Con esto de la maldita
DANA que ha asolado parte de Valencia (en especial algunos de sus pueblos, caso
de Paiporta como el más devastado) y mientras la gente llora por sus seres
queridos que han perecido -los que, de momento, se han localizado, pero que
pueden ser muchos más- y por sus bienes que han quedado arrasados en su
totalidad, hay quienes, como ocurre siempre que hay una desgracia de esta
magnitud o incluso menor, no duermen. No sienten nada por los damnificados -eso
a ellos le trae al fresco, que hubieran sido más listos- y arremeten contra
todo lo que les puede significar canalizar sus protestas contra los que, en
este caso concreto, no han tenido culpa de nada (si acaso se exceptúa la del
Presidente de la Generalitat valenciana, que, al parecer, no dio el aviso
pertinente cuando debió hacerlo, pero que está por demostrar). Ni el Presidente
del Gobierno ni el Rey han tenido ninguna culpa de que esa zona de Valencia,
cubierta de muerte y destrucción, esté ahora como está. No es de recibo que el
fanatismo de siempre se retuerza sus podridas mentes para inculpar a quienes
ellos les interesa para tener contentos a sus malditos idiotas que les siguen.
No hay derecho a que se llame ¡Asesino! a un hombre que, desde el primer
momento ha dado la cara por todos los damnificados como así debe ser y no ha
vacilado en poner todos sus medios al alcance de los que, en esta maldita
desgracia, lo necesitaban. Pero, el fanatismo no duerme. Ellos culpan siempre
al que está al frente del Estado y al que está al frente del Gobierno,
sencillamente, porque no tienen realmente a quien echar la culpa de lo que
pasa, que no es de nadie más que de ellos y de sus apoyos a ciertos gerifaltes
que son de su misma calaña, aunque sepan disimularlo mejor.
La viñeta del periódico
El País, del Roto, pinta hoy una tubería enorme y dice: “No es para evitar
inundaciones, es para canalizar protestas”. Ciertamente, se sabe de sobra
quienes son los que canalizan todas las protestas y los que, de brazos cruzados
durante años, no han movido un dedo para evitar en lo posible lo que ha
sucedido: los fanáticos de toda la vida. Unos y los otros, los escondidos -fanáticos
también- pero que no dan nunca la cara por aquello de la vileza y la engañifa
política. Los que no les tembló el pulso cuando se gastaron cientos de millones
en recibir al Papa (sin reparar en cómo estaban Paiporta, Chiva, Benetúsen…,
que ya sabían de eso de las DANAS) que ahora sólo dirá que “Dios acogerá en su
seno a todos los fallecidos”, y a los que lo han perdido todo, que recen porque
Dios les ayudará, aunque como decía en sus chistes Eugenio: “no hay nadie más
por ahí”. Y que me dicen de esos que no han sido condenados porque la justicia
española está bajo mínimos, que se permitieron el ¡¡¡LUJO!!! de hacer un
circuito de Formula I (miles de millones de euros) en medio de la ciudad de
Valencia cuando ya existía otro circuito en Cheste que es un pueblo al lado de
la capital, concretamente a sólo 26 kilómetros.
No es la primera vez que
la Comunidad Autónoma de Valencia, La Generalitat Valenciana, sufre de
inundaciones. Recuerdo cuando yo era niño que ya ocurrió allí una gran “Riada”
-como le llamaron entonces- porque servidor tiene familiares en Valencia (en
concreto primos hermanos y su madre que en la actualidad tiene, nada más y nada
menos, que ¡105 años!). Según parece, desde entonces no se ha buscado ningún
remedio, aun a pesar de que “las riadas” -o como ahora se dice DANAS- se siguen
produciendo con cierta asiduidad, la última -antes de esta, claro- en el año
2019 que ya causó grandes desperfectos si mí información es correcta.
Por último, diré que la
C.A. de Valencia, según algunos datos que quiero recordar (disculpen si yerro,
aunque poco puede variar) tiene una Deuda Pública con el Estado de nada menos
que ¡55.000 millones de euros! y ahora, por desgracia, esa Deuda se
incrementará ostensiblemente sin ningún remedio, salvo que aparezca por aquí
ese “loco” gringo llamado Elon Musk y diga que pone lo que haga falta, aunque me
da que eso vaya a ocurrir siendo como es el Sr. una muestra más del fanatismo
que impera en medio mundo en la actualidad. Todo lo contrario, dirá, si se le
pregunta, que los valencianos son idiotas, qué porque no han puesto remedio
sabiendo lo que pasa con total certidumbre, como, según parece, hacen en Puerto
Rico con los famosos huracanes que se llevan todo por delante.
Como epílogo: Se necesita
-además de fanático- ser un NAZI despreciable para ir por ahí llamando a las
primeras autoridades del País ¡Asesinos! cuando vienen a echarte una mano y a
intentar que la enorme desgracia pueda ser, en parte, por lo menos, lo más
aligerada posible. No obstante, los valencianos deberían tener mucho cuidado
cuando hay Elecciones, de pensar detenidamente a quienes votar después de ver
lo que hacen los últimos que han votado.
¡Valencia es grande!
¡Valencia saldrá adelante! Incluso a pesar de los muchos fanáticos (NAZIS más
de uno) que no harán nada por su recuperación. A los españoles nos llevan
expoliando más de ¡300 años! y no han podido acabar con nosotros, Valencia,
seguro, saldrá adelante porque es una parte de España, y España siempre va
subsistir, tanto con vagos y maleantes como con expoliadores como ya ha quedado
ampliamente demostrado en más de una ocasión..
Fdo.:
Ángel Morillo Triviño
Castuera, a 03 de
noviembre de 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario