Al empezar a leer este miserable artículo de Ricardo Gangoso (perdón, Ricardo Angoso) pensé, por un momento, que estaba leyendo un artículo de alguno de los periódicos como La Razón, El Español, Okdiario, El Mundo, Libertad Digital, etc., etc. e incluso pensé que leía un periódico de los gringos sin saber inglés, pero, enseguida, fijándome bien, me di cuenta de que leía Diario 16. No me lo podía creer, la verdad. Leyendo a diario, como hago cada día, Diario 16, no me entraba en la mollera que este periódico pudiera publicar semejante artículo lleno de mentiras, bulos y afirmaciones, sí afirmaciones, sin que se hayan, no ya contrastado, sino demostrado que no eran ciertas. Cómo es posible que Diario 16 haya permitido semejantes exabruptos de un Sr. que, queda más que claro, es un fascista redomado, o sea, un auténtico NAZI de los tiempos de Hitler, Mussolini y Franco. Un individuo que vomita ODIO por los cuatro costados sin inmutarse lo más mínimo, que masca la patraña y la desvergüenza de la sinrazón en cada frase que escribe. Una persona (con perdón por lo de persona) que sólo trata de intimidar, de acosar públicamente con la mayor saña de sus mentiras en un escrito -lo verán si lo leen- que resulta, no ya vomitivo como he señalado antes, que también, sino pura y llanamente de eso que dan A-S-C-O.
Podemos todavía está vivo, muy vivo, y tipos como este
Angoso tendrán que sufrir las consecuencias de sus asquerosidades al citarlos.
En España -todavía- no hay ningún Trump ni ningún Elon Musk que puedan “manipular”
la opinión pública porque los españoles no somos tan imbéciles como la mayor
parte de los yanquis; no “individuo”, aquí no les van a valer sus “furracadas”
ni sus bulos y mentiras a los Abascal y Cía. de los mártires, porque los
españoles no somos una sociedad, reitero, en su mayor parte corrompida y de
doble moral como la americana, donde hasta los niños son capaces de asesinar a
sus compañeros de clase, y donde su industria armamentística no para d
bombardear escuelas y hospitales ASESINANDO mujeres y niños (muchos bebés) y
ancianos indefensos. Su ODIO no tiene límites, Sr. Angoso. “Lávese el cerebro -si
es que tiene alguno- con ajo y agua” para calmar sus malditos y, probablemente,
degenerados impulsos. Por cierto, lo de Errejón, está en los tribunales de
justicia que serán los que nos aclaren todo, aunque para la gente como Vd. lo
de la presunción de inocencia no se contempla en la justicia, Vds. no creen otra
cosa que no sea LA INQUISICIÓN.
Ricardo Angoso 07/11/2024
Nadie se alegra de los tristes finales de un flamante diputado -portavoz de
su formación para más inri- a no ser que seas un miserable de la catadura moral
e intelectual que es Pablo Iglesias. Pero
es que ellos, los vigilantes de la moral, de la ética, que se atrevían a
pontificar sobre todos los demás y otorgaban patente de corso a quienes ellos
consideraban como merecedores de la misma, son así. Ellos, los líderes de Podemos o ahora Sumar, eran los
vigilantes de los vigilantes, los moralistas de nuestro tiempo, algo así como
la conciencia moral de nuestra sociedad y así aparecían en público. ¿Y cómo se
puede ser vigilante de los que vigilan, conciencia moral de la multitud, si uno
mismo ha errado en la ocasión decisiva tan funestamente en el camino?, como
alguna vez señaló el periodista Jesús Ceberio en
uno de sus editoriales.
Cuando se fundó Podemos, sus líderes aseguraban que iban a acabar con las
puertas giratorias y ahora resulta que Pablo Iglesias tras
su salida del Gobierno supuestamente colabora o trabaja en unas diez empresas,
cuando no más; iban a acabar con la casta política y sus privilegios y la
pareja iglesias-Montero se compró un chaletazo en una urbanización de lujo en un pueblo
de la sierra de Madrid, cuando aseguraban hace años
que se irían a vivir a un barrio popular; Juan Carlos Monedero,
el martillo de los fascistas y los corruptos, acabó defraudando a Hacienda tras
recibir una millonaria ayudada de la narco-dictadura venezolana y, hete aquí,
el dinero acabó en su cuenta corriente sin pedir disculpas ni dar
explicaciones; el partido que supuestamente iba a abrir una nueva vía
democrática distinta y alejada de la corrupción y
los escándalos (Podemos) ha sido una jaula de grillos plagada de escisiones,
falta de democracia interna, salidas explosivas y sonados comportamientos muy
alejados de lo que pregonaban; y ahora, los grandes inquisidores de la sociedad
española, que supuestamente también acabarían con el machismo y los
comportamientos patriarcales, se ven envueltos en un vergonzoso y sonoro caso
de acoso sexual, que incluso acabará en los tribunales y con el supuesto
acosador, seguramente, en el punto de mira de una sociedad que no les perdona
tanta impostura moral y ética.
¿Y cómo se puede ser vigilante de los que te vigilan cuando has cometido el
error de intentar pasar página y hacer como si nada hubiera ocurrido? Eso es lo
que ahora hace Sumar y sus máximos líderes, casi todos procedentes de Podemos,
practicar la política de avestruz como si no hubiera pasado. O, rechazando,
difuminando, el recuerdo de lo que fue, hasta llegar a hacer creer que nunca se
ha sido aquello que, sin embargo, los textos, las declaraciones, los hechos y
muchas más pruebas atestiguan; solo así puede alguien aspirar a ser la dudosa
conciencia moral de una sociedad o permitir, sin sonrojarse, que los demás se
lo digan o se lo echen en cara cuando realmente eres un vulgar caradura. Un
corrupto moral, que es la peor de las corrupciones, es lo que es Errejón, y un
acosador nato.
La salida de Íñigo Errejón de la política española por la puerta de atrás
es el final de una utopía fallida llamada Podemos, una historia de fanatismo,
radicalismo gratuito y que redujo la vida política española a una división maniquea
entre ellos, supuestos portadores de la verdad suprema progresista, y los
otros, los fascistas, que éramos todos los que no compartíamos su credo. Aún me
queda en el recuerdo cuando Irene Montero calificó en el parlamento a Vox y al
PP, y con ello a sus millones de votantes, como “fascistas”. Así han
actuado durante años y el discurso funcionó algún tiempo, pero ahora, por
suerte para todo el país, ya no funciona y ha encallado, quizá para siempre, en
las aguas de la racionalidad política.
Los dirigentes de Podemos irrumpieron en la política española para cambiar
el sistema y acabar con la “casta”, pero,
obviamente, el sistema se reveló más fuerte y sólido que ellos y fue el mismo
el que les cambió a ellos con sus tentaciones, lujos, prebendas y privilegios,
cayendo en los peores vicios y comportamientos poco ceñidos a la estricta ética
política que pregonaban e intentaban imponer a sus adversarios. Nuevamente,
quedó demostrado que los vigilantes de la moral, nuestros modernos
inquisidores, son mucho peor que cualquiera de las víctimas que pretendían
arrojar a las hogueras de la inmundicia política. Ellos, los poseedores de la
verdad, pretendían juzgar a todos los demás desde los estrados de su supuesta
superioridad moral y ética, pero se revelaron infinitamente miserables en casi
todos sus comportamientos sociales, como hemos visto, y acabaron conduciendo a
su proyecto a la intrascendencia e irrelevancia política. Nunca fue más cierta
esa acepción que asegura que en el pecado estaba implícita su penitencia.
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