Para
poder enterarse bien de todo lo que dice este excepcional artículo de Fernando
Vizcaíno Carles y ver los cuadros y fotografías que acompaña les recomiendo que
lo lean directamente en Diario 16. Es algo inusual que no se va a encontrar en
otro sitio fácilmente .
Fernando Vizcaíno Carles
29 de Noviembre de 2023
La mayoría de personas que habitan en este planeta creen vivir en países
democráticos gobernados por políticos que resultan electos por mediación del
voto de la ciudadanía a través de procesos electorales. No cabe duda de que
esto es lo que invitan a pensar las apariencias
Sin embargo, un reducido número de personas afirma que la democracia tan
solo es una ilusión creada por quienes realmente gobiernan el mundo desde las
sombras para inspirar una falsa sensación de libertad en la población. De esta
forma, mientras que las condiciones de vida empeoran, el ciudadano de a pié no
puede más que proyectar la causa de sus problemas y/o buscar soluciones en las
personas equivocadas; quienes, aun por encima, se supone fueron elegidas
democráticamente.
Desde que en el mes de marzo del 2020 fue declarada la pandemia del
Coronavirus, este ha sido un tema que ha salido una vez tras otra a la
palestra, ya que aquellos a los que los medios de comunicación estigmatizaron
como “negacionistas de la pandemia” hicieron todo lo posible por hacer
comprender al resto de la ciudadanía que casi todos los políticos, medios de
comunicación y organizaciones sanitarias del mundo estaban siendo dirigidos
desde mucho más arriba para transmitir a la población la misma serie de
mentiras.
Para la inmensa mayoría de personas, la posibilidad de que tantos
políticos, periodistas y médicos/sanitarios de tantos países diferentes
pudieran actuar mancomunadamente con el propósito de engañar y aterrorizar a la
población mundial, resulta inadmisible. Por lo que a los medios de comunicación
no les costó mucho trabajo colgar a los “negacionistas de la pandemia” una
nueva etiqueta: la de “teóricos de la conspiración”.
Discernir si los negacionistas son realmente unos conspiranoicos, o si
dicen la verdad –y en cambio eran los medios de comunicación quienes mentían
como bellacos–, resulta muy sencillo si se está dispuesto a realizar el trabajo
de investigación correspondiente. Un pesquisa que tan solo requiere de
comprobar quienes son los principales propietarios del accionariado de 1) las empresas farmacéuticas más importantes, las cuales riegan con su financiación y marcan las pautas a seguir
al resto deorganizaciones sanitarias; 2), de los principales medios de comunicación; y, 3), de
la banca internacional; a la cual, tal y
como explicaré más adelante con mayor detenimiento, se hayan sujetos los gobernantes de la totalidad de los países del
mundo en base a la enorme cantidad de deuda pública acumulada por cada uno de
ellos debido al fraudulento sistema económico y/o bancario mundial –
para entender esto último recomiendo encarecidamente el visionado del
documental “El dinero es deuda”–.
Si al realizar estas averiguaciones descubriésemos que los principales
accionistas/propietarios de estas empresas farmacéuticas, medios de
comunicación y bancos internacionales, fuesen siempre los mismos, podríamos
concluir que todos estos farmacéuticos/sanitarios, periodistas y presentadores
de radio/televisión y gobernantes y políticos, sí trabajarían todos ellos bajo
la dirección de unas mismas personas y directrices y, consecuentemente, en pos
de unos mismos intereses.
Dicho esto, ¡vamos al lío!
¿Quiénes son los principales accionistas de las
empresas farmacéuticas que resultaron más beneficiadas a raíz de la declaración
de la pandemia del coronavirus?
La respuesta a esta pregunta es la misma en los cuatro casos
correspondientes a las cuatro empresas pioneras en lo que a la fabricación y
comercialización de “vacunas” contra la COVID-19 se refirió: el fondo de
inversión Vanguard.
¡Qué casualidad!
Vanguard posee el 9% de
accionariado Pfizer, seguida por Blackrock con el 7,88% y por State
Street Corporation con el 5,09%. Si
bien debe además tenerse en cuenta, que Vanguard es
también la principal accionista tanto de Blackrock como
de State Street Corporation. Y para
terminar de cerrar el círculo, resulta que Blackrock y State Street Corporation son
a su vez la principal y la sexta mayor inversionista, respectivamente, de Vanguard. Por lo que, cuando de ahora en adelante,
leamos los nombres de Blackrock o State Street Corporation, sabremos que estos
otros fondos de inversión no son sino extensiones de la propia Vanguard.
Continuamos con Moderna y nos
encontramos con que entre Vanguard, Blackrock y StateStreet, poseen más del 17% de su accionariado.
Por otra parte, los tres primeros accionistas de la Johnson & Johnson son, en este mismo
orden, Vanguard, Blackrock, y State Street.
Y, por último, tenemos a Astrazeneca, la cual
pareciera ser la excepción a la regla, ya
que ninguno de estos tres fondos de inversión aparece en el listado de sus
primeros accionistas. ¿Pero qué ocurre si profundizamos solo un
poquito más y buscamos quienes son los principales accionistas del principal
accionista de Astrazeneca? Lo que sucede es que
que los tres principales accionistas de T.Rowe Price Group son, también en este
mismo orden, Vanguard, Blackrock y State Street.
Aclaradas las bases de la financiación de las farmacéuticas de la pandemia,
pasemos a la siguiente cuestión.
¿Quiénes son los principales accionistas de los medios
de comunicación más importantes del mundo?
Las seis grandes empresas que agrupan en su seno al 70% de los medios de
comunicación del mundo, todas ellas con sede en los Estados Unidos, son Time Warner, Disney, NBC Universal, NewsCorp, y las
fusionadas Viacom y CBS. Entre todas tienen en propiedad 1.500
periódicos, 1.100 revistas, 2.400 editoriales, 9.000 emisoras de radio y 1.500 cadenas de televisión. Por lo que podemos deducir
que “la verdad oficial” del planeta tierra es transmitida a través de esta
enorme conglomeración mediática. ¿Os imagináis el peligro que supondría que
todos estos medios de comunicación pertenecieran a un mismo dueño?
¡Comprobémoslo!
Comenzamos por la Warner Bros y descubrimos que sus principales accionistas son, vaya una
sorpresa, Vanguard, Blackrock y State Street.
Venga, a ver si adivináis cuales son los tres
primeros accionistas y en qué orden, de Disney.
¡Premio al caballero!
La respuesta es Vanguard, Blackrock y State Street.
Continuamos con News Corporation solo
para comprobar que más
del 8% del valor total de su accionariado se reparte entre Blackrock, State Street y Vanguard.
Por su parte, NBC Universal cuenta Vanguard, Blackrock y State Street, como su primero, su segundo y su
cuarto inversor principal, respectivamente. El
nombre de sus acciones es Comcast Corporation.
Y, por último, la Paramount Global, la cual cuenta como segundo,
tercer y cuarto principales inversores con Vanguard, Blackrock y State Street, respectivamente.
El primer inversor de la Paramount es Berkshire Hathaway, y no sé si seríais capaces de
adivinar cuales son y en qué orden, sus tres primeros inversores.
¿Qué aburrido verdad? ¡Siempre es lo mismo!: Vanguard, Blackrock y State Street.
Pues todavía no he termiado con los medios de comunicación. Aun queda
darnos una vuelta por las tres principales conglomeraciones mediáticas de esta
España en la que habitamos: que son Atresmedia (Antena
3 y La Sexta), Mediaset (Telecinco y La
Cuatro) y el Grupo Prisa (Cadena Ser y El
País).
El principal accionista de Atresmedia es… Sí, lo han adivinado: Vanguard.
Aunque no he sido capaz de encontrar el listado de los principales
accionistas de Mediaset, si he encontrado
diferentes artículos, como lo es este publicado en la web oficial de Bankinter, en el que se nos informa que en el año
2017 Blackrock ya poseía el 5% de su accionariado.
Respecto al Grupo Prisa, nos encontramos con un
caso semejante al de la farmacéutica Johnson & Johnson.
Pese a que ninguno de nuestros ya famosos tres fondos de inversión se
encuentran entre sus principales accionistas, sucede que tres
de los cuatro primeros accionistas de Morgan
Stanley, que es a su vez el
primer accionista de PIMCO Dynamic Income Fund –principal accionista del Grupo
Prisa–, son, como no podría ser de otra manera, Vanguard, Blackrock y State Street.
Queda, pues, patente, que los dueños de prácticamente todos los medios de
comunicación del mundo, son los mismos que los de las empresas farmacéuticas
que habrían de beneficiarse del terror creado por dichos medios en base a la
presunta aparición de la pandemia del coronavirus –cuyas tasas de mortalidad ni siquiera alcanzaron a los de la
neumonía de toda la vida–. Así que a nadie debe sorprender la caza
de brujas que fue orquestada mediáticamente en todo el mundo contra quienes
inicialmente fueron denominados como “negacionistas”, y posteriormente, según
que conveniencias, como “teóricos de la conspiración” o “antivacunas”.
