Ese viejo yanqui, posiblemente con demencia senil y claros síntomas de delirios imperialistas de otros tiempos no tan lejanos (ingleses, franceses, nipones, alemanes –estos últimos los más recientes-), piensa que va a aniquilar Rusia desde Ucrania. Y lo que va a conseguir es que medio mundo desaparezca del mapa mientras los rusos seguirán donde están como lo han estado siempre desde que el mundo es mundo. Esperemos que ese nuevo presidente americano al estilo del francés Georgie Dann y su Casatschock y el payaso de la X tengan un poco de seriedad (si es que está entre sus posibilidades humanas) y se vengan a razones con Putin, que, dicho sea de paso, no parece que vaya a ceder en sus pretensiones, así como así para darle gusto a esa sociedad podrida que es la americana votando a un viejo “chocheando” antes y a un “rico idiota” ahora. Por cierto, para terminar, en esa hipotética tercera guerra mundial los yanquis saldrían desplumados, porque ya la guerra si llegaría a su territorio y los rusos van muy por delante en armamento nuclear, y franceses, ingleses y alemanes sólo estarían a lo que les sobre a los gringos, que no creo que fuera mucho. Sin olvidar a China, India, Irán, Corea del Norte y alguno más que estarían al lado de PUTIN.
Germán Gorraiz López 19/11/2024
Zelensky sigue empecinado en involucrar a la OTAN en una guerra abierta
contra Rusia por lo que los globalistas de Biden y Soros habrían decidido
desencadenar una guerra abierta contra Rusia para dejarlo como herencia a
Trump.
Así, según el "The New York Times' y el ’Washington Post', Biden
habría dado permiso a Zelensky para atacar tropas e instalaciones
neurálgicas en suelo ruso con misiles de largo alcance ATACMS al tiempo que
Francia y Reino Unido le permiten asimismo emplear sus misiles SCALP, lo que
sería un salto cuantitativo de dimensiones desconocidas que buscaría la
respuesta de Putin mediante el uso de armas nucleares tácticas y poder
desencadenar la Tercera Guerra Mundial.
Los globalistas de Biden y Soros tendrían perfilado para el próximo
quinquenio un plan que implicaría la recuperación del papel de EEUU como
gendarme mundial mediante un incremento extraordinario de las intervenciones
militares estadounidenses en el exterior para recuperar la Unipolaridad en el
tablero geopolítico global, siguiendo la Doctrina Wolfowitz.
Dicha Doctrina esbozaba "una política de unilateralismo" y de
"acción militar preventiva para suprimir las posibles amenazas de otras
naciones y evitar que las dictaduras ascendieran a la categoría de
superpotencia", lo que implica un ataque nuclear relámpago y simultaneo de
Estados Unidos contra China, Rusia y Corea del Norte, ataque que sin embargo
podría desembocar en una conflagración mundial de consecuencias imprevisibles
para la especie humana y el futuro del planeta. Así, según un estudio publicado
en la revista Nature, un conflicto nuclear entre Estados Unidos y Rusia
causaría la muerte de más de 5.000 millones de personas en los dos años
siguientes al impacto y la mayoría de las víctimas serían provocadas por el
posterior invierno nuclear.
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