JESÚS AUSÍN
Desde
aquí quiero mandar un afectuoso abrazo a todos los que han sufrido el desastre,
que, aunque no podía haberse evitado, si podría haber sido menos traumático en
vidas humanas. Un enorme aplauso a todos esos voluntarios que han desobedecido a las autoridades y que han
arrimado el hombro para ayudar a los suyos. Solo los voluntarios y el
Ministerio de Fomento se salvan de unas actuaciones no mediocres, sino nefastas
que han demostrado al mundo que
España es un estado fallido. Un estado en el que
los políticos están para cobrar y no para servir al pueblo. Lo de la
Generalitat Valenciana es criminal y sería juzgado debidamente si no fuera
porque todos sabemos quién manda en este país y si se dejaron morir 7291
ancianos por falta de atención y no ha habido proceso penal, no les va a
importar la muerte de 1900 más. Unos y
otros, Gobierno central y Generalitat parece que compiten a ver quién es más
irresponsable y, entre el tuya y el mía, mientras
escribo esto, aún puede haber cientos de cadáveres entre el barro y me consta que sigue habiendo personas que carecen de
agua potable a los que aún no le ha llegado ayuda legal. Para colmo, me cuentan que empieza a haber casos de
ingresos con vómitos, diarrea... (solo les faltaba que ahora cojan el Cólera).
No se puede circular por las calles, pero si pueden llevar más de 60 coches
para acompañar al rey. Cuestión de prioridades.
Otro
punto a tener en cuenta es el ominoso comportamiento de los medios de
comunicación. Valga una muestra. El miércoles 30, una famosa periodista de la
Cadena Ser, hizo toda una oda al desvarío. Según ella, todo era una
consecuencia de los bulos. Negando los cientos, miles de mensajes en Twitter
del martes 29 pidiendo ayuda porque el 112 en valencia no respondía. Asegurando
que el 112 había funcionado siempre. Que era un bulo que no hubiera agua
potable en las zonas afectadas. Que por favor, que sólo se hiciera caso a los
medios oficiales. Los mismos «medios oficiales» que
dieron la alerta cuando ya la gente estaba
encaramada encima de los árboles o los que dijeron que el 112
no tenía problemas de comunicación.
Que nos hayamos tenido que enterar por la prensa extranjera que mientras la
gente estaba esperando la ayuda, el presidente de la Generalitat se hacía fotos
en un acto en el que le entregaban un premio al turismo es de juzgado de
guardia. Que la única periodista que ha hecho una pregunta inteligente sea Helena
Villar que trabaja para un medio que aquí está censurado, (RT) al preguntarse
para qué sirve la ¿OTAN si cuando necesitamos al ejército no están para ayudar?
¿Para que sirve gastarse 140.000 millones en defensa si es la gente la que
tiene que ayudar con su esfuerzo personal y económico?, lo dice todo de la
servil prensa española.
Y
ahí está la madre del cordero. Ha pasado lo que ha pasado porque se avisó tarde
y mal. Pero estoy seguro de que si el aviso se hubiera producido a tiempo,
aunque se habrían salvado muchas vidas porque se deberían haber cerrado las
empresas, no nos engañemos, seguro que seguiríamos hablando de muchos muertos.
En este país, nadie hace caso de nada. Si se da alarma porque se da y si no por
lo mismo. Entre otras cosas porque gracias
a la desinformación la manipulación y el adoctrinamiento de los medios de
comunicación todo el mundo se ha vuelto incrédulo y nadie se fía de la
información. Esto es consecuencia directa de la
estrategia de no contrastar y dar como información lo que sólo es opinión de
los políticos. La obligación de un periodista serio es contrastar si llueve o
escampa y no repetir mil veces la idiotez salida de la boca de un político que,
para más INRI, se ha demostrado que miente casi siempre.
Por
otra parte, debería haber simulacros de evacuación
obligatorios en todos los colegios como
los hay en las grandes empresas. Debería hacerse hincapié en la necesidad de
hacerlos bien y en serio. He sido más de quince años jefe de planta y miembro
del comité de evacuación de una gran empresa española (la primera en número de
trabajadores). Y todo el mundo se lo tomaba a risa. El día de la evacuación era
un día de fiesta. La gente aprovechaba para irse al bar. Luego pasan estas
cosas. Que no somos conscientes del peligro del
agua, ni del fuego, ni de nada.
Háganle
caso a Antonio Turiel, Juan Bordera o Antonio Aretxabala que aquí explican el porqué de esta situación.
Y,
por último, sean ustedes conscientes de las prioridades de su gobierno de
turno. Se ha hablado mucho de que gracias a los impuestos existen los servicios
de emergencia. Y no. No es cuestión del número de impuestos o
la cantidad que ustedes paguen. Es cuestión de
que, por muchos impuestos que ustedes crean que pagan, las prioridades del gobierno de turno son siempre las
mismas: Ejercito, balas, material antidisturbios, cañones, soldados en el
extranjero, policías, sueldos estratosféricos de alcaldes....
Como
estamos ya acostumbrados, las
personas, lo último. Sanidad dejada de la mano de dios y la educación en manos
de curas y ricos.
Que
se tengan que cabrear los valencianos porque la grúa municipal de Valencia se
dedica a retirar los coches que no estorban en el casco urbano dónde no ha
habido agua y está todo sin limpiar, dice mucho de las prioridades. Que se
multe a quién ha dejado el coche en un arcén para ir a ayudar a limpiar también
y que se detenga por robo a quién está cogiendo cosas de entre el lodo, aún
más. Cuestión de prioridades. Ni usted, ni yo importamos. Lo importante es que no se pare el turismo, que Inditex o
Mercadona recuperen cuanto antes su actividad y que todo vuelva a su
normalidad. Lo importante es el Régimen. Tengan
claro que la tardanza en la alarma está
relacionada con el puente del 1 de noviembre. Y que por supuesto, que dar la
alarma significa parar la economía. Y eso, ya saben que no se puede permitir.
Todo
pasa y todo queda que decía Machado. Y el olvido es el mayor sedante social.
Salud,
república y más escuelas.
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