En el programa “Todo es mentira” de “La Cuatro”, en el cual vomitaban
mentiras sobre mí casi a diario durante tras mi convocatoria de la
concentración del 16 de agosto del 2020 en Madrid contra las medidas y la
falsedad de la pandemia, llegaron a compararme sin fundamento alguno con el
líder de una secta con antecedentes por abusos
sexuales.
Miguel Bosé y Josep Pamies fueron los otros dos grandes damnificados por
los medios de comunicación de este país y, mucho más especialmente, por el ya
mencionado programa “Todo es mentira”.
Si estas contra los intereses de las farmacéuticas, también estás contra
los intereses de los medios de comunicación.
¡Obvio!
¡Sus propietarios son los mismos!
¿Y qué iban entonces a decir en los medios de comunicación acerca del veneno que a tantos millones de personas ha asesinado y
enfermado al que las farmacéuticas dieron el nombre de vacuna COVID-19?
Las vacunas son efectivas, seguras, e imprescindibles.
Las vacunas son efectivas, seguras, e imprescindibles.
Las vacunas son efectivas, seguras, e imprescindibles.
El mantra era repetido 24/7 por incansables presuntos periodistas,
presentadores de televisión, actores y deportistas famosos.
¡Cómo si de robots perfectamente programados se tratasen!
Y, por supuesto, el insulto y escarnio público que había sido y continuaba
siendo dirigido hacia los “negacionistas”, comenzó a ser dirigido también
contra todos aquellos que manifestasen sus dudas frente la “vacuna”; a quienes,
por descontado, muy pronto les colgarían el sambenito de “antivacunas”.
No seguir el redil marcado por las absurdas y, en el caso de la “vacuna”,
peligrosísimas medidas de prevención contra la presunta COVID-19, no solo te
convertía en un paria y un irresponsable, sino, también, en nada más y nada
menos que en un asesino.
Pero los medios de comunicación no fueron los únicos que defendieron con
uñas y dientes los intereses de las farmacéuticas. También lo hicieron los
gobernantes y políticos de prácticamente la totalidad de los países del mundo,
sin ni siquiera importar a qué facciones políticas pertenecían. Por vez primera
en la historia de la humanidad, políticos de derechas e izquierdas, liberales y
conservadores, rusos, chinos y estadounidenses, estuvieron todos milagrosamente
de acuerdo en todo.
¿Quiénes son los dueños de los países y, por ende, los
verdaderos dirigentes de sus gobernantes y políticos?
“Dadme el control de la moneda de un país y no me importará quién hace las
leyes”.
Mayer Amschel Rothschild
Como podréis comprobar vosotros mismos pinchando
en este enlace, la inmensa mayoría de países del mundo –empezando
por España con su deuda de 1.500 mm de euros y terminando por los todopoderosos
Estados Unidos con la de 24.900 mm de euros–, se hallan endeudados hasta
límites que incluso superan su propio PIB. Estamos hablando de miles de
millones de euros; es decir, de billones de euros.
Los acreedores de tan desorbitantes sumas de dinero son los bancos internacionales.
Los bancos internacionales son aquellos que imprimen
el dinero para prestárselo a los países con intereses. Unos intereses que jamás
puede ser pagados limpiamente debido a la sencilla razón de que la usura
–interés que se cobra por un préstamo– es un fraude. Si el Banco central
Europeo le presta 1000 millones de dólares a España a un interés del 4,5%,
España debe regresar al banco no solo eso mil millones, sino, también, otros 45
millones. Y la pregunta que correspondería hacerse, es de dónde va a sacar
esos otros 45 millones si originalmente el banco solo imprimió 1000. Ese dinero
no existe y, por tanto, no puede ser reembolsado. La única solución para pagar
la deuda con sus intereses, es la de pedir al Banco CentralEuropeo un
nuevo préstamo que generará todavía más intereses y aumentará 1) la deuda
pública española, y, 2), la inflación –disminuyendo así el valor del dinero ya
en circulación en manos de la ciudadanía–.
Este es la razón por la que todos los países del mundo han terminado en
bancarrota y con la soga al cuello, así como sus ciudadanos más pobres a cada
día que transcurre.
¿Y quién sostiene esa soga y la aprieta o afloja a voluntad?
