ESPAÑA ES DIFERENTE
Sin
entrar ya en esos axiomas únicos de nuestro País donde todos los servicios,
luz, agua, telefonía, gas, combustibles, S.S., Educación, Sanidad, bancarios,
etc. (hasta Internet), nos cuestan más que a la mayoría de los europeos, se da
la circunstancia de que somos, entre los países más desarrollados, uno de los
que tiene los impuestos más caros y, paradójicamente, está entre los que menos
recauda de la zona euro. Así, nuestra recaudación es sólo del 37,1% del PIB
mientras la de Alemania es del 44,8%, la de Francia del 51,8%, la de Italia del
47,7% y la de la zona euro del 46,2%. Nuestro IRPF tiene un tipo máximo (52%)
sólo por detrás de Bulgaria y Portugal; nuestro IVA (21%) sólo está por detrás
del de Finlandia, Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y Bélgica, y nuestro
impuesto de SOCIEDADES (30%) únicamente detrás de Francia, Malta, Bélgica,
Portugal e Italia. Es decir, nuestro IRPF, nuestro IVA y nuestro impuesto de
SOCIEDADES están por encima de la media de la zona euro, pero nuestra
recaudación está un 9,1% por debajo de la media de dicha zona.
¿Y
como se explica todo esto? Pues muy sencillo: aunque nuestros tipos no están
muy lejanos a los de Europa, aquí el impuesto de SOCIEDADES sólo recauda entre
un 7% y un 9% del 30% establecido, de hecho el fraude fiscal de las Grandes
Empresas es parte de esos más de 90.000 millones de euros que el Estado deja
cada año de ingresar; con el IVA ocurre tres cuartos de lo mismo, “dime cuanto
es sin IVA” es nuestra expresión más corriente y la práctica más usual entre
los profesionales y entre todo el que puede hacerlo, siempre en connivencia con
el ciudadano de a pie que está muy quemado con los bajos salarios y la bárbara
opresión fiscal que recibe entre impuestos y las mil y una tasa por cualquier
cosa y todos los abusos de que es objeto por los servicio que requiere; y de
nuestro IRPF que les voy a contar: se recauda más con las rentas del trabajo
que con las rentas del capital, ya que, los que tienen grandes ingresos (ricos,
deportistas de élite, farándula, etc., etc.), aparte de poder valerse de las
muchas bonificaciones y deducciones que el impuesto acoge, hacen trampa y no
declaran porque nadie se lo exige, y si ocurriera el caso, el gobierno de turno
se inventará una de esas famosas amnistías para que todo cambie y todo siga
igual.
Dicho
lo dicho, mientras no cambie la ley electoral y se acabe con esta partidocracia
indecorosa, España seguirá siendo diferente… y una gran ganga para políticos y
otros prójimos.
31/03/14
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