia y, por consiguiente, su salida de la moneda única. A la par de que si
cada Estado tuviera su propia moneda (caso del Reino Unido, por ejemplo) y no
la moneda alemana (también llamada euro) siempre se podría tomar la medida, en
caso necesario, de la devaluación, y ésta achicaría sustancialmente la DEUDA
PÚBLICA. Por supuesto que, si los Estados (especialmente España) recaudaran lo
que realmente les corresponde de los impuestos que cobran, la necesidad de
DEUDA PÚBLICA sería muy pequeña o incluso innecesaria; pero eso, entre
corrupción, fraude (el de España: ¡90.000 millones de euros anuales!) y economía
sumergida, es difícil que pueda ocurrir.
De
un plumazo se podría acabar con este vil engaño, ¿el mayor jamás conocido?, y
la Banca tendría que espabilar mucho más (y sus Directivos cobrar mucho menos)
para tener negocio y que fuera honesto (cosa muy difícil entre usureros, pero…)
y no lo que es ahora: antro de degenerados y corruptos que consentidamente
saquean a los ciudadanos de muy diferentes maneras -la última más infame
conocida de las “preferentes”- y al propio Estado inventando crisis financieras
como la actual y escondiendo su botín -insaciable botín- en los “paraísos
fiscales”. Sólo hay que ver que todos los Bancos tienen sucursal en la mayoría
de estos “paraísos fiscales” (al igual que las empresas del Ibex -¡vaya
vergüenza!-). Y claro, se verían obligados a prestar dinero para tener negocio
y no ser como ahora un grupo de estafadores vía comisiones e intereses de
demora abusivos y otros menesteres que a veces llegan hasta el 69,9% TAE.
Amén
de que para que todo pueda llegar a buen fin y esto deje de ser una merienda
de… habría que decretar (como se ha hecho ya en dos ocasiones, que uno
recuerde, con el fraude de los ricos por los dos partidos mayoritarios) una
amnistía general para las deudas de la familia y la pequeña empresa y microempresas
y autónomos con el Estado para así poder tener acceso a las ayudas por creación
de empleo como esa tarifa plana anunciada por el Gobierno (por ejemplo, algo
así: deudas de hasta seis mil euros, amnistía total; hasta doce mil euros, el
5%; hasta dieciocho mil euros, el 7%; y de ahí en adelante entre el 10% y el
20%); además de suprimir por indecentes esas empresas (RAI, ASNEF…) que impiden
obtener un crédito con tener una simple deuda de 80 € con Vodafone
(posiblemente por una factura fraudulenta), mientras a los usuarios y a las
empresas nadie nos puede decir, cuando trabajamos con cualquier entidad
bancaria o les dejamos nuestro dinero, si ésta es solvente o está a punto de
dar en quiebra y si tiene tanto o cuánto dinero en deuda hipotecaria (que vale
la mitad ahora y una parte se la va a comer con sopa), debe a los Bancos
Centrales equis, es deudora en el interbancario, sus activos inmobiliarios son
tanto o cuanto (la mitad o menos de su valor de hace unos años), etc., etc.
Deberían de proporcionarnos alguna información al menos para así poder elegir
bien donde depositar nuestros ahorros y nuestro sudor y que no nos ocurra como
a los “estafados” por Bankia y esas Cajas de Ahorro de media España para sus
Directivos llenarse las faldriqueras sin que nadie se lo impida.
Lo
dicho: un mundo y, sobre todo, un País más honesto es posible con sólo
“arreglarle” las cuentas a la Banca… y toda la gente tendrá trabajo; si,
obviamente, quiere trabajar. La dignidad tendría de nuevo el protagonismo que
le es inherente y no habría espacio para la estafa, la opresión y la esclavitud
que se están apoderando de los tiempos que corren. Y claro, con una clase
política algo menos corrupta que la que tenemos ahora, que, dicho sea una vez
más, está entre las más corrompidas del mundo civilizado y de parte del mundo
sin civilizar.
Por
cierto -y ya termino-, hablando de escándalo, como algún ¿jurista? se atreva a
encender “la mecha en Extremadura” nos vamos a enterar de lo que vale un
peine.
24/04/14
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