Los dueños de estos bancos internacionales; quienes, por extensión, se han
adueñado también de los países endeudados y de sus políticos.
¿De quién es la casa que has pagado con un préstamo bancario que todavía no
has devuelto?
Si tienes alguna duda al respecto, ésta se disolverá de inmediato el día que
intentes vender la casa. El banco no te lo permitirá mientras no haya
recuperado lo suyo + los intereses correspondientes.
El sistema bancario/económico mundial es un fraude que conduce a un
igualmente ineludible que creciente endeudamiento público de todos los países
del mundo; y, con ello, como no podría ser de otra manera, a la pérdida de su
soberanía. Soberanía que termina en manos de los propietarios de los
bancos internacionales. Lo que significa que los presidentes electos y/o
gobernantes de los países de este mundo, ni presiden ni gobiernan dichos
países, ni mucho menos aun actúan en beneficio de los intereses de sus
ciudadanos.
Los países, incluso aquellos del primer mundo como España, Alemania,
Italia, Estados Unidos o Canadá, son pobres como ratas y pertenecen a los
dueños de la Banca Internacional.
Llegados a este punto dejaré a un lado al juego de las adivinanzas. Porque
cuando la respuesta es siempre la misma, el juego pierde todos los alicientes.
Como veremos a continuación, Vanguard es
también, directa o indirectamente, el accionista mayoritario de los bancos
internacionales.
Comencemos por el Banco Central de los Estados
Unidos, La Reserva Federal,
el cual imprime –y presta con su correspondiente interés– la moneda que mueve
al mundo: el dólar.
Existe una enorme opacidad respecto a quienes son los principales
accionistas de la Reserva Federal (FED), pese a que
esta información debiera ser pública y estar al alcance de todos. Pero en
febrero de 2020, el Institutional Investor presentó un
requerimiento de acceso a la información pública a la FED de New York, preguntando por las diferentes
participaciones accionariales de sus miembros desde el 2007 al 2018. La
respuesta de la FED de New York correspondiente
a la situación accionarial en el año 2018, fue esta:
Más del 72% del accionariado de la FED era propiedad de los bancos Citigroup y J.P. Morgan Chase Bank.
Y resulta que, como no podría haber sido de ninguna otra manera, los tres
principales accionistas de ambos bancos son, en este mismo orden, Vanguard, Blackrock y State Street. Pinchando aquí
accederéis al listado de los principales accionistas del Citigroup, y aquí
a los del J.P. Morgan Chase Bank.
Con el accionariado del Banco
Central europeo (BCE) sucede exactamente lo mismo: si
buscamos el listado de principales inversores de sus tres principales
inversores, el Royal
Bank of Canada, el Bank
of Montreal, y el National Bank of Canada, Vanguard ocupa siempre el primer lugar de sus
principales accionistas de fondos de inversión, y el tercero y segundo puestos
de sus accionistas institucionales , respectivamente, en Royal Bank of Canada y Bank of Montreal.
Si nos centramos en los principales bancos españoles, como lo son el Banco Santander, el BBVA, CaixaBank o el Banco Sabadell,
comprobaremos supongo que ya sin mucho asombro, que Vanguard/Blackrock encabezan los listados de sus principales
accionistas. Más aun si tenemos en cuenta que Vanguard es también, ¡cómo no!, el principal
accionista de Norges Bank –el otro gran
invitado en los listados de principales accionistas de los bancos de la
nación–.
Para concluir con este aporte de documentación que demuestra que Vanguard es el gran emperador en la sombra de este
mundo, me gustaría añadir que los tres principales accionistas de las cinco
empresas más poderosas e influyentes del mundo son, una vez más en este mismo
orden, Vanguard, Blackrock y State Street. Las empresas a las que me refiero
son Apple, Amazon, Berkshire Hathaway, Alphabet y Microsoft, esta última fundada por Bill Gates, quien a su vez es el dueño y señor de la OMS.
No es una teoría de la conspiración; ¡es la cruda realidad! El mundo entero
está gobernado por un muy reducido grupo de personas cuya identidad permanece
oculta tras la opacidad –en mi opinión de muy dudosa legalidad– del fondo de
inversión Vanguard. Aunque los
propietarios de Vanguard no quieren que
sepamos quiénes son exactamente, muy presumiblemente sus accionistas más
destacados sean miembros de las 5 familias más poderosas del mundo: los Rothschild, los Rockefeller,
los Morgan, los Du Pont, y los Bush. Al resto de accionistas más o menos minoritarios,
los encontraremos sin duda entre el 0,001% de entre las restantes personas más
ricas del planeta.
Familia Rotchschild.
Si bien me temo que conocer sus identidades no cambiaría nada, ya que de
salir éstas a la luz pública, nadie que se creyera con verdadera autoridad
movería un solo dedo en su contra. Y si alguien lo hiciera, vería como pese a
todos sus esfuerzos, su dedo o incluso mano entera, serían cercenados sin
muestra de misericordia alguna por autoridades superiores o muy superiores a la
suya.
Ellos controlan a los presidentes de los gobiernos y a los políticos, a los
medios de comunicación y a todo el funcionariado de cada país. Policías,
militares, jueces, médicos… Todos trabajan para ellos y permanecen obedientes a
riesgo de ver destruidas sus reputaciones, de perder sus trabajos y nóminas y,
en definitiva, la posibilidad de salir adelante de la única forma que conocen:
a través de un sistema que les brinda una falsa sensación de libertad porque se
encuentra perfectamente encubierto bajo la coartada de la democracia.
Si alguien duda de lo que estoy diciendo, que pregunte al que durante la
presunta pandemia del Coronavirus fue el presidente de Brasil Jair Bolsonaro; quien tras oponerse públicamente tanto
a las restricciones COVID como a la “vacunación” obligatoria contra la presunta
enfermedad, perdió las subsiguientes elecciones a la
presidenciacontra elex presidiario Lula Da Silva, que había
sido condenado y encarcelado durante casi dos años por corrupción
pasiva, corrupción activa y lavado de dinero. Que alguien me
explique cómo fue si no posible que un criminal convicto le ganase las
elecciones a uno de los pocos presidentes nacionales que durante la presunta
pandemia defendió los derechos fundamentales y libertades de sus ciudadanos.
Porque a quienes ya no puede preguntárseles nada, es a los ex presidentes
del gobierno de Burundi, Pierre Nkurunziza, y Tanzania, John Magufuli. Ambos
fallecidos prematuramente tras expulsar a la OMS del país el primero de ellos
–apenas fue declarada la pandemia–, y tras denunciar públicamente el fraude los
PCR el segundo.
¡Tremenda casualidad! : Los dos únicos presidentes de gobierno que
fallecieron entre los años 2020 y 2021, fueron precisamente aquellos que
ofrecieron una mayor y más precoz resistencia a la plandemia.
Ellos tienen todo el poder en sus manos para hacer que se su agenda se
cumpla puntualmente: así corresponda iniciar guerras que jamás responden a las
razones expuestas política y/o mediáticamente, potenciar la lucha contra un
cambio climático inexistente, convertir positivos PCR fraudulentos y enfermedades
respiratorias de toda la vida en peligrosísimas pandemias, o lavarle el cerebro
a la población –y, mucho más especialmente, a las próximas generaciones– usando
la demencial ideología de género.
Epílogo
Del mismo modo que el ciudadano de a pie ignora que todos los políticos
obedecen órdenes de unos mismos jefes que nadie conoce y acude a las urnas
creyendo que su voto puede cambiar las cosas, también cree elegir libremente
sus estudios, trabajo, aficiones, e incluso lugar de residencia sin ni tan
siquiera sospechar que todo ha sido programado por los verdaderos amos del mundo
para que, a grosso modo, haga exactamente lo que cree estar haciendo por
voluntad propia; para que sea un esclavo ignorante de su propia condición de
esclavitud.
Quien se oponga a ellos será censurado en las redes sociales, repudiado por el
sistema y tachado por este mismo como un loco, o como algo peor. Pero, a un
mismo tiempo, el grado de esclavitud al que, en comparación con el resto de la
ciudadanía se verá sometido en vida, será muy inferior o prácticamente nulo. Y,
desde luego, siempre podrá mirarse al espejo y sentirse cómodo con la imagen
que este le refleje.
Porque la verdad sí nos hace libres y colma de satisfacción.
PD: Quisiera dedicar este artículo a los presentadores del canal
de televisión “La Cuatro”, Mónica Sanz, Antonio Castelo y Miguel Lago. Todos
ellos trataron de ridiculizarme cuando en sus programas afirmé que el mundo
estaba gobernado por los dueños de la banca internacional y las grandes
corporaciones.
Aquí he dejado las pruebas que lo confirman.
Al menos ahora ya no podrán decir que no saben para
quien trabajan.